Con el tiempo las ideas en el mundo occidental al irse consolidando relacionan ideas de liberalismo con la derecha, y socialismo con la izquierda (esta última podría asociarse con el término solidaridad). Lo interesante del asunto es que tanto izquierdas como derechas defienden en alguna medida los principios fundamentales de la revolución Francesa ( Libertad, Igualdad y fraternidad).
La derecha se encarga de enarbolar la bandera de la libertad, la capacidad de actuar y decidir como a cada quien le parezca, haciendo énfasis en lo económico pero siempre hablando de LIBERTAD. La izquierda habla de la consecución de la igualdad social por medio de los derechos colectivos y de repartir recursos entre las mayorías, hace un énfasis en su discurso de la igualdad. Sin embargo parece que ambos ya no les alcanzó para defender a la Fraternidad.
Ambas corrientes parecen olvidar a veces que comparten los mismos problemas. ¿De quién es problema los desastres naturales como inundaciones o terremotos, de derecha o de izquierda? Inclusive ambas posturas han cometido los mismos errores, ya que han pasado por régimenes dictatoriales, y hasta han desarrollado un esquema de muerte que ha costado la vida de millones de personas, estas vidas que no pueden ser recuperadas. ¿Es este el costo de mantener las ideas?
Ortega y Gasset decía que ser de derecha ó ser de izquierda, es una de las tantas formas que tiene el hombre para ser estúpido. Aunque todos tenemos derecho de elegir una forma o afiliación política no debemos olvidar que existen problemas o necesidades que van mucho más allá de las izquierdas y las derechas.
Defender las ideas de justicia pueda costarnos la vida, sin embargo, esta lucha no debe de caer en fanatismos políticos sino que debe basarse en una firme convicción en la búsqueda de la verdad.
Un fanático es un fiel seguidor, incondicional pero ciego en su marcha, por qué no pensar en críticos pero con perspectivas más claras, ya que aunque no piensen igual que yo, si me podría describir el escenario real de que está pasando e incluso observar que en alguna medida compartimos un fin.
Talvéz es UTOPICO, pero seamos realistas para cambiar siempre pidamos lo imposible.
Para terminar pienso que la lucha no es de izquierdas o derechas, sino de concientes o inconcientes. Mientras tanto a Ortega y Gasset le digo que yo tengo mi propia forma de ser estúpido.
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