Buenos Aires, Argentina 3 de nov 2015: Llegamos al aeropuerto de Ezeiza a las 4:30 de la mañana (hora de Buenos Aires), el taxista- Domingo- tenía un rótulo con el nombre de Navarrete (justo él era el contacto), él se adelantó a nosotros y se llevó un par de maletas, se despidió de los otros taxistas. En ese momento Sara, Neto y yo nos subimos al taxi. Tomó otra calle a la planeada por él... la razón nos dijo: "¡¡¡Está cortada!!!..." sin embargo, nosotros no supimos que quiso decir, además era demasiado acertivo, incluso parecía cortante, ya en el camino como un poco achicados íbamos callados, quizá Neto no tanto porque iba haciendo un par de preguntas... yo me maravillaba de lo ancho de la carretera ( eso que era la que nos llevaba del aeropuerto a la ciudad), de los edificios altos y no apilados distribuidos en la orilla de la calle, más adelante veía los pasos a desnivel impresionantes. Pasaban los minutos,y aunque seguía oscuro, veía a Buenos Aires con más claridad, se me iluminaban los ojos, los rótulos y sus letras eran diferentes a los conocidos en centroamérica, el taxi era diferente, además yo tenía un poco de sueño pero todo me deslumbraba (que viaje más largo y cansado... ufff). Llegamos a la avenida 9 de Julio, se veía ancha... muy ancha, los edificios como viejos pero muy grandes y de colores marrones (quizá la mañana y el amanecer me los hacía percibir así). Caminaba poca gente y se veía que había frío. "Hay que tener cuidado por donde se come hay lugares caros", el taxista nos advirtió, que en los centros comerciales es caro, nos dijo: "en muchos lugares te la derriten [Navarrete]".... al final él nos recomendó pizza.
Llegamos alrededor de las 6 al Hotel Royal Park Inn, todos sus alrededores estaban cerrados (yo moría de impaciencia por salir), el lugar era acogedor estaba en la avenida Suipacha, la gente muy amable desde los botones, hasta los recepcionistas y/o administradores, (aunque su Wifi era deficiente al no estar en la recepción).
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Subimos por el ascensor y nos instalamos, creo que era un cuarto piso y desde ahí vimos a la gente caminar...¡veíamos Buenos Aires desde las alturas!, la gente blanca, las mujeres fumaban, casi no habían niños, ese era Buenos Aires. Las calles tenían un espacio para bicicletas, estas eran utilizadas sobretodo por jóvenes mujeres, muy guapas (o quizá el nunca haber estado en suramérica me hacía verlas atractivas). Encendí la tele emocionado, y me preguntaba ¿Qué verán en Buenos Aires? finalmente lo impensado... estaban dando Chespirito, (Ché, realmente somos un mismo país desde México D.F hasta Buenos Aires).
El desayuno era hasta las 9 am. pero me mataba la ansiedad y la impaciencia. La ciudad estaba helada así que Neto me prestó un suéter Negro (la chumpa pues...) y bajé el ascensor y salí decidido... hasta que justo al salir por la puerta de vidrio del hotel un borracho me pidió dinero, como iba yo solo me sentí amenazado (toda la paranoia que se vive en El Salvador me acompañaba... o quizás era el miedo de ser extranjero), hice mi segundo intento y luego sí logré salir. Dí la vuelta a la cuadra y llegué a la avenida 9 de Julio (su imagen iba a ser la más repetida y sería la que quedaría más marcada en mi recuerdo). No llegué hasta el obelisco ya que parecía muy lejos, pero ya había hecho mi primera aventura. En ese primer recorrido logré observar personas de raza negra vendiendo en las calles, nunca había oído hablar ni de negros, de afros o morenitos en Argentina parecen invisibles, ya que nadie parecía hacerles caso, hablaban en otro lenguaje, quizás eran de Guyana, (pues sí ...alguna respuesta tenía que haber).
Regresé al Hotel con un poco de dificultad, (me perdía espacialmente y casi durante todo el viaje me fue difícil). Subí al cuarto donde estaban Sara y Neto [Navarrete...para el taxista], Luego los tres fuimos a comer un delicioso desayuno. No había plátano, ni tortilla- al que estábamos acostumbrados- pero con el cereal, la calidad del pan, el queso y la fruta (naranja, fresa y kiwi) era más que suficiente. Además había yogurt para llevar... es decir, todo estaba delicioso.. ya lo dije muy rico.
Más tarde alrededor de las 10:30 llegó Alejandro (amigo de Neto), él llevaba 3 meses viviendo en Argentina (era salvadoreño de Santa Tecla) antes habíamos pagado en efectivo un tour que habíamos reservado desde El Salvador. Luego nos llevó a dar un paseo de reconocimiento por la ciudad, nos llevó específicamente a Florida, (paseo peatonal inmenso de gran actividad comercial), ahí cambiamos dinero [dollar Blue], compramos un cargador de teléfono (el cuál luego nos resultaría insuficiente para los tres ya que la conexión es diferente a las que tenemos en centroamérica) y nos recomendó un lugar de tortas para comer como argentino el cuál era muy barato.
Llegamos de regreso alrededor de las 12:30 al hotel. Estaba desesperado por seguir conociendo y sobretodo por llegar a Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO Argentina. Me decidí a salir otra vez yo solo, con la orientación de google maps y Alejandro que me dijeron la ruta, a las 2:30 tenía que estar de regreso para el primer city tour. Me animé a caminar y sí que iba a caminar..... Tenía dos objetivos claros 1) la FLACSO y 2) la librería el Ateneo, llegué al obelisco ya sentía un poco de familiaridad con la avenida 9 de Julio, además había anotado los nombres de las avenidas, me sentí muy seguro de llegar, sin embargo, llegué al punto, a la interjección donde quedaba el lugar y nada. No lo encontraba, es decir, no lo encontré. Pasaba varias veces por el mismo lugar, ya parecía perdido caminando las mismas dos o tres cuadras una y otra vez. Desistí en mi búsqueda y me dirigí hacia el Ateneo, ese sí lo pude encontrar, ahí tome muchas fotos de libros y del lugar, una que otra selfie... pal facebook. El lugar tan afamado me gustó lo ví grande, tenía mucha variedad y calidad de libros pero debo de decir que no me impresionó como lo imaginé. Lo ví con ligereza (un vistazo rápido...) y alcancé a comprar un libro (lo hice pensando en mis clases), intenté regresar lo más pronto posible eran las 2:20 y el city tour comenzaba en diez minutos, caminé apresurado por las calles (llenas de librerías), prácticamente corrí para llegar al encuentro. Me perdí, daba vueltas en los mismos lugares... me sentía cerca, sabía que estaba cerca. No alcancé a llegar a tiempo ya eran las 3 de la tarde. Al final me rendí.
Llegué al Hotel a las 3:30 estaba cansadísimo, subí y me fuí a dormir. Creo que dormí hasta las 4:30. Me decidí a salir solo del hotel y me fui Florida, miré los kioscos, las gentes, los vendedores. Me animé y compré una torta. Solo le dí una mordida. Alguien se acercó a hablarme, eran como vendedores de tours ( imaginé algo raro pero me ganó la curiosidad) me regalaron un jugo y continuaban muy amables. De pronto me exigieron dinero por un jugo que no pedí, fui rodeado y luego corrí sin comerme mi torta. Hasta el hambre se me quitó (al menos por un rato).
Comencé a buscar el hotel, nuevamente me resultaba difícil, caminaba por las mismas calles pero no encontraba el Hotel. Sin embargo, a quien sí pude encontrar de forma coincidente fue a Neto y Sara, nos vimos con mucha alegría, de ahí en delante ya no nos separamos. Ahora juntos avanzamos hacia el norte viendo muchos teatros, ventas de libros y estatuas. Nos sentamos en una esquina y comimos, [en lo personal me decidí por un helado muy dulce para mi costumbre], En ese momento solo estábamos viendo la gente pasar vimos muchos adultos y gente guapa .... las chicas nos deslumbraban con Neto. Luego con Sara comentabamos acerca de cómo nos sentíamos, parecía que había sido un día interminable. Luego del pequeño descanso, nos encontramos con otra serie de estatuas, ya estaba oscureciendo seguramente ya eran como las 8 de la noche pero se veía más temprano, Cada cuadra habían más teatros y estatuas, nos dedicamos a tomarnos fotos con ellas. Tan sencillo, pero tan increíble estabamos en nuestro primer amanecer en la ciudad de Buenos Aires. Los policías eran escasos, lo cual no era algo que nos llamara la atención, pero en el momento que quisimos regresar al hotel eran a ellos a quienes buscamos para preguntarles.
Cabe destacar que en principio creímos que Sara era quien mejor se ubicaba, sin embargo todo era cambiante, ya que cada quien colaboró en diferentes momentos para ayudarnos a encontrar algún destino. Además nos dedicamos a preguntar a gente de los quioscos y ventas formales (nos decían que éramos colombianos). Finalmente encontramos un par de policías y ellos nos fueron ayudando a encontrar nuestro lugar de reposo. Honestamente estábamos emocionados pero el cansancio nos hizo mella ya al final de la jornada.
Luego de llegar nuevamente al hotel decidimos salir nuevamente con Neto. Nuestro destino era ahora un supermercado, yo esperaba en inicio ver una gran empresa (cuasi monopolio) que distribuyera los bienes, sin embargo, llegamos a una cuasi distibuidora que era administrada por una familia de asiáticos, el sitio era pequeño, los pasillos eran pero lo suficientemente surtido para encontrar lo que se necesita. Compramos pan y atún. Eso nos sirvió de cena al menos ese día. Al regresar dormirnos fue complicado había cansancio y emoción. Neto nos habló que quería ver tumba de Cerati y yo de que quería ir a mi congreso, mientras tanto Sara concentrada hablando con su familia por las redes sociales. Este día no fue de reconocimiento del terreno y fue muy bueno.
PD: Se resalta que Netio quería ver la Tumba de Cerati.