Para citar: Aguilar, L (2023) "Racionalidad Intermitente" (Documento sin editar)
La "racionalidad intermitente" se refiere a un concepto desarrollado en el campo de la toma de decisiones y el comportamiento humano. Esta teoría se aplica principalmente en situaciones en las que las personas no siguen un patrón constante y predecible de comportamiento racional, sino que muestran una variedad de elecciones y acciones a lo largo del tiempo.
La racionalidad intermitente sugiere que, en lugar de comportarse siempre de manera racional y lógica, las personas pueden alternar entre decisiones y acciones basadas en la lógica y otras influencias emocionales, sociales o contextuales. En otras palabras, no siempre seguimos una lógica coherente en todas nuestras elecciones y comportamientos, sino que a veces podemos tomar decisiones impulsivas, irracionales o basadas en factores emocionales.
Esta teoría reconoce la complejidad y la fluidez de la toma de decisiones humanas y busca comprender por qué las personas a menudo no actúan de manera completamente racional o predecible. Puede haber momentos en los que las emociones, los impulsos o las circunstancias específicas influyen en nuestras elecciones, incluso si estas decisiones no parecen ser las más lógicas desde un punto de vista puramente racional.
La racionalidad intermitente tiene implicaciones importantes en varios campos, como la economía conductual, la psicología del consumidor y la planificación de políticas públicas. Al comprender que las personas no siempre toman decisiones consistentes y lógicas, los diseñadores de políticas y los profesionales de la psicología pueden considerar una variedad de factores que influyen en el comportamiento humano y adaptar estrategias en consecuencia. hay diferentes autores que se han acercado al término de la racionalidad intermitente.
1. Decisiones cambiantes y en conflicto: Freud y la "racionalidad intermitente"
Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, propuso una teoría compleja de la mente humana compuesta por tres componentes principales: el "Ello", el "Yo" y el "Superyó". Estos componentes interactúan entre sí y tienen un papel importante en la forma en que tomamos decisiones y nos comportamos (Freud, 2021).
Ello: Representa los impulsos y deseos básicos del individuo. Es la parte más primitiva y operante del inconsciente. Está impulsado por el principio del placer y busca la satisfacción inmediata de los deseos y necesidades sin considerar las consecuencias a largo plazo. En el contexto de la "racionalidad intermitente", el Ello podría llevar a comportamientos impulsivos y decisiones basadas en la gratificación instantánea, sin considerar la lógica o el razonamiento a largo plazo.
Yo: Actúa como un mediador entre los impulsos del Ello y las restricciones del Superyó. El Yo opera en el consciente y el preconsciente y busca equilibrar los deseos del Ello con las demandas del Superyó y las realidades del mundo exterior. El Yo se basa en el principio de realidad y se esfuerza por tomar decisiones que sean racionales y realistas. Sin embargo, en situaciones de "racionalidad intermitente", el Yo podría enfrentarse a dificultades para mantener un comportamiento constante y predecible debido a la interacción fluctuante entre los impulsos del Ello y las restricciones del Superyó.
Superyó: Representa la conciencia moral y social. Está formado por las normas y valores internalizados de la sociedad y busca controlar los impulsos del Ello. El Superyó impone restricciones y busca la moralidad y el autocontrol. En el contexto de la "racionalidad intermitente", el Superyó podría influir en la fluctuación de comportamientos al internalizar normas cambiantes y experimentar conflictos entre deseos internos y expectativas sociales.
La "racionalidad intermitente" sugiere que las personas no siempre siguen un patrón constante y predecible de comportamiento racional, lo que puede estar influenciado por factores emocionales, impulsos inconscientes y cambios en las normas y valores. En este sentido, las teorías de Freud pueden relacionarse con la "racionalidad intermitente" al explicar cómo los componentes de la mente interactúan y pueden conducir a variaciones en el comportamiento a lo largo del tiempo. Las personas pueden enfrentarse a situaciones dinámicas en las que sus deseos internos entran en conflicto con lo que la sociedad considera correcto o apropiado. En estas situaciones, es posible que las personas no sigan un patrón constante y predecible de comportamiento racional, ya que están lidiando con fuerzas internas y externas que compiten entre sí. Por ejemplo, una persona podría sentir el deseo intenso de satisfacer una necesidad inmediata, pero también estar limitada por normas sociales o por su propia conciencia moral.
Este conflicto interno entre el deseo y la restricción puede llevar a una variedad de elecciones y acciones a lo largo del tiempo. En algunos casos, una persona podría ceder al impulso del deseo, mientras que en otros casos podría reprimirlo en nombre de cumplir con normas sociales o valores personales.
Del mismo modo, Jean-Paul Sartre filósofo existencialista francés, exploró en profundidad la tensión entre la libertad y la responsabilidad humana en su obra "El ser y la nada" (L'Être et le Néant), publicada en 1943. En esta obra monumental, Sartre aborda la naturaleza de la existencia humana y las complejidades de la libertad, la elección y la autenticidad.
2. Preferencias e inconsistencias ante casos similares
El libro "The Righteous Mind: Why Good People are Divided by Politics and Religion" (El Espíritu Recto: ¿Por qué las personas buenas están divididas por la política y la religión?) escrito por Jonathan Haidt (2012) explora las razones detrás de las divisiones profundas en la sociedad en temas de política y religión. Haidt, psicólogo social y profesor de ética en la Universidad de Nueva York, examina cómo las diferencias morales y las bases psicológicas influyen en la forma en que las personas adoptan y defienden sus opiniones políticas y religiosas.
El libro se centra en la idea de que las personas tienen intuiciones morales arraigadas que influyen en sus creencias y decisiones. Haidt argumenta que estas intuiciones se basan en seis fundamentos morales universales:
Cuidado vs. Daño: La preocupación por evitar el sufrimiento y proteger a los demás, especialmente a los más vulnerables. Este fundamento subyace en la ética de cuidado y empatía. Por ejemplo: hay posturas sobre la inmigración pueden variar según cómo las personas perciban su impacto en los ciudadanos y en los inmigrantes. Algunos pueden priorizar el cuidado de los inmigrantes en busca de refugio y oportunidades, mientras que otros pueden rechazarlos por el impacto económico y social en los ciudadanos locales.
Equidad vs. Trampa: La preocupación por la justicia, la equidad y la reciprocidad. La gente tiende a responder negativamente a lo que perciben como trampas o injusticias. Por ejemplo: Algunos pueden ver la inmigración como una forma de extender la equidad global y brindar oportunidades a aquellos que buscan una vida mejor. Otros pueden preocuparse por la competencia económica y percibir la inmigración irregular como una forma de trampa.
Lealtad vs. Traición: La valoración de la lealtad y la cooperación dentro de grupos sociales. Puede manifestarse en la preferencia por "nosotros" frente a "ellos". En este caso, La inmigración a menudo involucra preguntas sobre la lealtad y la identidad nacional. Algunos pueden abogar por la solidaridad global y la inclusión de inmigrantes en la comunidad nacional, mientras que otros pueden temer que la inmigración masiva pueda socavar la cohesión social y la identidad cultural.
Autoridad vs. Subversión: La valoración de la autoridad y la jerarquía en las relaciones sociales. Puede influir en la obediencia a figuras de autoridad. Por ejemplo, las políticas de inmigración pueden entrar en conflicto con las nociones de autoridad y control. Algunos pueden ver la adhesión a las políticas de inmigración como una señal de respeto a la autoridad legal y gubernamental, mientras que otros pueden considerar que la desobediencia a las leyes de inmigración es un acto de desobediencia civil justificable.
Santidad vs. Degradación: La valoración de lo sagrado y la aversión a la impureza. Puede manifestarse en tabúes y normas sobre comportamiento y pureza. Por tanto, para algunos la inmigración es una forma de enriquecer y diversificar la cultura, mientras que otros pueden temer que la llegada de personas de diferentes culturas pueda amenazar la cohesión y la pureza cultural.
Libertad vs. Opresión: La valoración de la libertad y la oposición a la opresión y el control. Puede influir en la aversión a restricciones excesivas. Algunos pueden ver la posibilidad de movilidad global como una expresión de libertad individual y la búsqueda de mejores oportunidades, mientras que otros pueden decir que fomenta condiciones de restricciones económicas e inseguridad para los ciudadanos locales.
Haidt argumenta que las personas en diferentes contextos culturales o ideológicos pueden dar más peso a algunos de estos fundamentos morales que a otros, lo que lleva a divisiones en la sociedad. Además, el libro aborda cómo estas diferencias morales pueden dar lugar a diferentes reacciones emocionales y cognitivas ante los mismos eventos o problemas, lo que a menudo dificulta el entendimiento entre diferentes grupos.
Según Haidt, es común que las personas o grupos de personas reaccionen de manera diferente ante casos similares debido a sus diferentes fundamentos morales y valores. Haidt argumenta que nuestras reacciones morales están arraigadas en una combinación de intuiciones emocionales y razonamiento posterior, y que estos fundamentos morales varían entre individuos y grupos. Por tanto, una persona puede reaccionar de manera muy diferente ante un caso similar debido a las distintas formas en que valoran los principios morales clave, como el cuidado, la equidad, la lealtad, la autoridad, la santidad y la libertad.
Estas diferencias en los fundamentos morales pueden ser una fuente significativa de desacuerdo y conflicto en la sociedad, especialmente en áreas políticas y sociales polarizadas. Lo que una persona ve como una cuestión de justicia y equidad, otra persona puede interpretarlo como una cuestión de seguridad y lealtad.
3. Pensar rápido, pensar despacio
Kahneman, psicólogo ganador del Premio Nobel en Economía, es autor del texto "Pensar, rápido y lento", y presenta la idea de que nuestra mente opera con dos sistemas distintos y a menudo contradictorios. Un mismo tomador de decisiones puede pensar tanto de manera rápida como de manera lenta, y esta dualidad es parte de cómo funciona la mente humana (Kahneman, 2002)
Sistema 1 (Pensamiento Rápido): Este sistema es automático, intuitivo y rápido. Se basa en atajos mentales, asociaciones rápidas y respuestas emocionales. Se utiliza para tomar decisiones cotidianas simples y rápidas, como cuando cruzamos una calle o reconocemos el rostro de alguien conocido.
Sistema 2 (Pensamiento Lento): Este sistema es deliberativo, analítico y lento. Requiere esfuerzo consciente y se utiliza para tareas que demandan reflexión profunda, cálculos complejos y toma de decisiones importantes. Es más analítico y consciente.
La mayoría de las personas utilizan ambos sistemas de manera interdependiente. En situaciones cotidianas, el sistema de Pensamiento Rápido tiende a dominar debido a su eficiencia. Sin embargo, en situaciones que requieren análisis más profundo y toma de decisiones más críticas, el sistema de Pensamiento Lento entra en juego.
Por lo tanto, un mismo tomador de decisiones puede alternar entre estos dos sistemas según la naturaleza de la decisión que esté enfrentando. En algunas circunstancias, puede confiar más en su intuición y Pensamiento Rápido, mientras que en otras situaciones, puede dedicar más tiempo y esfuerzo al Pensamiento Lento para tomar decisiones más informadas y racionales.
Un ejemplo aplicado a la política sería el siguiente: un gobierno está considerando implementar una nueva política de impuestos para abordar un problema económico. Aquí es cómo los dos sistemas de pensamiento podrían entrar en juego.
Pensar Rápido (Sistema 1): Un ciudadano podría reaccionar emocionalmente a la idea de nuevos impuestos y sentir inmediatamente que es injusto y negativo para su situación financiera personal. O solo podría apoyar la propuesta simplemente porque está siendo presentada por su partido político favorito. Estas reacciones inmediatas están influenciadas por emociones, prejuicios y atajos mentales.
Pensar Lento (Sistema 2): Aquí el ciudadano aplicaría el pensamiento más analítico y detallado. El ciudadano está dispuesto a tomarse el tiempo para considerar la propuesta podrían investigar más a fondo sus implicaciones económicas, los posibles beneficios y desventajas, y cómo podría afectarle o beneficiarle
4. Los "obstáculos epistemológicos" de Bachelard
El planteamiento de Gaston Bachelard sobre los "obstáculos epistemológicos" se refiere a la idea de que los académicos, científicos y se pueden incluir a los tomadores de decisiones no siempre siguen un proceso de razonamiento objetivo y lógico al construir su conocimiento. Bachelard argumenta que los obstáculos epistemológicos son preconceptos y prejuicios arraigados en la mente de los investigadores que pueden distorsionar la forma en que abordan la realidad y generan conocimiento.
Estos obstáculos pueden influir en la interpretación de los datos, la selección de métodos y teorías, y la formulación de hipótesis. En resumen, sugiere que nuestras creencias preexistentes y nuestras formas habituales de pensar pueden entorpecer nuestra capacidad para percibir y analizar de manera imparcial.
Este planteamiento se relaciona con la idea de que las personas no son siempre somos razonables, ya que nuestros sesgos, prejuicios y emociones pueden influir en nuestra búsqueda de conocimiento y en cómo procesamos la información. Bachelard (2013) argumenta que para avanzar en la construcción del conocimiento, es necesario ser consciente de estos obstáculos y trabajar activamente para superarlos mediante la reflexión crítica y la revisión constante de nuestras suposiciones.
En el contexto de la toma de decisiones políticas, este planteamiento sugiere que los académicos y políticos pueden verse influenciados por sus propios prejuicios y creencias preexistentes al abordar problemas políticos y sociales. Esto puede llevar a decisiones sesgadas o a la adopción de políticas que no se basan en un análisis imparcial de la situación. Por lo tanto, reconocer la existencia de estos obstáculos epistemológicos es esencial para tomar decisiones políticas informadas y justas.
Plantea el concepto de "Weltanschauung" ("cosmovisión") o nuestras ideas y perspectivas subjetivas, y como pueden influir en la forma en que interpretamos y comprendemos el mundo. Nuestra cosmovisión puede moldear nuestra interpretación de la información y nuestras decisiones, lo que a su vez afecta la toma de decisiones políticas y sociales.
Por ejemplo, en el pasado, líderes como Donald Trump en Estados Unidos o Jair Bolsonaro en Brasil han mostrado una reticencia a abordar el cambio climático y han promovido políticas que favorecen la industria y la explotación de recursos naturales, a pesar de la evidencia científica que respalda la urgencia de actuar contra el cambio climático.
Para superar los obstáculos epistemológicos y abordar de manera efectiva el cambio climático, los líderes y responsables de la toma de decisiones deben estar dispuestos a cuestionar la cosmovisión dominante y considerar la amplia gama de impactos que tiene el cambio climático en la sociedad, la economía y el medio ambiente. Esto requeriría un enfoque más equilibrado que tome en cuenta tanto los beneficios económicos como la sostenibilidad a largo plazo.
5. Teorìa de la representaciòn de Goffman
La importancia de la fachada (máscara) radica en mostrar una imagen idealizada, de acuerdo al rol que se busca representar: Goffman (1986) introduce el concepto de "fachada" o "máscara" para referirse a la representación idealizada que las personas intentan mostrar en su interacción social.
Las fachadas son las formas en que las personas presentan una imagen deseada, ocultando aspectos menos favorables de sí mismas y resaltando aquellos que son congruentes con el rol que desempeñan en ese momento.
Por ejemplo, los influencers utilizan su posición para influir en las decisiones y opiniones de su audiencia.
Recomendación de productos y servicios
Persuasión a sus seguidores de que adopten ciertas ideas políticas
Entretenimiento y distracción
Alclaraciòn: Tipos de intermitencia a partir de su forma y duración
Todas estas intermitencias tienen una duración o aparecimiento en diferentes momentos, tal como se señala a a continuación:
Interacción constante pero variable:
Los dos o tres racionalidades están en constante interacción, y la forma en que operan puede variar de una situación a otra y de una persona a otra. En algunas situaciones, uno de los componentes puede ser más dominante que los otros, pero no siempre es el mismo tipo de racionalidad la que prevalece. Por ejemplo, el mantener o no la dieta en una fiesta.
A) Adaptación a las circunstancias:
Se adapta a las demandas específicas de cada situación. Por ejemplo, Tomando como referencia el psicoanálisis de Freud hay situaciones de emergencia, el Ello, con su búsqueda de gratificación inmediata, puede tomar un papel más prominente, mientras que en situaciones que requieren una consideración ética profunda, el Superyó puede ejercer una mayor influencia. Ejemplo: No dice lo que piensa sino lo que los otros quieren que diga.
B) Conflictos y equilibrios cambiantes:
Los conflictos entre estos componentes también pueden cambiar con el tiempo. En un momento dado, la racionalidad Absoluta puede estar en conflicto con la extra racionalidad, tratando de mediar con las consideraciones éticas. En otro momento, la racionalidad limitada puede estar en conflicto con el modelo de racionalidad absoluta, generando conflicto. Ejemplo: Cambia de opinión a razón de diferentes momentos.
C) Intermitencia caótica:
Se refiere a aquel altamente impredecible, inconsistente y que fluctúa, sin seguir un patrón claro de racionalidad. Si bien la toma de decisiones humanas puede ser influenciada por una variedad de factores, incluyendo la emoción, el impulso, la lógica, las normas sociales y más, no se considera necesariamente un proceso caótico en el sentido matemático de la palabra.