Pueblo salvadoreño.
Buenas noches.
Gracias por sintonizar esta Cadena Nacional en todas las emisoras de radio, televisión a través de
Facebook Live.
Por muchos años nos acostumbramos a cadenas nacionales por parte de los presidentes de la República, en donde se describía un país que no era el nuestro. Las cadenas nacionales de radio y televisión eran utilizadas para tratar de vendernos una realidad inexistente, un país que no era el que veíamos al salir a la calle, en mi gobierno no quiero cometer el mismo error.
Todos sabemos que El Salvador es un país pobre, inseguro, corrupto, con pocas oportunidades para salir adelante o encontrar un empleo, con bajo crecimiento económico, con escasa inversión nacional y extranjera, con casi nulo turismo. Con un comercio internacional bajísimo. Con una institucionalidad débil, plagada de intereses oscuros. Con una clase política que da vergüenza y muchos funcionarios y empleados públicos que no se quedan atrás. Un país, plagado por pandillas, luto, miseria. Con un campo desolado, ríos contaminados. Un sistema de transporte colectivo, en su mayoría, inservible. Con los servicios básicos, como la salud y la educación, en una situación paupérrima. Y con una epidemia de migración que ha expulsado literalmente, a millones de salvadoreños, de su tierra, de su hogar. Tantos problemas, todos reales, todos vigentes.
A diferencia de lo que otros presidentes decían en sus cadenas, yo, prefiero que partamos todos, por aceptar la verdad. El Salvador no es ningún paraíso. El Salvador no es un país que está bien. El Salvador sigue siendo, hoy por hoy y a pesar de todo lo que hemos trabajado sin descanso en estos 100 días, un país con demasiados retos que afrontar y demasiados problemas urgentes que resolver. Esta realidad, si bien heredada de los gobiernos anteriores, persiste, sigue y sigue casi tan grande como hace 100 días.
Una realidad heredada, sí, pero que ahora se ha vuelto nuestra responsabilidad. Una realidad que ahora tenemos la obligación de cambiar, poco a poco, hasta que tengamos el país que todos soñamos.
Para hacer esto, tendremos prácticamente que empezar de cero. Por qué desde cero dirán algunos. Porque desde el primer día de nuestro gobierno, encontramos un sistema que está diseñado para que la incompetencia sea lo normal.
Sabíamos que íbamos a encontrar corrupción, pero no sabíamos que tanta. Y tampoco sabíamos que encontraríamos un trabajo gubernamental estancado, que la cultura del mínimo esfuerzo predominaba en casi todos los ministerios y autónomas. Que teníamos un aparato estatal totalmente obsoleto. Esa, ha sido la realidad que impacta directamente a nuestra gente, desde hace tantos años y que lastimosamente, todavía lo sigue haciendo.
En estos primeros 100 días, apenas hemos empezado a poner a nuestro país en el rumbo correcto, a poner los cimientos de nuestro futuro. Muchos nos criticaron por utilizar la palabra “apenas”, en el eslogan. Pero nosotros no quisimos venir como han venido otros presidentes, que mientras no hacían nada por la población, mientras la gente seguía sufriendo. Mientras nuestras calles seguían desangrándose y nuestros jóvenes seguían sin encontrar una oportunidad de empleo. Mientras 16 mil salvadoreños migran por mes hacia los Estados Unidos, ellos venían a contarnos un cuento de un país que no existía.
Nosotros estamos seguros de que el primer paso para salir adelante es aceptar la situación en la que estamos. Plantear una clara estrategia para un verdadero cambio, priorizar, impulsar esos cambios. Revisar lo que estamos haciendo y ver qué está funcionando. Qué debe cambiar. Qué, aun no se ha empezado y qué es urgente de iniciar. Como si construyéramos un edificio, es necesario asegurar que el terreno sea sólido, que las bases soporten la estructura.
Y aunque ya quisiéramos ver el resultado final, estamos conscientes de que la construcción de este
edificio debe avanzar gradualmente, nivel, por nivel. De esa misma manera hemos empezado a preparar el terreno para gobernar, atacando frontalmente los problemas que durante años nos han tenido viviendo en la desesperanza.
Por eso, hemos empezado a responder algunas de las grandes necesidades del pueblo. Estamos atacando la inseguridad, con el Plan Control Territorial, que consta de siete fases y con el cual, devolveremos la seguridad y la tranquilidad a las familias salvadoreñas. Pero también sabemos que la búsqueda de la paz es compleja, no es fácil, toma tiempo. Sabemos que tendremos días duros. Momentos en los que sentiremos que avanzar es difícil y lo es, pero no es imposible, y lo haremos. En este esfuerzo, hemos implementado nuevas estrategias de despliegue de los cuerpos de seguridad, en todo nuestro país.
Con el Plan Control Territorial, hemos tomado el control de los Centros Históricos más transitados. Hemos coordinado las estrategias de acción, con las cuatro agencias de inteligencia del Estado. Hemos abordado aleatoriamente, el transporte colectivo. Hemos recuperado territorios, que por años estuvieron restringidos por grupos criminales, al punto, que ni siquiera la policía podía entrar. Por primera vez, en décadas, hemos abierto el reclutamiento masivo de nuevos soldados, jóvenes
comprometidos con su país, que ven el servicio a los demás, como una vocación.
Cientos de nuevos agentes de la PNC, también se han sumado a esta tarea y nos les íbamos a exigir más, sin cubrir sus necesidades. Por eso, con la Fase III tendrán mejores condiciones, mejor armamento, mejores patrullas, mejor equipo, mejores puestos de policía, mejores centros de control, mejor tecnología, mejor tratamiento médico y atención especializada para sus familias, seguro de vida. Podrán adquirir sus viviendas con créditos especiales. Tendrán un salario más digno y becas para sus hijos.
Pero ya comenzamos en la Fase I. Empezamos a dignificar su labor, dándoles uniformes y calzado nuevo. Asegurando que sus bonos lleguen puntuales. Otorgándoles otro bono para su alimentación, mientras protegen a los salvadoreños y dándoles el reconocimiento público que se merecen. Hasta este día, con el Plan Control Territorial, hemos realizado más de 12 mil capturas, incluyendo a varios de los más buscados.
Hemos desarticulado estructuras, capturado cabecillas, ranfleros y palabreros. Atacados las finanzas de las pandillas. Hemos incautado armas, droga, dinero. Hemos tomado el control de activos como nunca antes. Nunca antes se había tenido tanto control en los centros penales, cortando toda comunicación de los privados de libertad, hacia el exterior, bloqueando la señal con monitoreos diarios.
Hemos interceptado más de 1800 wilas o mensajes hacia el exterior.
Hemos borrado el grafiti de maras en las cárceles.
Hemos trasladado miles de reos, para que no puedan coordinar sus estructuras internas.
Y hemos quitado todos los privilegios que tenían las cabecillas de las pandillas.
Pasamos de centros penales, en donde reinaba el caos. En donde había fiestas porno, droga, Internet y PlayStation, a unos, en donde hay orden, limpieza y seguridad. Ya estamos montando las granjas, los talleres, las cocinas, que garanticen en un futuro próximo, su autosostenibilidad. Que ellos mismos hagan los más de 200 mil pupitres que faltan en nuestras escuelas y que remodelen los puestos policiales. En las siguientes etapas del plan, buscaremos que los penales, dejen una utilidad social al Estado y que podamos alcanzar la reinserción que nos mandata la Constitución.
Sabemos que hace falta mucho por hacer, pero nadie puede negar que los avances han sido significativos. En estos primeros 100 días, hemos tenido una reducción drástica de homicidios y de más delitos, en todo nuestro país; logramos una reducción significativa en junio. Luego, logramos que julio se convirtiera en el mes con menos homicidios, en muchos años, para luego ser superado por agosto, en donde logramos el mes con menos homicidios desde los Acuerdos de Paz. Estos datos son irrefutables. Están avalados por la Policía Nacional Civil, por la Fiscalía General de la República y por el Instituto de Medicina Legal.
Aun así, sabemos que todo este trabajo no es suficiente, porque el dolor de perder un ser querido no puede ser mitigado por estadísticas.Así que mientras en nuestro país celebrábamos el mes con menos homicidios desde los Acuerdos de Paz, 131 familias estaban sufriendo la pérdida de sus seres queridos, mucho menos, que las más de 900 familias a las que llegamos en un solo mes del gobierno anterior, pero muchas más, de las que tendría un país, donde reinara verdaderamente la paz. Ese país, que aún falta tanto por construir.
Seguimos trabajando incansablemente para que nuestro país, sea un lugar menos violento. Para que como país logremos recuperar la esperanza y la tranquilidad. Para que los jóvenes tengan más opciones que entrar a una pandilla, migrar o pasar tocando puertas, buscando una oportunidad de empleo; pero ese trabajo no solo es del gobierno.
En esta tarea, todos tenemos algo por hacer. Por eso le pido a los diputados de la Asamblea Legislativa: aprueben los fondos para ejecutar la Fase II del Plan Control Territorial. Hace una semana les pedimos el financiamiento de 91 millones para invertir en seguridad.
Al día siguiente, nuestro ministro de Hacienda fue y les explico las necesidades. Formulamos el proyecto, junto con el Banco Centroamericano de Integración Económica, se los desglosamos ítem
por ítem. La semana pasada, la Junta Directiva del BCIE, aprobó por unanimidad estos fondos y el
proyecto ya está listo, explicado, desglosado y aprobado por el banco en sus mesas.
Señores diputados:
Cumplan con su trabajo. Súmense a esta lucha contra la delincuencia. Démosle a nuestro pueblo, la seguridad que han pedido durante décadas, ahora no tienen excusa. Este no ha sido un madrugón, como los que se hacían antes y se aprobaban así, sin debate, sin cuestionamientos, sin que los funcionarios fueran tantas veces a entrevistas, a hablar de la importancia que tiene esto para el país.
La Fase II del Plan Control Territorial, ha sido ampliamente discutida, más que cualquier otra propuesta. Es hora de aprobarla y no dilatarla más. Los avances en seguridad son innegables, es hora de que sean aún mayores, nuestro pueblo lo demanda y es nuestra obligación, hacer nuestro trabajo y cumplirles. El trabajo más fácil lo tienen ustedes, solo tienen que apretar un botono o como dijo el diputado presidente, ahora ya tenemos pantallas touch, pues, perfecto, aprieten el botón de sus pantallas touch y dennos los recursos para darle al pueblo, la seguridad que necesita.
Pero a los salvadoreños no solo les afecta la violencia, tienen otras necesidades que apenas estamos empezando a resolver, buscando respuestas integrales que aseguren el bienestar social de cada persona en El Salvador. Desde el primer día de nuestro gobierno, hemos escuchado constantes, denuncias en el sistema de salud, como que no hay la medicina que la gente necesita, que la infraestructura hospitalaria está abandonada o que los pacientes reciben maltrato por parte del personal de salud. Por eso lanzamos el Plan Nacional de Salud, que añade fuertemente el enfoque preventivo y que tendrá más presupuesto para su implementación.
Hoy puedo confirmar, que, por primera vez en la historia de nuestro país, hemos logrado el total abastecimiento de medicamentos en todo el sistema se salud pública. Desde hoy, ningún paciente debe irse a su casa, sin sus medicinas. Al llegar al gobierno descubrimos que las bodegas de medicamentos estaban vacías. Un desabastecimiento programado, que venía a sumarse al desabastecimiento histórico de nuestro país.
Pero, además, nos encontramos con otro problema:
El sistema público de salud estaba diseñado para pasar desabastecido siempre. Esto servía de excusa para poder utilizar el dinero de los medicamentos del pueblo, en otra cosa. Por eso, cuando un salvadoreño va a un hospital público, o a una Unidad de Salud, la respuesta siempre era, no hay. Con el nuevo Plan Nacional de Salud, no solo hemos hecho una compra histórica de medicamentos, sino que hemos unido los esfuerzos de varias Carteras de Estado, para lograr cumplir con nuestra promesa, de tener cien por ciento de abastecimiento, antes de terminar los primeros cien días de nuestro gobierno.
Redoblamos esfuerzos, algunos tuvieron que cruzar fronteras para traer medicamentos para el cáncer. Otros, movilizarse de punta a punta de nuestro país. Pero gracias a los buenos empleados y hago énfasis, en buenos empleados del Ministerio de Salud, DNM, FOSALUD, ISSS, Obras Públicas, Policía Nacional Civil, Fuerza Armada, Protección Civil y Casa Presidencial, lo logramos. Con el mismo trabajo articulado entre ministerios, hemos empezado a mejorar la infraestructura hospitalaria, se ha iniciado la habilitación de un albergue para los familiares de los pacientes del Hospital Rosales y dentro de poco, vamos a empezar el diseño, la licitación, la contratación y la construcción del nuevo Hospital Rosales que será el mejor hospital de Centroamérica, no solo por su moderna infraestructura, sino por la atención que recibirán sus pacientes.
A pesar de los pocos días de la implementación del plan, hemos empezado a cambiar el sistema de atención de salud, ahora, los trabajadores que cotizan el Seguro Social pueden pasar consulta en horarios extendidos y en fines de semana. En pleno 2019 no había consulta fines de semana o en horas no laborales, ¿a qué horas iban a pasar consulta las personas que trabajaban?, pero eso no es ni por cerca suficiente, hemos escuchado el reclamo de cientos de salvadoreños por la pésima atención que reciben en los hospitales públicos y en el Seguro Social, hoy les digo a todos esos profesionales en salud que trabajan en las distintas dependencias del gobierno, ayúdennos a mejorar el sistema de salud, hemos logrado un abastecimiento de medicamentos al 100 por ciento, por primera vez en la
historia de nuestro país.
Estamos contratando por concurso público, mil nuevos profesionales de la salud para que lleguen a ayudarnos, en la Fase II y III del Plan Control Territorial hemos incluido la compra de ventiladores mecánicos para que no tengan que darle respiración manual a los pacientes, hemos destinado la totalidad de la deuda política que cobreamos al FMLN para la compra de camas y cunas hospitalarias, vamos a mejorar el presupuesto para tener mejores condiciones, equipos, insumos médicos e infraestructura, pero necesitamos de ustedes, de los buenos profesionales de la salud. Ayúdennos a hacer lo imposible por sacar adelante lo que parece inalcanzable, los demás, los que sientan que están siendo explotados o que se les pide mucho, por favor, no permitan que los sigan explotando, déjenme inmediatamente sus plazas y denle la oportunidad a los demás que sí quieren atender a los pacientes como se merece.
Duele ver cómo hay decenas de miles de profesionales de la salud en diferentes ramas, buscando una oportunidad con todas las ganas de atender a nuestro pueblo y no de poderle dar una oportunidad por una minoría y hago hincapié en una minoría de profesionales en salud, que no tienen la vocación y el amor para atender a nuestro pueblo que ya ha sufrido demasiado.
Pero sabemos que no es suficiente, sabemos que cambiar nuestro sistema de salud, del sistema paupérrimo que tenemos ahora a uno del que nos podamos sentir orgullosos tomara tiempo, necesitara de recursos, tendremos que unirnos para que cada quien haga su parte. No todo lo puede hacer el gobierno, necesitaremos el apoyo de los sindicatos, de la Asamblea Legislativa y de la misma población tomando estilos de vida más sanos. Con esta visión que da prioridad al bienestar social de todos los salvadoreños sin distinciones también hemos empezado a enfocarnos en el trabajo y la inversión en las comunidades que han vivido en el olvido y la exclusión durante décadas.
Es indispensable reconstruir el tejido social de El Salvador, no queremos otra generación perdida por la violencia, no queremos más talentos salvadoreños migrando a otros países, no queremos más estigmatizaciones de niños y jóvenes por vivir en lugares peligrosos. En estos primeros 100 días por primera vez en la historia es frecuente ver funcionarios visitando comunidades consideradas peligrosos, territorios que estuvieron controlados por las maras, han realizado estas visitas para ver de primera mano las necesidades del pueblo. Pero visitar por visitar no serviría de nada, en cada visita hay compromisos que se asumen con las comunidades. Nuestro gobierno tiene como misión dar oportunidades y alternativas a nuestros jóvenes, para mostrarles que existen otros caminos distintos a las estructuras criminales. Los jóvenes que viven en estas comunidades quieren lo mismo que cualquier otro, una oportunidad.
Precisamente ese es el nombre de la fase II del Plan Control Territorial “Oportunidad”. Les daremos la oportunidad de salir adelante a nuestros jóvenes y a nuestras comunidades, les quitaremos el caldo de cultivo a las pandillas, haremos poco a poco que ya no tengan a quien reclutar.
Esto será más difícil, más largo y requerirá más trabajo y más recursos que la fase I, pero ya hemos empezado con ahorros presupuestarios y evitando la corrupción en las arcas del Estado. Hemos empezado a construir los primeros cubos en el Sitio del Niño, el la colonia Zacamil y en la Ivu, los cubos serán espacios de desarrollo de primer nivel, donde nuestros niños y jóvenes tendrán una biblioteca; área multiusos, donde recibirán clases de inglés; danza y arte urbano; un centro de cómputo y área de juegos; invertiremos en arte, cultura, deporte; tecnificaremos más 100 mil jóvenes en diversos oficios; instalaremos 262 escuelas de la liga española una por municipio y apoyaremos a los jóvenes, tomándolos en cuenta y construyendo la infraestructura necesaria para que puedan salir adelante, ellos y sus comunidades. La inversión en las nuevas generaciones es indispensable, no solo para evitar la violencia, sino porque es el capital más importante de nuestro país.
Por eso hemos empezado el trabajo articulado para mejorar la infraestructura educativa, incluyendo las calles que conectan a las comunidades con las escuelas. Gracias al incansable trabajo de mi esposa Gabriela y su equipo, se ha empezado a gestar lo que será la gran herencia de nuestro gobierno, una verdadera apuesta gubernamental por la primera infancia que será lanzado dentro de pocas semanas y que marcará un antes y un después para nuestra sociedad.
Cualquier país desarrollado empezó a progresar en algún momento, sabiendo que los resultados de verían años después, El Salvador no será la excepción. ¿Pero de que nos serviría tener seguridad y bienestar social si seguimos sufriendo el flagelo de la corrupción? Han sido décadas en los que muy pocos se han llevado mucho, lo que ha acentuado las brechas económicas en El Salvador condenándonos al subdesarrollo y a la pobreza.
Para avanzar tenemos que erradicar la corrupción y la impunidad. ¿cuántos proyectos se estancaron y se detuvieron hasta que se perdieron en El Salvador? ¿cómo estaría nuestro país ahora si hubiéramos invertido todo el dinero que se robaron?
Por eso en nuestro día 98 instalamos la Comisión Internacional contra la Impunidad y la Corrupción en El Salvador, con el apoyo de la OEA y la comunidad internacional. La CICIES nos servirá para prevenir, investigar y castigar actos de corrupción, porque el saqueo estatal debe parar y los que lo hicieron deben pagar.
La CICIES será independiente, neutral y transparente, perseguirá al corrupto y al corruptor, como primeros pasos la CICIES va establecer relaciones con instancias del Órgano Ejecutivo, como la PNC
donde se creara una unidad especializada anticorrupción; el Ministerio de Hacienda que tiene las atribuciones para fiscalizar al 100% de empresas y personas naturales de nuestro país; la Dirección General de Aduanas para combatir el contrabando y el narcotráfico; la Dirección de Migración y Extranjería; la Superintendencia del Sistema Financiero para combatir el lavado de dinero y toda aquella agencia estatal que nos ayude a combatir la corrupción.
Es primordial construir una sólida cultura anticorrupción con políticas que aseguren que el dinero de los salvadoreños se respete, ningún político debe pensar que puede llevarse el dinero del pueblo.
Para esto, no necesitamos la aprobación de la Asamblea Legislativa, el gobierno haciendo uso de sus facultades constitucionales lo hizo ya y la Secretaría General de la OEA haciendo uso de la carta de la OEA va a dirigirla.
Pero como lo dije ya, esto no debería ser solo trabajo del Ejecutivo, para que El Salvador siga por el rumbo correcto necesitamos de la Corte Suprema de Justicia, de la Fiscalía General de la República, de la Corte de Cuentas y la Asamblea Legislativa; también necesitamos el apoyo de las organizaciones de la sociedad civil, si ellos quieren sumarse a fortalecer la CICIES bienvenidos. La CICIES está lista para trabajar con todos los órganos del Estado, la CICIES está lista para que hayan reformas de ley para fortalecerla, es solo que no íbamos a esperar eternas discusiones en la Asamblea para empezar, ese no es nuestro estilo, así que ya empezamos.
Hemos empezado con la lucha contra la corrupción y la impunidad, porque la política no es para enriquecerse, la política es para servir. A todos aquellos que durante años se han lucrado del sufrimiento del pueblo, que durante años pensaron que este país les pertenecía hoy les digo: estaban equivocados. Un gobierno transparente, con objetivos claros, que busca el bienestar social para todo El Salvador incrementara la confianza de todos los sectores.
Lo dije al inicio, vamos construyendo este proyecto como un edificio nivel por nivel y para lograrlo necesitamos principalmente el apoyo de Dios, del pueblo salvadoreño y de dos sectores, la empresa privada y la comunidad internacional. La inversión pública permite que haya inversión privada, cuando el gobierno construye una calle de inmediato se impulsa el desarrollo económico y social; alrededor de esa calle se construirán hogares, oficinas, comercios, plazas y negocios que impulsaran nuestra economía.
En estos primeros 100 días hemos empezado a recuperar el optimismo del sector privado, en junio y julio el índice de confianza subió históricamente, nos hemos sentado con todos los sectores productivos como turismos, industria, agricultura y otros, para que juntos impulsemos el desarrollo de nuestro país. Toda esa inversión privada ira acompañada de trabajo en infraestructura por nuestra parte.
En estos 100 día hemos abierto calles y reparado viejos caminos en comunidades y sectores olvidados de nuestro país, sabemos que faltan muchos más lugares por llegar, pero la población puede ver que no paramos y que pronto estaremos en su comunidad también llevando desarrollo. El camino del progreso el largo, por eso la semana pasada pusimos la primera piedra del periférico Gerardo Barrios en San Miguel, esto significa una inversión histórica de más de 160 millones de dólares en una obra que trae empleos, progreso, desarrollo y crecimiento económico al oriente del país.
El trabajo de las diferentes autónomas y la Comisión Presidencial para Proyectos Estratégicos no se detendrá hasta concretar proyectos como el tren del Pacifico cuyos fondos ha ofrecido ya el gobierno del Corea del Sur; vamos reactivar el Puerto de La Unión con el apoyo del JICA; hemos empezado a aprovechar el mar de oportunidades que tenemos en nuestro país; vamos a posicionar a El Salvador como uno de los lugares turísticos más importantes de la región con Surf City; estamos formulando reformas de ley para agilizar procesos comerciales poniendo la tecnología e innovación al servicio de los salvadoreños; tendremos un gobierno digital con tramites y servicios en línea, con firma digital que nos facilite la vida a todos.
Para que El Salvador sea competitivo tenemos que crear o reforzar alianzas con países amigos que creen en todo el potencial que tenemos, estamos cambiando la percepción de nuestro país en el exterior, nos están volviendo a ver, ya no únicamente por las maras o la violencia sino porque han visto que tenemos mucho que ofrecer al mundo.
En estos 100 días de gobierno hemos restablecido las relaciones con nuestro mayor aliado internacional. Esas relaciones están en su mejor momento en décadas. Altos funcionarios de los Estados Unidos nos han visitado para crear acuerdos que nos ayuden al desarrollo, que nos ayuden a construir este proyecto de país al que le estamos apostando.
Estamos recuperando la confianza de los más de tres millones de salvadoreños que viven en el exterior y que extrañan su hogar. Muchos también están dispuestos a invertir en nuestro país, además de los 5,400 millones de dólares en remesas que nos envían cada año. Estamos trabajando para reducir la migración forzada de salvadoreños que huyen de nuestro país por la violencia y la falta de oportunidades.
No queremos más casos como el de Oscar Martínez y su hija Valeria, que perdieron su vida cruzando el río en busca de un sueño, un sueño que El Salvador no pudo darles. Por eso, también, nos aliamos con el gobierno de México, quien donó más de 30 millones de dólares para el programa sembrando vida, empezando a generar empleo para reactivar el agro. Ya generamos 20 mil nuevos empleos con solo este programa, 20 mil familias salvadoreñas se beneficiarán trabajando nuestra tierra. Una deuda que hemos tenido pendiente durante años.
En estos 100 días de gobierno nació una razón más de mi compromiso y el de Gabriela, mi esposa, para trabajar por El Salvador. En medio de nuestros primeros 100 días nació Layla, nuestra primera hija, a quien quiero dejarle un país del cual se pueda sentir orgullosa, un país con equidad para hombres y mujeres, un país que cuide a sus hijos en todas las etapas de la vida. Por eso, estamos haciendo todo lo humanamente posible, hemos trabajado al máximo de nuestras capacidades, no vamos a dejar de hacer todo lo que podamos hacer para cumplir el mandato que el pueblo salvadoreño depositó en nuestras manos, sacar nuestro país adelante.
Día a día nos impulsa la aprobación que el pueblo salvadoreño nos ha dado. Más del 90% de salvadoreños quiere ganarle la batalla a la delincuencia, más del 90% de los salvadoreños quiere que el sistema nacional de salud mejore, más del 90% de los salvadoreños quiere que todos tengamos bienestar social y que se reconstruya el tejido social.
Más del 90% de los salvadoreños quiere que pare la corrupción y la impunidad, pondremos nuestro trabajo al servicio de los salvadoreños, pero este proyecto no solo depende de nosotros, así como les dije una vez en aquel Facebook Live donde inició todo, ahora se los digo desde Casa Presidencial, como presidente de la república, no me dejen solo.
Necesitamos su apoyo, el de su familia, el de sus amigos, sus compañeros de trabajos, de nuestros hermanos que viven en el exterior, de cada salvadoreño, para luchar y que este gran proyecto no retroceda jamás. Vamos a asegurar donde no volver nunca más al rumbo de los mismos de siempre. Exijamos todos a los diputados que aprieten el botón para aprobar los fondos de la seguridad, apoyemos a nuestros policías y nuestros soldados en las calles, seamos ciudadanos responsables, eduquemos a nuestros hijos, demos el ejemplo con nuestro comportamiento.
Que el salvadoreño sea reconocido en el mundo como lo que siempre fue, un pueblo trabajador que nunca se rinde y que ahora está decidido a forjar su propio camino. Hay tantas cosas que nuestro país aún necesita, debe seguir el combate a la delincuencia, la humanización del sistema de salud, garantizar el abastecimiento de medicamentos, mejorar la infraestructura hospitalaria, la reconstrucción de tejido social, la puesta histórica por la primera infancia, el combate frontal a la corrupción y a la impunidad.
La inversión pública, que garantice la movilidad del desarrollo económico y social de nuestro país, las alianzas estratégicas con la empresa privada, y poner a nuestro país en los ojos del mundo. Luego vendrán otras etapas, otros planes para seguir arreglando lo que está mal, vienen planes para la educación, para impulsar aún más nuestra economía, para cuidar nuestro medio ambiente, para generar cientos de miles de empleos, para recuperar el liderazgo en Centroamérica, para que todos los salvadoreños puedan tener una vida mejor.
Estos son los primeros 100 días de nuestro gobierno y esto apenas empieza.
Muchas gracias a todos.
Que Dios los bendiga.
Y que Dios bendiga a El Salvador.