En el siglo pasado la región vivía con frecuentes golpes de Estado que dificultaban el establecimiento de las democracias. En el siglo XXI en Latinoamérica ya no son constantes los derrocamientos de gobernantes, sin embargo, siguen existiendo casos que pueden afectar el establecimiento de las democracias. Algunos elementos que pueden suscitar el éxito de un golpe de estado.
Se hace un análisis comparado de los acontecimientos y actores que intervinieron en los dos últimos golpes de estado en Latinoamérica (uno que se concretó y otro que se evitó), en el caso de Honduras donde el presidente Zelaya es obligado a abandonar el cargo y en el caso ecuatoriano en donde el presidente Rafael Correa se mantiene en el ejercicio del poder. Se analizan cuales pudieron ser las variables que pudieron intervenir en que el resultado fuera diferente en ambos países.
Ambos gobernantes tienen un grupo opositor que busca destituirlos por una razón que justifica el golpe. Zelaya buscaba en las elecciones la colocación de una "cuarta urna" para votar un referendum y cambiar la constitución por medio de una Asamblea Constituyente. Los opositores a Zelaya afirmaban que buscaba con esta modificación su reelección al estilo chavista en Venezuela. En el caso ecuatoriano la Asamblea Nacional del Ecuador aprobó la Ley de Servicio Público, que recorta algunos beneficios salariales del sector público como ingresos adicionales, prestaciones y bonos en la cual se percibían afectados los policías.
Los ejecutores del golpe en Honduras son directamente miembros militares, y en Ecuador son miembros de la policía élite de ese país.
La duración de la crisis en Honduras se desarrolla desde el 28 de Julio de 2009 hasta el 27 de enero del 2010 que fue el período del gobierno de facto de Michelleti, sin embargo, en la actualidad continúa la búsqueda de legitimación del gobierno electo de Porfirio Lobo ante algunas instancias de la comunidad internacional que aún no reconocen su gobierno. En Ecuador el presidente fue mantenido en reclusión durante 12 horas por elementos élite policial y fue liberado por el ejército ecuatoriano hasta que fue restituido en su cargo, la comunidad internacional apoyó por completo la restitución.
Ambos presidentes se identifican en su ejercicio del poder con ideologías de izquierda y con afinidad al proyecto venezolano de Hugo Chávez.
La reacción de la población en Honduras se manifestaron muchos a favor del presidente depuesto Manuel Zelaya, inclusive el 4 de julio cuando anunció su regreso en avión desde su exilio, hubo una manifestación de más de 100.000 personas, que marchó hacía el Aeropuerto Internacional de Toncontin donde se esperaba la llegada de Zelaya el domingo 5 de Julio, algunos medios afirmaron que dicha marcha sobrepasó las 200.000 personas. Sin embargo el 3 de julio se dio lugar en San Pedro Sula una manifestación, según la prensa local de entre 25.000 a 60.000 personas, en aprobación a la destitución de Zelaya.
En Ecuador hubo rápida y efectiva movilización de amplios sectores de la población ecuatoriana que, pese al peligro que existía, salió a ocupar calles y plazas para manifestar su apoyo al presidente Correa no hubo represión militar pero si por parte de un sector de la policía.
En cuanto al papel del ejército, en Honduras los militares participaron directamente en contra del presidente y de sus simpatizantes, en cambio en el otro caso el ejército ecuatoriano apoyó al gobierno elegido de Correa para su restitución como jefe de Estado.
En cuanto al papel de los medios de comunicación, en Honduras los medios fueron sacados del aire, Michelleti decretó el toque de queda por 48 horas con posibilidad de ampliación, mientras se sucedían las protestas. Otra de las medidas tomadas fue la prohibición de trasmisiones de cadenas internacionales dentro de Honduras. En cambio durante la crisis, el gobierno del Ecuador decretó un estado de excepción que forzó a todos los canales privados de televisión y radio a reproducir la cobertura de los acontecimientos desde la base de los medios públicos del país. A pesar de que los oligopolios mediáticos quisieron hablar de motín en lugar de tentativa de golpe de estado y disminuir su importancia.
En la Comunidad Internacional en principio no hay apoyo al gobierno de facto de Michelleti, pero se mantiene en el poder hasta hacer el traspaso presidencial al presidente electo Porfirio Lobo, en la actualidad existen organismos y países que aún no aceptan al gobierno hondureño en cambio hay otros que sí. En Ecuador el respaldo obtenido por Correa de los gobiernos sudamericanos y de varios europeos fue unánime durante y después de la crisis.
En cuanto a los participantes directos en el caso hondureño, el Teniente Coronel, René Antonio Hepburn Bueso, quien ejecutó la orden de allanamiento dictada a Zelaya, tuvo un ascenso militar el 14 de Junio de 2010. Roberto Micheletti después del golpe fue declarado diputado vitalicio después de dejar la presidencia.
En Ecuador, el Coronel Ronaldo Tapia, ex jefe de seguridad del congreso de Ecuador, fue responsabilizado del intento de golpe de Estado, y condenado a tres años de encarcelamiento por decisión del Tribunal II de Garantías Penales, además 5 policías fueron condenados como cómplices de la misma causa a una sentencia de doce a dieciocho meses de prisión.
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