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lunes, 3 de agosto de 2020

El gobierno de El Salvador durante la crisis del COVID 19 ¿cerca del pueblo?

Por Luis Aguilar

El gobierno actual ha querido mostrarse cercano al pueblo y alejado de las élites tradicionales (que han perdido con justicia su prestigio), se ha apoyado en discursos y políticas populares donde destacan ciertas decisiones ante la crisis sanitaria y económica. Primero, la denuncia a la corrupción de los gobiernos anteriores y el rechazo a la práctica política tradicional; segundo, el uso de la fuerza armada como defensores y protectores de la salud, y el bienestar del pueblo; tercero, la entrega de transferencias monetarias por un valor de $300 y de bolsas solidarias con artículos de primera necesidad; y cuarto, la adecuación del Centro de Ferias y Convenciones (CIFCO) en el Hospital El Salvador (llamado por funcionarios del ejecutivo el más grande de latinoamérica), entre otras.

El hecho que estas acciones se planteen como "cercanas al pueblo" no significa que se están priorizando a las clases populares, ya que hay señales del fomento de los privilegios y discriminación a las mayorías desde el poder, a razón de ciertas características. Por ejemplo, el lugar donde se reside, a razón del nivel de ingreso o tipo de trabajo se realiza, por la concepción de status y/o el poder político del individuo, o por el país donde procede la persona (malinchismo), entre otras. Estos tratos preferenciales (injustificados desde la ética, la moral y el estado de derecho) son formas de discriminación que fomentan la desigualdad. El virus afecta a ricos y pobres, sin embargo, grandes diferencias a la hora de abordarse a razón de la clase social.

La idea de este artículo no es destacar acciones donde se sospecha hay corrupción, sino, resaltar actos donde se percibe hay discriminación generada desde el gobierno. Durante la gestión pública de la crisis del COVID-19, ciertas decisiones del ejecutivo han considerado a grupos como subordinados, marginales o de peor categoría (con derechos restringidos), y otros como mejores o dominantes (a los que se debe y puede privilegiar). Entre algunas medidas gubernamentales se identifican las siguientes.

- Asignación de forma selectiva a hoteles y centros de contención durante la cuarentena: se mandó de forma discrecional a funcionarios de alto nivel (como ministros) a hoteles para la cumplir la cuarentena en aislamiento, y en contraste, otras personas -quienes no son parte de la élite gubernamental- fueron llevadas a centros de contención, como por ejemplo en Jiquilisco, sin que hubiera un protocolo estandarizado del motivo de dichas diferencias (cabe agregar que muchos sanos se contagiaron en dichos centros). Esto hizo evidente la brecha del poderío o influencia política de un grupo poblacional sobre otro, aunque funcionarios dijeran en su momento: “ingresamos a cuarentena, como todos”.

Dificultad para salir y regresar al país: hay salvadoreños que desde marzo están luchando sin éxito por regresar a su país (hace más de 100 días), con mínima asistencia consular. Los funcionarios responden que hay lista de espera, piden paciencia, pero sin un plan de repatriación claro, el proceso permite los retornos de forma arbitraria, y diferentes grupos de chat de “los varados” dejan testimonio de ello. Mientras tanto, los vuelos privados no tienen restricción de entrada o salida. 

Suspensión de la circulación de buses desde el 21 de mayo: a pesar que el 80% de la población se moviliza en buses (según estudios del Viceministerio de Transporte -VMT) se prohibió su circulación, sin restringir vehículos particulares. Esto ha obligado a mucha gente con necesidad de transportarse a movilizarse diferentes formas, incluido el transporte pirata, que no solo les resultan más caro, sino que pone más en riesgo su salud, por no ser un transporte regulado y en condiciones adecuadas. Se llegó a "romantizar" la vulnerabilidad, cuando una enfermera tuvo que moverse en bicicleta para llegar a su trabajo, y se le llamó "ejemplo de mujer" desde cuentas de funcionarios, pero ¿serán dichas condiciones las mismas a las que se someten los altos cargo de gobierno?

Subsidio a razón del recibo de luz: se anunció un subsidio de $300 por parte del gobierno a quienes consumen 250 kilovatios/hora o menos. Pero ¿qué pasó con las 84,130 familias que no tienen acceso a electricidad? parecería fueron excluidas de este beneficio, o al menos invisibilizadas, aun siendo parte de la población más pobre y con más necesidades del país. Por otro lado, un grupo de población con mayores ingresos recibió este subsidio, unos lo recibieron y otros renunciaron a él, pero muchos con necesidad no participaron de la oportunidad recibirlo. De tal modo que, esta sería un tipo de marginación por territorio, e ingreso.

- Dificultades de vendedores informales y de mercado para trabajar: la cuarentena hizo que la gente en los mercados y negocios informales tuviera dificultades para vender libremente, tanto por la restricción de salida por número de DUI, como por las medidas de cierre total o por horas decretadas por las municipalidades. Incluso, hubo amenazas de decomiso de mercadería de no cumplirse la medida. En contraste, la gran empresa -particularmente los supermercados- siempre permanecieron abiertos de forma ininterrumpida, a pesar de ser lugares con menos ventilación y más cerrados.

- Trato diferenciado a los violadores de la cuarentena obligatoria: cientos de personas fueron encerradas en diferentes centros de contención por violar la cuarentena, se tachó de inconscientes a quienes compraban su comida del día, sin tomar en cuenta que muchos- por la precariedad económica- no pueden abastecerse por adelantado. Incluso la policía lesionó de bala a un joven en San Julián, por negarse a entregar documentos y la motocicleta cuando los agentes se los pidieron. En contraste, en plena cuarentena el gerente del partido GANA, chocó su vehículo y fue liberado a pesar de estar en estado de ebriedad, según lo documenta un periódico digital.

- Compra de productos extranjeros por sobre nacionales: se compraron granos básicos y leche para reserva a México, y también atún enlatado a una supuesta "empresa fantasma" del mismo país. Y aunque los mismos representan un alivio para muchos consumidores, esto debilita al productor agrícola local. Según Luis Treminio de la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo) estas importaciones traerán efectos negativos, ya que va en detrimento de los productores locales, quienes en buena parte son gente pobre (que vive de la agricultura).

Dar prioridad a internacionales por sobre nacionales: por ejemplo, el presidente habló con el cantante puertoriqueño Residente en redes sociales, sin restricción de tiempo a pesar de no tener ninguna responsabilidad institucional con él. En contraste, ha dificultado y limitado entrevistas a medios locales, e incluso se ha mostrado hostil a periodistas desde las redes sociales. A esto se agrega que se contrataron a venezolanos como "delegados presidenciales" para el manejo de la pandemia en El Salvador, se reporta que maltratan al personal médico nacional y tampoco hay transparencia en sus salarios. Esto es una forma de elitismo y malinchismo.

- Dificultades en el acceso al agua potable: este  problema -heredado desde gobiernos anteriores, en época de Covid-19 se hace aún más visible, ya que el no tener agua potable en casa hace más difícil cumplir el aislamiento, quedarse en casa y cumplir medidas como las de lavarse las manos. Hay muchos sin agua por días, semanas y hasta meses, lo que facilita la propagación enfermedades, incluso al mandar pipas se hace la aglomeración de personas por la preocupación y necesidad del agua. Una salida que beneficie a las mayorías, por ejemplo, incidir para aprobar una Ley General de Aguas.

- Concesión de la Lotería Nacional de Beneficencia a una empresa privada: la institución surge por la necesidad de recaudar fondos para hospitales nacionales, y como su nombre lo menciona, su objetivo es beneficiar y apoyar a grupos vulnerables. En los últimos años apoyaba a personas de Hogares de niños y asilos a nivel nacional. Ahora con la concesión (poco o nada transparente, y sin seguir el procedimiento de ley), las ganancias pasaran a fondos privados de una empresa israelí, beneficiando a grandes capitales. De ahí que surja la pregunta: ¿Qué pasará con aquellos que ayudaba la lotería de beneficencia?

- Reunión con empresarios en casa presidencial: aunque ha tenido críticas directas con la ANEP por considerarla un grupo de poder, pero se negoció la reapertura con representantes de familias seleccionadas (que son la élite dentro de los mismos privilegiados). ¿Por qué sí dice estar del lado del pueblo, solo llega a acuerdos con grupos privilegiados que representan el gran capital? en este sentido, cabe recordar que estos defienden sus propios intereses, y no a los comerciantes más sencillos y que son la gran mayoría. Además se niega a negociar con la Asamblea Legislativa que es la representante del pueblo por voto.

- Uso desmedido de recursos del Estado en transporte del presidente: la caravana presidencial incluye, camionetas blindadas y motocicletas llevan al presidente, aunque esto no ha sido una práctica exclusiva de esta administración.

- Funcionarios con plazas "ad honoren": Aunque hay plazas como las del Secretario privado de la presidencia con plazas ad honoren, también cuentan salarios alternos de miles de dólares y con múltiples prestaciones.

- "Oídos sordos" a las opiniones científicas: Ya sea de opositores o la opinión de sus propios funcionarios, por técnicas que puedan ser si no son convenientes Bukele ha hecho caso omiso de ellas

Estos ejemplos citados- generados durante la crisis sanitaria- son muestras de diferentes tipos de discriminación y otorgamiento de privilegios desde el Estado. Y aunque el gobierno se esfuerza en promocionar políticas que son populares, en la práctica, habría que preguntarse ¿Será que se sigue reproduciendo la desigualdad y diferenciación social, tal como se hizo en los gobiernos anteriores? Ya que, aunque hay decisiones donde muestran "cercanía al pueblo" en el corto plazo, en el largo plazo también podrían generar desigualdad.

Primero, aunque los funcionarios gobierno denuncian la corrupción de los gobiernos anteriores, y dicen estar del lado del pueblo, pero brindan apoyo a Walter Araujo quien compite con el partido Nuevas ideas. Este cuando era diputado firmó la ley del Sistema de Ahorro para Pensiones (decreto 927 en diciembre de 1996) y la "dolarización" (decreto 201 en noviembre del 2000) las cuales incrementaron las desigualdades económicas.

Segundo, al hacer uso de la fuerza armada para atender problemas políticos y de salud (como los cercos sanitarios), ha mostrado incapacidad para dialogar, y más bien ha amenazado la institucionalidad democrática. Resolver los problemas por la fuerza es parte de la cultura violenta, donde los más pobres sufren las mayores consecuencias (tal como pasó en la guerra).

Tercero, la entrega de un subsidio de $300 y de bolsas solidarias con artículos de primera necesidad, es un beneficio directo a la población y un alivio a la canasta básica de los salvadoreños, no está correctamente focalizado hacia los más pobres, no es sostenible, ni tampoco es un regalo. Cada bolsa solidaria (cuyo valor se estima en $50), en el largo plazo terminará costando $924.60, con el préstamo a 32 años plazo a una tasa de interés semestral del 9.5% con un gobierno que ha reducido su recaudación de impuestos. Este y los otros préstamos, terminarán siendo pagados por la población, y aquí los grupos más pobres son quienes sufren las mayores consecuencias.

En cuanto a la adecuación del hospital El Salvador, se cuestiona sí es el lugar más adecuado, y sí cuenta con el personal suficiente y con los recursos de bioseguridad necesarios. Y aunque este tiene el beneficio de la duda, solo el tiempo determinará con exactitud sí termina o no ayudando a las grandes mayorías de manera oportuna.   

En conclusión, durante la crisis del COVID-19, el gobierno predica un alejamiento de las élites tradicionales. Pero sus políticas sanitarias y económicas muestran desconocimiento de la realidad nacional, con decisiones que parecen ventajosas en el corto plazo, con consecuencias negativas a la larga, que siguen reproduciendo la desigualdad. Estas de no cambiarse pueden causar una mayor concentración del poder, mayor desigualdad, y la posibilidad de más conflictos violentos. De ahí que surja una pregunta final: ¿Podrá un gobierno que afirma estar del lado del pueblo plantear una verdadera y sostenida opción preferencial por los pobres? 


miércoles, 27 de mayo de 2020

Discurso de Toma de Posesión.1 Junio 2019 Nayib Bukele

Antes de iniciar Quiero hacer una mención especial a los invitados ilustres que tenemos este día. Me refiero a uno y cada uno de los salvadoreños que nos acompañan aquí, en esta plaza, y a los que nos ven a través de los medios de comunicación. En otras épocas, ustedes no habrían podido estar en este evento. Esa fue mi primera decisión como presidente electo, que ustedes estuvieran aquí, conmigo, en este lugar, en esta plaza, en este día.

Hace unos días, la tierra tembló en la madrugada y no había pasado ni hora y media cuando los salvadoreños salieron a trabajar, como si nada hubiera pasado. Ningún pueblo del mundo hace eso, más que este. Este pueblo del cual todos nos tenemos que sentir orgullosos.

Hace cuatro meses estuve parado aquí también, en esta plaza. Ese día nos comprometimos (…) a pasar la página de la posguerra, nos comprometimos a hacer un mejor El Salvador, nos comprometimos a garantizar el bienestar social de cada salvadoreño. Eso es lo más importante del compromiso que tuvimos ese día. Hoy vine acá para cumplir esa promesa.

Ustedes son la razón de ser de esa promesa. Ustedes son la razón de ser de que estemos aquí el día de hoy. Ustedes lograron lo que decían que era imposible. En las calles, cada uno, gritaron con fuerza el nuevo El Salvador que querían tener.

Hoy estoy aquí, con ustedes. Este día inicia el nuevo Gobierno de El Salvador. Este día inicia la nueva historia que vamos a construir juntos. He venido a cumplir con ustedes y estar acá con ustedes en esta plaza. El Salvador como lo conocemos es un país que ha sufrido mucho, es un país que nos ha tocado reconstruirlo, es un país que ha enfrentado terremotos, es un país que ha enfrentado gobiernos corruptos, es un país que ha enfrentado tragedias y, sin embargo, hemos seguido adelante, a pesar de todo, a pesar de todo eso, estamos aquí.

Este pueblo es luchador, este pueblo es trabajador. El más trabajador del mundo. Y nadie lo puede negar, porque el salvadoreño sale adelante donde quiera que esté, aquí en El Salvador y fuera de El Salvador. Pero a partir de hoy, no seré presidente de los que votaron por mí. Tampoco seré el presidente de un sector, el presidente de un grupo ni mucho menos el presidente de un partido político. Seré el presidente de todos los salvadoreños, de cada uno de los salvadoreños, los siete millones de salvadoreños que viven acá y los tres millones que viven afuera, de los 10 millones de salvadoreños. Los representaré a cada uno de ustedes, a uno y cada uno de los salvadoreños diseminados por todo el mundo.

Quiero que me escuchen esto, que creo que es importante y por favor reflexionémoslo. Así como una familia que tiene a su hijo enfermo (…), lleva varios días mal, cada día se pone peor. La familia va a hacer lo imposible por salvar al niño, pero no va a ser fácil. Van a tener desvelos, van a acompañarlo, van a estar pendiente de su salud, dándole medicina, van a tener cambios en su rutina, van a sufrir con él; pero no importa todo lo que hagan, porque todo es por el mismo objetivo común: sacar adelante a su hijo, sacar adelante la salud de ese niño.

De igual manera, es como El Salvador, nuestro país es como un niño enfermo. Nos toca ahora a todos cuidarlo, nos toca ahora a todos tomar un poco de medicina amarga, nos toca ahora a todos sufrir un poco, nos toca ahora a todos tener un poco de dolor, asumir nuestra responsabilidad y todos, como hermanos, sacar adelante a ese niño que es nuestra familia, es nuestro país, es El Salvador.

Y sí, habrán momentos duros, habrán momentos difíciles, pero tomaremos esas decisiones con valentía y espero que me acompañen a defender esas decisiones que tomaremos con valentía. Luego, cuando veamos hacia atrás, habremos visto que valió la pena, porque al final de cuentas, El Salvador saldrá adelante y podremos ver una luz en el futuro y saber que hicimos lo correcto y que arreglamos El Salvador.

Este es un pueblo valiente y a quien le debo todo, pero no vamos a poder salir adelante si no nos unimos. Tenemos que unirnos y asumir, cada uno nuestra esperanza, sí; pero también tenemos que asumir, cada uno de nosotros, nuestra responsabilidad. Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad individual y la sumatoria de todas esas responsabilidades individuales se vuelven una responsabilidad colectiva, una responsabilidad colectiva que va a sacar a nuestro país adelante.

Ahora les voy a decir algo que debí haber dicho hace mucho tiempo. (Lenguaje a señas) eso quiere decir que, de ahora en adelante, el poder está en todos nosotros, en cada uno de nosotros, en las manos de nuestros agricultores, en las manos de nuestros profesionales, en las manos de nuestros estudiantes, en las manos de nuestros comerciantes, en las manos de nuestros escritores, en las manos de nuestros artistas, en las manos de nuestros pescadores, en las manos de nuestras amas de casa y, por supuesto, en las manos de nuestras personas con discapacidad, en las manos de todos, de cada uno de los salvadoreños.

Ustedes decidirán cómo quieren ser gobernados. Porque ahora tendremos un Gobierno del pueblo y para el pueblo. Algunos de ustedes dirán “¿y cómo vamos a hacer eso?” y lo entiendo, ya han sido engañados antes. Cuántas veces nos han dicho que vamos a tener un país mejor, cuántas veces nos han dicho que habrá prosperidad para todos, cuántas veces nos han dicho que todos tendrán trabajo, cuántas veces nos han dicho que vamos a acabar con la inseguridad, cuántas veces nos han dicho que en El Salvador habrá vivienda digna, agua potable, hospitales con medicinas, escuelas dignas para que le den buena educación a nuestros niños. Cuántas veces hemos escuchado esto antes y siempre ha sido una mentira, siempre han sido promesas rotas.

La diferencia es que esta vez el cambio no vendrá de un presidente, no vendrá de un político. El cambio vendrá de cada uno de nosotros, cada uno de nosotros vamos a hacer nuestra parte y cada uno de nosotros vamos a cambiar El Salvador, haciendo lo que nos corresponde, a mí como presidente y a todos los demás. Cada uno de los salvadoreños tiene una importante misión de ahora en adelante, de hacer hasta lo imposible por sacar adelante a nuestro país.

Tenemos solo cinco años. No para pasar la página de la posguerra, no para derrotar al bipartidismo, esas cosas ya las hicimos antes. Tenemos cinco años para hacer de El Salvador un ejemplo para el mundo, un ejemplo de que un pueblo puede salir adelante si así lo desea, si lucha por eso y lo logrará con la ayuda de Dios y con el trabajo de todos nosotros.

Yo solo soy un salvadoreño como todos ustedes. Hijo de un padre que dio en su vida todo lo que pudo por nuestro país. Hijo de una madre que me ha enseñado la importancia del amor. Mi esposa Gabriela me ha acompañado desde hace 14 años, cuando yo ni siquiera pensaba en ser político, ni siquiera imaginaba que me iba a meter en política ni me imaginaba que iba a estar parado este día asumiendo la Presidencia de la República. Y sin embargo, lograra lo que lograra, ella siempre me ha dicho la verdad, y siempre ha sido una guía en los momentos malos y en los momentos buenos, y será una guía ahora en este nuevo Gobierno que tendrá la República de El Salvador.

Gabriela sabe que la amo, eso ya está descontado, pero también tiene que saber que la admiro. Tenemos que ganar un mejor país para las futuras generaciones. Nosotros estamos esperando nuestra primera hija. Se llamará Layla y por ella y por los hijos de todos tenemos que hacer un mejor país. Piensen en un niño, en una niña, piensen en un joven.

Imaginen a la persona más cercana a ustedes, un niño, un joven, una niña; piensen en esa persona. ¿Acaso no merece lo mejor para su futuro? ¿Acaso no merece la mejor educación, la mejor salud? ¿Tener seguridad, poder caminar libre en las calles? ¿Acaso no merece un país del que se pueda sentir orgulloso? ¿Acaso no merece sentirse orgulloso de sus padres? Para que cuando nos pregunten “mamá, papá, ¿qué hicieron con El Salvador?”, nosotros podamos decirle “lo cambiamos y lo hicimos un país pujante, vigoroso y vibrante”.

El Salvador aún puede ser el líder en la pujanza y la innovación en Centroamérica, como lo fue en algún tiempo, un tiempo que ya perdimos, pero que recuperaremos, pero no solo llegaremos ahí, sino incluso más allá, hasta donde nuestros sueños y nuestro tiempo lo permita.

Quiero que me permitan contarles una historia. Una historia que está muy cerca de mí. Es la historia de un niño que caminaba las calles de aquí del centro de San Salvador con su papá. Sentado en una esquina, en una cuneta, comiéndome una manzana acaramelada de las que vendían por ahí y el niño curioso le preguntaba todo a su papá. Y le decía “papá, ¿qué hace ese señor que está ahí? Y él le contestaba “ese señor trabaja duro para sacar a su familia adelante”.

“Papá, ¿por qué nuestro país es pobre?” “Hijo, nuestro país no es pobre, en realidad nuestro país es rico, es el mejor país del mundo, aquí nací y aquí quiero morir”. “Papá, ¿pero por qué es el mejor del mundo? Y él le contestaba “porque es el nuestro”. Y ese niño todavía recuerda las enseñanzas de su papá, esas enseñanzas que aprendió en largas pláticas hasta entrada la noche, esas enseñanzas que le enseñó durante años, todavía lo recuerda. Ese niño ahora es presidente de El Salvador.

Y mi papá está en el cielo. Papá, hoy te extraño más que nunca. Quisiera que estuvieras aquí conmigo, quisiera que vieras hoy a tu pueblo. Él me enseñó que la justicia no es justicia si no es igual para todos. Él me enseñó que de nada sirve el dinero si hay gente que tiene hambre. Él me enseñó que un país debe trabajar para las personas más vulnerables. Él me enseñó casi todo lo que sé y la mejor forma de honrarlo será ser el mejor Gobierno en la historia que haya tenido nuestro país.

Desde que hicimos historia el 3 de febrero, nos hemos dedicado a hacer las mejores relaciones para nuestro país, a buscar inversión, a garantizar que nuestro país crezca y a formar un gabinete que, por primera vez en la historia de nuestro país, tendremos un gabinete paritario. Por primera vez en la historia de nuestro país tendremos un gabinete con igual número de mujeres y hombres.

Pero no han sido seleccionados por su género, han sido seleccionados por su currículum y sus capacidades, y les he indicado que tienen que trabajar y hacer lo mejor para el pueblo salvadoreño. Su única tarea será trabajar incansablemente para que los salvadoreños se sientan orgullosos de su país. A cada uno de ustedes, en cada área, les compete que todos los salvadoreños, los que están acá, los que nos ven por televisión, los que nos ven por redes sociales, los que están fuera de El Salvador, que todos los salvadoreños se sientan orgullosos de su país. Esa es la primera orden y la última que les voy a exigir (?). Este no es mi gabinete. Este es su gabinete.

Ser Presidente de la República no me da poder. El poder lo da cada una de las esperanzas que ustedes han puesto en mí y que ustedes han puesto en este proyecto, y sobre todo, que ustedes han puesto en ustedes mismos, que El Salvador puede cambiar.

Debemos de decidir nosotros mismos que debemos dejar de matarnos, que debemos de decidir nosotros mismos que debemos dejar de botar basura en la calle, debemos de decidir nosotros mismos que vamos a trabajar el doble para sacar a nuestro país adelante. Nuestros hermanos en el exterior, que tanto nos envían a El Salvador, también deben unirse. Todo ese talento que está allá debe apoyar lo que podemos hacer acá.

Debemos invertir en nuestros niños. Cuando mencionamos que debemos tomar medicinas, no solo nos referimos a las medicinas en los hospitales, también nos referimos a la inversión en nuestra niñez. Tenemos que invertir en nuestros niños para que en el futuro, a largo plazo, tengamos el país que todos queremos. También vamos a invertir en megaproyectos, vamos a pensar en grande, vamos a pensar en el largo plazo y vamos a dejarle un legado a los salvadoreños, un legado que no se borre con la historia.

Nuestro país va a avanzar. No tengo duda de eso. No tengo duda de eso cuando veo la cara de cada uno de ustedes, porque ustedes mismos se encargarán de que eso se haga realidad. Su Gobierno trabajará por ustedes, sí; pero la única forma que de verdad podemos salir adelante es si cada uno de ustedes decide hacer lo que le toca hacer, para que los 10 millones de salvadoreños empujemos hacia un solo lado. Que se acabe el tiempo cuando un grupo empujaba para un lado y el otro empujaba para el otro. Los lados se acabaron. De ahora en adelante, vamos a empujar hacia adelante, vamos a empujar hacia el futuro y vamos a empujar hacia donde queremos ver a nuestro país.

¿Estamos dispuestos a empujar todos para adelante? ¿Estamos dispuestos todos a ver hacia el futuro? ¿Estamos dispuestos a, con la ayuda de Dios, tener El Salvador que soñamos? Si es así, con la ayuda de cada uno de ustedes, defendiendo la conquista lograda el 3 de febrero, defendiendo este amplio mandato que nos dan para que podamos cambiar nuestro país, luchando cada uno desde su trinchera, con la ayuda de Dios, nuestro país va a salir adelante. Y ese es el juramento más importante que vine a hacer el día de hoy y les pido que lo hagan conmigo.

Juramos trabajar todos para sacar nuestro país adelante, juramos defender lo conquistado el 3 de febrero, juramos que cambiaremos nuestro país contra todo obstáculo, contra todo enemigo, contra toda barrera, contra todo muro. Nadie se interpondrá entre Dios y su pueblo para poder cambiar El Salvador.

viernes, 6 de marzo de 2020

Populismo y violencia ¿Se ha dado el retorno de la violencia política en el 2020?

Por Luis Eduardo Aguilar V.  Marzo 2020

La violencia política menoscaba el ejercicio de los derechos y deberes políticos por medio de la agresión a las personas que participan en el espacio público. Los afectados van desde funcionarios de gobierno, líderes sociales, políticos y religiosos, e intelectuales y artistas identificados políticamente. 

Las principales formas de violencia política son: la presión para renunciar a un puesto político (escaño ó dirección), la agresión verbal y física, el obstaculizar del ejercicio de un cargo, el acoso, la prohibición de expresarse, la difamación a través de medios de comunicación, y hasta la más grave que es el homicidio (también llamado politicidio 1 o necropolítica 2 ).

En El Salvador antes de los acuerdos de Paz hay registros de muchos asesinatos a causa de las ideas políticas: Mario Zamora Rivas Secretario General del Partido Demócrata Cristiano, Oqueli Colindres dirigente de Convergencia Democrática de El Salvador, José Antonio Rodríguez Porth ministro de la Presidencia de Arena en 1989, son solo algunos de los tantos casos emblemáticos de asesinados por sus ideas, y hubo muchos más antes, y durante la guerra.

Después de los Acuerdos de paz siguió existiendo la violencia política, desde la intolerancia hasta el asesinato (pero esta última en mucho menor escala en comparación con el periodo anterior). Sí se toma como punto de partida desde 1994 (cuando las reglas electorales permiten la incorporación de las diversas fuerza políticas) a pesar de que siempre había un alto grado de enfrentamiento y polarización, los partidos no tenían una política abierta de agresión, y la mayoría de las veces no llegaban más allá de los insultos, se mantenía cierto nivel de respeto al respeto a los derechos humanos. Las excepciones han sido algunos casos que conllevaron asesinato los cuales se ha considerado importantes mencionar.

Aunque es difícil establecer los verdaderos motivos, pero se considera que: sí ejercía un cargo político, sí era susceptible o en efecto dijo haber recibido amenazas de muerte, y su fallecimiento fue en circunstancias que no se conocen con contundencia los motivos, esos casos serán considerados asesinatos políticos (1994 - 2020).

Funcionarios de gobierno (Diputados, alcaldes, otros)
- Eduardo D'Aubuisson, William Pichinte y José Ramón González del partido Arena en 2007- fueron encontrados muertos cerca de Ciudad de Guatemala. Cuatro detectives fueron arrestados e imputados con el cargo de este asesinato, sin embargo, tres días después de su arresto, los cuatro fueron también asesinados dentro de una prisión de máxima seguridad. 

- Gumercindo Landaverde, quien fuera alcalde de Metapán en 2006 fue asesinado 14 semanas días después de no lograr su reelección, él dijo que sí ganaba el candidato Juan Samayoa del PCN "el narcotráfico se apoderaría del municipio". Para muchos esta fue un anuncio de su propia muerte ya que no solo perdió las elecciones sino también su vida.

- Salvador Ruano del partido Arena - falleció en 2017, supuestamente por un paro cardíaco. En su primer período como alcalde fue uno de los funcionarios públicos que apoyó la llamada tregua entre pandillas, y dijo que había recibido llamadas de centros penales diciendo que su vida corría peligro.

Líderes movimientos sociales, políticos y religiosos:
- Adolfo "el chele" Torres del partido Arena- murió en 2009 después que Rodrigo Ávila perdiera las elecciones presidenciales. Suicidio o no, Adolfo Torres dijo temía ser asesinado.

- Ramón Kury Secretario general del PCN en 2019 - fue asesinado en el parqueo interno de la sede de su partido político en San Salvador.

- Julio César Molina, el presidente de la asociación de lisiados de guerra en Morazán fue asesinado en 2015 por personas abordo de una camioneta en la comunidad Segundo Montes en el departamento de Morazán. Fuentes policiales agregan que los responsables del crimen habrían disparado con fusiles AK47 y M16.

- Dora Alicia Recinos (2010), Ramiro Rivera Gómez (2009) y Marcelo Rivera (2009), miembros del Comité Ambiental del departamento central de Cabañas fueron asesinados, ellos se oponían a proyectos de explotación minera en El Salvador.

Estos casos muestran que la violencia política no desapareció después de los acuerdos de paz, sin embargo, había sido mucho menos en comparación con las épocas de dictadura y guerra, esta se contenía probablemente a partir del miedo de los actores políticos. Tanto la izquierda como la derecha sabían que era terrible la muerte, y de alguna forma han mantenido un pacto de no agresión. Aunque lastimosamente los homicidios sí ocurrían en lo social, pero se había logrado mantener ciertos acuerdos que evitaban la recurrencia de los homicidios políticos. Sin embargo, han comenzado a observarse signos de aumento de violencia política que resultan alarmantes para la democracia.

Nayib Bukele ha logrado canalizar el hartazgo social de la opinión pública, contra instituciones como la asamblea legislativa y los partidos políticos, sin planes demasiado elaborados pero muy populares que lo llevaron a la presidencia en 2019 (por lo que se ha catalogado por muchos de populista). El hartazgo y su popularidad parece que lo está llevando a impulsar una escalada de violencia política, por ejemplo: el mismo Bukele se tomó la Asamblea legislativa con los militares, y amenazó a los diputados que pensaran diferente a él (a razón de un préstamo para seguridad), también, algunos seguidores de Bukele insultan a los diputados y opositores políticos, ya no solo en redes sociales, sino también cara a cara.

Sin embargo, en democracia no es lícito presionar a la Asamblea con los militares, ni tampoco insultar a un diputado es un derecho, son formas de violencia política que pueden llevar a situaciones como las de época de dictadura o de guerra, violentando el estado de derecho. Nadie por sus ideas políticas debería de ser amenazado, ni intimidado, ya que promover la violencia política nos puede llevar a un punto donde no se desearía regresar. La violencia política que se ejerce con insultos, por consecuencia, al seguir escalando puede llevar al homicidio político.

No se debe confundir conflicto con violencia puesto que hay conflictos que se pueden resolver sin  violencia. Hay que buscar modos de hacer valer el descontento hacia la clase política pero las formas violentas. El politologo Juan Linz indica que la violencia política es un indicador importante de la ruptura con la democracia. Ya que la percepción que tiene la sociedad y su nivel bajo de tolerancia con respecto a la violencia política contribuyen al derrumbamiento de la misma.


Notas:
1. El concepto de necropolítica, del  camerunés Achille Mbembe, hace alusión al darwinismo político, referido a la supervivencia de las sociedades o grupos más aptos, y el exterminio sistemático de aquellos grupos considerados no aptos por la jungla social. Mbembe (2003). "Necropolitics". Public Culture

2. El concepto de politicidio es aplicado a la política de Israel para la disolución del pueblo palestino como entidad económica, social y política legítima e independiente. Kimmerling (2003) Politicide: Sharon’s War Against the Palestinians. London: Verso, 2003.