El uso de la religión como herramienta en la política ha sido evidente en las estrategias de ARENA y otros actores políticos en El Salvador. René Portillo Cuadra, al anunciar que no buscaría la reelección en 2024, utilizó un lenguaje cargado de referencias religiosas y dijo: “No, no cuelgo los tenis, cuando uno cuelga los tenis es cuando el Supremo hacedor lo llama, desde cualquier trinchera uno hace patria, desde cualquier trinchera uno defiende las convicciones y los principios” (Velásquez, 2024), evocó una narrativa que conecta la labor política con un sentido de misión divina y deber patriótico, apelando a las convicciones religiosas de la población.
Mientras el jefe de bancada de ARENA, Portillo Cuadra, expresó en el Diario De Hoy: “No, no cuelgo los tenis, cuando uno cuelga los tenis es cuando el Supremo Hacedor lo llama, desde cualquier trinchera uno hace patria, desde cualquier trinchera uno defiende las convicciones y los principios”, su mensaje refleja una visión resignada frente a las limitaciones de su acción política, enmarcándola dentro de un propósito más grande. Implícitamente, reconoce que su papel político puede haberse transformado o disminuido en impacto. Este lenguaje, cargado de referencias religiosas, puede interpretarse como una forma de manejar la vulnerabilidad asociada con no estar en una posición política privilegiada. La resignación se presenta así como un acto de aceptación, matizado con el recurso a la fe para proyectar fortaleza moral y compromiso. declaración sugiere una apelación a valores trascendentes y religiosos, reforzando la idea de que el compromiso político está profundamente ligado a una misión superior y espiritual.
Por otro lado, Milagro Navas, candidata de ARENA y alcaldesa reelecta de Antiguo Cuscatlán, destacó por adoptar un lenguaje religioso y conciliador durante su campaña. En una entrevista con Revista Factum, reiteró su compromiso de trabajar “desde el lugar que Dios decida” y, tras su victoria, agradeció tanto a Dios como al pueblo por su apoyo, reflejando la centralidad de la fe en su discurso político.
Durante su campaña, Milagro Navas, candidata de ARENA y alcaldesa reelecta de La Libertad Este, destacó por integrar un lenguaje religioso y conciliador en su narrativa. En una entrevista con Revista Factum, Navas reiteró su compromiso de trabajar por el bienestar del pueblo salvadoreño "desde el lugar que Dios decida", reflejando su convicción religiosa. Además, invitó a su principal contrincante a debatir, aunque este descartó la propuesta calificando los debates como obsoletos. Su campaña evitó proyectarla como una rival del presidente Nayib Bukele, a pesar de pertenecer a la oposición, y en cambio, adoptó una postura colaborativa con él y declaró: "No son 43 alcaldes, sino 44 los que buscarán el bienestar de los salvadoreños". Su estrategia, que combinó menciones religiosas, un enfoque en la población, y un mensaje de cooperación, evidenció cómo la religión y un discurso conciliador se convirtieron en herramientas clave en la construcción de mensajes políticos durante estas elecciones.
FMLN
Durante la campaña presidencial de 2024, Manuel "El Chino" Flores, candidato presidencial del FMLN, se describió en una entrevista con la Revista Factum como "un hombre de fe y un hombre que promueve la esperanza". Aunque evitó asociarse con una religión específica, utilizó este concepto como una metáfora para su visión política, orientada a generar esperanza y combatir el odio en el discurso público. Su afirmación de que "la fe mueve montañas" reflejó cómo reflejaba su comprensión de la magnitud del desafío que enfrentaba al aspirar a la presidencia, un objetivo que, en un contexto político competitivo y lleno de obstáculos, podía parecer inalcanzable. Esta expresión, con profundas raíces bíblicas, no solo alude a la capacidad de la fe para superar barreras aparentemente imposibles, sino que también evoca un mensaje de esperanza, perseverancia y confianza en el poder de las convicciones personales. El uso de esta frase podría interpretarse como un intento de inspirar tanto a su equipo como a sus seguidores, donde el FMLN adaptó el lenguaje de la fe para conectar con la ciudadanía, alejándose de una postura religiosa explícita y enfatizando la fe como un valor universal que guió sus propuestas de cambio.
En cuanto a temas sociales, Flores evitó expresar una postura personal sobre la despenalización del aborto por causales, calificándolo como un asunto nacional que debía resolverse a través de una consulta ciudadana. "No se puede andar expresando de manera personal lo que opine alguien, sino lo que la gente decida", afirmó, subrayando su enfoque en la democracia participativa. De manera similar, en relación con el matrimonio entre personas del mismo sexo, destacó que su prioridad habría sido someterlo a consulta popular, evidenciando su intención de abordar temas sensibles de forma inclusiva y dialogada.
Respecto a la Ley de Identidad de Género, Flores adoptó una postura clara, alineada con los principios históricos del FMLN. "Nosotros siempre hemos sido defensores de los derechos de la gente. Por supuesto, es un derecho ganado", señaló, reiterando el compromiso del partido con la defensa de los derechos de las comunidades históricamente marginadas. Aunque no se encontró información específica sobre su postura en torno a la libertad religiosa, como miembro del FMLN, se interpretó que respaldaba la separación entre iglesia y estado y la libertad de culto, principios fundamentales en la línea política del partido.
El enfoque del FMLN, liderado por Flores, demostró una estrategia que utilizó la fe como un símbolo de esperanza y resiliencia en lugar de una referencia religiosa directa, mientras combinaba esta narrativa con un compromiso claro hacia los derechos sociales y la inclusión. Esto contrastó con otros partidos que tendían a instrumentalizar la religión de manera más explícita, posicionando al FMLN como una fuerza política que buscaba un equilibrio entre valores universales y propuestas progresistas.
Otros movimientos politicos
Gerardo Awad, como precandidato presidencial por el movimiento político PAIS, intentó posicionarse en el escenario electoral mediante la vinculación con figuras religiosas de alto perfil, reconociendo la influencia significativa que estas tienen en sus comunidades. En este esfuerzo, Awad extendió una invitación a Mario Vega, pastor principal de la Misión Cristiana Elim Internacional, para que fuera su compañero de fórmula como candidato a la vicepresidencia. Este movimiento evidenció la intención estratégica de Awad de legitimar su candidatura mediante la asociación con una figura religiosa respetada. Sin embargo, Vega declinó la propuesta, reafirmando su postura de no participar en cargos públicos, lo que dejó claro su distancia de los intereses políticos y su compromiso con un enfoque estrictamente pastoral.
Postura de la Iglesia Catolica
La postura de la Iglesia Católica respecto a la reelección de Nayib Bukele en 2024 evidenció matices y divisiones internas. En julio de 2024, el arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas, afirmó: "Yo no me voy a pronunciar ni a favor ni en contra. Respeto que los demás lo hagan, tienen todo el derecho, así es la política, está bien. Pero nosotros, como Iglesia, nos toca también tener una visión, si se quiere, por encima de la problemática, viendo que las cosas marchen con justicia." Este comentario reflejó una postura neutral, enfocada en observar la situación desde una perspectiva ética, centrada en la justicia. Sin embargo, el 25 de septiembre del mismo año, Escobar Alas pareció adoptar un tono diferente al declarar que "el pueblo quiere que el presidente se reelija", a pesar de que esta decisión contradecía al menos siete artículos de la Constitución salvadoreña, según reportó La Prensa Gráfica.
Por otro lado, el obispo de Zacatecoluca, Elías Samuel Bolaños, ofreció una aclaración sobre las declaraciones de Escobar Alas, señalando que: "Monseñor Escobar Alas habla en nombre de su arquidiócesis, no de toda la Conferencia Episcopal (...) generalmente coincidimos, pero no en todo." Bolaños destacó además que, aunque la Conferencia Episcopal se había reunido días antes, no se emitió ningún pronunciamiento oficial sobre la reelección presidencial, enfatizando que esta postura era únicamente del arzobispo de San Salvador.
Estas diferencias internas dentro de la Iglesia Católica reflejaron un debate sobre el papel de la institución en temas políticos sensibles como la reelección presidencial. Mientras algunos líderes adoptaron una postura neutral y observadora, otros consideraron necesario abordar el tema desde una perspectiva pastoral más alineada con la voluntad popular. Este caso evidenció la tensión entre la posición institucional de la Iglesia y las opiniones individuales de sus representantes en un contexto político polarizado (Religión Digital, 2022).
El pastor Toby Júnior expresó que los partidos ARENA y FMLN enfrentan una crisis debido a sus malas gestiones durante los periodos de gobierno entre 1989 y 2019, así como al abandono de sus financistas, lo que deterioró su relación con la población. Según el pastor, la falta de acciones contundentes contra la delincuencia contribuyó a la pérdida de respeto y temor de Dios en el país. Además, manifestó su satisfacción al observar el progreso y la mejora en el país actual. «Hay que darle continuidad a lo bueno» en 2024, dice el pastor Toby Júnior (Chávez, 2022).
En primer lugar, la campaña de Nuevas Ideas en 2024 puso en evidencia un uso estratégico de la religión para legitimar su proyecto político y reforzar su conexión emocional con el electorado. El presidente Nayib Bukele se presentó como un “testimonio” de Dios, describiendo sus políticas de regimen de excepcion como "milagros divinos" y enmarcando su reelección como una batalla espiritual. Estas referencias no solo buscaron captar el apoyo de comunidades religiosas, sino también reforzar su narrativa de redención nacional. Además, líderes del partido como Ernesto Castro y Xavier Zablah utilizaron una retórica polarizadora y maniquea, posicionando a Nuevas Ideas como un movimiento con un propósito trascendental, casi divino, presentándose como la única fuerza legítima capaz de redimir al país.
En segundo lugar, los partidos ARENA y FMLN abordaron la relación entre religión y política desde perspectivas distintas. En ARENA, figuras como Portillo Cuadra adoptaron un lenguaje resignado, vinculando la política con un propósito divino que justificaba su permanencia en la esfera pública, aun en condiciones adversas. Milagro Navas, por su parte, utilizó un discurso conciliador y centrado en la fe, proyectando estabilidad y colaboración. En contraste, el FMLN, liderado por Manuel “El Chino” Flores, empleó la fe como un símbolo de esperanza y resiliencia. Aunque no se refirió explícitamente a confesiones religiosas, su narrativa buscó conectar con valores universales como la perseverancia y la confianza en el cambio, presentándose como una fuerza progresista frente a los desafíos políticos.
En tercer lugar, las iglesias Católica y Evangélica jugaron roles clave pero diversos en el debate político de 2024. La Iglesia Católica mostró divisiones internas respecto a la reelección de Bukele, con líderes como Monseñor Escobar Alas manteniendo una postura ambigua, primero neutral y luego más alineada con la voluntad popular. Por su parte, la Iglesia Evangélica tuvo posturas más visibles y contrastantes. Mientras Toby Júnior se mostró favorable a ciertos logros de Bukele y abogó por reglas claras en el proceso de reelección, Mario Vega destacó por su firme rechazo a cualquier intento de violar la Constitución y su insistencia en preservar la separación entre iglesia y Estado. Estas dinámicas reflejan cómo las iglesias pueden ser tanto espacios de influencia política como voces críticas en la defensa de principios éticos y democráticos.
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