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martes, 25 de agosto de 2020

Visita a Santiago de Cali

Miércoles 10 de Octubre: luego de una escala de 10 horas en San Salvador, la asistente de vuelo anunció: "Bienvenidos a la ciudad de Cali". Eran más o menos las 11:30 de la noche. Pude observar a la gente muy amable desde migración y pasé sin ninguna dificultad, ya tenía un nuevo sello conquistado, el de Colombia en Calí. Luego de hacer lo trámites y cambiar alrededor de $200 a pesos (el cambio estaba a 2700). Busqué como transportarme, ante la imposibilidad de tener conexión de internet  para pedir un Uber, pero me decidí a tomar el taxi y lo hice sin sentir ningún temor o inseguridad, la gente era muy cálida. Incluso unos afrodescendientes me ofrecieron irme con ellos en su taxi como broma. "Vengase usted aquí cabe", me dijo una mujer en un taxi que iba más que lleno. Al final me fui solo con un chofer a un precio de 63,000 pesos (precio que se me había dado de antemano).

La ciudad de noche se veía muy moderna y limpia. Reporté mi llegada durante el trayecto al aeropuerto quizás eran como las 12:10 pm, el taxista me "prestó" un celular y pude marcar sin dificultad, era una noche lluviosa. El me dijo que había mucha gente de dinero y me mencionó a la familia Rodriguez Obrejuela. Luego de pasar toda la ciudad llegamos a Limonares, carrera 16 donde los apartamentos eran muy bonitos (bastantes edificios parecidos y con un cierto aire a Abel Santamaría en Cuba), la casa que buscaba estaba en el quinto piso. Quizás por tal motivo se me aviso: "Procure no arrastrar las sillas, la señora de abajo se molesta sí lo hacemos después de las 9 de la noche". Estaba muy impresionado y feliz, la casa no era inmensa pero era lo suficientemente grande, incluso para una o dos personas más que suficiente, sin duda, muy acogedora

Yad una psicóloga de ideología jesuita que trabajaba en la institución "Fe y alegría" me dejó un cartel con una bienvenida, me exhortaba al baile y que disfrutara. Después de una platica nocturna muy emocionante me fuí a dormir, la estancia en Santiago de Cali ya había comenzado.


Jueves 11: La mañana fue sin problemas. Luego del desayuno, ahora sí pedimos el Uber. Nuestro destino el Cristo de Calí.  Subimos a eso de las 8 de la mañana, toda la ciudad se veía nublada y el lugar lo abrían hasta las 9, por tanto no pudimos entrar. Luego de una pequeña discusión con el Uber , bajamos a la avenida de los gatos, todos fueron diseñados por artistas colombianos, la que más me llamó la atención fue cálida (por guapa) inclusive logré una fotografía con ella. Entramos a la Iglesia, caminamos por un paseo muy bonito donde tomamos muchas fotos (luego preguntamos a una muchacha) Pasamos por un parque central. y entramos a una librería. Tomamos el transmilenio, sin duda muy eficiente. En nuestro trayecto, en una de las estaciones nos encontramos a un salvadoreño (siempre debe de haber alguno por ahí). 

Tomamos un taxi y nos dirigimos a la Universidad Javeriana, al taxista le costó un poco ubicarse pero con un par de referencias que le ayudaron a entender logró llegar sin problemas. estando ahí tuvimos una charla de política con Estudiantes de comunicaciones, a la hora del almuerzo (Andrés y compañia). La intensidad y el compromiso político estaban a flor de piel, sin duda se sentía una vibra como la que tienen los estudiantes comprometidos de la UCA en El Salvador. Luego del almuerzo me quedé solo, trabajaba en un estudio del subsidio al gas en El Salvador, observé mucha gente pasar: Muchachas con ventas de dulces, jóvenes clase media e incluso un par de gentes llegaron a preguntarme por lugares que desconocía. Al final de la tarde, fuimos con por un café con helado (cargadísimo de azúcar) dentro de la universidad, hablamos de la vida de cosas más light en una charla muy cómoda.

Buscamos un cajero para que yo pudiera sacar dinero, pero fue imposible. Ni modo, tocó resignarse. Hicimos una pequeña parada por la librería, habían artículos de la Javeriana y muy buenos libros (el de microeconomía de Varian me llamaba la atención) . Quería comprarme alguno y al final no lo hice. Ya a eso de las 5 o 6 de la tarde nos fuimos para la Clase de Ética (con énfasis en la responsabilidad social empresarial). El maestro muy respetuoso, llegaba a saludar de mano a cada uno de los alumnos, incluso yo pude conversar con él por unos minutos antes que comenzara. La clase era muy buena, la dividió en tres partes: indicaciones generales de las actividades y evaluaciones (incluida la devolución de trabajos), repaso de los conceptos de ética desarrollados, y un video foro - que al final lo hizo muy participativo- acerca de la responsabilidad social empresarial. Luego al terminar tomamos el bus frente a la universidad, nos tocó irnos de pie, y nos fuimos al Cerro de la cruz, luego de subir las gradas llegamos al tope y había baile Andino.

La experiencia fue única, muchísima gente (nacional  e incluso extranjera) e incluso participamos, no me podía permitir solo quedarme viendo. Luego de comer unas empanadas, buscamos un bar, luego de ver algunas opciones cercanas, fuimos a un bar donde había un grupo que estaba tocando salsa y cumbia en vivo, sin duda lo hacian de forma muy profesional. Dolor de vientre de la compañera era incisivo y lo remarcó toda la noche. Luego tomamos un taxi fuera del bar y regresamos a la casa.

Viernes 12: Al salir el destino predilecto era la venta de sábila y menjurges, me encantó el puesto, era de puras cosas saludables y la señora daba a escoger la "medicina" para la dolencia preferida. Ese día también compré papaya y verduras cortaditas y peladitas. Super rico. Tambien, me gustó el puesto callejero de aguacates, muy grandes y buenos. Todo lo veía muy bien y andaba muy contento. 

Ya nos dirigimos al teleférico, me gustó ver como puede haber una inversión tan grande y bien cuidada en una zona de tugurios, se veía una predominancia de un color arcilloso, y aunque el lugar se veía pobre nunca me generó inseguridad. Tomamos varios videos y fotos. La anfitriona se puso nerviosa al ver la puerta abierta de una góndola y a los encargados les generó mucha risa. A mí también me la contagiaron.

Nos dirigimos al Centro comercial con Fuente comparamos helado y maní, muy cerca de ahí estaba Universidad del Valle, su campus era muy grande (su hermosa biblioteca)  y una pequeña picada de animal en el brazo. Estadio Guerrero y comimos una arepa a eso de las 4 de la tarde  Transmilenio y obra de teatro brasileña (en un barrio muy parecido a la candelaria en Bogotá), . Llegamos donde los cuenteros, larga espera de salchipapas y empanadas que nunca llegaron. Otra vez tomamos taxi para regresar a la morada. Laura buscaba zapatos y empanadas siempre que había lugar.

Sabado 13: En la mañana pasamos a la venta de sábila, otra vez. Regresamos a la Javeriana a un parcial de ética y luego al apartamento esa mismo dia. Conocimos al padre Hindú y a una muchacha de país Vasco. Partimos hacia Salento, caminos rurales muy parecidos a los de El Salvador. (puestos té de coca, mirador, gradas y muchas gradas, conocimos un fotografo italiano). Hicimos la búsqueda de hospedaje, luego hay una calle larga que nos lleva, los negocios, la gente tomando alcohol por la noche,  la rumba

Domingo14: Regreso de Salento, llegar a la terminal y comprar café en centro comercial. Nos perdimos de regreso a la casa. luego de noche de cumpleaños y de rumba, y de una sola vez al aeropuerto en la madrigada, con una despedida llena de abrazos.


jueves, 11 de julio de 2019

Segundo día en Argentina, día de plata: "Visita a Rio de la plata, la ciudad de la Plata y la Universidad de la Plata"

¿Qué sucedía en Argentina cuando llegamos? ¿Cabe aclarar el contexto? Bueno, me parece justo un intento breve a partir de nuestro poco conocimiento. Llegamos justo en momento de elecciones, Cristina Kishner ya no podía reelegirse, sin embargo, apadrinó a Scioli quien competía con Macri (Conservador y ex presidente de Boca). No se habla mucho de elecciones, a pesar de que era la primera vez que iba a haber una segunda vuelta electoral (balotaje) en Argentina.

En cuanto a lo deportivo, Boca se había coronado el domingo anterior campeón de la liga y hoy miércoles jugaba contra Rosario la final de la Copa Argentina, nosotros - con Neto-  nos ilusionamos con ir pero el estadio estaba muy lejos aparentemente a muchas horas de distancia. Nos tocó resignación, (luego se coronaría bicampeón y nos tocaría ir a celebrar al obelisco en medio de la barra de boca). En los quioscos habían muchas revistas que hablaban del Papa Francisco, se veían algunas imágenes que lo identifican como líder carismático. 

Regresando a  nosotros - los viajeros-. la mañana de miércoles comenzaba, este día nos arreglamos los tres para estar listos a la hora indicada, la idea era estar justo después del desayuno en la recepción, ya que a las 9 pasaban por nosotros, sin embargo, Sara se tardaba bastante en el baño, corrimos y llegamos al Lobby justo a tiempo.

Nuevamente el desayuno buffete estuvo "rebueno", desde la altura se veía a través de la ventana una venta de antiguedades que estaba en el primer piso del edificio del frente (ver foto al final del artículo). Al terminar de comer el guía pasó por nosotros, era muy amable Neto y Sara ya lo conocían, (yo no porque el día anterior me había perdido en Buenos Aires).  Nos llevó caminando por un par de cuadras hasta llegar hacía el autobus.

Ya dentro vimos extranjeros de varias nacionalidades, además, cada asiento tenía su cinturón (lo cuales hacían ruido con el movimiento del bus... al principio era desconcertante porque no se sabía de donde venía el ruido). Pasamos por otro par de hoteles a través de calles y avenidas de Buenos Aires a recoger más turistas para dirigirnos a nuestro destino destino- El río de la Plata.

Dentro del barco habían más turistas de más nacionalidades, eramos alrededor de 30 personas, parecía que no habían argentinos como turistas (solamente los que estaban trabajando), desde el río de la plata nos enseñaron la ciudad de Buenos Aires, lo que más recuerdo era el estadio monumental del Club Atlético River Plate (realmente monumental). El guía hablaba mezclando español y portugués en su reseña. Un detalle que me parecía increíble era que desde el rio pudiéramos ver los aviones despegar del aeropuerto, me parecía una ciudad de juguete o de caricatura, simplemente estaba maravillado.

El clima era frío y estábamos en la parte exterior del bote, la idea era mantener el equilibrio.

También había una idea que rondaba nuestra mente, era Uruguay.

- ¿Será que podemos ir?

- No, no estaba en el itinerario y no lo preguntamos.

Ni modo nos tocó resignarnos, pero aún así se mantenía nuestra alegría en el bote. Ye ra hora de tomarnos la foto del recuerdo

Recorrimos el río. Poco a poco se hacía más angosto, al adentrarnos en el río tigre vimos varios contrastes, ya que habían casa de campo muy bonitas de lujo y mucho más adentro vimos una ciudad con puertos y barcos que conectaban a los habitantes (muchos habitantes saludaban). Increíble, era una ciudad con escuelas y servicios básicos, pero en la cual la gente no había calles sino que agua, por tanto, tampoco ocupaban carros sino botes o lanchas colectivas (incluso recogen a ciertas horas a los niños para ir a la escuela). Otro detalle es que nadie se bañaba en el río. Otro mundo el que estábamos conociendo una especie de Venecia en Latinoamérica. Alguna gente saludaba desde sus casas a los que veníamos en el bote. Dentro de la había un tipo gordo que ofrecía tomar fotos, le dijimos que no.

En el recorrido observamos un parque de diversiones pero no estaba funcionando, se veía en muy buen estado. Luego nos bajamos de la lancha.

En seguida, tomamos el bus turístico hacia san Isidro. El guía dijo: "...en estos barrios viven personas de clase media y sus hijos estudian en colegios bilingues y caros". Se me asemejaba a algunas partes de antiguo Cuscatlán o Santa Tecla. El guía mencionó que habían arboles de maple (similares a los que hay en Canadá), Sara luego comentó que en ese momento sacó una lágrima de la emoción. Era un lugar sencillo, elegante y espectacular a la vez. En nuestro recorrido también pasamos por la residencial presidencial que es el lugar donde el ejecutivo trabaja.


Llegamos aun centro comercial, el lugar era perfecto para comprar a los seres queridos que habíamos dejado en nuestro país. Los precios eran bastante justos. Entramos en dos tiendas en una de ellas una señora hablaba bastante, era muy religiosa y nos dijo que amaba a su hijo, incluso le pidió a Sara que orara por él (era su único hijo), le dijimos que eramos salvadoreños. En ese lugar quizás fue donde compramos más cosas, todos nos acordabamos de todos los seres queridos, nos sentíamos realmente turistas, ah, también este día sí que gastamos plata.

Luego de un par de horas terminamos y regresamos a abordar el bus nuevamente

En nuestro camino al hotel observamos algo peculiar, habían muchos  lugares en condiciones precarias como casas inacabadas de gente muy pobre.
- ¿Y aquí como se llama?
- Esta es la Villa miseria- nos contestaron.

Eran un montón de casas a medio construir, con paredes sin repellar, sin duda a mi me llamó mucho la atención. Nos dijeron que muy probablemente ahí hay no solo argentinos, sino que peruanos, bolivianos y otras nacionalidades de inmigrantes ilegales.



Llegamos al Hotel. Era medio día y discutimos en el vestíbulo ¿Qué vamos a hacer? Insistí en ir a Ciudad de la Plata, tenía que ir al congreso a la Universidad (el ponente era Pablo Semán)... recordando que el día anterior yo me había perdido, cumplimos lo que antes habíamos acordado, ya no nos separamos y nos íbamos a una nueva aventura Ciudad de la Plata. Ahora todos juntos

Salimos de ciudad de Buenos Aires alrededor de las 2:00 pm, no sabíamos exactamente cómo llegar pero nos dijeron que el viaje tomaba alrededor de 1 hora. No habíamos almorzado así que compramos pollo frito en Trak (nosotros le decíamos Irak) en la Avenida 9 de Julio. No sabíamos dónde hacer la fila para el bus, pero las personas nos iban indicando. 

Varios argentinos nos vieron desorientados pero algunas personas nos señalaban dónde hacer la línea. Tomamos el transporte y nos orientaron una joven argentina y Silvia (el ángel disfrazado de Señora de unos 55 años aproximadamente). Al principio Silvia no nos prestó atención pero un poco antes de subirnos en el bus prácticamente se responsabilizó de nosotros. Nos dijo que ellas nos diría cuando y donde bajarnos. Ya en el bus nos sentamos dispersados, cada quien compartió con un argentino como compañero de asiento.

Luché para ver lo que el camino ofrecía, pero el sueño me venció. Llegamos a la plata alrededor de las 3:00 o 3:30. Caminamos con Silvia a través de la ciudad nos orientó en una ciudad donde sin duda nos hubiéramos perdido,  cabe agregar que la Plata se veía más compleja que Buenos Aires (al menos hasta ese momento). Llegamos a la Facultad de economía, pero nosotros íbamos para la Facultad de Ciencias Sociales. Así que nos tocó tomar un taxi.

La señora nos dijo que todos se conocen en Ciudad de la Plata, nos dijo que ella sabía quienes eran los papás del taxista.

En ciudad de la plata parece que hay conciertos Pearl Jam y Rolling Stones fueron algunos de los que nos mencionaron.

Llegamos a Universidad de la Plata, a la facultad de ciencias sociales (yo estaba feliz), Silvia nos dejó ahí, es decir nos separamos, ella nos pagó el taxi, para nosotros fue una mezcla de pena y agradecimiento, los tres la abrazamos cada quien le entregó el corazón en ese momento, nos había ayudado muchísimo.
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Ya dentro la universidad era un "caos-ordenado" había un aire de similitud con la UES. Habían elecciones estudiantiles, burocracia, pancartas y canciones políticas. El congreso era mi obsesión, comenzamos a buscarlo, realmente no fue fácil hallarlo. Una estudiante rubia se compadeció de nosotros y nos ayudó a encontrar el lugar del congreso, finalmente llegamos.

Sin embargo, fue grande mi decepción cuando logré llegar y las ponencias eran en francés, llegué al lugar indicado sin embargo me quedé un rato mientras Neto y Sara me esperaban. Pero no entendía, este evento sería la chispa para que en años siguientes tomara clases de francés.

Luego de un par de vueltas Dentro de la universidad encontramos un taxista - Sería nuestro tercer taxista en argentina- ( le preguntamos y me dijo no me gusta el fútbol... para mí un shock!!). El tráfico se veía infernal muy complicado, diferente a lo que vimos en buenos aires.

Vimos una manifestación, que contaba algo que no podíamos entender, parecía que iban haciendo una barra futbolera

-¿Qué es?- le preguntamos

- Es la Bogra!!! - El nos contestó

Nunca supimos que era la dichosa Bogra y no le preguntamos más, era algo tosco su modo de ser.

Llegamos a la estación por el bus, la fila era larga, y pensamos nos tocará ir parados, la sorpresa fue que en esos transportes largos no había gente de pie. Así que teníamos que esperar nuestro turno a que hubiera asiento para nosotros. Viaje de regreso nos permitió llegar casi a tiempo al hotel. Ya de noche el micro regresó por nosotros e ibamos a la fiesta Gaucha. Fuimos a la florida (una especie de avenida peatonal central), esta vez era la noche de tango.

Era una especie de teatro muy bonito, era una cena y un show donde no se permitían fotos. La cena fue en 3 pasos:  entrada, plato principal y postre. Al final del espectáculo Sara pagó por una foto del recuerdo donde salimos los tres con los bailarines principales del Show

Fue muy elegante y precioso.  Además el fabuloso show de Tango de una hora y media. Regreso al Hotel . Aunque todo fue muy bonito mi atención se quedó con esta tienda de curiosidades a la que "curiosamente" nunca pude entrar y solo pude tomarme una foto desde afuera. 












sábado, 26 de mayo de 2018

Salvadoreños de visita en Bogotá, conociendo Bogotá


Preparados para el calor (por no consultar, ni preguntar), viajamos a Bogotá sin pensarlo mucho. En el aeropuerto nos encontramos con una de mis ex-alumnas de mis tiempos de la Escuela de enfermería, Mariela. Ella se iba a vivir con su novio y futuro esposo a Colombia, muy amable nos dijo que iba a haber mucho frío y lluvia (y así fue). Sí queríamos calor debíamos ir a Cartagena, pero ya no había marcha atrás. Bogotá era el destino.

Íbamos juntos en temporada de trabajo y yo tenía una conferencia a la que debía de asistir, en inicio pensaba que sería en la Universidad de los Andes acerca de movilidad urbana y bicicletas, ya que tenía aceptado un paper, sin embargo, al final fue uno acerca de Políticas Públicas y Administración organizado por la Universidad del Rosario en el hotel Tenkendama. Yo no iba como ponente sino como participante (ahí ví mucho estudiante que se miraba con mucha capacidad económica), las ponencias interesantes comparaban los procesos de la administración con respecto a temas como derecho ambiental, burocracia, y los procesos de paz (tema de moda en ese momento) incluso algunas dictadas en francés, y el evento era caro. Estando ahí, incluso hablé con el magistrado Reynaldo Cardoza quien iba con su esposa e hija.

Fueron tres días de conferencias, los primeros dos días terminaron a las 4 de la tarde los y el último solo era hasta las doce. Al llegar del aeropuerto el Dorado no teníamos del todo claro como viajaríamos, aunque desde ahí al hotel donde ya teníamos la reserva.

Fátima es muy intuitiva buscando lugares de alojamiento y sobretodo, tiene mucho arrojo. Ella buscó en una página tipo Trivago para pasar al menos las primeras dos noches en  un lugar conveniente.

Desde el aeropuerto logramos llamar por teléfono (lo cual fue una pequeña odisea que nos tomó algo de tiempo) y el hotel nos mandó un taxi que nos llevó a nuestro destino. Cabe resaltar que al dichoso taxista nos fue difícil pagarle, ya que pensábamos que nos cobraba de más, sin embargo, éramos nosotros los del problema para hacer la conversión, difícil el acoplamiento a la nueva moneda.  Ya en el lobby del hotel (algo Inn.)..ubicado en una zona "de caché"- encontramos unos brasileños, yo sonsacaba a Fátima para que les hablara en portugués, (ella había hecho un nivel de dos meses, y había que sacarle el jugo) al final le ganó la pena. Nunca les dijo nada.


Luego de dejar nuestras maletas, salimos a buscar comida, y encontramos un lugar de Arepas muy cerca del Hotel. Según nosotros era barato, (pero hay que recordar que estábamos en un barrio élite) entonces comimos las arepas dentro del sencillo restaurante y las disfrutamos. Luego, nos regresamos al hotel a descansar. Amanecimos un domingo ya listos para conocer la ciudad, llegamos a la parte baja del hotel donde cada quien se servía el desayuno, ese día caminamos y vimos la ciclo ruta. Mucha gente emocionada, pasamos por varios lugares incluyendo la parte de enfrente de la universidad nacional.

En la noche fuimos a un bar (antes de regresar a descansar al hotel). Entramos un poco dubitativos (cerca de la avenida 26 donde estaba ese hotel) todo era caro pero estaba rico, la cerveza era dulce, y pedimos no recuerdo si una o dos jarras y tomamos los dos juntos (algo poco usual).

Al siguiente día salimos a buscar un nuevo hospedaje, tomamos en trasmilenio lo cual fue toda una aventura, me gustaba ver las calles anchas y estaba impresionado por la cantidad de gente que usa este medio.

Luego de ver varias opciones, nos quedamos en el barrio Candelaria en un hotel de mochileros cerca del Chorro de Quevedo (donde no hay chorro pero si moteros), la habitación era sencilla (color amarillo) y hacía un frío insoportable, Fátima lo había vivido en carne propia estando ahí en los días de lluvia, que no le permitieron salir. Estando sola aprovechó para hacer un city tour y ver los lugares de grafitos con su explicación, aunque era gratis al final se le "pedía" una colaboración. Yo fuí nuevamente a la conferencia, y recorría los alrededores cuando había lugar. Ví un simulacro de terremotos y se veía mucha gente por las calles, ademas recorrí los centros comerciales cerca del área (el planetario aunque estaba muy cerca no fuí, hasta ya unos días después con Fátima). También, vimos una marcha por la Paz cerca de la avenida 7 donde tambien iban sindicatos.

En el hostal conocimos gente de varios lados, por ejemplo: un mexicano que trabajó en el gobierno y luego de ser cesado había estado recorriendo latino-américa, también un francés de padres chinos y un alemán que siempre andaba ebrio.

En la noche decidimos salir, la idea original era ir a Andrés Carne de Res pero por los precios cambiamos la discoteca por el Gringo Tuesday nos fuimos junto al alemán y el chino /francés a la zona de discotecas. Ahí bailamos mucho, fuimos y regresamos en taxi lo que nos permitió conocer la ciudad de noche.


El día siguiente, regresé a la conferencia por la mañana y al medio día (que fuí a buscar mi comida) llovió mucho y hacia mucho frío, inclusive me quedé encerrado en una venta de hamburguesas y me perdí un par de conferencias porque no paraba de llover. Ya por la noche, salimos otra vez, fuimos a un bar cercano a platicar de la vida, el alemán ya sabía varias palabras en español y era muy amable. La conversación fue muy amena y chistosa. Se respiraba en general un ambiente de mucha paz, un par de ofrecimiento de drogas cuando andábamos con extranjeros en el barrio Candelaria. Solo al alemán le ofrecían y al chino le causaba indignación que a él no le dijeran nada.

Los días siguientes recorrimos varios lugares en Bogotá, yo disfrutaba mucho del acento de la gente y lo quería imitar a cada momento que hubiera oportunidad, los libros (piratas) que se vendían a granel en las calles, pero sin duda el amor más grande fue la "bandeja paisa", la probé y quedé encantado, deliciosa sin duda. También me llamó la atención que se podía comprar Zucaritas con leche en la calle en puestos ambulantes.

Un día fuimos en la tarde al funicular/teleférico de Monserrat junto con el chino/francés. Tomamos muchas fotos pero creo que todas se perdieron, pero la pasamos muy bien: vimos las banderas de múltiples países en la boletería, contemplamos a toda la ciudad desde arriba y platicamos acerca de Dios y la vida dentro de  la capilla en Monserrat. Arriba vendían camisa con Pablo Escobar de imágen

Al día siguiente nos despedimos del amigo chino/frances cuando fuimos a hacer un cambio de moneda al centro de la ciudad. Durante el día visitamos el planetario de Bogotá donde habían suéteres de Colombia y juguetes del principito, no compramos al zorro y Fátima se ha arrepentido muchas veces hasta el día de hoy. En nuestro recorrido visitamos varios museos: el museo del oro, el museo de Botero y el Museo Nacional.Todos muy bonitos.

En las calles habían libros que se vendían de manera informal, los vendedores ponían un plástico y cubrian con otro trasparente para protegerlos de la lluvia.

Luego cambiamos de grupo de amigos, nos fuimos al parque Virrey (en la esquina había un Juan Valdés) donde hicimos picnic con extranjeros del coach surfing, después de dos horas de hablar al final se nos junto una muchacha. Caminamos con amigos latinos de varias partes (venezolanos, con raíces europeas del este -talvéz lituana- y por supuesto colombiano) fueron muy amables, nos llevaron al supermercado para comprar cosas para compartir en el picnic, vimos las frutas eran exóticas.

Al terminar la comida nos llevaron al Centro Comercial Andino. Ya en la noche caminamos quise comprar chocolates y me metí en una tienda, pero la barra valía más de $10 estaba extremamente caro en la calle, por supuesto que no lo compré. Más de tarde fuimos al Bogotá Beer Company donde conversamos acerca del costo de la vida en Colombia y de la música de moda en los 90´s. Ya para el regreso viajamos por el transmilenio, incluso Fátima tuvo miedo por un grupo de muchachos que le generaron desconfianza aunque al final no pasó a más. 

Los últimos dos días nos quedamos en el Hotel Ibis Bogotá, muy cerca del museo nacional. Estaba en la carrera 7 (yo estaba impresionado, no sé como hizo, pero lo encontró barato).  Durante esos día hicimos nuestro viaje más largo fue a la Catedral de sal de Sipaquirá, antes de entrar vimos un desfile en la parte de abajo, y había tambien una reunión de mucha gente. Ya estando adentro me agarró dolor de cabeza y vomité. Al salir ya me sentía de maravillas, y Fatima fue muy comprensiva porque se preocupó por mi almuerzo y aunque estaba muy molesta por tener que salir, afortunadamente no tuvimos mayores inconvenientes.

También disfrutamos de caminar en la Carrera 7 lo cual se convierte en calle peatonal donde hay espectáculos, gente jugando ajedrez y puestos de comida.  Fátima comió una arepa en la calle, estaba muy feliz y le tomamos una foto. Entramos a una librería y compramos un libro de Zigmung Bauman de la modernidad líquida, cotizamos los precios de las chamarras en las ventas de usadas y eran carísimas, la de menor precio $80, al final Fátima me compró un sueter muy bonito y sencillo (como se puede ver en la foto de la catedral). Además caminamos la calle lleva a la plaza Bolívar la parte central de la ciudad vieja Bogotá enfrente del palacio de Justicia famoso por el asalto del M19.

Visitamos el campamento de la paz en Plaza de Bolívar, donde campistas reclamaban la firma del Si por la paz en Colombia y nos contaron su versión del proceso, incluyendo actores como: paramilitares, narcotraficantes, movimientos guerrilleros y el gobierno y la relación entre ellos. Hablamos con un amigo que nos dio su testimonio muy sentido. El tema en ese momento realmente genera mucha conmoción. Comer pizza barata de la calle frente al museo nacional.

También comimos una cena en un restaurante muy bonito de la segunda planta del chorro de Quevedo, la comida estaba buena y estaba todo bien decorado, no estaba mucha gente.  La última noche comimos en el Spaguetto Cafe y restaurante de comida italiana donde se tardaron un montón en atendernos, al final la comida nos salió gratis por el reclamo de Fátima quien se mostró muy digna amenazando con salir del restaurante porque no soportaba el hambre. Fue bonito porque pudimos comer en un restaurante "popis" donde nos salió gratis por la cantidad de tiempo que se tardaron y el carácter explosivo y contundente de la gordis. 

Una noche antes compramos en un super algunos regalos (incluyendo cervezas y café en polvo Juan Valdez). Al recorrer la ciudad Bogotá se veía una ciudad bastante moderna, con edificios construidos y en construcción sobretodo esto último. Ya en nuestra última mañana, compramos muchos recuerdos para los seres queridos en la avenida 7  en una tienda de artesanía , y ya en el aeropuerto chocolates. Fue nuestro primer y único viaje solo los dos juntos y solos al extranjero. La tierra de Aureliano Buendía, los Hermanos Castaño, Jaime Garzon (comediante), Botero (pintor), Carlos "el pibe" Valderrama y Betty la Fea, nos trató muy bien. 


martes, 12 de enero de 2016

Buenos Aires, el primer día de los nuevos visitantes

Buenos Aires, Argentina 3 de nov 2015: Llegamos al aeropuerto de Ezeiza a las 4:30 de la mañana (hora de Buenos Aires), el taxista- Domingo- tenía un rótulo con el nombre de Navarrete (justo él era el contacto), él se adelantó a nosotros y se llevó un par de maletas, se despidió de los otros taxistas. En ese momento Sara, Neto y yo nos subimos al taxi. Tomó otra calle a la planeada por él... la razón nos dijo: "¡¡¡Está cortada!!!..." sin embargo, nosotros no supimos que quiso decir, además era demasiado acertivo, incluso parecía cortante, ya en el camino como un poco achicados íbamos callados, quizá Neto no tanto porque iba haciendo un par de preguntas... yo me maravillaba de lo ancho de la carretera ( eso que era la que nos llevaba del aeropuerto a la ciudad), de los edificios altos y no apilados distribuidos en la orilla de la calle, más adelante veía los pasos a desnivel impresionantes. Pasaban los minutos,y aunque seguía oscuro, veía a Buenos Aires con más claridad, se me iluminaban los ojos, los rótulos y sus letras eran diferentes a los conocidos en centroamérica, el taxi era diferente, además yo tenía un poco de sueño pero todo me deslumbraba (que viaje más largo y cansado... ufff). Llegamos a la avenida 9 de Julio, se veía ancha... muy ancha, los edificios como viejos pero muy grandes y de colores marrones (quizá la mañana y el amanecer me los hacía percibir así). Caminaba poca gente y se veía que había frío. "Hay que tener cuidado por donde se come hay lugares caros", el taxista nos advirtió, que en los centros comerciales es caro, nos dijo: "en muchos lugares te la derriten [Navarrete]".... al final él nos recomendó pizza.

Llegamos alrededor de las 6 al Hotel Royal Park Inn, todos sus alrededores estaban cerrados (yo moría de impaciencia por salir), el lugar era acogedor estaba en la avenida Suipacha, la gente muy amable  desde los botones, hasta los recepcionistas y/o administradores, (aunque su Wifi era deficiente al no estar en la recepción).
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Subimos por el ascensor y nos instalamos, creo que era un cuarto piso y desde ahí vimos a la gente caminar...¡veíamos Buenos Aires desde las alturas!, la gente blanca, las mujeres fumaban, casi no habían niños, ese era Buenos Aires. Las calles tenían un espacio para bicicletas, estas eran utilizadas sobretodo por jóvenes mujeres, muy guapas (o quizá el nunca haber estado en suramérica me hacía verlas atractivas). Encendí la tele emocionado, y me preguntaba ¿Qué verán en Buenos Aires? finalmente lo impensado... estaban dando Chespirito, (Ché, realmente somos un mismo país desde México D.F hasta Buenos Aires).

El desayuno era hasta las 9 am. pero me mataba la ansiedad y la impaciencia. La ciudad estaba helada así que Neto me prestó un suéter Negro (la chumpa pues...) y bajé el ascensor y salí decidido... hasta que justo al salir por la puerta de vidrio del hotel un borracho me pidió dinero, como iba yo solo me sentí amenazado (toda la paranoia que se vive en El Salvador me acompañaba... o quizás era el miedo de ser extranjero), hice mi segundo intento y luego sí logré salir. Dí la vuelta a la cuadra y llegué a la avenida 9 de Julio (su imagen iba a ser la más repetida y sería la que quedaría más marcada en mi recuerdo). No llegué hasta el obelisco ya que parecía muy lejos, pero ya había hecho mi primera aventura. En ese primer recorrido logré observar personas de raza negra vendiendo en las calles, nunca había oído hablar ni de negros, de afros o morenitos en Argentina parecen invisibles, ya que nadie parecía hacerles caso, hablaban en otro lenguaje, quizás eran de Guyana, (pues sí ...alguna respuesta tenía que haber).

Regresé al Hotel con un poco de dificultad, (me perdía espacialmente y casi durante todo el viaje me fue difícil). Subí al cuarto donde estaban Sara y Neto [Navarrete...para el taxista], Luego los tres fuimos a comer un delicioso desayuno. No había plátano, ni tortilla- al que estábamos acostumbrados- pero con el cereal, la calidad del pan, el queso y la fruta (naranja, fresa y kiwi) era más que suficiente. Además había yogurt para llevar... es decir, todo estaba delicioso.. ya lo dije muy rico. 

Más tarde alrededor de las 10:30 llegó Alejandro (amigo de Neto), él llevaba 3 meses viviendo en Argentina (era salvadoreño de Santa Tecla) antes habíamos pagado en efectivo un tour que habíamos reservado desde El Salvador. Luego nos llevó a dar un paseo de reconocimiento por la ciudad, nos llevó específicamente a Florida, (paseo peatonal inmenso de gran actividad comercial), ahí cambiamos dinero [dollar Blue], compramos un cargador de teléfono (el cuál luego nos resultaría insuficiente para los tres ya que la conexión es diferente a las que tenemos en centroamérica) y nos recomendó un lugar de tortas para comer como argentino el cuál era muy barato.

Llegamos de regreso alrededor de las 12:30 al hotel. Estaba desesperado por seguir conociendo y sobretodo por llegar a Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO Argentina. Me decidí a salir otra vez yo solo, con la orientación de google maps y Alejandro que me dijeron la ruta, a las 2:30 tenía que estar de regreso para el primer city tour. Me animé a caminar y sí que iba a caminar..... Tenía dos objetivos claros 1) la FLACSO y 2) la librería el Ateneo, llegué al obelisco ya sentía un poco de familiaridad con la avenida 9 de Julio, además había anotado los nombres de las avenidas, me sentí muy seguro de llegar, sin embargo, llegué al punto, a la interjección donde quedaba el lugar y nada. No lo encontraba, es decir, no lo encontré. Pasaba varias veces por el mismo lugar, ya parecía perdido caminando las mismas dos o tres cuadras una y otra vez. Desistí en mi búsqueda y me dirigí hacia el Ateneo, ese sí lo pude encontrar, ahí tome muchas fotos de libros y del lugar, una que otra selfie... pal facebook. El lugar tan afamado me gustó lo ví grande, tenía mucha variedad y calidad de libros pero debo de decir que no me impresionó como lo imaginé. Lo ví con ligereza (un vistazo rápido...) y alcancé a comprar un libro (lo hice pensando en mis clases), intenté regresar lo más pronto posible eran las 2:20 y el city tour comenzaba en diez minutos, caminé apresurado por las calles (llenas de librerías), prácticamente corrí para llegar al encuentro. Me perdí, daba vueltas en los mismos lugares... me sentía cerca, sabía que estaba cerca. No alcancé a llegar a tiempo ya eran las 3 de la tarde. Al final me rendí.

Llegué al Hotel a las 3:30 estaba cansadísimo, subí y me fuí a dormir. Creo que dormí hasta las 4:30. Me decidí a salir solo del hotel y me fui Florida, miré los kioscos, las gentes, los vendedores. Me animé y compré una torta. Solo le dí una mordida. Alguien se acercó a hablarme, eran como vendedores de tours ( imaginé algo raro pero me ganó la curiosidad) me regalaron un jugo y continuaban muy amables. De pronto me exigieron dinero por un jugo que no pedí, fui rodeado y luego corrí sin comerme mi torta. Hasta el hambre se me quitó (al menos por un rato).


Comencé a buscar el hotel, nuevamente me resultaba difícil, caminaba por las mismas calles pero no encontraba el Hotel. Sin embargo, a quien sí pude encontrar de forma coincidente fue a Neto y Sara, nos vimos con mucha alegría, de ahí en delante ya no nos separamos. Ahora juntos avanzamos hacia el norte viendo muchos teatros, ventas de libros y estatuas. Nos sentamos en una esquina y comimos, [en lo personal me decidí por un helado muy dulce para mi costumbre], En ese momento solo estábamos viendo la gente pasar vimos muchos adultos y gente guapa .... las chicas nos deslumbraban con Neto. Luego con Sara comentabamos acerca de cómo nos sentíamos, parecía que había sido un día interminable. Luego del pequeño descanso, nos encontramos con otra serie de estatuas, ya estaba oscureciendo seguramente ya eran como las 8 de la noche pero se veía más temprano, Cada cuadra habían más teatros y estatuas, nos dedicamos a tomarnos fotos con ellas. Tan sencillo, pero tan increíble estabamos en nuestro primer amanecer en la ciudad de Buenos Aires. Los policías eran escasos, lo cual no era algo que nos llamara la atención, pero en el momento que quisimos regresar al hotel eran a ellos a quienes buscamos para preguntarles.

Cabe destacar que en principio creímos que Sara era quien  mejor se ubicaba, sin embargo todo era cambiante, ya que cada quien colaboró en diferentes momentos para ayudarnos a encontrar algún destino. Además nos dedicamos a preguntar a gente de los quioscos y ventas formales (nos decían que éramos colombianos). Finalmente encontramos un par de policías y ellos nos fueron ayudando a encontrar nuestro lugar de reposo. Honestamente estábamos emocionados pero el cansancio nos hizo mella ya al final de la jornada.

Luego de llegar nuevamente al hotel decidimos salir nuevamente con Neto. Nuestro destino era ahora un supermercado, yo esperaba en inicio ver una gran empresa (cuasi monopolio) que distribuyera los bienes, sin embargo, llegamos a una cuasi distibuidora que era administrada por una familia de asiáticos, el sitio era pequeño, los pasillos eran  pero lo suficientemente surtido para encontrar lo que se necesita. Compramos pan y atún. Eso nos sirvió de cena al menos ese día. Al regresar dormirnos fue complicado había cansancio y emoción. Neto nos habló que quería ver tumba de Cerati y yo de que quería ir a mi congreso, mientras tanto Sara concentrada hablando con su familia por las redes sociales. Este día no fue de reconocimiento del terreno y fue muy bueno.

PD: Se resalta que Netio quería ver la Tumba de Cerati.