Por Luis Eduardo Aguilar
En este escrito se describirá el contexto de cada uno de los canales de televisión católicos en El Salvador, desarrollando respuestas a las siguientes preguntas: ¿Cuáles son los canales católicos en El Salvador? ¿Qué producen y para quiénes? ¿Qué implicaciones económicas, sociales y políticas tiene el funcionamiento de dichos canales? ¿Para qué y para quiénes han servido dichos canales?
En primer lugar, en relación al canal 8 la iniciativa se gestó bajo el gobierno del expresidente Armando Calderón Sol, que en el año de 1997 concesiona la frecuencia de la televisora al Instituto Tecnológico de Sonsonate (ITSO), entidad administrada por la Asociación AGAPE de El Salvador. En mayo de 1999 el Gobierno de la República de El Salvador a través del Ministerio de Educación (MINED) entrega en Administración el canal por 20 años prorrogables. La inauguración oficial de AGAPE Televisión Canal 8 fue el 3 de junio de 2001 el fundador de este proyecto era el Padre Flavián Mucci. Dicha frecuencia estaba registrada en la SIGET a nombre del mencionado MINED y no a nombre de la Iglesia católica. Esto se podría haber considerado una violación a la Ley de Telecomunicaciones, que en el artículo 15 prescribe que sólo se pueden transferir hacia otras instituciones estatales. Cabe destacar que canal 8 mezcla su carácter religioso con programación laica/comercial producida a nivel nacional como internacional. Además, transmite propaganda privada con la que se sostiene y no solo se dedica a la producción de contenido religioso.
En segundo lugar, el canal 57 se inauguró el 18 mayo de 2000 (jueves santo), a pesar de que el esfuerzo inició cuatro años antes. El gestor de esta iniciativa fue Monseñor Saenz Lacalle, quien una vez originada la señal, dice haber obsequiado la frecuencia al Vaticano. El canal 57 tiene un alcance en inicio sólo para la zona metropolitana, pero se proyectan a cubrir San Miguel y Santa Ana en los próximos años. Este canal no cuenta con publicidad y se mantiene con los recursos del Estado y donaciones de instituciones católicas y la feligresía. La señal de canal 57 recibió indispensables donaciones para su funcionamiento por parte de la Madre Angélica, una monja franciscana de los Estadios Unidos quien fundó EWTN (Global Catholic Network), y que hoy se consideran la cadena religiosa católica de televisión por cable más grande del mundo. Otra parte importante de la programación es ofrecida por LUMEN 2000. En la producción local destacan algunas misas que se emiten los días domingo.
En
tercer lugar, el día 30 de octubre de 2012 se celebró la escritura pública para
la explotación del canal 39, otorgada
por la sociedad EDU TV S.A. de C.V., la cual era representada por Luis
Francisco Adalberto Pinto García, a favor de la Iglesia Católica, Apostólica y
Romana en El Salvador, Arquidiócesis de San Salvador, representada por Monseñor
José Luis Escobar Alas. Entonces la Iglesia Católica en El Salvador, tenía el
canal 57; y el canal 8 que ya era administrado por la Asociación Agape.
Fuente: Twitter del canal 39 de El Salvador TVCa
El Arzobispado registra la concesión del canal 39 en octubre de 2012. Y la Siget, libera la frecuencia en junio de 2014, cuando la Iglesia Católica hizo la presentación pública del nuevo canal TVCA 39. Este es “un proyecto televisivo católico que surge de Jesús Sacramentado”, publicó la página oficial de la Arquidiócesis de San Salvador, narrando la historia de cómo "Dios asignó a la Iglesia Católica Apostólica y Romana el TVCA 39". Según lo documenta la Prensa Gráfica en un acto austero, monseñor José Luis Escobar Alas agradeció el aporte de Juan Carlos Eserski director ejecutivo de Telecorporación Salvadoreña, S. A., quien donó la frecuencia del canal”.
Un año antes de la inauguración, cuando la Iglesia Católica anunció el proyecto del canal, Escobar Alas ya había agradecido a la familia Eserski y don Juan Carlos "su gran bondad". El arzobispo además dijo: "Es una familia de fe que está cerca de la iglesia apoyándola en cualquier sentido, pero en el canal de manera especial”. Además, el director del canal el Presbítero Luis Ernesto Ayala Benítez expresó: “Esperamos que nuestra señal llegue al mayor número de televidentes compartiendo con ellos información edificante y valioso para alimentar nuestra fe. Por su riqueza de audio e imagen, la televisión sigue siendo un instrumento fundamental para la difusión del evangelio”. Su programación incluye la misa en vivo, la coronilla de la Misericordia, el santo Rosario, temas familiares, documentales, predicaciones, alabanzas, temas juveniles, programas dirigidos para niños, así como la proyección de la vida parroquial.
Según el periódico el Faro, Luis Francisco Adalberto Pinto García (presta nombres de los Eserski) donó uno de los canales de libre recepción con cobertura en todo el territorio nacional que tenía a su nombre, y finalmente se quedó con seis canales. Sin embargo, Pinto García falleció y los seis canales restantes quedaron en poder Gustavo Salvador Lacayo Carrillo, representante legal del fallecido. También Gustavo Salvador Lacayo Carrillo ha sido señalado públicamente como allegado a la Familia Eserski, propietario de la Telecorporación Salvadoreña TCS.
Fuente: Twitter del canal 39 de El Salvador TVCa
En vista de esta la relación de afinidad entre Lacayo Carrillo con la familia Eserski, se podría inferir que los seis canales que tenía Pinto García, (ahora de Lacayo Carrillo), siempre han sido propiedad de TCS, a esos se podría agregar el canal 39 que fue donado a la Iglesia Católica en El Salvador. Es decir, sí tomamos los cuatro canales confirmados como propiedad de la familia Eserski, sumando los seis canales ahora propiedad de Lacayo Carrillo, TCS sería la dueña de 10 canales, que serían 11, de no haberse donado el canal 39.
¿Qué
producen y para quiénes?
La Iglesia católica tiene dos canales como el 39 y el 57 directamente administrados por la Cedes, estos son de corte ritualista vinculado a la fe católica, y proyectan contenido religioso como: oraciones, misa, predicaciones, promueven eventos, rifas, con un discurso dirigido principalmente a sus fieles religioso. Su objetivo principal es promover su doctrina religiosa, y dicho en sus propias palabras el "evangelizar a su feligresía" y no el informar o formar al público en general. Según un estudio la RVTV en Brasil tiene como audiencia en su canal religioso a un 87% de mujeres de más de 60 años. Estos canales no tienen marcas como anunciantes y cuentan con bajo rating de audiencia, por tanto, no son competencia para los canales comerciales.
En relación al canal 8, este es administrado por la asociación católica Agape, y es una expresión que combina la transmisión y producción de contenido comercial, mezclados con aquellos relacionados a la fe católica, cabe destacar que este no es administrado directamente por la Cedes ni el arzobispado.
¿A quiénes
favorece el contenido que proyectan estos canales?
La asignación de estos canales genera un beneficio para la Iglesia como un grupo de interés ya que les permite solicitar donaciones, promocionar sus eventos y reforzar la fidelidad de sus feligreses con su programación. Sin embargo, los canales administrados por la Iglesia (el 39 y el 57) no compiten por audiencias más amplias, ni tienen interés de generar competencia con canales comerciales, ni de crear crítica o análisis de las relaciones de poder económico o poder político.
Más bien, estos canales católicos actúan como intermediadores de poderosos grupos de interés políticos y económicos, ya que tienen la capacidad económica para la administración de forma sostenible, sin ser un competidor comercial ni una amenaza política. Su sola existencia limita la expansión de otros, y de manera tácita justifican las prácticas de monopolio del Grupo TCS, que posee una posición dominante. Los canales de televisión católicos mantienen la apariencia de diversidad en el espectro televisivo, pero evitan la competencia e incluso fomentan las prácticas abusivas en cuanto al monopolio de la información y el control del mercado publicitario de TV abierta. Además, el hecho que TCS "regale" un canal de televisión al arzobispado, le genera presión a la iglesia católica para estar en favor o en contra de una determinada orientación.
Implicaciones
económicas
Con los canales de televisión la iglesia se beneficia directamente con la promoción de sus eventos y solicitando donaciones en sus cuentas bancarias. Sin embargo, el grupo principalmente beneficiado ha sido TCS, y Boris Eserski quien tomó como modelo al empresario, Emilio Azcárraga, fundador de Televisa en México. Sería ingenuo que el objetivo de TCS al donar el canal 39 fuera solo el promover la evangelización, ya que este grupo tiene un objetivo orientado a las relaciones de poder de mercado televisivo.
Fuente: Twitter del canal 39 de El Salvador TVCa
Implicaciones
legales
El mecanismo de obtención de canales como el 39, 41, 43, 45, 47, 49 y 51 quiebra los principios de igualdad ante la ley, de libertad de expresión, orden económico y justo. De estos canales el primero se "donó" a la iglesia católica y los otros seis se encuentran sin explotación, es decir sin el uso por el cual se solicitaron la concesión. Dicha situación violenta lo señalado el artículo 124 de la ley de telecomunicaciones en su literal que afirma que se revocará los permisos de funcionamiento de los canales por la "no utilización por cualquier causa de la frecuencia asignada, por un año". Sin embargo, no ha habido acciones legales en torno a ello.
Implicaciones
sociales
Aunque la Iglesia afirma tener un impacto social con el canal, este es difícil de medir. El director del canal el padre Luis Ernesto Ayala recalcó que el medio televisivo católico tendría un efecto positivo en la disminución de la violencia y la delincuencia que agobia al país, especialmente entre los niños y jóvenes, sin embargo, no hay manera de evaluar que tanto impacto logran. Los canales de comunicación de la iglesia, se dirigen a grupos muy cerrados pero poco democráticos. Y autores como Guibson Dantas hablan de “banalización de la Fe” y de la hegemonía cultural, según este autor las iglesias que pueden influenciar negativamente la libertad de un ciudadano para “la búsqueda de la verdad”, ya que este tipo de canales se dedican solo a reproducir sus imaginarios espirituales.
Implicaciones
políticas y democráticas
Existen actores políticos con poder que se benefician, ya que los canales no ha promovido como fin principal un espectro televisivo más democrático y participativo, estas prácticas tienen un impacto directo negativo en el bienestar de los ciudadanos, ya que las frecuencias televisivas no deberían ser mercancías sino bienes públicos, que fomenten la equidad, la inclusión, el pluralismo político, el fomento de la ciudadanía y la democracia. La supremacía del sector privado en el espectro televisivo con TCS y la configuración de un subsector privado constituido por la iglesia católica han permitido una correlación política favoreciendo a grupos de poder dominante.
Conclusión
Las élites salvadoreñas favoreciendo a la iglesia católica, con la entrega de frecuencias de televisión eliminan la presión de competidores en el ámbito económico, y han limitado la diversificación de espacios críticos y de construcción de ciudadanía. En este caso de los canales de televisión de la iglesia no actúan como un grupo de presión política, sino que han servido para eliminar la presión política.
Los
canales no fomentan la lucha los derechos humanos, ni el análisis de la
violencia institucional, ni estructural. Los canales de televisión colaboran
con la conservación del orden establecido haciendo énfasis en la orientación
espiritual, evitando el análisis de cambios en lo político y lo social. Su
programación no analiza reformas del modelo socioeconómico y político
establecido y propagan una visión conservadora que hace énfasis en lo
espiritual y ritual que supone llevar una vida moral conservadora.
En estos canales se promueve una religión de costumbrismo o incluso de conformismo, donde las personas no son sujetas de su destino. En su programación no está como centro la creación de una conciencia para construir una sociedad más justa y solidaria, que promueva una vida más digna en términos materiales. Su programación puede caer en los fundamentalismos dejando de lado temas como la pobreza, el desempleo, la migración, la violencia, la concentración de la riqueza o la corrupción, y enfatiza la moral conservadora, y condena a la homosexualidad y el aborto. Estos canales de la iglesia se han convertido en instrumentos de los grupos más privilegiados que privatizan las industrias estratégicas de interés público. Y aunque su público cree en Dios, la pregunta es ¿en qué Dios creen? porque aunque promueve la aceptación y el respeto del orden político, económico y social, no produce incomodidad ni en el gobierno y ni en los sectores económicamente dominantes, por tanto, actúan en subordinación a estos.