Es un hecho que el Estado no es el único capaz de representar los intereses de todos los miembros de una sociedad, ya que la representación del mismo es imperfecta. Por eso existen diferentes grupos de interés donde los diferentes sectores de la población se sienten mejor representados que en el propio Estado, ya que responden a intereses más particulares porque comparten una ocupación, un ideal u otras cosas que los mantiene más identificados con los miembros de dicha organización.
Debido a que muchos de estos grupos no se sienten representados, existen posturas que han venido deslegitimando la importancia del Estado. Una de estas es que el Estado ha sido ineficiente en cumplir los objetivos para los que fue creado, y que las Organizaciones No gubernamentales (ONG) se han encargado de cubrir las necesidades básicas fundamentales que el Estado no ha podido.
Otra de las críticas hacia el Estado es que en la actualidad, no se cumplen con sus características en referencia a los modelos clásicos, ya que no es soberano en su territorio (debido a la influencia de gobiernos y empresas extranjeras pueden hacer), ni ejerce el monopolio de la violencia (ya que las empresas privadas de seguridad, grupos de narcotráficos y pandillas compiten con él), en referencia solo a algunas.
Con base en esa realidad las organizaciones pertenecientes al tercer sector han venido buscando respaldo en sus acciones y decisiones. Y se han mostrado como "salvadores de los más necesitados" en la conformación de las sociedades modernas, ya que nadie puede negar el beneficio directo sobre sectores poblacionales tratado problemas fundamentales relacionados con salud, educación, pobreza y otros”.
Pero, ¿Qué tan legítimas son las Organizaciones No gubernamentales en la representación de intereses en lugar del Estado en una democracia?
Para empezar estableceremos entenderemos en este escrito por ONG y tercer sector para tener un marco de referencia.
El tercer sector es: “un término comparativo que sitúa al Tercer Sector en relación a los otros dos sectores institucionales de la economía, Sector Público y Sector Privado Capitalista” (Sajardo Moreno 2006,92).
Por otro lado el término ONG se refiere a: “Aquellas entidades privadas que se encargan de la promoción socio-económica de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo” estas organizaciones son parte del tercer sector” (Sajardo Moreno 2006,92).
Las organizaciones tienen un fin positivo, ya que se encargan de promover a territorios en desventaja, y muchas personas pueden sentirse válidamente representadas por dichas organizaciones, porque se asemejan a sus objetivos privados a través de ayuda proporcionada a personas que no pertenezcan a su asociación.
Pero a medida vayan teniendo influencia dentro de las decisiones y funciones del Estado, las ONG´s pueden ir transformando la forma de gobierno democrático, el cual es la forma más aceptada de gobierno dentro de la mayoría de sociedades occidentales.
Para distinguir las diferentes formas de gobierno, es necesario partir sobre la base del número de los gobernantes expresada por Aristóteles (2004) él describe que el poder soberano puede ser ejercido por una sola persona en una monarquía y se degrada en otra forma que es la tiranía, por unos pocos en una aristocracia cuya degradación es la oligarquía o por los más en una democracia cuya degradación es la demagogia.
Otros autores más contemporáneos como Robert Dahl (1987) describen otras formas de gobierno como en la poliarquía que se refiere al gobierno de muchos en la que no existe una estructura dominante que resuelva los conflictos, la forma de degradación de este gobierno es el corporativismo desarrollado por Charles Lindblom (1999), este es una forma de poliarquía donde grupos particulares o de negocios tienen una posición privilegiada a la hora de decidir.
A razón de lo anterior, la democracia (que es el gobierno de los más), puede ser transformada por el tercer sector en un gobierno corporativista, ya que en ese caso solo los que sean capaces de organizarse e incidir en las decisiones del Estado son los que podrían participar y obtener mayores beneficios. “Sabemos que lo que es bueno para la fuerza laboral organizada se logra a expensas de los trabajadores no organizados” (Lindblom 1999, 235).
El tercer sector tiene legitimidad, pero desde el punto de vista moral y lógico, pero no del político. Todas las personas tienen derecho a organizarse en torno a un interés y es totalmente legal y válido. Pero la legitimidad es un atributo único del Estado “en el lenguaje ordinario el término legitimidad tiene dos significados: uno genérico y uno específico. En el significado genérico, l. es casi sinónimo de justicia o de razonabilidad (se habla de l. de una decisión, de una actitud, etc.). El significado específico aparece a menudo en el lenguaje político. En este contexto, la l. es el atributo del estado que consiste en la existencia en una parte relevante de la población de un grado de consenso tal que asegure la obediencia” (Bobbio 1997, 301)
El Estado no puede desde la ciencia política ceder un atributo que sólo a él le corresponde, al menos si se quiere ejercer una forma de gobierno democrática. Los Estados corporativos pueden reglamentar la incorporación de diferentes organizaciones sociales, religiosas, económicas o populares en un solo cuerpo colectivo, pero aquellas personas no organizadas en torno a un interés no tienen forma de verse representadas.
Los grupos de interés pueden representar a grupos sociales y tener respaldo, pero no pueden adjudicarse legitimidad ya que está es un atributo únicamente del Estado. Y aunque la democracia ha sido propensa a los retrocesos, fracasos y quiebras, eso no quiere decir que no deba de seguir luchando en su búsqueda constante, de la misma forma pasa con valores como la justicia y la paz, que aunque son inalcanzables en su totalidad sirven como referencia de modelos ideal para la sociedad. De igual forma se concibe a la democracia.
Por tanto el Estado cuenta con el monopolio de la legitimidad y no porque sea autoritario, sino que por el contrario, ya que es el único capaz de ser interpelado por diferentes sectores de la población y que no busca defender intereses privados en forma permanentemente, algo que si hacen las organizaciones del Tercer Sector.