Luis Eduardo Aguilar / Politólogo
El partido "Nuevas
Ideas" ganó estas elecciones legislativas, municipales y parlamentarias
centroamericanas en El Salvador en 2021 con una mayoría de candidatos
desconocidos pero apoyados por la figura del presidente Bukele. En la campaña
política promovieron frases como: "Vota por la N de Nayib" y
"Nuevas Ideas, el partido de nuestro presidente", y se presentaron
como una "tercera opción" frente a los partidos tradicionales: Arena
(Alianza Republicana Nacionalista) y FMLN (Frente Farabundo Martí) que dominaron
las elecciones desde 1989 a 2019. Con estos resultados, el Sistema de Partidos
se configura ahora con un partido predominante (Nuevas Ideas), enfrentando una
oposición débil y fragmentada. Con este nuevo escenario surgen algunas
preguntas como: ¿Por qué Nuevas Ideas logró esta victoria? ¿Cuáles son los
efectos directos de esta victoria en el sistema político? ¿Qué problemas podría
traer esta situación?
Para responder, ¿cómo
logró Nuevas Ideas esta victoria? Es necesario resaltar un aspecto externo de
Bukele y Nuevas Ideas, que se refiere a la crisis de representación. El sistema
institucional, los partidos y la Asamblea Legislativa han sido percibidos como
ineficientes para enfrentar el desempleo, la degradación de los servicios
sociales, la corrupción, la seguridad pública, etc. A esto se suma que Arena y
FMLN, con estructuras altamente disciplinadas e institucionalizadas, no estaban
abiertos a crítica. Además, redujeron su coherencia con sus ideales y su
conexión con sus simpatizantes. De ahí que los antiguos simpatizantes, apáticos
y una masa inconforme, se sintieran cada vez menor identificación con estos
partidos.
Por otro lado, un motivo
interno del éxito de Nuevas Ideas es su relación con Bukele. Él cambió el
discurso moderado de los "políticos tradicionales" por uno
disruptivo, satisfaciendo el deseo de venganza contra los líderes políticos,
ridiculizando a los adversarios y promoviendo sus logros. Sus estrategias de
titulares llamativos, el anuncio de obras monumentales (no necesariamente
imprescindibles) y la captura de temas de moda a través de las redes sociales
permitieron a Bukele conectar con la población joven. Los salvadoreños que se
sentían abandonados por los políticos tradicionales o "los mismos de
siempre" ahora se sentían defendidos. Además, como presidente, despidió a varios
funcionarios a través de Twitter, distribuyó "bolsas solidarias" con
comida, dinero y computadoras. Además, adaptó el Centro de Ferias y
Convenciones (CIFCO) en un Hospital para atender pacientes con Covid-19.
Ante este escenario,
¿cuáles son los efectos directos de la victoria de Nuevas Ideas en el sistema
político? En El Salvador, la Asamblea Nacional está compuesta por 84 escaños;
43 constituyen mayoría simple y 56 mayoría cualificada. Con la mayoría simple
se pueden decretar impuestos y tasas sobre bienes y servicios. Y con la mayoría
cualificada, pueden ser elegidos Magistrados del Tribunal de Cuentas, del
Tribunal Supremo Electoral y de la Corte Suprema de Justicia. Adicionalmente,
pueden elegir al Procurador General de la República y al Procurador de Defensa
de los Derechos Humanos (Defensoría del Pueblo). Asimismo, se le pueden otorgar
concesiones para la explotación de recursos naturales y se puede aprobar el
presupuesto general de la Nación. Hasta el momento Nuevas Ideas alcanzó 55
escaños y su aliado GANA 6. Por tanto, estos resultados implican una acumulación
de poder más significativa para Bukele.
Con este escenario,
¿cuáles son los problemas que podría traer esta situación? En primer lugar, el
nepotismo que significa la práctica entre quienes tienen poder de favorecer a
familiares o amigos. Ciertamente, Bukele denunció la corrupción de los
gobiernos anteriores. Sin embargo, colocó a sus familiares y personas de su
círculo cercano en puestos gubernamentales cruciales sin evaluar su idoneidad
profesional. Además, algunos funcionarios aprovecharon su posición en el Estado
para postularse como candidatos en esta elección 2021. Muchos hasta hace poco eran
desconocidos, pero ahora ganaron por su proximidad a Bukele. Incluso
"viejos políticos " ahora se han vuelto populares debido a su lealtad
al presidente. Por ejemplo, Walter Araujo, quien como diputado firmó la ley del
Sistema de Pensiones y la dolarización (que incrementaron las desigualdades
económicas), y Will Salgado que fue alcalde de San Miguel (y ha practicado nepotismo
durante años) han vuelto a obtener popularidad por su subordinación a Bukele.
En segundo lugar, la insostenibilidad, y la falta de transparencia y rendición de cuentas. Durante la gestión de Bukele se han desarrollado políticas de entrega "bolsas solidarias", transferencias de dinero, y computadoras, así como el "Hospital El Salvador. Aunque son propuestas muy populares, estos provienen de fuentes insostenibles, como préstamos que no se han administrado de manera transparente. Tampoco se sabe públicamente cuánto terminará costando a largo plazo. Durante la campaña, Bukele dijo que era necesario deshacerse de la vieja política y que tenía que concentrar el poder para aplicar la justicia, incluso dijo como presidente: “al que toque un centavo, yo mismo lo voy a meter preso". Pero su partido tiene múltiples denuncias de corrupción durante la cuarentena por la prensa, sin que ningún funcionario haya sido procesado formalmente.
En tercer lugar, la trampa autoritaria. El gobierno hace repetidas referencias a "cambiar el sistema", utilizando una retórica radical e incluso agresiva. También otorga un papel central a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional Civil, incluso violando derechos constitucionales donde la legalidad es un obstáculo que es necesario evitar. Sin embargo, muchos ciudadanos no ven esas políticas autoritarias y militaristas como una seria amenaza. Aunque estas propuestas simplistas e inmediatistas que utilizan la rudeza machista, el autoritarismo y la retórica religiosa podrían fácilmente abusar de las instituciones para capturar la captura total del Estado. La estructura política histórica en El Salvador demuestra que la concentración de poder y la intervención militar en los asuntos públicos pueden destruir el consenso social. En tal escenario, los más afectados serían las grandes mayorías.
En conclusión, NI obtuvo una victoria tan abrumadora por la crisis de representación de los partidos tradicionales Arena y FMLN, y por el uso de un discurso y acciones disruptivas por parte de Bukele, y el reparto de bolsas de víveres y los $300. Esto le permite atraer a un gran número de votantes que no gustan de los partidos tradicionales. El efecto directo de esta victoria es la constitución de un sistema de partido único dominante, por lo que el presidente podrá nominar importantes de las instituciones de control del Sistema político, y la Asamblea Nacional simplemente confirmaría esas nominaciones. Sin embargo, uno de los peligros no es solo la tendencia a nombrar a funcionarios del partido para puestos sin contar con las cualidades requeridas, sino también la falta de transparencia y rendición de cuentas en los cargos. Estas situaciones, podrían traer la repetición de recetas y rutinas que no sean sostenibles ni realistas, y que solo sean de publicidad masiva, y ese es el verdadero problema.
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