domingo, 12 de mayo de 2024

Crítica al libro negro de la Nueva Izquierda

Su tesis central plantea una especie de laicidad religiosa, aparentemente secular pero que encubre un argumento religioso. Argumenta con términos y autores de ciencia sociales  y/o “morales” pero sus objetivos finales son defendidos por grupos religiosos para satanizar” a quienes quieran ejercer ciertos derechos ciudadanos, como el derecho a abortar o el de las parejas homosexuales de casarse. Los autores no tienen la estrategia de Dios como centro de su argumento, y no lo han necesitado hacer explícito, pero sí aprovechan el apoyo que amplios sectores conservadores y fundamentalistas religiosos. Tiene una postura contra el aborto, sin utilizar religión. Su argumentación es seglar (sin religión), y construye una argumentación citando a autores de la humanistica sacados de contexto.

La laicidad religiosa es un peligro para la construcción de un estado tolerante y plural. Este libro muestra que, no toda condena hacia el aborto se fundamenta en la religión directamente y que la laicidad no garantiza la utilización de las creencias religiosas.

No se necesita utilizar argumentos religiosos para tomar ventaja de las posturas religiosas de la gente. Laicidad religiosa no utiliza la religión, disfraza de laico lo que es religioso, es decir cuando lo seglar está al servicio de los fundamentalismos. Por tanto, tampoco todo el que deja de utilizar de forma directa los argumentos religiosos, implica promover laicidad. Disfraza de científico una postura emocional

Aspectos a resaltar

- Hay frases en las que el libro tiene una postura

- Hay revisión de fuentes de ciencias sociales

- Utilización de calificativos negativos: se puede tener una postura pero no implica esconder la realidad con ejemplos sesgados y extremos solo a su favor. El Ejemplo de las FARC pero no tomando en cuenta la pedofilia en la Iglesia católica 


Plantea como hegemónico al homosexualismo y las reinvidicaciones de género con argumentos falaces

Conferencia Episcopal como grupo de presion

En este escrito se examina la interacción de la Iglesia Católica con la política de poder en El Salvador, explorando su relación con los actores políticos y las estructuras de poder en la región. Se analiza cómo la Iglesia ha ejercido influencia y ha sido influenciada por el contexto político latinoamericano. Además, se estudia en detalle la dinámica existente entre la Conferencia Episcopal y el gobierno, así como las estrategias empleadas por la institución religiosa para salvaguardar y promover sus intereses en este entorno político.

Descripción

La Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) es una entidad de la Iglesia Católica que representa a los obispos y arzobispos de El Salvador. Eta es una institución jerárquica que busca promover la unidad y la coordinación entre las distintas diócesis del país, así como abordar asuntos de interés común relacionados con la Iglesia y la sociedad salvadoreña.

La CEDES desempeña un papel importante en la promoción de la fe católica y la enseñanza de la doctrina de la Iglesia. También se ocupa de cuestiones pastorales, sociales y éticas, y participa en el diálogo con el gobierno y otras instituciones para abogar por temas relevantes en la vida nacional.

Los obispos miembros de la Conferencia Episcopal de El Salvador se reúnen periódicamente para discutir temas relevantes, compartir experiencias pastorales y tomar decisiones sobre diversos asuntos que afectan a la Iglesia y la sociedad en general. Cabe mencionar que la Conferencia Episcopal de El Salvador es solo una de las muchas conferencias episcopales existentes en distintos países, y cada una de ellas tiene su propia jurisdicción y autoridad en los asuntos locales de la Iglesia Católica.

Antecedentes

La Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) ha mantenido una relativa estabilidad a lo largo de la historia del país. Desde el siglo XVI, el territorio conocido como El Salvador ha sido mayoritariamente católico, resultado de la imposición religiosa por parte de los conquistadores sobre los indígenas. Tras la independencia y la creación de la República, la Iglesia Católica continuó siendo preponderante, y la CEDES se ha desempeñado como un actor central en la configuración histórica del país hasta la actualidad.

A pesar de que El Salvador se independizó junto con otras provincias centroamericanas en 1821, eclesialmente permaneció unido a la arquidiócesis de Guatemala hasta su separación en 1842. Esta separación de la diócesis salvadoreña de Guatemala reflejó el resentimiento y desconfianza heredados de la época colonial y exacerbados por conflictos políticos. Durante el período comprendido entre 1824 y 1870, en el que El Salvador atravesó conflictos entre las ideas liberales y conservadoras con una relación ambivalente entre religión y poder, el protestantismo comenzó a arraigar tímidamente gracias a la labor de misioneros extranjeros, aunque se les prohibía hacer proselitismo.

Con las reformas liberales implementadas a partir de 1871, las autoridades salvadoreñas iniciaron un proceso gradual de secularización que redujo la influencia eclesiástica católica en los asuntos públicos. Sin embargo, no fue sino hasta 1898 que se estableció la primera iglesia evangélica en Ilopango, San Salvador, a cargo de Roberto Bender. A partir de 1932, se consolidó una dictadura militar que contó con el apoyo tácito de la iglesia católica tradicional, predominante en ese momento, y de las iglesias evangélicas, que constituían una minoría. Esta situación prevaleció durante varias décadas hasta aproximadamente 1970.

Para ese entonces, las iglesias evangélicas comenzaron a experimentar un lento crecimiento, especialmente en áreas donde la Iglesia católica no tenía una presencia marcada. Entre las denominaciones que destacaron se encontraban las iglesias bautistas, pentecostales y las asambleas de Dios. Un evento de relevancia internacional que impactó en la dinámica religiosa de El Salvador fue el Concilio Vaticano II (1962-1965), el cual fomentó una "nueva relación entre la Iglesia Católica y el mundo". Este cambio permitió el surgimiento de la Teología de la Liberación y las Comunidades Eclesiales de Base en El Salvador, manifestando un mayor compromiso social por parte de algunos sacerdotes, con una opción preferencial por los pobres. Sin embargo, esta postura también les expuso a riesgos considerables, siendo asesinados varios sacerdotes, como Alfonso Navarro, Rutilio Grande, Ernesto Barrera Motto y Octavio Ortiz entre 1977 y 1978.

A partir de los años setenta, las iglesias evangélicas comenzaron a adquirir mayor relevancia en la sociedad salvadoreña, aunque su crecimiento no se presentó de manera homogénea y predominante. Por el contrario, su presencia fue vista por muchos como una alternativa para mantenerse al margen de los conflictos sociales y, al mismo tiempo, mantener su afiliación cristiana. Algunos líderes religiosos evangélicos asumieron roles que anteriormente habían sido ocupados por miembros de la iglesia católica.

Durante el siglo XXI, la CEDES ha demostrado ser un actor sociopolítico relevante en El Salvador. Ejemplo de ello fue la participación de Monseñor Colindres, miembro de la Conferencia Episcopal de El Salvador, quien se convirtió en una figura prominente en las negociaciones de una tregua que buscaba reducir los índices de homicidios en 2012. No obstante, esta iniciativa terminó en fracaso debido a la naturaleza secreta de las negociaciones y a la existencia de acuerdos ilícitos e impopulares. Asimismo, las iglesias cristianas tuvieron incidencia en la aprobación de una ley en contra de la minería en 2017, con líderes religiosos organizando marchas, recolectando firmas y realizando cabildeo con legisladores.

La Constitución de El Salvador de 1983 garantiza la libertad de religión y otorga reconocimiento legal a la Iglesia Católica, permitiendo que otras denominaciones puedan obtener reconocimiento de acuerdo con la ley. 

Abordaje legal

La constitución de El Salvador de 1983, en su artículo 3, establece un sólido principio de igualdad entre todas las personas ante la ley, prohibiendo cualquier restricción en el ejercicio de los derechos civiles basada en diferencias de nacionalidad, raza, sexo o religión. Este enunciado principio de igualdad es esencial para promover una sociedad justa e inclusiva, donde todos los ciudadanos disfruten de los mismos derechos y oportunidades, independientemente de sus características personales.

Del mismo modo, en el artículo 25 de la constitución también refuerza este principio de igualdad al asegurar el libre ejercicio de todas las religiones, siempre y cuando no transgredan la moral y el orden público. Además, se establece que ningún acto religioso puede determinar el estado civil de las personas. Esta disposición protege la libertad religiosa de los ciudadanos y garantiza que ninguna creencia religiosa sea utilizada para condicionar o definir su estatus legal.

Por otro lado, el artículo 82 de la constitución prohíbe que los ministros de cualquier culto religioso y los miembros en servicio activo de la Fuerza Armada participen en partidos políticos o ocupen cargos de elección popular. Sin embargo, a pesar de esta prohibición, se puede observar que la Iglesia Católica sigue siendo un actor social activo en la toma de decisiones de los servidores públicos a través de su participación en políticas públicas y en temas de interés social. Aunque no ocupan cargos de elección, su influencia puede ser significativa en la formulación de políticas y acciones gubernamentales.

A partir de lo anterior, se identifica que la constitución de El Salvador protege y promueve el principio de igualdad entre las personas, independientemente de su religión, y garantiza el libre ejercicio de todas las creencias religiosas. Aunque existen restricciones para la participación política de los líderes religiosos, la Iglesia Católica sigue siendo un actor social relevante en el país. La combinación de estos elementos contribuye a la creación de una sociedad inclusiva y respetuosa de la diversidad religiosa.

A lo largo de la historia del país, ha habido sucesión de diferentes presidentes de la Conferencia Episcopal, lo que demuestra la importancia y continuidad de esta institución en la vida religiosa y social de El Salvador. Se considera relevante de estudiar a nivel político porque las instituciones religiosas, como la Iglesia católica a través de la Cedes, pueden o no incidir en la política secular y pragmática. Es decir, tener influencia para la formulación y/o implementación de políticas públicas.


La Iglesia Católica es de las instituciones en las que más confía la población, sin embargo, se puede observar que la misma va disminuyendo con el tiempo. La CEDES está vinculada a las jurisdicciones de la Iglesia católica en El Salvador, que se dividen en ocho diócesis y una arquidiócesis. Cada diócesis es un territorio dirigido por un obispo, como Chalatenango, San Miguel, San Vicente, Santa Ana, Santiago de María, Sonsonate y Zacatecoluca. La arquidiócesis de San Salvador, dirigida por un arzobispo, tiene jurisdicción sobre las demás diócesis y todas juntas forman una provincia eclesiástica. Esta configuración administrativa conforma la Conferencia Episcopal.

Históricamente, El Salvador ha sido mayoritariamente católico. No obstante, esta situación ha ido cambiando con el tiempo. Según el Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de la Universidad Centroamericana de El Salvador en 2019, un 41.3 % de la población se declara católica, mientras que un 37.2 % se considera evangélica, un 18.7 % es ateo, agnóstico o irreligioso, y un 2.8 % profesa otras religiones.

Capacidad financiera

La capacidad financiera de la Iglesia Católica en El Salvador es un dato difícil de obtener de forma consolidada y precisa. No existe un registro completo y público de todos sus bienes e ingresos de manera sistematizada. Aunque la Iglesia no recibe subsidios directos del Estado, se ha evidenciado la existencia de exenciones fiscales en donaciones en la Asamblea Legislativa.

Los ingresos directos de la Iglesia provienen de diversos servicios ofrecidos en cada parroquia, como bautizos, primera comunión y bodas. Además, se obtienen ingresos de colectas durante los servicios religiosos, donaciones y herencias de los fieles. Sin embargo, no existe una contabilidad sistematizada de estos recursos. La Iglesia también opera parroquias, colegios, escuelas, organizaciones de beneficencia, canales de televisión y radios, los cuales se sostienen principalmente a través de ofrendas, donaciones y recursos propios. Esto dificulta el cálculo preciso de su capacidad financiera. 

La Iglesia Católica en El Salvador tiene tres canales de televisión. En primer lugar, el canal 8 fue concesionado al Instituto Tecnológico de Sonsonate y luego entregado al Gobierno para su administración. Este canal mezcla contenido religioso con programación laica y se financia con donaciones y propaganda privada. En segundo lugar, el canal 57 fue iniciativa de Monseñor Saenz Lacalle y es mantenido con recursos estatales y donaciones católicas. Por último, el canal 39 fue otorgado a la Iglesia Católica en 2012 y es sostenido por donaciones. Estos canales transmiten contenido religioso, como misas y programas familiares.

Es importante mencionar que existen diversas órdenes religiosas en El Salvador, como los Salesianos, Dominicos, Jesuitas, Maristas, Josefinos, Carmelitas, Franciscanos, Mercedarios, Oblatas, entre otros. Estas órdenes, así como los Heraldos del Evangelio, los Legionarios de Cristo y el Opus Dei, no forman parte de la estructura de mando de la Conferencia Episcopal de El Salvador.

Adicionalmente, es relevante destacar que algunos sacerdotes de la Fuerza Armada tienen cargos y salarios, y forman parte de la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES). Además, está COOPESA- Cooperativa Sacerdotal en El Salvador la cual es una cooperativa de ahorro y crédito que también presta servicios para el crédito de instrumentos musicales.

Apoyos directos a candidatos

La CEDES tampoco ha apoyado directamente a ninguno de los candidatos o partidos durante las elecciones (era democrática), sin embargo, el arzobispado de San Salvador tiene una cuenta oficial de Twitter acerca de los fundamentos que deben orientar el quehacer de políticos, ya que en alguna medida estos valores son los mismos que orientan las prácticas religiosas, como la humildad y el amor. En su cuenta de Twitter escribió el 14 de noviembre de 2014: “Humildad y el amor son características indispensables para quien gobierna” (Aguilar, 2017). Lo mismo hace cuando hay candidatos que no aprueban el aumento al salario o políticas sociales, denunciando los problemas de inseguridad pública. En cuanto a escenarios no institucionales que se podrían resaltar: las convocatorias de marchas autodenominadas por la vida y la familia, en las que simpatizantes y aliados conservadores participan (Aguilar 2017). 

El 11 de marzo de 1994, en un editorial titulado "El futuro no se construye sobre Arena" publicado en el Diario Colatino, se destacó la opinión del arzobispo de San Salvador, quien enfatizó que el progreso del país no debería depender únicamente de la política o un partido en particular, sino de aspectos más amplios y fundamentales. Algunos sectores de derecha interpretaron esto como una sugerencia para no votar por el partido de derecha.

Propaganda

En la sociedad del espectáculo, la vida cotidiana se convierte en una serie de representaciones espectaculares diseñadas que se convierten en meros productos para el consumo, donde la autenticidad y la experiencia genuina se ve afectada por una constante inundación de imágenes prefabricadas, con el objetivo mantener perpetuar un orden social determinado, según lo planteado Guy Debord (2007). Este espectáculo no es un simple un entretenimiento superficial, sino más bien un mecanismo que aliena a los individuos, que fomenta la pasividad y promueve una falsa conciencia sobre el mundo. Teóricamente se le llaman de diferentes formas para referirse más o menos a lo mismo: seducción mediática (Thompson y Hoggett, 2012), escándalo político (Aziz Nassif, 2016) los golpes o juicios mediáticos (Esquivel Díaz, 2017), escándalos políticos (Dziuda y Howell, 2018) o simplemente shock (Ziblatt y Levitsky, 2018). 

Desde antes de su primer mandato presidencial, Nayib Bukele ha desarrollado una estrategia mediàtica de un constante espectáculo político con las acciones realizadas. Estas políticas pueden clasificarse en cuatro categorías. En primer lugar, se encuentran aquellas que están en proceso de realización o que podrían realizarse, pero aún no se han llevado a cabo. Entre estas contamos la promesa de un aeropuerto en oriente, el nuevo Hospital Rosales, el viaducto "Francisco Morazán" en los chorros, un campus  nuevo de la Universidad de El Salvador en Chalatenango o el estadio "regalado" por China. Aunque no se sabe sí se llegarán a ejecutar o no, lo que no cabe duda es que han sido un éxito publicitario, y pareciera ser que eso es lo importante.

En segundo lugar, están las que muy difícilmente se lleguen a ejecutar, estas son promesas grandilocuentes atractivas en su presentación, pero que probablemente se desvanecerán en la realidad, por ejemplo: el tren del pacifico, el lanzamiento del "satélite Cuscatlán" al espacio, la construcción de un puerto salvadoreño en el atlántico o una unidad de cuidados intensivos (UCI) en la isla Tasajera. En esta podrían incluirse promesas que son difíciles de verificar como el de “una obra por día” que Bukele planteó como alcalde. Todas estas nuevas ideas generaron mucha atención, pero que no pasaron de ser solo discursos, y de los cuáles casi nadie podría decir que vayan a llevarse a cabo. Por tanto, se volverán irrelevantes aunque es su momento llamaron la atención y cumplieron con el hecho de ser espectáculo.

En tercer lugar, están aquellos que sí se ejecutaron pero que no obtuvieron los resultados deseados. Entre estos la adopción del Bitcoin como moneda y el desarrollo de la liga nacional de fútbol INDES, estos son ejemplos de políticas con mucha publicidad y recursos, pero que finalmente por definición son un fracaso de implementación, pero no de publicidad. Su apuesta era mostrar propuestas frescas e innovadoras ideas, no importando  que se volvieran irrelevantes. Aunque no hay colas en los cajeros chivos, y hay muy poca gente está interesada en la liga INDES y menos en asistir a los estadios. Pero no se puede negar que su propaganda fue muy buena en su momento.

En cuarto lugar, se encuentran aquellas políticas que han sido ejecutadas y que han contribuido exitosamente. Dentro de esta categoría, podemos identificar dos tipos. En primer lugar, están aquellas políticas que han demostrado ser sostenibles, como la construcción de una mega cárcel, la mega biblioteca Nacional y, hasta cierto punto, el hospital màs grande de latinoamèrica. En segundo lugar, aquellas que se implementaron se encuentran aquellas políticas que no se mantuvieron a largo plazo, como la Comisión Internacional contra la Impunidad en El Salvador (CICIES), presentada por Bukele el 13 de enero de 2019 como parte de su programa de gobierno, el Plan Cuscatlán. A pesar de que la CICIES se instaló y entregó a la Fiscalía 12 casos de corrupción, el propio Bukele posteriormente desacreditó su eficacia. O aquella que se llamada "una obra por dìa" en San Salvador que algunos medios han planteado que existen pocas evidencias de su aplicación. Sin embargo,  a nivel mediático todas en su momento fueron un éxito.

En cualquiera de estos cuatro escenarios con resultados exitosos o no, todos todos cumplen su rol, ser espectáculo. La propaganda no requiere polìticas eficacez ni sostenibles. y lo ha demostrado, lo importante es que sea un espectáculo mediático aunque efímera ayuda en el momento, satura de imágenes y mensajes los medios de comunicación, por su naturaleza solo permite el consumo del evento de forma superficial, se privilegia la gratificación inmediata, y desatar la emoción, lo que dificulta el entendimiento profundo y una reflexión crítica, estamos saturados. Para abordar estos desafíos, es crucial fomentar una mayor conciencia crítica sobre la influencia de los medios de comunicación y promover una cultura de consumo mediático más reflexiva y responsable.  Para no acostumbrarnos a pasar todos los hechos sociales a la irrelevancia y solo centrarnos en aquellos espectáculos.

Bibliografìa

Aziz Nassif, A. (2016). Trump: Seducción mediática y escándalo político. México, D. F.: CIESAS.

Debord, G. (2007). La sociedad del espectáculo (2ª ed.). Rosario – Santa Fe – Argentina: Kolectivo Editorial “Ultimo Recurso”. (Trabajo original publicado en 1967 por Dziuda)

W., & Howell, W. G. (2018). Political scandal: A theory.

Esquivel Díaz, J. (2017). Golpes y juicios mediáticos: estrategias para la sucesión.

Levitsky, S., & Ziblatt, D. (2017). Cómo mueren las democracias. Editorial Ariel

Thompson, S., & Hoggett, P. (2012). The affective turn in contemporary political studies. Politics and the Emotions Continuum.

“Si hay que reconstruir 100 mil viviendas las vamos a reconstruir”, dijo el Presidente Bukele que llegó el 1 de Junio de  2020 hasta la comunidad Agua Caliente en Soyapango para confirmarles a los habitantes de tres comunidades que hará una inversión de $10 mil para cada familia afectada por las lluvias y que perdieron sus casas.



Nayib Bukele y el populismo

 

1.     Antecedentes

Nayib Bukele terminó con la alternancia en el ejecutivo de los dos partidos que gobernaron El Salvador luego de los Acuerdos de Paz, ya que durante 30 años hubo cuatro presidentes de derecha con el partido Arena, que fueron seguidos por dos mandatarios de izquierda con el FMLN (cita requerida). Estos partidos instalaron una partidocracia que controlaba importantes pedazos de los poderes del Estado y de sus instituciones (Arene, 2013). En esta etapa crecía una sensación de pesimismo, incertidumbre e impotencia en la ciudadanía, por la incapacidad de los partidos de hacer propuestas democrático-progresistas y modernos que pudieran incluir amplios intereses de la ciudadanía con representación en la Asamblea Legislativa y en el Poder Ejecutivo (Arene, 2013 y otras citas requeridas).

Un aspecto importante a destacar es que, -antes de la elección de 2019- tres de los expresidentes de El Salvador habían sido acusados de actos de corrupción (cita requerida), esto contribuyó al hartazgo y decepción en los votantes, pero, en un contexto de limitada cultura democrática y débiles liderazgos académico e intelectual ó cívico-políticos (Arene, 2013). De ahí que, Bukele aprovecha dicha situación y se coloca del “lado del pueblo”, frente a este poder de una clase política burocratizada y corrupta, que encuentra su voz en un líder joven, irreverente y sin compromisos con el pasado (Roque R. 2021:242). Aunque Bukele contaba con experiencia política trabajando dentro del establishment [como alcalde de Nuevo Cuscatlán en 2012 y en San Salvador en 2015, ambos por el FMLN], se vendió como un outsider durante las elecciones presidenciales, catapultando su candidatura al éxito (Masek y Aguasvivas, 2021).

Usando una estrategia populista, Bukele logró presentarse como el portavoz de la desafección popular y las demandas insatisfechas de inclusión, de seguridad y, especialmente, de futuro con el régimen de postguerra (cita requerida). Sin embargo, su discurso populista no solo apareció al final de su relación con el FMLN, ya que Bukele venía dando algunos avisos explícitos de populismo desde que era alcalde de Nuevo Cuscatlán, por ejemplo, en un discurso en la Universidad de El Salvador en 2013 en San Miguel dijo: “¿Alguien quiere un presidente populista? ¿Alguien no? ¿Nadie?... Yo sí. (Bukele, N. 2013). Otro aspecto llamativo era que, planteó el agotamiento al régimen de la posguerra y criticaba no solo a Arena sino a su propio partido.

A finales de 2017, el FMLN expulsó a Bukele por “promover prácticas que generan división interna, de fomentar conductas personalistas, dañar la imagen y honor de los militantes, violar los principios del partido e irrespetar los derechos humanos de las mujeres” (Arauz, 2017). El FMLN se mostraba harto del "maltrato" por parte del empresario, según lo manifestó el entonces secretario municipal del FMLN en San Salvador, Dagoberto Sosa: "Definitivamente no podemos continuar con Nayib: maltrata al partido, nos compara con Arena, nos dice corruptos y dice que no hay presidente. ¿Entonces qué más queremos?" (Arauz, 2017).

Luego de “saltar” de un partido a otro -buscando ser candidato presidencial- tampoco logra competir con su propio instituto político (Nuevas Ideas); pero, a último momento consigue auxiliarse del partido GANA para poder buscar la presidencia (Castro C. 2019). Ya durante la campaña presidencial 2019, fue cuestionado por no someterse a los debates presidenciales, ni al escrutinio público, y solo proyectarse desde redes sociales (cita requerida). Aun así, logró hacer una especie de programa de ilusiones fantasiosas que lograron movilizar la nostalgia por una supuesta plenitud de los años exitosos de la modernización autoritaria, lo le permitió siempre estar al frente de las encuestas. (Roque R. 2021:244 y Castro C. 2019)

Con frases como “El dinero alcanza cuando nadie roba” y “devuelvan lo robado”[1] llega a la presidencia en primera vuelta (cita requerida). Durante sus primeros dos años en el cargo, Bukele se posicionó en la palestra nacional y global a través del amplio uso de las redes sociales, despidiendo a funcionarios públicos y emitiendo decretos a través de Twitter (The Economist, 2020). Una de sus medidas autoritarias más llamativas sucedió el 9 de febrero de 2020, entonces Bukele ingresó con soldados armados y policías hasta los pasillos de la Asamblea Legislativa para presionar a los congresistas a votar a favor de su programa antipandillas (Romero, et al., 2020), la composición de la legislatura era mayoritariamente de oposición, pero, finalmente terminó aprobando fondos adicionales para el ejército días después ese mismo febrero, a pesar de la condena del hecho por varios organismos en defensa de la democracia (cita requerida).

Luego, el presidente Nayib Bukele aprovechó la pandemia generada por el COVID-19, para intentar expandir las facultades del poder Ejecutivo, planteó una afrenta directa a las contrapartes en la rama legislativa y judicial. A razón de la pandemia creó una oportunidad para adquirir más poder, por ejemplo, a través de órdenes que limitaban la movilidad [y también la transparencia] (Thale, 2020). Incluso en ese contexto, las fuerzas de seguridad en El Salvador detenían a gente que violaba las reglas de la cuarentena, esta era llevada a centros de contención (Kitroeff, N., 2020). De acuerdo al Global Democracy Index (2020) El Salvador con la administración Bukele era el país de américa latina que más había avanzado hacia el autoritarismo.

Además, a pesar de las denuncias en contra del Gobierno sobre presunta corrupción en el manejo de los fondos para atender la pandemia, una parte significativa de los votantes [con miras a las elecciones municipales y legislativas 2021] no le prestó atención a este tipo de denuncia (Fusades, 2021:11). De tal modo que, el 1 de mayo de 2021 legisladores afines al oficialismo asumen la mayoría del congreso, y cambiaron el sistema de partidos constituyendo a Nuevas Ideas como el partido predominante junto con sus aliados, y que se enfrenta a una oposición débil y fragmentada. Es decir, contando a los partidos aliados al oficialismo, el proyecto de Bukele tiene con 61 congresistas apoyando su agenda [de un total de 84] (García, 2021).

Valiéndose de esta mayoría, su primera acción fue proceder de manera ilegal a la destitución de 5 magistrados y 4 suplentes de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, y del mismo modo procedieron con el fiscal general de la República (cita requerida)[2]. Esto se suma a esa historia política de irrespeto a la democracia, incluso socavando los pocos avances que se habían logrado luego de los Acuerdos de Paz en cuanto a la independencia de poderes. Estas destituciones fueron condenadas por organismos nacionales, internacionales y representaciones diplomáticas. Andreu Bassols, el entonces embajador de la Unión Europea (UE) en El Salvador, así como Josep Borrell Fontelles, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, se manifestaron por lo sucedido. Además, la vicepresidenta de Estados Unidos Kamala Harris escribió en Twitter que “Un poder judicial independiente es fundamental para una democracia sana y para una economía fuerte (IDHUCA, 2020).

Utilización de a) Nativismo (oposición a la inmigración y realce al nacionalismo), b) Autoritarismo (promoción de un orden social opresivo y/o violento, que limita la libertad y la autonomía), c) Populismo maniqueo (que mencionar de forma recurrente al pueblo con cualidades superiores o hace uso de un lenguaje popular o anticientífico).

2. Una narrativa de grandeza nacional sin comparación mundial (Nativismo).

Bukele ha recurrido en varias ocasiones al populismo discursivo, caracterizado por el uso de superlativos para enunciar sus obras públicas de infraestructura, por ejemplo, ha anunciado que el hospital El Salvador es el “hospital dedicado a pacientes con COVID-19 más grande de toda América Latina” (La Red, 2020), y que el país ha hecho el mejor trabajo en el manejo de la pandemia (Zaldaña, 2021). También asegura que una nueva planta de gas natural licuado es la “mayor inversión extranjera jamás realizada” en El Salvador (Karlsson, 2021). Por si fuera poco, afirma que el país tiene la “mayor cadena de almacenamiento en frío de vacunas” (Última Hora, 2021), con lo que pretende mostrar la grandeza de El Salvador. Además, anunció la donación de tablets y laptops, afirmando que El Salvador pronto eliminará el 100% de la brecha digital para sus estudiantes (Machuca, 2021).

 3. Autoritarismo e instalación de una cultura de construcción de enemigos, sin oportunidad de diálogo

El 25 de abril de 2020, una cuenta de comunicación oficial de la Presidencia, difundió imágenes que mostraban el “trato inhumano” a los prisioneros de Izalco en San Salvador (Human Rights Watch, 2020). Luego, a través de una publicación en Twitter el 26 de abril de 2020, autorizó el uso de fuerza letal por parte de la Policía y el Ejército para restaurar el orden en el centro carcelario. El presidente Nayib Bukele, busca expandir su poder otorgando a los militares un rol ejecutivo más visible y prominente (Brigida y Sheridan, 2020)

Bukele ordenó sellar todas las celdas de la pandilla para que los presos "ya no puedan ver fuera de la celda" y estén "adentro, en la oscuridad, con sus amigos de la otra pandilla". El viceministro de Justicia y director de prisiones, Osiris Luna, dijo más tarde que "ni un solo rayo de sol entrará en ninguna de estas celdas". “La Constitución no permite que la misma persona sea presidente dos veces seguidas”, dijo Nayib Bukele en 2013 sobre la reelección En una entrevista televisiva para un medio nicaragüense, Nayib Bukele afirmó en 2013 que la Constitución de El Salvador no permitía la reelección presidencial para garantizar que una sola persona no se mantenga en el poder.

4. Populismo maniqueo (que mencionar de forma recurrente al pueblo con cualidades superiores o hace uso de un lenguaje popular o anticientífico): Pensamiento unidimensional.

Chivo expiatorio la cúpula de los partidos tradicionales y sus familiares, los diputados que no voten conforme a sus mandatos, la prensa critica. Además, ha arrengado la violencia política en redes sociales e incluso se pueden reconocer violencia verbal física con acoso a diputados de oposición como Shafik Handal. En estas destaca la sucedida rumbo a las elecciones municipales y legislativas calendarizadas para el 28 de febrero de 2021, cuando dos militantes del FMLN fueron asesinados y otros tres resultaron heridos, después de que hombres armados abrieran fuego contra una caravana en San Salvador. Inmediatamente después del tiroteo, Bukele insinuó que el ataque fue orquestado por miembros del partido FMLN para generar simpatía antes de las elecciones. Opositores políticos encarcelados sin seguir el debido proceso judicial.

Además, plantea una reinterpretación de la historia del país mediante la deconstrucción de la memoria histórica. También se ha caracterizado por sus ataques a periodistas y a la prensa independiente, en particular a medios de comunicación como El Faro y Revista Factum. Desde que el presidente asumió el cargo en junio de 2019, (Amaya Cobar, 2017: 164). Los periodistas independientes han sido bloqueados en las conferencias de prensa del Gobierno, amenazados por instituciones gubernamentales se han enfrentado a auditorías del Gobierno y a artículos anónimos que aparecen en medios conectados con este, que han emprendido una campaña contra su trabajo (Amaya Cobar, 2017 165). Este nuevo tipo de líder político, autoritario y populista, ha logrado profundizar la confrontación entre poderes del Estado, ha confrontado a la prensa independiente y ha justificado las acciones de su gobierno como la propia voluntad del pueblo de esta nación centroamericana (Vaclav Masek y Luis Aguasvivas, 2021).  Señala la corrupción de otros, pero no asume la de sus funcionarios.

5. Manipulación populista anticientifico

Populismo, totalitarismo o fascismo son significantes que se lanzan con extremada liberalidad ante los adversarios, por lo que hay que ser bastante cauteloso en su uso. Pero lo que parece claro es que el fenómeno Bukele es a la vez novedoso y peligroso en la escena política de El Salvador (Roque Baldovinos, R. 2021:249). Se ha propuesto la fórmula de “ciberpopulismo” para definir a Bukele, teniendo en cuenta el peso de estos nuevos espacios comunicativos en el lanzamiento de su candidatura y la realización de su compaña (Alvarenga, 2019).

Bukele logró presentarse con los ropajes progresistas y la elocuencia justiciera de un Pablo Iglesias, pero que, al cabo de pocos meses, se le asoció más a Donald Trump, Jair Bosonaro, Rodrigo Duterte, Recep Tayyib Erdogan o Viktor Orbán. Lo que le llevan a acusaciones de autoritarismo, y al golpe del 9 de febrero de 2020, la sospecha de fascismo o neofascismo (Martínez, 2020-02-17). Sustenta así una nueva articulación de fuerzas aparentemente heterogéneas pero que parecen tener en común el desprecio de la democracia y el estado de derecho

La alternativa de Bukele es radicalmente antidemocrática. A esto hay que añadir también que Nayib Bukele muestra los límites de la tesis populista que ha gozado de cierta vigencia en América Latina y el Sur de Europa (Errejón y Mouffe, 2015). Nos recuerda que, si la movilización de demandas sociales insatisfechas no se transforma en un sujeto político capaz de incorporar una cultura democrática, vienen peligrosas y autodestructivas derivas autoritarias. (Roque R. 2021:244). El represivo plan policial de Bukele no es una innovación, marca un regreso a las acciones de sus predecesores con sus estrategias antipandillas  (Vaclav Masek y Luis Aguasvivas, 2021: 168)



[1] En referencia al supuesto desvío de dinero durante la administración de los expresidentes Francisco Flores, quien murió en enero de 2016, cuando esperaba fecha para un juicio por desvío de fondos donados por Taiwán, y a Antonio Saca, condenado en septiembre de 2018 a diez años de prisión por peculado y lavado de dinero y activos.

[2] Este irrespeto al Estado de Derecho, a la institucionalidad y a los principios democráticos se dio con la complacencia del resto de integrantes de la CSJ ante los magistrados impuestos (IDHUCA, 2020:29)

martes, 7 de mayo de 2024

Teoría de la Representación Política clásica

Cada  pensador aporta una visión única sobre la estructura y función del Estado, la naturaleza de la autoridad y la ley, y los derechos y deberes de los ciudadanos, influenciando profundamente el pensamiento político occidental.

1. Platón

Platón, en su obra "La República", ofrece una visión profunda de las formas de gobierno y su relación con la representación de intereses, argumentando que la estructura de la gobernanza influye directamente en cómo se manejan y representan los intereses tanto individuales como colectivos. Sus reflexiones se extienden a considerar el impacto de la naturaleza humana en la política, subrayando la importancia de gobernantes sabios y desinteresados para alcanzar el bien común.

La forma de gobierno que Platón coloca en el vértice de su jerarquía es la aristocracia o monarquía de los filósofos-reyes. Esta forma ideal, caracterizada por la guía de los más sabios y justos, se centra en el bien común más que en intereses particulares. Platón argumenta que los filósofos-reyes, al estar despojados de posesiones privadas y lazos familiares, están libres de conflictos de interés y por lo tanto pueden gobernar objetivamente para el beneficio de todos. En este modelo, la representación de intereses se subordina al objetivo de una armonía y justicia universal, donde los gobernantes no actúan basándose en la acumulación de poder o riqueza, sino en la búsqueda de la verdad y el bienestar colectivo.

Sin embargo, Platón reconoce que la aristocracia ideal raramente perdura, dando paso a formas degeneradas de gobierno como la timocracia. En esta, el poder se desplaza hacia los militares, cuyo valor principal es el honor. Aunque menos ideal que la aristocracia, la timocracia todavía mantiene cierto orden, pero comienza a mostrar preferencias hacia los intereses de la clase dominante militar, en lugar de la sociedad en general. Este cambio marca el inicio de un deslizamiento hacia la representación de intereses más estrechos y particulares.

La siguiente degeneración conduce a la oligarquía, donde el gobierno es ejercido por una minoría rica. Aquí, los intereses representados son casi exclusivamente los de los ricos, lo cual lleva a políticas que favorecen la acumulación de riqueza y poder en manos de unos pocos, exacerbando la desigualdad y marginando a los menos afortunados. Platón critica esta forma por su falta de justicia social y su énfasis en el materialismo sobre el bienestar general.

Más problemática aún es la democracia, que aunque promueve la libertad y la igualdad, puede resultar en un caos de intereses contrapuestos donde cada individuo busca su propio beneficio. Platón ve en la democracia un exceso de libertad que eventualmente lleva a la falta de respeto por la autoridad y la ley, culminando en la tiranía, la peor forma de gobierno. En la tiranía, los intereses del tirano eclipsan todos los demás, resultando en un régimen de represión y abuso de poder.

Así, a través de su análisis de las formas de gobierno, Platón ilustra cómo la estructura política influye en la manera en que se representan los intereses, sugiriendo que la estabilidad y justicia de una sociedad dependen de la capacidad de sus gobernantes para subyugar los intereses personales en favor del bien común. Esta perspectiva nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la integridad y la sabiduría en la política, especialmente en nuestra comprensión contemporánea de la representación de intereses.

Platón fue crítico de la democracia ateniense de su tiempo, la cual consideraba excesivamente populista y caótica. Para él, la democracia permitía que personas no cualificadas ejercieran el poder, lo que a menudo llevaba a decisiones impulsivas y mal informadas. En su obra "La República", Platón describe su visión ideal de una ciudad-estado gobernada por filósofos-reyes, quienes, gracias a su amplio conocimiento y sabiduría, serían los líderes más aptos para tomar decisiones justas y efectivas. Según Platón, la democracia carecía de la estructura necesaria para garantizar una gobernanza efectiva y justa, ya que el poder se concedía basándose en la popularidad en lugar de la competencia (se acercaría a lo que después se conocería como demagogia y populismo).

Representación de Intereses

Aunque Platón no hablaba de "representación de intereses" en el sentido moderno, su propuesta de gobierno tenía como objetivo suprimir los intereses personales en favor de los intereses colectivos. Los gobernantes filósofos, en su modelo ideal, no poseerían propiedades privadas ni tendrían familias propias, lo que, según Platón, eliminaría conflictos de interés y garantizaría que sus decisiones siempre buscaran el bien común. Esto es una forma radical de representación de intereses donde se supone que el estado filosófico conoce y ejecuta la voluntad general sin influencias corruptas de intereses particulares.

El Anillo de Giges

El mito del Anillo de Giges se presenta en "La República" y ofrece una profunda reflexión sobre la moralidad y la justicia. El anillo da a su portador el poder de hacerse invisible, y Giges, un pastor, lo utiliza para cometer actos injustos, incluyendo el asesinato del rey y la usurpación del trono. Platón utiliza este mito para cuestionar si una persona seguiría siendo justa si tuviera la garantía de no ser atrapada o castigada por actos injustos.

Este mito es crucial para entender la filosofía política de Platón, ya que plantea preguntas sobre la naturaleza humana y la justicia. ¿Es la justicia algo que seguimos solo porque somos observados y tememos al castigo? Para Platón, la verdadera justicia no depende de las consecuencias externas sino de un profundo sentido de deber y armonía del alma, lo que solo se logra a través de la filosofía y la educación rigurosa. En términos de representación de intereses, esto subraya la necesidad de gobernantes que sean intrínsecamente justos y que gobiernen no por deseo de poder o riqueza, sino por el bien común.

En conjunto, estos elementos de la filosofía de Platón ofrecen una visión compleja de la política que desconfía de las formas de gobierno basadas en la igualdad absoluta de poder entre los ciudadanos, como la democracia directa, y aboga por un sistema en el cual los más sabios y filosóficamente educados gobiernen por el bien de todos, suprimiendo sus intereses personales en favor de la justicia y el bien común.

2. Aristóteles

Aristóteles, en su obra "Política", desarrolla una teoría política más empírica y detallada que la de su maestro Platón. Su enfoque se centra en analizar las constituciones de las polis (ciudades-estado) existentes, clasificando los gobiernos no sólo por su forma, sino también por la calidad de la gobernanza, que él divide en correctas e incorrectas. Esta distinción se basa en si el gobierno busca el bien común o meramente el bien de los gobernantes.


Aristóteles introduce un análisis sofisticado sobre cómo diferentes formas de gobierno representan diferentes intereses. Según él, el criterio para juzgar un gobierno es su capacidad para perseguir el bien común en lugar de intereses particulares. Este enfoque es fundamental para entender la representación de intereses en su pensamiento.  Esto es especialmente relevante en la discusión moderna sobre la representación en democracias contemporáneas, donde el equilibrio entre libertad individual y responsabilidad social sigue siendo un tema central.

Aristoteles desarrolla el término "zoon politikon" se refiere a la idea de que los seres humanos son por naturaleza animales políticos. Esta frase, que se puede traducir como "animal cívico" o "animal de la polis", destaca la inclinación natural del ser humano hacia la vida en comunidad y la participación en asuntos políticos. Aristóteles creía que la verdadera realización del ser humano solo se puede alcanzar dentro de una polis, o ciudad-estado, donde los individuos participan activamente. Al concebir al ser humano como un "zoon politikon", Aristóteles subraya la idea de que vivir en sociedad y participar en política son aspectos fundamentales de la naturaleza humana. Esto implica que la política no es solo una actividad obligatoria o impuesta, sino un aspecto vital para la expresión y realización del ser humano en la creación de una vida común.

Si los seres humanos son intrínsecamente políticos, entonces la representación de sus intereses en la esfera pública se convierte en una extensión natural de su existencia. La política, en este sentido, es el medio por el cual los individuos y grupos articulan, negocian y promueven sus intereses y valores compartidos.

3. Maquiavelo

Maquiavelo explora las técnicas que un gobernante debe emplear para mantener el poder y controlar un Estado. A diferencia de Platón y Aristóteles, Maquiavelo se desvincula de la ética y la moralidad en política, centrándose en la eficacia.  

En "El Príncipe", obra escrita por Nicolás Maquiavelo en 1513, la representación de los intereses de los ciudadanos tiene un enfoque muy distinto al idealismo de la filosofía política clásica como la de Aristóteles. Maquiavelo es reconocido por su realismo político, enfocándose más en la eficacia y la estabilidad del gobierno que en los ideales de participación democrática o la ética del bien común.

Aquí hay algunas maneras en las que Maquiavelo aborda la representación de los intereses de los ciudadanos en "El Príncipe":

a) El poder y la estabilidad: Maquiavelo argumenta que el principal interés de los ciudadanos es la estabilidad y la seguridad, lo cual se puede asegurar bajo un gobierno fuerte y efectivo. Para él, la principal tarea del príncipe es mantener el poder y asegurar el orden, lo que indirectamente beneficia a los ciudadanos al proporcionarles un entorno seguro y predecible.

b) El pragmatismo sobre la ideología: Maquiavelo sugiere que un gobernante debe ser pragmático y a veces adoptar tácticas que podrían considerarse inmorales para mantener el control y la estabilidad. En este sentido, los intereses de los ciudadanos son representados no a través de la participación directa o la deliberación, sino a través de las decisiones del príncipe que busca el mantenimiento del estado.

c) Manipulación y control público: A veces, Maquiavelo aconseja al príncipe manipular eventos públicos o la percepción del pueblo para su propio beneficio. Si bien esto puede parecer contrario a la representación de intereses, Maquiavelo podría argumentar que tales acciones son necesarias para mantener un gobierno estable que, en última instancia, sirve al interés general de seguridad y orden.

d) El consentimiento del gobernado: Aunque Maquiavelo no promueve una democracia en el sentido moderno, sí reconoce la importancia del apoyo popular para la estabilidad política. Sostiene que un príncipe debe esforzarse por evitar ser odiado y despreciado por el pueblo, sugiriendo que los intereses de los ciudadanos en no ser oprimidos deben ser considerados hasta cierto punto para evitar la insurrección.

Su enfoque realista implícitamente señala que el fin justifica los medios, siempre que estos sirvan para asegurar la estabilidad y la fortaleza del Estado.

Maquiavelo enfatiza la importancia de la astucia y la fuerza en el gobierno, más que la representación equitativa de intereses. Para él, los intereses del Estado y del gobernante (en cuanto a mantener el poder y asegurar el orden) están por encima de los intereses individuales de los ciudadanos. Esto puede interpretarse como un rechazo a la noción de gobierno como un vehículo para representar los intereses del pueblo; en cambio, el pueblo debe ser manejado de manera que sirva a los intereses del Estado.

Sin embargo, Maquiavelo no es complaciente con la corrupción, pero es realista sobre la naturaleza humana. Reconoce que los gobernantes a veces pueden necesitar emplear tácticas que no son estrictamente virtuosas para manejar un estado efectivamente. Esto incluye manipulaciones y acciones que podrían considerarse corruptas en un sentido moral convencional. Sin embargo, él recalca que estas acciones deben dirigirse a mantener la estabilidad y el poder del estado, no al enriquecimiento personal o al beneficio de unos pocos.

Maquiavelo ve la corrupción no tanto en términos de moralidad, sino en términos de efectividad política. Su enfoque no es tanto condenar la corrupción como una falta ética, sino criticarla cuando debilita el estado o desestabiliza el gobierno. Para Maquiavelo, la principal preocupación de un gobernante debe ser la conservación del poder y la estabilidad del estado, utilizando la moralidad y la inmoralidad como herramientas según lo requieran las circunstancias.  El Príncipe", es conocido por su enfoque pragmático y a menudo cínico hacia el gobierno.

4. Jean-Jacques Rousseau
Rousseau, en "El Contrato Social", argumenta que la sociedad debería organizarse en torno a un acuerdo general que garantice la libertad e igualdad entre todos los ciudadanos a través de la sumisión a una 'voluntad general'. Este concepto es central en su filosofía política, que busca un estado donde las leyes reflejen los intereses comunes de todos los ciudadanos, superando así los intereses particulares.

Rousseau introduce una dimensión moral y ética al concepto de representación de intereses, argumentando que la auténtica libertad y la representación efectiva se logran solo cuando los intereses particulares se subordinan a la voluntad general. En este sentido, Rousseau ve la política como una expresión de la colectividad, donde los intereses personales deben alinearse con los intereses colectivos para que el estado funcione justamente.

Rousseau argumenta que el poder de hacer leyes, debe residir en el pueblo y no puede ser delegada. En su visión, cuando se elige a representantes para hacer las leyes, los ciudadanos pierden su soberanía, lo cual es incompatible con una verdadera democracia.

Rousseau favorece un modelo de democracia directa donde los ciudadanos participan activamente en la formulación de leyes. Él ve esto como la única forma verdadera de gobierno libre. En su ideal, cada ciudadano debería tener un papel directo en la creación de las leyes bajo las cuales él mismo se regirá, ya que este es bueno por naturaleza. Este se contrapone a John Stuart Mill que se enfoca en la utilidad y pragmatismo de la democracia representativa, viéndola como la forma más efectiva de gobernar sociedades complejas y diversas

5. Thomas Hobbes
Hobbes ve el gobierno como una necesidad absoluta para evitar el caos y sostiene que un soberano poderoso es esencial para mantener el orden y la seguridad. En "Leviatán", Hobbes describe un estado de naturaleza donde la vida es "solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta" debido a la constante lucha de todos contra todos. Propone que para escapar de este estado, las personas deben someterse a un poder soberano absoluto que garantice la paz y la seguridad a través de un contrato social.

Para Hobbes, los intereses individuales y colectivos se aseguran mejor bajo el dominio de un soberano absoluto. La representación de intereses, en este caso, no se basa en la participación democrática, sino en la protección de la vida y la propiedad por parte de un poder centralizado. Hobbes valora la seguridad sobre la libertad, sugiriendo que los intereses personales deben ser regulados por el soberano para evitar el caos y la violencia del estado de naturaleza.

Es importante señalar que a diferencia de Maquiavelo (que ofrece consejos pragmáticos basados en observaciones históricas y personales), Hobbes proporciona un argumento teórico basado en su visión del estado de naturaleza y la necesidad humana de orden. Hobbes, por otro lado, argumenta que el soberano es un representante necesario, derivado del consentimiento de los gobernados, aunque este consentimiento es más un acto de auto-preservación que de participación democrática.

6. Montesquieu
Montesquieu, en "El Espíritu de las Leyes", aboga por la separación de poderes dentro del gobierno (ejecutivo, legislativo y judicial) como el mejor sistema para mantener la libertad y prevenir la tiranía. Este modelo ha influenciado profundamente la estructura gubernamental en las repúblicas modernas.

La teoría de Montesquieu sobre la separación de poderes facilita una representación de intereses más equilibrada y justa. Al dividir el poder, ningún grupo o individuo puede acumular suficiente poder para imponer sus intereses sobre los demás, lo que promueve un equilibrio en el que los intereses de diferentes grupos pueden ser representados y protegidos. Montesquieu ve la representación de intereses como una cuestión de equilibrio y moderación, donde las leyes deben reflejar la diversidad de la sociedad y proteger las libertades de todos los ciudadanos.