miércoles, 16 de febrero de 2011

Fanatismo como fruto del egoismo y el miedo.

El fanatismo muestra una pasión desmedida y tenaz, particularmente hacia una causa religiosa o política, este puede llegar a muchos excesos y no busca el bienestar de todos sino que es egoista. La verdad no pretende instalarse en seguridades que se construyan en base fanatismos sino que intenta poner a prueba lo que se daba como válido para descubrir posibles falsedades.
No se debe tener miedo al error sino a la intolerancia y al no rectificar. La virtud de las personas se basa no el conocimiento adquirido sino en tener la capacidad de ser tolerante ( a todo menos a las injusticias).

Las verdades son evidencias compartidas y justificadas, sin embargo el fanático es incapaz de abandonar sus evidencias y se encierra en su propio mundo.


Aunque muchos dicen que verdades existen tantas como hombres hay en el mundo, eso no significa no significa que todas las opiniones valgan lo mismo.



El mundo no necesita opiniones fanáticas ni parcializadas por eso buscamos el buen diagnóstico de un médico ó la sentencia de un juez e inclusive las buenas la decisión de un árbitro. Y aunque la limitación del conocimiento humano nos impide alcanzar a menudo la certeza nunca debemos caer en la trampa del orgullo y enfrascarnos en ideas equivocadas.



Las opiniones no pueden validarse a base de cantidad de tiempo que hayan existido sino de calidad del criterio y esto nos permite apreciar a valor de lo importante y a la larga a todos vivir en un lugar mejor. Todos debemos tener un criterio y un compromiso pero no dejarnos cegar por el fanatismo.

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