lunes, 9 de diciembre de 2013

Retórica religiosa popular en discursos del presidente Alfredo Cristiani

Alfredo Félix Cristiani fue el segundo presidente elegido mediante democracias electorales en el año 1989. él sucedió en el poder ejecutivo al Ingeniero José Napoleón Duarte de Partido Demócrata Cristiano- PDC quién había sido elegido  el primer civil elegido Presidente en 50 años (Informe de la Comisión de la Verdad), Cristiani fue también el primer presidente de la República de El Salvador por el partido ARENA. La selección de Cristiani como candidato a la presidencia la hizo el fundador del mismo partido ARENA Roberto D´abuisson (de Rosa, Claudio; 2011:49).

Alfredo Cristiani ganó la presidencia con 505,370 votos, que equivalían al 53.8% del total y tomó el mando presidencial el 1 de Junio de 1989 (de Rosa, Claudio; 2011:49), y entre sus principales desafíos se encontraba dar solución al conflicto armado en El Salvador, el cual había comenzado en 1980 según el Informe de la Comisión de la Verdad.

Análisis de la Retórica religiosa popular en el discurso de Toma de Posesión: Alfredo Cristiani
Entre los compromisos adquiridos por el presidente Cristiani estaban el obtener la paz en El Salvador, “Cristiani prometió alcanzar la paz; días antes de tomar posesión realizó algunas actividades muy importantes encaminadas a obtener el apoyo para su política de negociación” (Informe de la Comisión de la Verdad). Por lo tanto, algunos objetivos clave en el discurso de toma de posesión serían: Demostrar que será capaz de gobernar desde el principio de su mandato gubernamental y que podría alcanzar la finalización del conflicto armado en El Salvador.

Maniqueísmo
En la búsqueda de cumplir ese objetivo, el presidente Cristiani busca credibilidad, adjudicando a su propia imagen virtudes como la compresión. Por otro lado, a sus adversarios de ideas marxistas los muestra llenos de defectos y errores, tal como lo muestra la siguiente cita:

Comprendemos que hay profundos problemas sociales y económicos de larga data, que hay que atacar con sinceridad y con realismo; pero también comprendemos que este mito fue desatado por las fuerzas totalitarias marxista- leninistas, para tomar el poder aprovechándose de esos problemas”.

Esta forma de maniqueísmo utilizada por el presidente Cristiani le permite adjudicarse a él mismo las características de sabiduría y tolerancia, mientras que sus adversarios son calificados de oportunistas. Dicho planteamiento presenta una forma de maniqueísmo religioso popular en la cual se diferencia a “los buenos” de los “malos” y se dejan de lado los matices de ambos. La figura maniquea utilizada por el orador permite reforzar el objetivo que este tiene en el discurso, ya que Cristiani se muestra es capaz de gobernar, en contraste con sus adversarios, a quienes califica de incapaces. Tal como lo menciona el siguiente fragmento del discurso:

Los marxistas quieren hacer creer que sus soluciones son las únicas capaces de superar la pobreza y la marginalidad de nuestros pueblos. La historia está demostrando todo lo contrario: ellos lo que hacen es disfrazar la miseria con su colectivismo totalitario e impedir el progreso con una parálisis completa de todas las energías individuales de la sociedad”

Por lo anterior se interpreta que sus adversarios continúan siendo los grupos de ideas marxistas (el FMLN guerrilla). Su intención es demostrar a la población en general,  la inviabilidad de las propuestas de sus adversarios, Cristiani enfatiza a la población que las propuestas de los grupos de ideas marxistas llevan a la miseria. Se presentan dos posturas en contraste, donde parece que solo hay cabida a lo bueno y lo malo y no se muestran los matices. Dicha idea no es marginal en el discurso, ya que la propone en más de una ocasión:
El llamado "Movimiento Revolucionario", al desatar su violencia contra el sistema de libertades  democráticas, incipiente en nuestro  país, ataca hoy principalmente la economía. Más que una guerra militar, lo que estamos padeciendo hoy los salvadoreños es una guerra terrorista contra la economía y contra el pueblo y a eso se ha unido, desde fines de 1979, el reformismo de los llamados "cambios estructurales", que con el pretexto de arrebatarle banderas a la subversión, ha desquiciado en la práctica el aparato productivo nacional, propiciando el desorden, la corrupción y la miseria”.
Por lo tanto, se continúa con la estrategia del uso de una doctrina maniqueísta basada en la división o lucha entre el bien y el mal, en este caso se deslegitima el  pensamiento particular referido al FMLN guerrilla. Sin embargo, en el discurso de toma de Posesión de Cristiani no es el FMLN el único adversario al que se refiere, ya que también menciona al anterior gobierno: “Actualmente tenemos un esquema económico arbitrario y politizado, y por consiguiente proclive a la corrupción y al desorden” lo que da a entender que anteriormente el gobierno fue deshonesto e ineficiente y por lo cual seguidamente propone un cambio totalmente radical:  “Vamos a corregir sustancialmente ese rumbo, que nos empobrece y nos hace cada día más dependientes de la ayuda exterior”. Esta es otra forma de contraposición entre el bien y el mal, pero adjudicada a otro actor como adversario, y se infiere de forma tácita que es el gobierno de Napoleón Duarte.

Estas menciones a sus adversarios las hace en más de una ocasión, ya que incluso hace una referencia tácita que incluye a sus dos adversarios, a quienes hace referencia como victimarios del pueblo salvadoreño:

“Nuestra concepción del Rescate Nacional se fundamenta en un ideal humanista que tiene a la persona como centro de toda la actividad colectiva, tanto pública como privada, y el ser humano salvadoreño, inmerso en la crisis y en la violencia, víctima de la agresión marxista y del reformismo empobrecedor”
Esto permite identificar que Cristiani en el discurso de toma de posesión hace uso del recurso contradicción maniqueísta, donde los culpables de la crisis que son el los grupos marxistas y el gobierno reformista anterior. El maniqueísmo se cierra ante los matices y presenta una postura de confianza desmedida en ese agente bienhechor en el cual Cristiani se autorepresenta, mostrándose como el gestor la salvación moral del país, a diferencia de aquellos que atacan y dañan al país.

Mesianismo
Alfredo Cristiani busca demostrar que será capaz de gobernar de forma eficiente desde el principio, y por tanto, se presenta como una persona con una misión para salvar al país de la condena, similar a lo que hace un mesías. Cristiani no hace nunca referencia de forma directa a la figura Jesús de Nazaret quien es el modelo de mesías en la religiosidad popular salvadoreña, aunque si se logran identificar en su discurso, algunas características inspiradas en la fe como el ser compresivo y sensible ante los problemas de los salvadoreños, a los cuales debe de darles solución:
Desde el fondo de nuestro corazón, donde palpita el más sincero sentimiento nacionalista, saludamos al gran Partido que, con su esfuerzo, con valentía y con su fe en el destino libre de la Patria, ha hecho posible que asumamos hoy la Presidencia para cumplir la misión del Rescate Nacional que  todo el pueblo espera y reclama, después de un largo período de angustia, inseguridad y grandes privaciones para todos los sectores especialmente los más necesitados”
En este sentido, Cristiani se presenta como un hombre bueno de nobles sentimientos, tal como lo es un mesías, y además tiene una “misión” hacia el pueblo, tal como la tiene un mesías en el plano religioso popular. No se refiere a una salvación en el plano espiritual, sino más al aspecto material, sin embargo, Cristiani se muestra como un salvador moral y material de El Salvador. Se presenta con características de comprensión y compromiso enfocadas a lograr una salvación en el futuro:
Comprendemos a cabalidad  que nuestra economía está muy cerrada, hacia el interior y hacia el exterior. Iniciaremos un programa de apertura, que propicie la competitividad interna y que fomente las exportaciones en general y en especial las no tradicionales, que serán ambas nuestra salvación en el futuro”.
Se utiliza la figura de la salvación, para generar credibilidad ante la gente ante la incertidumbre del futuro, pero más en el plano material económico. En este sentido, la figura del mesías, muestra certezas y sabe qué hacer, incluso sabe que va a pasar, y no se refiere a cualquier futuro sino a un futuro prometedor con el afán de persuadir a quienes le escuchan. 
El presidente se muestra pragmático en sus políticas, y busca conectarse con quienes le escuchan, no se muestra religioso de forma explícita, sino que recoge características que se utilizan en el ámbito religioso, y las reproduce en su discurso político. Tanto así, que incluso quiere mostrar que la salvación de la que él habla no es directamente vinculada con la religión, sino que se ampara en la ley:
Dentro del marco de la Ley y del respeto ciudadano, les pedimos desde ya a todos los Maestros del país que nos ayuden en esta tarea de salvación intelectual y moral de la Patria”.
Lo primordial en este aspecto, es que existe un objetivo político detrás de esa salvación que promete. En un contexto de transformación política Cristiani puede ser visto como alguien que tiene el deber y la capacidad de llevar al país hacia la redención y salvación, y encuentra de aliados a los maestros.
Por lo tanto, él junto con los maestros se presenta como un enviado con una misión, simulando la figura de mesías viene a romper con la coyuntura normal y habitual.  En este sentido, el presidente en su intento por aparecer políticamente correcto y competente en el plano político material hace uso de ese mesianismo, donde de una u otra forma se genera su auto-exaltación como un ser superior (aunque no necesariamente divino) con una capacidad mayor de dirigir a quienes tiene a su cargo hacia un mejor futuro.
Cristiani hace uso de ese mesianismo en el discurso lo hace con el afán de generar confianza política y crear en quienes le apoyan una sensación de tener el control, por tanto, la utilización de esta figura de mesías tiene un objetivo político.
El sufrimiento y el trabajo
Como ya se mencionó en El Salvador a finales de los 80 se encontraba sumido en un conflicto armado y el presidente anterior Napoleón Duarte (período 1984-1989), ya había iniciado las negociaciones por la paz, sin embargo, no había conseguido la firma de la misma al terminar su período. La presidencia de Cristiani marca el primer traspaso presidencial civil en El Salvador que anteriormente venía de una época de dictaduras militares.
Cuando Alfredo Félix Cristiani toma el poder en 1989 el tema principal en El Salvador era la guerra, y la búsqueda de su solución. Cristiani tiene el desafío de no mostrarse como un presidente más en la historia, sino que tiene como objetivo mostrar que su período marcaría la disyuntiva entre un pasado opresivo y de sufrimiento con un futuro que crea esperanza para el pueblo. En este sentido Cristiani enfatiza que la forma de alcanzar ese mejor futuro es la lucha de este pueblo:
“Sabemos que en esta apertura, habrá que hacer sacrificios. Instamos al esforzado y eficiente sector productivo a redoblar su capacidad de sacrificio, en razón de que tendrá toda la comprensión y el apoyo del Gobierno, para que todos juntos trabajemos solidariamente en beneficio de El Salvador, y puesta nuestra conciencia patriótica en el destino de los más pobres, de los más necesitados, de los marginados, de los desplazados, de los indigentes.”
En su discurso muestra empatía y enfatiza que el sacrificio y el trabajo son un método para superarse, por tanto, busca persuadir por medio de sentimientos y emociones que ese sacrificio y sufrimiento son formas para romper con ese pasado doloroso. No hace una mención explícita del elemento religioso del sacrificio, sin embargo, se puede hacer una comparación de la forma como se interpreta el sacrificio y el trabajo en la religión y la forma en como la utiliza Cristiani en su discurso.
Por ejemplo, en la religiosidad popular el dolor y el sufrimiento son ofrecidos como sacrificios de redención que luego permitirán alcanzar algo mejor, o incluso esos sacrificios son dados en sinónimo de ofrenda por los creyentes. Cristiani en su discurso muestra que redoblar los esfuerzos y sacrificios permitirán tener un mejor país, pero referido a un ámbito social y no espiritual.
Este podría ser un gesto genuino de esperanza, sin embargo, este mismo recurso podría también usarse como un método de manipulación según conveniencia de otros objetivos, que serían como hacerse mostrar como capaz de gobernar.
De esta forma, es difícil identificar si el verdadero objetivo del discurso de Cristiani es entender el sufrimiento del pueblo, o solo es instrumentalizar esta creencia de religiosidad popular para buscar otros objetivos políticos, ya que podría ser parte de una manipulación emocional es ejercida cuando se hacen promesas difíciles de cumplir con tal de ganar su voluntad.
Cristiani no solo se dirige al pueblo sino a los Organismos de Cooperación Internacional, les agradece su apoyo pero enfatizando los sacrificios del pueblo salvadoreño:
Reconocemos, agradecidos, el aporte de países amigos a todo este inmenso esfuerzo y sacrificio del pueblo
salvadoreño en estos años difíciles, en que una gran batalla por la democracia se ha venido librando, con sangre y sudor, estoicismo y valentía, dentro de nuestro pequeño territorio”
Cabe destacar que el sacrificio y el trabajo son muy importantes en la religiosidad popular salvadoreña, y en este caso también son importantes para Cristiani que reconoce en los salvadoreños a personas a quienes se les debe de valorar su sacrificio. Sin embargo, Cristiani no solo le pide sacrificio sino que también le ofrece trabajo desde su posición de mandatario, y lo hace refiriéndose al pueblo como hombres y mujeres llenos de nobleza y sacrificio.
“Todos nuestros afanes estarán desde este instante dedicados ustedes, nobles y sufridos hombres y mujeres de nuestra Patria.”
Valor del Pueblo
Alfredo Cristiani se dirige al pueblo como con una especie de agradecimiento, haciendo énfasis en la clase campesina:
“Hoy, como Gobierno, nuestro compromiso se vuelve plenamente nacional. En ningún momento ni por ningún motivo podríamos olvidar al sector más amplio y necesitado del país: los nobles y sufridos campesinos, principales víctimas de la violencia terrorista”.
No se compromete de forma concreta con algo en particular, sino que la mención de pueblo la hace agradeciéndolo haber llegado al poder presidencial, por lo tanto,  la utilización que Cristiani hace de este recurso es congruente con el objetivo que se plantea que es demostrar que será capaz de gobernar desde el principio de su mandato gubernamental y no con la promesa de adecuar la estructura del estado a la situación económica a las necesidades de la población. Parece que no se dirige a las necesidades del pueblo sino que busca reforzar su capacidad y respaldo dando las gracias. De igual forma lo hace en el siguiente enunciado:
Nosotros hemos llegado al poder por el voto de grandes sectores de nuestra población.Somos un Partido con una organización política inmensa, que tiene su raíz, su base y su razón de ser en el pueblo”.
En este sentido, Cristiani refuerza su legitimidad la cual se fundamenta en la voluntad de la mayoría. Cristiani realiza una especie de redención, es decir, se entiende que su agradecimiento como el pago que hace hacia el pueblo que le dio la posibilidad de ser presidente y por tanto quiere demostrarle que es capaz de gobernar.
Dentro de la religiosidad popular salvadoreña el campesino y las mayorías son aceptadas y reconocidas como importantes de la misma forma que para el presidente Cristiani.

Análisis de la Retórica religiosa popular en la firma de los acuerdos de Paz: Alfredo Cristiani

Contexto
Los acuerdos de Paz se gestan tras un largo proceso de negociaciones. Tal como se ha mencionado anteriormente este proceso se inició con el ex presidente Napoleón Duarte sus funcionarios y delegados que establecieron el diálogo con la dirección del FMLN y este proceso luego continuó con Alfredo Cristiani. Luego de que el 11 de Noviembre de 1989 y el FMLN lanzó una ofensiva general para demostrar su fuerza militar, pero esto solo evidenció la imposibilidad de una victoria militar de alguna de las dos partes en conflicto, lo que agilizó el proceso de diálogo para la paz.
Retórica religiosa popular en su mínima expresión.
Los Acuerdos de Paz fueron finalmente firmados el jueves 16 de enero de 1992  en el Castillo de Chapultepec, México, y pusieron fin a doce años de guerra civil en el país. El Gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) fueron las partes firmantes y en ese contexto el presidente Cristiani emite un discurso completamente diferente al que hizo en la toma de posesión. En este sentido ya no hizo énfasis ni en una postura ni mesianista, ni manioqueista, sino que se mostró con un tono más concertador.

“Entendemos a cabalidad que la paz tiene como base un mínimo indispensable de confianza entre los seres humanos, entre los grupos y entre las instituciones, nosotros los salvadoreños venimos de un periodo determinado por la más errada desconfianza entre personas y entre sectores, ahora nos contagia a todos hacer un consistente ejercicio de construcción de confianza y creemos que el acuerdo de paz, es una base excelente para ello: aunque no se dijeron en el curso de este largo y difícil proceso de negociación, se fueron dando posibilidades inevitables de confianza en función del acuerdo total”.

El objetivo de Cristiani era mostrarse como un presidente de concertación que aprecia el valor de la paz a nivel nacional e internacional, y en este sentido la retórica religiosa popular utilizada en el discurso de toma de posesión no parecía ayudarle a cumplir dicho objetivo. La única forma de retórica religiosa la hace al final de su discurso como una especie de oración en agradecimiento a Dios.

“Gracias a los amigos del mundo que en diversas representaciones están presentes aquí, y por supuesto sobre todas las cosas, gracias a Dios que nos ha dado a los salvadoreños, el don maravilloso de la paz, luego de que nos ganáramos con nuestro esfuerzo por alcanzarla el beneficio de recibirla, que Dios nos bendiga a todos y que la paz sea con nosotros ahora y siempre. Muchas gracias”.


Sin embargo se entiende que esta idea es solamente complementaria y no forma parte central de los recursos retóricos de convencimiento. Por lo tanto, la retórica religiosa popular prácticamente no aparece de forma explícita en este discurso.