lunes, 17 de abril de 2023

Las comunicaciones desde el paradigma crítico

El paradigma crítico busca no solo describir, estructurar y entender la sociedad, sino que busca cuestionar y transformar las estructuras de poder, desigualdad y dominación. A diferencia de otros paradigmas, el paradigma crítico se compromete con el cambio socialEste paradigma se relaciona directamente con Karl Marx, ya que muchas de sus bases provienen del materialismo histórico-dialéctico.

Karl Marx fue un filósofo, economista, sociólogo, filosofo y revolucionario alemán, nacido en 1818 y fallecido en 1883. Es conocido por desarrollar una teoría crítica del capitalismo y de la sociedad moderna, que tuvo una gran influencia en el pensamiento social y político del siglo XX.

En el pensamiento de Karl Marx, la historia de la humanidad se entiende como una sucesión de conflictos entre clases sociales opuestas. En el esclavismo, la contradicción fundamental se daba entre amos y esclavos; en el feudalismo, entre señores feudales (reyes o nobles) y siervos; y en el capitalismo moderno, entre burgueses (dueños de los medios de producción) y proletarios (trabajadores asalariados). Marx critica la distribución desigual de los recursos materiales y de poder en cada uno de estos sistemas. A través de su método del materialismo dialéctico, sostiene que estas contradicciones de clase han sido el motor de la historia y el principal impulso del cambio social.

Según Marx, hay una lucha de clases entendida como el conflicto entre las clases dominante y dominada por controlar los recursos, Marx decía que esta fuerza está detrás del cambio social. La lucha de clases se da en cualquier momento en que existan clases sociales con intereses y objetivos opuestos en una sociedad. Esto puede manifestarse de diversas formas, como en: conflictos, huelgas, protestas sociales, revoluciones, entre otros.

En la historia, la lucha de clases se ha dado en diferentes momentos y contextos, como en la Revolución Industrial del siglo XIX, donde los trabajadores luchaban por mejores condiciones laborales y salarios justos. También se dio durante las revoluciones sociales del siglo XX, como la Revolución Rusa y la Revolución China, donde la clase obrera se levantó contra la clase propietaria y el sistema capitalista.

El mètodo que utiliza Marx es la dialéctica (màs en concreto el materialismo dialèctico) se basa en la idea de que la realidad está en constante cambio y que este cambio se produce a través de la contradicción y el conflicto. Según Marx, estas contradicciones son inherentes a las estructuras sociales y económicas de una sociedad, y son impulsadas por las luchas de clases.

La dialéctica marxista sigue un proceso de: tesis, antítesis y síntesis. La tesis representa una idea o condición existente, la antítesis es su opuesta o contradicción, y la síntesis es la nueva condición que surge de la resolución de esta contradicción. Este proceso continúa en un ciclo constante de cambio y desarrollo. Permite comprender cómo los medios de comunicación reflejan y perpetúan las relaciones de poder y las ideologías dominantes en una sociedad.

En la actualidad, la lucha de clases se manifiesta en las desigualdades económicas y sociales que existen en muchas partes del mundo, donde las clases más acomodadas tienden a concentrar el poder y la riqueza a costa de la explotación de los trabajadores y los recursos naturales. Esto ha llevado a movimientos sociales y políticos que buscan la justicia social y la igualdad de oportunidades para todos los miembros de la sociedad. El materialismo histórico aborda estas contradicciones entre los intereses de las clases dominantes y dominadas a través de la historia en una lucha continua por el poder y los recursos.

Para Karl Marx hay que entender el mundo y la realidad de una forma científica pero crítica, se basa en la idea de que todo en el universo está en constante cambio y evolución, y que estos cambios se dan por la lucha de contrarios, que es una ley fundamental de la naturaleza. De esta manera, desarrolla el materialismo dialéctico como una forma de análisis de la dinámica de la sociedad y la historia a través de la comprensión de los procesos de cambio y contradicción que se dan en la realidad material.

La dialéctica es una forma de razonamiento que se caracteriza por la confrontación de ideas opuestas, y la síntesis de estas ideas para superar las contradicciones que surgen en el proceso. La dialéctica tiene su origen en la filosofía griega antigua pero es desarrollada por varios autores. Pero al hablar de materialismo dialéctico esta es una corriente filosófica que se basa en la combinación del materialismo histórico de Karl Marx y el método dialéctico.

Para Marx la dialéctica (la crítica) es un elemento fundamental de su teoría y su práctica política. Marx entendía la crítica como una herramienta para desenmascarar la ideología dominante y para comprender la realidad de una forma más profunda y completa. La dialéctica no es un mero ejercicio intelectual, sino que debe estar orientada a la transformación práctica de la realidad y transformación social. De esta manera, la dialéctica para Marx está ligada a la praxis, que es la acción transformadora del mundo material a través de la reflexión crítica y la práctica social. De ahí que se le llame materialismo dialéctico.

La teoría marxista, tiene como objetivo identificar las contradicciones del capitalismo y las formas en que este sistema económico y social genera explotación y opresión. Marx busca cuestionar las relaciones sociales y políticas que se dan en la sociedad capitalista y proponer alternativas para superar esta forma de organización social.

Desde la perspectiva crítica marxista, los medios de comunicación son controlados por la clase dominante y que su función es mantener el status quo y perpetuar la desigualdad. Por lo tanto, un análisis crítico de los medios de comunicación puede ayudar a desentrañar cómo los mensajes se construyen y transmiten, quiénes tienen acceso a ellos y cómo contribuyen a perpetuar o desafiar el sistema de poder. Por otro lado, la comunicación puede ser vista como una herramienta en la lucha de clases, ya que permite a los grupos subalternos organizarse, movilizarse y hacer frente a las injusticias. En este sentido, la teoría de la hegemonía de Gramsci (basada en la obra de Marx) sostiene que la clase dominante logra mantener su poder no solo a través de la coerción sino también a través del consenso, mediante la construcción de un sentido común que naturaliza la desigualdad y la opresión. Una comunicación crítica y emancipadora puede desafiar este sentido común y contribuir a la formación de una conciencia crítica.

Análisis marxista del capitalismo

Según la perspectiva marxista, el capitalismo es un sistema económico en el que los medios de producción, como las fábricas, las tierras y las materias primas, son propiedad privada de los capitalistas o burgueses, mientras que los trabajadores, o proletariado, venden su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Marx argumentaba que el capitalismo generaba forma de explotación, esta era de tipo material e inmaterial de explotación

Explotación material

Los dueños de los medios de producción se aprovechan del proletario de dos formas: el salario y la mercancía. Marx consideraba que el salario en el capitalismo no era justo, sino que era una forma de explotación del trabajador. Para Marx, en el sistema capitalista, los trabajadores no reciben el valor total de su trabajo, sino solo una fracción de él en forma de salario. La diferencia entre el valor total del trabajo y el salario que recibe el trabajador se llama plusvalía y es lo que permite a los empleadores obtener ganancias. Dicho de otra forma, el valor del trabajo que realizan los trabajadores no se refleja en el salario que reciben, sino que el dueño de los medios de producción se lo apropia.

Por otro lado, otra forma de explotación material son las mercancías. Se definen como objetos o servicios producidos para ser vendidos en el mercado y tienen un valor de uso y un valor de cambio (es decir, lo que vale en verdad una mercancía vrs el precio al que se vende), y estos se valoran en términos monetarios. Para Marx, las personas en la sociedad capitalista ven a las mercancías como algo con un valor inherente en sí mismas, independientemente de su origen y del trabajo que se haya invertido en su producción. Las personas en la sociedad capitalista, en lugar de ver a las mercancías como el resultado del trabajo humano, las ven como algo mágico o sobrenatural que tiene un valor intrínseco. Y el proletariado las paga a mayor precio de su valor real

Este proceso lleva a que las personas no vean las relaciones sociales subyacentes que existen en el sistema capitalista, sino que vean a las cosas materiales como si tuvieran un valor en sí mismas. Esto es lo que Marx llama el fetichismo.

Explotación inmaterial

En primer lugar está el fetichismo, que se refiere a la tendencia de las personas a atribuir cualidades místicas o sobrenaturales a las mercancías y a las relaciones sociales que surgen de la producción y el intercambio de mercancías en una sociedad capitalista.

Marx sostiene que en una economía capitalista, las relaciones sociales entre las personas se expresan a través de las relaciones entre las mercancías. En este sistema, las mercancías no son solo objetos materiales producidos por el trabajo humano, sino que también adquieren un valor de cambio y una importancia social que parece inherente a ellas mismas. Las personas le dan mas valor del que realmente tienen.

Un ejemplo de fetichismo de la mercancía es cuando una persona compra un nuevo teléfono móvil de alta gama, que ha sido producido por trabajadores en condiciones precarias y mal remunerados en una fábrica en Asia. La persona que lo compra no está consciente de las condiciones laborales de los trabajadores que produjeron el teléfono, ni de la cantidad de recursos naturales utilizados en su producción y transporte. En su lugar, el comprador del teléfono ve al dispositivo como un objeto mágico o sobrenatural que tiene un valor intrínseco en sí mismo.

Esta persona puede estar dispuesta a pagar un precio muy alto por el teléfono, debido a la imagen que se ha creado en la sociedad acerca de que los teléfonos móviles de alta gama son símbolos de estatus y prestigio social.

En segundo lugar, en el marxismo, la alienación se refiere a la pérdida de control que tiene el trabajador sobre su propia vida y trabajo en una sociedad capitalista. Según Marx, en la sociedad capitalista, los trabajadores están alienados de cuatro formas:

Alienación del producto: en una economía capitalista, los trabajadores producen bienes y servicios que son propiedad de los propietarios de los medios de producción, no de los trabajadores que los producen. Esto significa que los trabajadores están alienados del producto de su trabajo.

Alienación del proceso de trabajo: en una economía capitalista, los trabajadores no tienen control sobre el proceso de producción, ya que están obligados a seguir órdenes y trabajar según los procedimientos establecidos por los gerentes y propietarios. Esto significa que los trabajadores están alienados del proceso de su trabajo.

Alienación a sí mismo: en una economía capitalista, los trabajadores no tienen la oportunidad de desarrollar sus habilidades y potencialidades al máximo, ya que están obligados a trabajar en tareas repetitivas y aburridas para poder ganarse la vida. Esto significa que los trabajadores están alienados de su propia humanidad y de la capacidad de desarrollar sus capacidades creativas.

Alienación de otros trabajadores: en una economía capitalista, los trabajadores compiten entre sí por empleos y salarios, en lugar de colaborar y trabajar juntos. Esto significa que los trabajadores están alienados de los demás trabajadores y de la posibilidad de trabajar juntos para lograr objetivos comunes.

Marx argumentó que la alienación es una forma de explotación inmaterial, ya que los trabajadores están privados de su capacidad de controlar y desarrollar sus vidas y trabajos en la sociedad capitalista. Además, Marx sostuvo que la alienación no es un problema individual, sino un problema estructural de la sociedad capitalista, que explota a los trabajadores al convertirlos en meros instrumentos para la generación de beneficios. En este sentido, la alienación es una forma de explotación inmaterial que se suma a la explotación material a través de la apropiación de plusvalía por parte de los dueños de los medios de producción.

La idea de que la religión es el opio del pueblo se relaciona con la noción de alienación en el marxismo (y esta justifica la explotacion material e inmaterial). Según Marx, la religión es un producto de la alienación de los trabajadores en una sociedad capitalista, ya que les proporciona una forma de escape o alivio de la realidad opresiva en la que viven.

Marx argumentó que la religión era una forma de alienación porque desviaba la atención de los problemas reales de la sociedad, como la explotación económica y la opresión política. En lugar de hacer frente a estos problemas, los trabajadores se refugiaban en la religión, que les ofrecía consuelo y esperanza en un mundo mejor en el más allá. En este sentido, la religión era vista como una forma de escapar de la realidad, en lugar de enfrentarla y tratar de cambiarla.

Por lo tanto, la religión se convierte en un opio del pueblo, porque distrae a los trabajadores de la lucha real por su emancipación, y los mantiene pasivos frente a la explotación y la opresión. En lugar de tomar medidas concretas para cambiar su situación, los trabajadores esperan la liberación en el más allá, dejando que sus vidas sean dominadas por la religión y las fuerzas opresivas de la sociedad capitalista.

Conciencia de clases para superar la explotación

La conciencia de clase es un término utilizado en el marxismo que se refiere a la toma de conciencia por parte de los trabajadores de su posición en la sociedad y de los intereses que comparten como clase social. La conciencia de clase se refiere a la comprensión de que los trabajadores comparten una serie de intereses y necesidades comunes que son diferentes de los intereses y necesidades de la clase dominante. 

Según Marx, la conciencia de clase es importante porque permite a los trabajadores unirse y organizarse para luchar contra la opresión y la explotación que experimentan en la sociedad capitalista. La conciencia de clase implica una comprensión de que los trabajadores no son simplemente individuos aislados que compiten entre sí, sino que forman parte de una clase social que comparte intereses y necesidades comunes.

Para Marx, la conciencia de clase no es algo que surja naturalmente en los trabajadores, sino que debe ser cultivada y fomentada por los líderes políticos y sociales. Esto implica la necesidad de una educación política que permita a los trabajadores comprender su situación en la sociedad y las formas en que pueden luchar por sus intereses y derechos.

La conciencia de clase se relaciona directamente con el cambio social, y luego la revolución, el establecimiento del socialismo y el comunismo. Marx argumentaba que la conciencia de clase es una etapa necesaria en la lucha de los trabajadores por su emancipación y que solo cuando los trabajadores se dan cuenta de sus intereses comunes como clase pueden tomar medidas para cambiar su situación.

En la teoría marxista, la revolución se produce cuando la clase trabajadora, guiada por su conciencia de clase, se levanta contra la clase dominante y toma el poder político. Cuando la revolución triunfa se establece un estado socialista, este es controlado por los obreros y pone fin a la explotación y la opresión de la sociedad capitalista.

Una vez que se establece el socialismo, la conciencia de clase sigue siendo importante, ya que permite a los trabajadores mantener el control sobre los medios de producción y la dirección del estado (o lo que él llama dictadura del proletariado). En el socialismo, la conciencia de clase se desarrolla aún más, ya que los trabajadores se organizan para construir una sociedad más justa y equitativa que eventualmente los llevará a un estado comunista.

En la teoría marxista del comunismo, la idea es que una vez que se logre la abolición de las clases sociales y se establezca la propiedad colectiva de los medios de producción, el Estado perderá su razón de ser y se extinguirá. Esto se debe a que, según la teoría marxista, el Estado es una institución creada por la clase dominante para mantener su poder sobre la clase trabajadora, y una vez que se elimina la clase dominante, también desaparecerá la necesidad del Estado.

Grupos sociales que estudia el paradigma critico

Como se ha dicho, el paradigma crítico no solo analiza y describe la realidad social, sino que la cuestiona y busca transformarla, especialmente en lo que respecta a las relaciones de dominación, opresión y desigualdad. Este enfoque pone en el centro las experiencias de distintos grupos sociales históricamente marginados, y ha sido desarrollado por múltiples autoras y autores desde diversas perspectivas.

Por ejemplo, desde el feminismo, pensadoras como Mary Wollstonecraft (política) abogaron por la igualdad política de las mujeres, exigiendo derechos como el voto. Harriet Martineau (social), considerada una de las madres fundadoras de la sociología, estudió la posición social de las mujeres y otras desigualdades. Simone de Beauvoir (filosofía), desde la filosofía, profundizó en la construcción cultural del género en su obra El segundo sexo. En las ciencias naturales, Marie Curie (ciencia) rompió barreras en el campo de la química y la física, mostrando también cómo operaban desigualdades de género en espacios científicos.

El paradigma crítico también se aplica al análisis de otras formas de opresión. Por ejemplo:

  • Afrodescendencia: figuras como W.E.B. Du Bois y Angela Davis han analizado la racialización, la esclavitud y el racismo estructural.

  • Indigenismo: pensadores como José Carlos Mariátegui y Silvia Rivera Cusicanqui han abordado el colonialismo interno, el racismo y las luchas de los pueblos originarios.

  • Diversidad sexual y de género: autorxs como Judith Butler han criticado la imposición de normas de género binarias y han defendido los derechos de personas trans y no binarias.

  • Orientalismo: Edward Said propuso una crítica a la forma en que Occidente representa y domina simbólicamente a los pueblos del Medio Oriente y Asia.

  • Otros grupos marginados que también han sido analizados desde el paradigma crítico incluyen a personas con discapacidad (crítica al capacitismo), personas migrantes, personas mayores, entre otros.

Todas estas formas de opresión pueden estar presentes en una misma persona. Esta situación es analizada a través del concepto de interseccionalidad, desarrollado por Kimberlé Crenshaw, quien mostró cómo múltiples formas de discriminación (por ejemplo, por género, raza y clase) se entrelazan y no pueden entenderse de forma aislada. La interseccionalidad permite visibilizar cómo ciertas personas enfrentan una acumulación de desigualdades y cómo esto afecta su vida cotidiana y sus posibilidades de participación en la sociedad.

El paradigma crítico también se manifiesta en diversas corrientes latinoamericanas que, desde distintos campos, buscan comprender y transformar las estructuras de dominación. Por ejemplo:

Filosofía de la liberación: Enrique Dussel critica el eurocentrismo de la filosofía tradicional y propone pensar desde “el otro”, es decir, desde las voces históricamente excluidas de América Latina, para construir una ética y una política orientadas a la liberación.

Pedagogía del oprimido: Paulo Freire denuncia el modelo bancario de la educación y propone una enseñanza crítica, dialógica y liberadora, en la que los oprimidos tomen conciencia de su situación y se conviertan en agentes de cambio.

Teología de la liberación: Gustavo Gutiérrez plantea una interpretación del cristianismo desde la realidad de los pobres y exige que la fe se exprese en un compromiso con la justicia social y la transformación de las estructuras opresoras.

Teoría de la dependencia: formulada por autores como Theotonio dos Santos y Ruy Mauro Marini, sostiene que el subdesarrollo de América Latina es una condición estructural provocada por la explotación de los países centrales sobre la periferia, y no una etapa transitoria.

Teoría decolonial: Aníbal Quijano cuestiona la persistencia del colonialismo en el conocimiento, la cultura y la economía, y propone recuperar los saberes y formas de vida marginadas por la modernidad colonial.

Crítica mediática: Noam Chomsky analiza cómo los grandes medios de comunicación actúan como mecanismos de control ideológico, alineados con los intereses del poder económico y político. En su obra Manufacturing Consent, junto a Edward S. Herman, explica cómo los medios fabrican consenso a favor de las élites mediante filtros como la propiedad empresarial, la publicidad, las fuentes oficiales, y la represión a voces disidentes. Su enfoque cuestiona la libertad de prensa como mito en contextos de concentración mediática, y propone una lectura crítica del discurso dominante para abrir espacio a una ciudadanía informada y activa.

Elementos de la comunicación desde el paradigma crítico

La comunicación puede contribuir a la producción y reproducción del poder la sociedad. La comunicación y sus elementos pueden combatir con conciencia esta desigualdad o solamente reporducirse  


1. Contexto:
Desde el enfoque crítico, el contexto no es simplemente el entorno físico o temporal en que ocurre la comunicación, sino un entramado de relaciones sociales, históricas, económicas, culturales y políticas. Se analiza cómo el contexto estructura las condiciones de posibilidad del mensaje, los roles asignados a emisor y receptor, y las dinámicas de poder que influyen en lo que puede o no puede decirse, comprenderse o circular socialmente.

2. Emisor:
Se analiza la posición social del emisor y cómo sus condiciones materiales, ideológicas y culturales influyen en el mensaje. El emisor no es neutral, sino que su discurso puede reproducir o desafiar estructuras de poder según el grupo social al que pertenezca.

3. Receptor:
El receptor también se examina desde su lugar en la estructura social. Su capacidad para comprender, interpretar o resistir el mensaje depende de factores como el nivel educativo, el acceso a la información, la experiencia de vida, y su nivel de conciencia crítica.

4. Mensaje:
El mensaje se considera un contenido cargado de ideología. Puede naturalizar desigualdades o, por el contrario, visibilizarlas. Se analiza si reproduce estereotipos, oculta conflictos sociales o promueve la transformación social y la justicia.

5. Canal:
Los canales de comunicación son vistos como estructuras sociales con dueños, intereses y límites. Especialmente en los medios masivos, el canal puede estar al servicio de sectores dominantes, amplificando algunas voces y silenciando otras.

6. Código:
El lenguaje, los signos y los símbolos usados en la comunicación no son neutrales. Desde esta perspectiva, se examina si el código visibiliza o invisibiliza a ciertos grupos, si refuerza la discriminación o si permite la expresión de identidades marginadas.

7. Escenario:
El escenario se interpreta como un espacio simbólico y material donde se expresa la lucha por el poder. Puede reforzar jerarquías (por ejemplo, una autoridad hablando desde un púlpito) o romperlas (como en una protesta callejera). El acceso al escenario comunica también quién tiene derecho a ser escuchado.

8. Objetivo:
El objetivo se cuestiona desde su vínculo con los intereses sociales del emisor. Puede estar orientado a la dominación o al cambio. ¿Busca convencer, manipular, organizar, silenciar, empoderar? El paradigma crítico se enfoca en si contribuye a mantener el orden existente o a transformarlo.

9. Ruido:
No solo se refiere a interferencias técnicas. En esta perspectiva, el ruido también puede ser una forma estratégica de confusión, desinformación o distracción. Puede emplearse deliberadamente para obstaculizar mensajes críticos o para evitar que el receptor desarrolle una conciencia política y social.


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