La campaña presidencial de 2004 en El Salvador estuvo marcada por una profunda polarización y controversia. La derecha planteó la contienda como un enfrentamiento ideológico entre el marxismo y el ateísmo, por un lado, y la libertad y el cristianismo, por el otro.
El candidato de ARENA fue Elías Antonio Saca, se enfocó en promover la continuidad de las políticas neoliberales implementadas en los gobiernos anteriores del partido. La estrategia de Saca estuvo basada en destacar su imagen como un hombre cercano al pueblo y en plantear propuestas centradas en el crecimiento económico, la atracción de inversión extranjera, cercano a Dios y el fortalecimiento de la seguridad ciudadana. Además, la campaña incluyó mensajes anticomunistas, relacionando al principal partido opositor, el FMLN, con los conflictos armados de la guerra civil (1980-1992) y con regímenes de izquierda en la región, como Cuba y Venezuela, y el supuesto ateismo de su contrincante.
Shafik Handal y la religion
La campaña presidencial de Schafik Hándal en 2004 estuvo marcada por una intensa confrontación entre política y religión, reflejando la profunda influencia de esta última en la sociedad salvadoreña. Como líder histórico del FMLN y figura emblemática de la izquierda, Hándal representaba una alternativa que cuestionaba las políticas neoliberales de ARENA y proponía un modelo basado en la justicia social. Sin embargo, su imagen fue objeto de una estrategia mediática que lo vinculaba con el ateísmo y con una narrativa de amenaza a los valores tradicionales, particularmente aquellos respaldados por la religión cristiana. La propaganda, promovida por los grandes medios controlados por las élites económicas afines a ARENA, destacaba elementos como el "quemabiblias" para asociarlo con una visión antirreligiosa, lo que resultó en una significativa inclinación del voto evangélico hacia el partido oficialista. Según datos del IUDOP, el 44.1% de los evangélicos votó por ARENA, mientras solo un 28.6% apoyó al FMLN, siendo determinante el temor infundido respecto al supuesto ateísmo de Hándal. Esta narrativa, unida a posturas conservadoras sobre temas como el aborto y la homosexualidad, reforzó la percepción de la derecha como defensora de los valores religiosos, consolidando su victoria en una sociedad profundamente influenciada por la fe.
A pesar del predominio conservador, algunos pastores y congregaciones mostraron independencia frente al poder político predominante de la fecha. Entre estos estaba la Iglesia Elim, una congregación pentecostal con más de 120,000 miembros, considerada políticamente cercana al centro-izquierda. Su líder, el pastor Mario Vega, ha sido calificado como “rojo” por ciertos medios de comunicación debido a su postura crítica frente a temas de actualidad, lo que lo distancia de las iglesias vinculadas al poder. Vega, aclara que su postura no se basa en una afiliación política específica, sino en sus convicciones religiosas, que lo impulsan a denunciar las injusticias y abusos de poder. “Nunca he mencionado preferencias políticas en mis cultos, ni siquiera en conversaciones personales”, afirma. Ante la pregunta de si tiene una línea política definida, prefiere mantenerla en privado. Otros líderes religiosos lo consideran uno de los pastores más reflexivos.
En una posición similar se encuentra Carlos Rivas, del Tabernáculo de Avivamiento Internacional (TAI). Rivas recuerda que en 2004 fue invitado a participar en la gestación de Conapal para apoyar la candidatura de Saca, y llegó a reunirse con figuras de Arena como René Figueroa, Francisco Laínez y el propio Saca. Sin embargo, decidió apartarse al percibir que el propósito era manipular a la iglesia evangélica. “Me invitaron, pero cuando vi el panorama, supe que esto no era correcto”, relata. Rivas ha sido etiquetado de izquierda debido a su postura crítica, aunque insiste en que esa percepción surge de asociar automáticamente la crítica con una alineación política opuesta.
Por otro lado, William Chamagua, de Radio Cadena Mi Gente, sí expresa abiertamente su apoyo a la izquierda y, en particular, al FMLN. “El Frente es la única opción de cambio; en ese sentido, directa o indirectamente lo apoyo, por el beneficio del pueblo”, declara. Chamagua tuvo un cambio radical en su vida: pasó de ser inmigrante ilegal en Estados Unidos a soldado del ejército estadounidense, inmerso en propaganda anticomunista republicana. “Ronald Reagan era mi Commander in Chief (comandante general)”, recuerda, “sin saber las masacres que él estaba cometiendo contra el pueblo salvadoreño”. Durante su tiempo destacado en Alemania, Chamagua se convirtió en evangélico y, más tarde, en pastor con una visión política claramente inclinada hacia la izquierda.
Este apoyo al FMLN, unido a otros de representantes de la iglesia Luterana y Anglicana, así como el pastor William Chamagua. Esto generó crítica por parte del político de derecha Will Salgado: “Esas denominaciones, desde hace más de 25 años están comprometidos y han sido cómplices o encubridores de la subversión terrorista en El Salvador”.