Relación entre homicidios y el nivel de urbanismo en El Salvador
Parece
que en El Salvador la urbanización avanzó demasiado rápido, y que amplias capas
de la población han quedado fuera de la cobertura estatal y de las redes de
protección social. Incluso se percibe (al
hablar con nuestros padres y abuelos), que las primeras generaciones de
migrantes internos no hicieron crecer en mayor medida los crímenes en lo urbano,
sin embargo, en segundas y terceras generaciones (podríamos decir que en la actualidad) ha
aumentado el número de delitos en comunidades urbanas
relativamente marginadas.
Diversos
estudios han mostrado cómo estos barrios en desventaja, desordenados física y
socialmente, así como con bajos ingresos, han tenido un mayor despliegue del
delito (Geneva Declaration Secretariat 2011; Alda 2012; Escobar 2012).
Estudios
de la UNOC 2011 y 2013 han identificado una fuerte correlación entre el
crecimiento urbano y el delito. Como puede observarse el problema no parece ser
el tamaño de la ciudad, sino la capacidad institucional para incorporar a los
sectores que se encuentran en los barrios, colonias y villas en condiciones de
marginalidad.
Sin embargo, un
estudio realizado en 50 ciudades en el mundo, el Banco Mundial encontró que no
hay pruebas que permitan vincular el tamaño de las ciudades y la violencia,
pero sí hay una fuerte relación entre la tendencia de urbanización y las tasas
de homicidio. El ritmo de urbanización de las ciudades es un factor clave para
tener en cuenta en la vulnerabilidad latinoamericana con respecto a la
violencia (Banco Mundial 2011).
Tambien
parece que la presencia de armas de fuego, el tráfico de drogas y el consumo de
alcohol actúan como impulsores de la inseguridad y homicidio. Sin embargo, en
este caso destacaremos de manera descriptiva el papel del urbanismo y los
homicidios en El Salvador y cual es su posible comportamiento.
Municipios con más índice de homicidios
comparados con el porcentaje urbano(*)
Tabla 1: Los municipios con mayores índices de homicidio y su urbanismo
tasa de homicidio
|
% urbano
|
||
MUNICIPIO
|
Armenia
|
160.4
|
68.7
|
Azacualpa
|
176.1
|
46.4
|
|
Colón
|
177.3
|
94.0
|
|
El Rosario
|
189.6
|
10.1
|
|
Jayaque
|
180.9
|
62.3
|
|
Nahulingo
|
316.8
|
70.7
|
|
Quezaltepeque
|
172.9
|
68.7
|
|
Rosario de Mora
|
167.0
|
44.4
|
|
Sacacoyo
|
317.1
|
80.3
|
|
Salcoatitán
|
182.3
|
36.8
|
|
Talnique
|
230.2
|
59.2
|
- Elaboración propia con datos de la Fiscalía General de la República 2012 y el informe 262-
De acuerdo a lo observado en la tabla 1 se destaca que los diez municipios que presentan los mayores
índices de homicidios en promedio tienen un 64.16 % de urbanismo, esto
contrasta con todos los municipios con menor porcentaje de homicidios (en este
caso hay 44 municipios con cero homicidios en el periodo seleccionado que juntos presentan un urbanismo promedio de 32.66%). Dicho lo anterior, se observa que a
mayor cantidad de urbanismo el índice de homicidios aumenta, por ejemplo,
Nahuilingo es el municipio con más alto índice de homicidios de El Salvador con
un porcentaje urbano de 70.7, es decir, es un municipio predominantemente
urbano, o el caso de Colon, el cual tiene un porcentaje de urbanismo del 94% y
es uno de los 10 municipios con mayores índices de homicidio. Sin embargo, hay
que tener en cuenta que lo anterior no quiere decir que el urbanismo sea una
condición que determina el crecimiento del homicidio, ya que existen municipios
completamente urbanizados que presentan menores índices de homicidio que
cualquiera de los 10 municipios con mayores índices de homicidio municipales,
tal como se presenta en la tabla 2 a continuación:
Tabla 2: Los municipios más urbanos y sus tasas de homicidio
tasa de homicidio
|
% urbano
|
||
MUNICIPIO
|
Antiguo Cuscatlán
|
29.7
|
100.0
|
Apopa
|
125.7
|
100.0
|
|
Ayutuxtepeque
|
60.5
|
100.0
|
|
Cuscatancingo
|
108.4
|
100.0
|
|
Llopango
|
97.2
|
100.0
|
|
Mejicanos
|
85.3
|
100.0
|
|
San Marcos
|
79.1
|
100.0
|
|
San Salvador
|
95.2
|
100.0
|
|
Sonzacate
|
104.0
|
100.0
|
|
Soyapango
|
80.4
|
100.0
|
- Elaboración propia con datos de la Fiscalía General de la República 2012 y el informe 262-
En la tabla 2, se observa que los 10 municipios que están 100 %
urbanizados no presentan una ausencia de homicidios, en promedio tienen un
86.55% de homicidios, en contraste, los 16 municipios con menor desarrollo
urbano tienen un índice de homicidios del 30.70%, incluso San Antonio (con un
porcentaje urbano de 8%) no presenta ningún homicidio y tiene un bajo
urbanismo, es decir, existe una diferencia de entre los municipios más
urbanizados y los menos urbanizados en cuanto al crecimiento de la tasa de
homicidios.
Tabla 3: Los municipios menos urbanos y su tasa de homicidio
tasa de homicidio
|
% urbano
|
||
Media
|
Media
|
||
MUNICIPIO
|
Cacaopera
|
18.3
|
9.9
|
Chiltiupan
|
55.1
|
7.1
|
|
Guaymango
|
10.5
|
6.9
|
|
Jicalapa
|
19.5
|
8.2
|
|
Jucuarán
|
52.1
|
8.5
|
|
Jutiapa
|
15.2
|
9.5
|
|
Lislique
|
37.4
|
4.8
|
|
Perquín
|
31.7
|
5.7
|
|
San Antonio
|
.0
|
8.0
|
|
San Antonio de la Cruz
|
107.9
|
7.0
|
|
Santa Isabel Ishuatán
|
29.3
|
7.9
|
|
Santa Rita
|
16.7
|
6.7
|
|
Santa Rosa Guachipilín
|
20.3
|
8.7
|
|
Sesori
|
9.3
|
9.8
|
|
Sociedad
|
35.1
|
9.4
|
|
Torcia
|
32.9
|
7.2
|
- Elaboración propia con datos de la Fiscalía General de la República 2012 y el informe 262-
Los 10 municipios cien por ciento urbanizados en el país ( ver tabla 2) presentan un índice de homicidio promedio del 86.5%, mientras Lislique, el
municipio con menor porcentaje urbano presenta un índice de homicidios del
37.4% y solo un 4.8% de urbanismo ( Ver tabla 3); es decir, existe una diferencia del
49% en el índice de homicidios 2012 entre Lislique un municipio con
95% de territorio rural y los 10 municipios identificados como 100% urbanos
según datos del censo de población 2007. Por tanto, urbanismo no puede
considerarse sinónimo de seguridad y desarrollo, esto indica que aunque un
municipio sea rural y sus condiciones de desarrollo económico no son tan
diversas como en lo urbano, la seguridad en cuanto a homicidios
aumenta. Es decir, hay casi 50% menos de posibilidades de sufrir un
homicidio en Lislique, el municipio más rural del país, que en cualquiera de
los diez municipios más urbanizados (Antiguo Cuscatlán, Ayutuxtepeque, Apopa,
Cuscatancingo, Ilopango, Mejicanos, San Marcos, San Salvador, Sonzacate y
Soyapango).
No obstante, el caso mencionado de Lislique, no se puede inferir que el
urbanismo explica a su totalidad el índice de homicidios municipal, por ejemplo
El municipio El Rosario que tiene 90% de territorio rural, presenta
una tasa de homicidios de 189.6%, es decir 103.1% más de índice de homicidios
que los 10 municipios 100% urbanizados del país.
El municipio Mercedes La Ceiba con un alto porcentaje urbano de 76.1%
presenta un índice de 0% homicidios a nivel municipal, en contraste el
municipio San Antonio con únicamente 8% de urbanismo también presenta un índice
de homicidios de 0%.
Por tanto, que un municipio este cien por ciento urbanizado no significa
que determina el aumenta del índice de homicidios, en este sentido, se ha
logrado establecer que el nivel de urbanismo puede ser una variable
interviniente en relación al aumento de la tasa de homicidios municipal, más no
determina a plenitud el fenómeno mencionados.
En conclusión
No se puede
establecer que la variable urbanismo es la única que incide, ya que los índices
de homicidios en El Salvador es un fenómeno complejo multicausal, que si bien
los indicadores socio - económicos muestran una tendencia del por qué son
significativos, no explican a su totalidad dicho fenómeno. Sin embargo, se encuentran resultados que hacen evidente cierta
relación entre urbanismo y homicidios. Aunque, no se puede afirmar con certeza
que en el cien por ciento de los casos (municipios) a mayor urbanismo aumenta
el homicidio, sin embargo, parece que si resulta ser una variable
interviniente. Cualitativamente hablando mucha gente sueña con volver a la paz del campo, y por lo que arrojan los datos cuantitativos hay algo de fundamento en esa afirmación, aunque habría que ver el caso de cada teritorio en particular.
(*) Los datos han sido tomados de la Fiscalía General de la República
2012 y el informe 262, y este artículo se basa en datos recopilados para el diplomado de Estadística aplicada a la investigación del año 2014, realizado por Luis Eduardo Aguilar Vásquez, Fátima Guadalupe Rodríguez Pacas, Mayra Francisca Nathaly Bonilla Portillo y Julián Gabriel Cerón Mendoza