viernes, 23 de mayo de 2014

Discurso de Toma de Posesión Alfredo Felix Cristiani

Este día, 1 de junio de 1989, asumimos la Presidencia de la República, por decisión y mandato expresos del pueblo salvadoreño, en cumplimiento de la respectiva norma constitucional.
Nuestra primera palabra deseamos que sea de gratitud y de cariño hacia nuestro noble y sufrido pueblo, al cual orgullosamente pertenecemos, y a cuyo estricto e indeclinable servicio dedicaremos cada una de nuestras horas, en los próximos cinco años.
Desde el fondo de nuestro corazón, donde palpita el más sincero sentimiento nacionalista, saludamos al gran Partido que, con su esfuerzo, con valentía y con su fe en el destino libre de la Patria, ha hecho posible que asumamos hoy la Presidencia para cumplir la misión del Rescate Nacional que  todo el pueblo espera y reclama, después de un largo período de angustia, inseguridad y grandes privaciones para todos los sectores especialmente los más necesitados.
Y desde luego, nos satisface la amplia representación de Gobiernos v pueblos amigos que nos acompañan en este histórico acto,  cuya presencia tan significativa agradeceremos en lo que vale, como una expresión de voluntad que tiene democrático de  colaborar generosamente con nuestro pueblo
Este nuevo Gobierno, al cual llegamos interpretando los anhelos, exigencias y aspiraciones del pueblo salvadoreño, estará permanentemente fundado en cuatro principios rectores: LA LIBERTAD, LA HONESTIDAD, LA LEGALIDAD Y LA SEGURIDAD.
LIBERTAD
Para que todos los salvadoreños  se organicen y participen en los diversos órdenes de la vida nacional, con el único límite de la ley, que debe ser flexible y progresista, pero acatada sin privilegios, excusas ni pretextos.
HONESTIDAD
Para que el flagela de la corrupción, que unto indigna a los salvadoreños, sea erradicado de la vida nacional, y los bienes y dineros de Pueblo se administren con la más absoluta probidad. En este punto, nuestro compromiso es claro e inalterable e invitamos al Pueblo a que nos ayude con su vigilancia, su crítica y su espíritu patriótico a establecer en nuestro país la honradez, como norma de Gobierno y como regla dé vida personal y social.

LEGALIDAD

Para que el Estado de Derecho, que tanto necesita nuestra Democracia Representativa, sirva de salvaguarda contra todo abuso y contra toda arbitrariedad.   Nosotros no queremos mandar, sino gobernar; no queremos imponer  nuestro particular  sentir, sino interpretar, en nuestros actos, la voluntad de la ley. La Constitución es, para nosotros, sagrada, y respetaremos y haremos respetar su letra t su espíritu, en beneficio de la estabilidad nacional.

SEGURIDAD:
Para que los salvadoreños podamos trabajar siquiera con un mínimo de confianza. Para lograr esto, aplicaremos la ley sin vacilaciones, pero con mesura, y sin ira ni arrebato. Nuestra responsabilidad es ser serenos y firmes en la adversidad que aún nos toca vivir; y tenemos la certeza de que el pueblo quiere un Gobierno de sensatez y de armonía, que le
vaya dando al país la seguridad que tanto necesita.

Con absoluto respeto y amplia promoción de estos principios, nuestra misión fundamental se enmarca en un término: RESCATE NACIONAL
Nuestra sociedad sufre una profunda crisis, que tiene antiguas raíces, pero que ha sido agudizada y utilizada por fuerzas internas y externas que buscan el exterminio de nuestra identidad democrática, para suplantarla por los falsos valores del totalitarismo. El valiente pueblo salvadoreño ha rechazado en sucesivas elecciones, la violencia disolvente, y ha clamado, con su voto , por la restauración de los valores que vienen caracterizando a la auténtica  salvadoreñidad desde los albores de la República, según el ejemplo luminoso de nuestros Próceres.
En  esa línea  de Rescate Nacional, tomaremos todas las medidas conducentes a la restauración de los valores espirituales de nuestra nacionalidad, entre los cuales hay una honda religiosidad  y un ancestral sentimiento solidario; asimismo, reforzaremos por medio de la educación y del ejemplo, el orgullo de ser salvadoreño; impulsaremos, con acciones concretas  el concepto de una Patria para todos; promoveremos -por Mandato Constitucional y por convicción humanística e ideológica la armonía social ; pondremos énfasis en que el pueblo confié en los beneficios reales de un progreso económico libre ; y dedicaremos todos los esfuerzos que sean necesarios , a la conquista de una paz permanente, que no excluya por nuestra parte a ninguno de los salvadoreños.

Aunque estos planteamientos son necesariamente generales en este momento, los plasmaremos de inmediato en acciones gubernamentales de proyección nacional; pues queremos demostrar, desde el primer día de nuestra gestión, que en nuestro Gobierno los hechos tendrán mucho más valor que las simples palabras que los anuncien.

Esto nos hace estar  muy conscientes de los grandes e históricos retos que nos tocará enfrentar, desde este mismo instante.   Consideramos, que esos desafíos fundamentales son los siguientes:

I) LA BÚSQUEDA DE UNA SOLUCIÓN AL CONFLICTO ARMADO.

Nadie en su sano juicio puede querer que esta guerra fratricida e injusta se prolongue.  Nosotros, como Partido, y  hoy como Gobierno ,  hemos  venido participando sin vacilaciones  en el proceso democrático precisamente para alcanzar la paz en nuestro país. Comprendemos que hay profundos problemas sociales y económicos de larga data, que hay que atacar con sinceridad y con realismo; pero también comprendemos que esta mita fue desatada por las fuerzas totalitarias marxista- leninistas, para tomar el poder aprovechándose de esos  problemas.

Los marxistas quieren hacer creer que sus soluciones son las únicas capaces de superar la pobreza y la marginalidad de nuestros pueblos. La historia está demostrando todo lo contrario: ellos lo que hacen es disfrazar la miseria con su colectivismo totalitario e impedir el progreso con una parálisis  completa de todas las energías individuales de la sociedad.

La guerra marxista en El Salvador no tiene futuro. Tenemos la obligación histórica de terminar con esa guerra, y lo haremos por los medios que la misma democracia provee.

La Constitución le ordena al Presidente de la República procurar la armonía social en el país. Cumpliremos escrupulosamente ese  mandato, buscando entendimientos legales y políticos con todos los sectores. El FMLN es uno de esos sectores, y buscaremos de inmediato entrar en contacto con ellos, no para plantearles propuestas a fin de que ellos hagan contra-propuestas, y continuar un juego sin fin, que sólo sirve de ejercicio propagandístico.

Estamos dispuestos a trabajar, desde el primer día de nuestro  Gobierno, en la búsqueda de la Paz, cuidando de no  vulnerar de ninguna  manera el marco Constitucional, y conforme a los lineamientos siguientes:
Analizar los mecanismos prácticos que puedan ser los más factibles para impulsar un diálogo permanente, serio y reservado entre el sector democrático y el FMLN: es decir, principiar, como es lo lógico, por el aspecto funcional, que tendrán que ser acordado debidamente por ambas partes.

Constituir una Comisión de Dialogo, por parte nuestra con personalidades democráticas de amplio reconocimiento  nacional y que inspiren plena confianza por su honorabilidad y capacidad, las cuales desempeñarán una función eminentemente patriótica. Esta Comisión entrará en contacto con las personas que designe el FMLN, a fin de que se constituya un organismo de trabajo que estudie, según el programa previamente acordado por ambas partes, los puntos necesarios para lograr la incorporación de todas las fuerzas del país a la vida pacífica y a los mecanismos de la democracia representativa.

3   Señalar, como uno de los principios fundamentales, que una vez iniciado el Diálogo, según la calendarización convenida, no se suspenderá unilateralmente  por  ningún motivo, hasta poder presentar a los organismos de más alta decisión política un planteamiento de solución global del conflicto.
    Realizar, por parte del Gobierno, todas las etapas de este proceso en constante consulta  con las fuerzas políticas legalmente establecidas.

5    Proponer desde ya, que, que para la mayor libertad de Diálogo así, como los acuerdos del mecanismo previo, el trabajo entre las partes, al menos  durante un tiempo prudencial, se realice fuera de El Salvador de ser posible en países hermanos de Centro América.


No estamos pidiendo la redición de nadie, pero tampoco podemos aceptar que la armonía social se base en la violación de la Ley. Nosotros hemos jurado cumplir la Constitución y las Leyes de la República, y eso haremos. El Diálogo con todos los sectores debe hacerse dentro del marco de la Ley, y el que tengamos con el FMLN no tiene por qué ser una excepción.

 Nosotros, en este momento, al asumir la dignidad de la  más alta magistratura de la Nación, no somos enemigos de nadie: ofrecemos a todos nuestra buena voluntad, para hallar soluciones que beneficien al pueblo, que es ante quien respondemos; y estamos dispuestos a actuar en función del futuro, porque las tareas que nos esperan después de esta etapa de violencia serán enormes, y en ellas la responsabilidad tiene que ser compartida por todos.

Esta buena voluntad, que es sincera, no  debe ser confundida con la debilidad. Nosotros somos fuertes porque tenemos principios firmes, que no han cambiado ni cambiarán en lo fundamental.   Tenemos la fuerza de los que luchan por la libertad, dentro de la democracia; y somos fuertes también porque cumplimos y haremos cumplir el imperio de la Ley. Nuestro pueblo necesita seguridad y se la daremos, aplicando la Ley, no simplemente la fuerza.   Pero no vacilaremos en ser legalmente enérgicos ante el desorden, la destrucción y la anarquía, que tanto han flagelado a nuestro pueblo.

El proceso del Diálogo, sobre todo con el FMLN, no será fácil ni sencillo, pero estamos dispuestos a iniciarlo de inmediato. Nuestro pueblo y el mundo serán testigos de nuestro proceder, que responde al ideario de nuestro Partido y a nuestras inconmovibles convicciones democráticas y libertarias.

II)  LA LIBERALIZACION PROGRESIVA" DE LA ACTIVIDAD ECONOMICA.

Nuestro país se debate en una profunda crisis económica, que nos ha llevado a niveles de pobreza extrema nunca antes conocidos en el país.   El llamado "Movimiento Revolucionario", al desatar su violencia contra el sistema de libertades   democráticas, incipiente en nuestro  país, ataca hoy principalmente la economía. Más que una guerra militar, lo que estamos padeciendo hoy los salvadoreños es  una guerra terrorista contra la economía y contra el pueblo y a eso se ha unido, desde fines de 1979, el reformismo de los llamados "cambios estructurales", que con el pretexto de arrebatarle banderas a la subversión, ha desquiciado en la práctica el aparato productivo nacional, propiciando el desorden, la corrupción y la miseria.

Nuestro Gobierno tiene la responsabilidad de enfrentar  de inmediato el reto de estabilizar y reajustar nuestra economía. En esto, actuáremos con absoluta seriedad, sin demagogia ni improvisación.
Estructuraremos un plan concreto de todos los órdenes de la actividad gubernamental, especialmente en el económico, para que todos los agentes productivos sepan a qué atenerse, y puedan empezar a trabajar con la mayor claridad y seguridad posible

Buscamos  propiciar, en este campo, un gran acuerde histórico entre los sectores fundamentales que intervienen en la productividad económica: los trabajadores y los empresarios, como fuerzas directamente productivas, y el Gobierno como regulador de las normas indispensables para que la economía funcione, reduciendo el papel del Estado a lo estrictamente necesario, bajo el principio de subsidiariedad, para que se garantice la armonía y el, desarrollo social.   

No queremos que el Estado sea un aparato hipertrofiado y, por consecuencia, ineficiente. Lo que pretendemos es un Estado que estimule y racionalice el movimiento libre de las fuerzas económicas y sociales, para hacer realidad el principio contenido en el Artículo Primero de nuestra Constitución', en el que se establece que "El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado".

Actualmente tenemos un esquema económico arbitrario y politizado, y por consiguiente proclive a la corrupción y al desorden. Vamos a corregir sustancialmente ese rumbo, que nos empobrece y nos hace cada día más dependientes de la ayuda exterior. Nuestra política económica será de progresiva liberalización para que el aparato productivo funcione y pueda generarse empleo, ahorro e inversión.  Liberalizaremos el comercio exterior, porque no hay ninguna justificación para mantener elefantes blancos, que sólo han servido para distorsionar la comercialización internacional de nuestros principales productos básicos de exportación, que son fuentes de riqueza segura con que contamos.

Promoveremos una banca competitiva en la que los sectores productivos vuelvan a tener un rol protagónico .Actuaremos con prudencia pero con firmeza en esta área y nos comprometemos a erradicar la politización del crédito y la desviación abusiva del ahorro del pueblo hacia las necesidades creadas, en el sector público, por proyectos equivocados y burocracias inútiles.  No permitiremos más que sea el dinero del pueblo el que subsidie un reformismo gravoso y estéril.

Vamos a desregular la economía. Si queremos fomentar la inversión e incrementar la productividad, debemos eliminar trabas y requisitos burocráticos que son fuente de corrupción. Y, en la puesta en marcha de este proceso no esperaremos ni un solo día. Queremos dejar muy en claro que al generar mayores libertades y terminar, con las arbitrariedades, también debemos olvidarnos de los subsidios y prebendas, pues los únicos
privilegiados en nuestro Gobierno serán los más pobres de los pobres.

Comprendemos a cabalidad  que  nuestra economía  está muy cerrada, hacia el interior y hacia el exterior.

Iniciaremos un programa de apertura, que propicie la competitividad interna y que fomente las exportaciones en general y en especial las no tradicionales, que serán ambas nuestra salvación en el futuro.

Sabemos que en esta apertura, habrá que hacer sacrificios. Instamos al esforzado y eficiente sector productivo a redoblar su capacidad de sacrificio, en razón de que tendrá toda la comprensión y el apoyo del Gobierno, para que todos Juntos trabajemos solidariamente en beneficio de El Salvador, y puesta nuestra conciencia patriótica en el destino de los más pobres, de los más necesitados, de los marginados, de los desplazados, de los indigentes.

La meta primordial de estos cinco años que se inician hoy ha de ser: erradicar, en lo posible, la extrema pobreza, y establecer las bases sólidas y pacíficas de una sociedad donde todos tengamos oportunidades de prosperar y de realizarnos como seres humanos. Esto sólo puede lograrse dentro de un concepto y un tratamiento globales no sólo de la economía sino de la realidad nacional en general.   Para eso, las reglas del juego, en lo económico y en lo social, deben ser muy claras, y aplicarse  estrictamente, sin corrupción y sin privilegios.

La gradualidad y la disciplina son entonces indispensables. No estamos ofreciendo milagros, sino trabajo serio. No vamos a emplear jamás la represión, pero no permitiremos la anarquía. Queremos que nuestro laborioso e inteligente pueblo entienda bien nuestro mensaje: estamos dispuestos a trabajar ordenadamente
para que los principios libertarios demuestren que producen beneficios materiales para todos; y para que los ideales de la libertad se plasmen en políticas de Gobierno que sirvan de ejemplo a toda la sociedad. Esto no se completará en cinco años, pero el proceso de rectificación, estabilización y reactivación tiene que comenzar hoy mismo.

III)  LA  EFECTIVIDAD   DE  LA REFORMA AGRARIA

Nosotros hemos llegado al poder por el voto de grandes sectores de nuestra población. Somos un Partido con una organización política inmensa, que tiene su raíz, su base y su razón de ser en el pueblo.

Hoy, como Gobierno, nuestro compromiso se vuelve plenamente nacional. En ningún momento ni por ningún motivo podríamos olvidar al sector más amplio y necesitado de! país: los nobles y sufridos campesinos,
principales víctimas de la violencia terrorista.

En cuanto a la Reforma Agraria, desmentimos una vez más, categóricamente, que queremos dar marcha atrás. Por el contrario, lo que queremos es impulsarla decididamente hacia adelante permitiendo que el campesino del sector reformado elija la forma de propiedad que más le convenga, dentro del gran marco de libertades en el que se encuadrará toda la política de nuestro Gobierno.

Vamos a superar la demagogia del paternalismo estatizante, y vamos a hacer que los campesinos, organizados o no, asuman, con nuestra ayuda, la responsabilidad libre de su propio destino. Queremos que nuestro agro vuelva a producir.  Sabemos que la violencia está allí, pero estamos seguros de que con una organización eficiente, créditos oportunos, soluciones  realistas y consecuentes al gravísimo problema de la deuda agraria y el apoyo técnico adecuado y accesible, saldremos adelante.


En el campo debe imperar también la armonía social, Trabajáremos para que lo que hoy se llama "Sector Reformado" y "Sector Tradicional" se superen sin antagonismos artificiales. Les daremos estímulos a los empresarios agrícolas, cualquiera que sea su configuración legal.

Y también  en esta área fundamental de nuestro aparato productivo pondremos especial  interés en los más necesitados; para ir superando todas las dramáticas y dolorosas carencias que ahora padecen.


IV)  LA PROMOCIÓN SOCIAL INTEGRAL: ALIMENTACIÓN, SALUD, EDUCACIÓN, CULTURA.


Nuestra concepción del Rescate Nacional se fundamenta en un ideal humanista que tiene a la persona como centro de toda la actividad colectiva, tanto pública Como privada, y el ser humano salvadoreño, inmerso en la crisis y en la violencia, víctima de la agresión marxista y del reformismo empobrecedor, requiere hoy atención especialísima, que le de satisfacción básica sus necesidades materiales y también sólidos asideros morales y espirituales.

El tratamiento que le daremos al gran problema social del país será global. No concebimos educación sin salud, salud sin alimentación, alimentación sin empleo, empleo sin seguridad. El reto es enorme, y le corresponde a toda una generación. Nosotros tendremos por hoy cinco años de lucha permanente contra los flagelos sociales que agobian a nuestra población.

Propiciaremos un Programa Nacional de Emergencia que genere "empleo productivo y complemente la dieta familiar y programas estratégicos que fortalezcan el desarrollo del niño, promuevan el desarrollo integral
de la mujer y propicien un desarrollo comunal solidario. Además, haremos todos los esfuerzos necesarios para que los servicios de salud mejoren y se universalicen. Estudiaremos a fondo la concepción actual y el funcionamiento del seguro social, para adecuarlo  la realidad presente y a las expectativas del futuro.

Nuestra mayor riqueza, se  dice a diario, es nuestro pueblo.  No podemos ni siquiera visualizar el futuro con un pueblo desnutrido y enfermo.   La creatividad y laboriosidad del pueblo salvadoreño son virtudes que han soportado todas las adversidades; pero ya es hora de que la sociedad entera organice los alicientes y estímulos para que este noble y querido pueblo no tenga simplemente que sobrevivir. Lo que queremos, lo que anhelamos, lo que nos proponemos es que nuestro pueblo viva, con la dignidad que merece.


En la educación, propiciaremos un análisis profundo y serio de" la misma, para remediar el estado desastroso en que se halla. Veinte años después de la reforma educativa el sistema completo tiene que ser repensado y
reestructurado. Trabajaremos con el Magisterio, jamás contra el Magisterio, nuestro propósito es superar todo este periodo de confrontación estéril, que sólo ha servido para que los Maestros se sientan marginados y para que la educación se deteriore. Dentro del marco de la Ley y del respeto ciudadano, les pedimos desde ya a todos los Maestros del país que nos ayuden en esta tarea de salvación intelectual y moral de la Patria.

No estamos contra sus luchas gremiales legítimas, pero sí queremos respetuosamente recordarles que, al mismo tiempo que trabajadores, son apóstoles de una cruzada permanente para llevar la luz del conocimiento a las mentes y a las almas de los niños y de los jóvenes. Sin el concurso de los Padres de Familia y de los Maestros poco podríamos hacer. Invitamos por eso, con toda sinceridad, a un gran esfuerzo común, que nos permita salir de esta etapa de dogmatismo,  de odio y de angustia que el país entero ya no soporta. Y que juntos empecemos a sembrar semillas de concordia y de tolerancia en las mentes infantiles, para que nunca se reproduzca el fenómeno terrible de la guerra en 'nuestro suelo.

Todo esto tendrá que ir plasmado en una nueva cultura, muy arraigada en lo nuestro, pero también muy conectaba con el pensamiento universal actual, sin olvidar nuestras raíces. Esas raíces alimentan nuestra nacionalidad nuestra salvadoreñidad, cuya identificación cada día más clara es la clave de nuestro destino como Nación.

V) EL LOGRO DE UNA JUSTICIA CADA VEZ MÁS EFICAZ Y DE UN REPETO CADA VEZ MAS PLENO DE LOS DERECHOS HUMANOS.

En este campo el empeño del nuevo Gobierno será total e inequívoco. Estamos en contra de toda forma de opresión, injusticia e irrespeto a la persona humana Nuestra Ideario Nacionalista tiene proyección humanística, y nos impulsa a desarrollar todas las política proyectos, planes y programas que preserven y amplifiquen los Derechos Humanos, haciendo énfasis también   en que el hombre que aspira a vivir en una sociedad civilizada tiene deberes que debe cumplir, en beneficio propio y de sus semejantes.

Queremos terminar con la violencia terrorista precisamente porque nos estamos destruyendo, como personas como sociedad.   Y vamos a hacer todo lo humana y políticamente posible para terminarla, de modo que salgarnos de ella "por la vía clara y legítima de la legalidad   hacia un esquema de vida en que los principios
irrenunciables de la democracia representativa y el progreso social estén firmemente garantizados.

Trabajaremos en la defensa de los Derechos Humanos, por convicción moral, por imperativo político y por responsabilidad patriótica. Seremos los primeros vigilantes de que  el respeto a los Derechos Humanos se vuelva una norma de  convivencia en nuestra sociedad.  Le pedimos a los Partidos Políticos, a las instituciones  humanitarias, a las  Iglesias y al pueblo en general que   colaboren estrechamente con nosotros para  corregir cualquier práctica que propicie la violación de los Derechos Humanos; y como parte de este empeño, daremos todo nuestro apoyo al mejoramiento, agilización, limpieza y prontitud en la administración de justicia en el país.

El 20 de marzo pasado dijimos que habíamos ganado sin derrotar a nadie, y ahora reiteramos que no consideramos a nadie como enemigo, cualquiera que sea su pensamiento o su opción política; pero sí combatiremos con energía y sin cuartel la corrupción, la violencia, la impunidad y el desorden; porque el pueblo ya no resiste más esas lacras, y nos ha dado un mandato inequívoco de acabar con ellas.


Para la consecución de todos esos objetivos nacionales nuestro Gobierno hará uso de instrumentos políticos, que aseguren la efectiva participación de todos en el gran proyecto del Rescate Patriótico. Esos instrumentos serán:


A)   EL PERMANENTE DIALOGO INTERPARTIDARIO

Nosotros no queremos gobernar solos. Asumimos plenamente la responsabilidad de las decisiones del Gobierno, pero haremos todo lo posible porque esas decisiones se basen en la ponderación de opiniones de todos los sectores. Invitamos a los Partidos Políticos a configurar un mecanismo de consulta donde las voces de todos  sean realmente escuchadas y tengan su peso. No buscamos un auditorio, sino un convivio, en el que todos merezcan respeto y atención.

Los Partidos Políticos, son según la Constitución, el único instrumente para el ejercicio de la representación del pueblo dentro del Gobierno. Nosotros, en nuestra gestión, tenemos el propósito firme de darle amplia vigencia práctica a  ese principio constitucional.

B)   LA PROMOCIÓN DEL PLURALISMO IDEOLÓGICO

Una sociedad moderna civilizada, y eficiente, como la que estamos configurando democráticamente en El Salvador, no puede ser cerrada. El ideal que hemos venido sosteniendo como Partido desde nuestro nacimiento en 1981, y que hoy impulsaremos desde el Gobierno, es que todas las corrientes ideológicas compitan libremente para ganar la libertad del pueblo por la única vía válida: la del voto.

Nosotros estamos empeñados en que los salvadoreños resolvamos nuestras diferencias, por profundas que sean, en el campo de las ideas y de la lucha política. Queremos inculcar en la juventud la convicción de que
hay que superar, en ¡as mentes y en los actos, todo tipo de violencia.   Haremos cumplir la ley frente a los que persistan en el crimen, en el terrorismo y en la destrucción; pero al mismo tiempo multiplicaremos esfuerzos para que todos se incorporen a la vida democrática, y que sea el pueblo el que vaya escogiendo libremente su camino, según las opciones que se le presenten.

C)   LA CONSTANTE COMUNICACIÓN CON TODOS LOS SECTORES NACIONALES, PARA GENERAR  UNA VERDADERA PARTICIPACIÓN EN LAS DECISIONES DEL GOBIERNO


Hacemos especialmente un llamado a los empresarios y a los trabajadores para que busquen entendimientos cada vez más estables y justos, para superar la crisis en que estamos sumergidos. Superemos el dogma destructivo de la lucha  de clases y luchemos por una sociedad donde impere un mínimo de armonía, sin que nadie tenga que renunciar a sus legítimas  aspiraciones y demandas. Lo que pedimos es racionalidad y patriotismo para que nuestro sufrido pueblo supere esta tremenda prueba histórica, y entre lo más pronto posible a una era de paz  y de progreso, por la vía de la libertad.

La apertura que nos proponemos poner en práctica estará siempre dentro de! marco estricto de la ley. El país entero reclama que la autoridad funcione adecuadamente para garantía de las personas, de las instituciones y del proceso democrático.

En tal sentido, y con la Ley en la mano daremos nuestro pleno apoyo a la labor de nuestra Fuerza Armada, cuyo sacrificio y entrega patriótica reconocemos ante la faz de la nación y del mundo. Sin la cotidiana dedicación de los hombres de uniforme, nuestra institucionalidad hace tiempo hubiera sido destruida.  Al asumir este día el elevadísimo honor de la Comandancia General de la Fuerza Armada, nos comprometemos a continuar impulsando su sólido desarrollo institucional, para beneficio no sólo de la Fuerza Armada misma y de sus miembros, sino de la Nación entera, que tendría así un eficiente brazo protector.   Nuestra  identificación con los principios y valores que inspiran a nuestra Fuerza Armada en su lucha patriótica, es plena, y actuaremos en todo momento en concordancia con dicha identificación. La Fuerza Armada es el gran baluarte de nuestra democracia, pues al salvaguardar al país  del embate de las fuerzas totalitarias nos permite hoy ir construyendo un régimen de libertades, cuya defensa  es tarea de todos.

En este magno empeño, requerimos de la continua ayuda y e! comprensivo apoyo de los Gobiernos y pueblos amigos, y muy especialmente de la cooperación de los hermanos centroamericanos.

Reconocemos, agradecidos, el aporte de países amigos a todo este inmenso esfuerzo y sacrificio del pueblo
salvadoreño en estos años difíciles, en que una gran batalla por la democracia se ha venido librando, con sangre y sudor, estoicismo y valentía, dentro de nuestro pequeño territorio.

En esa perspectiva, y con la dignidad de un pueblo soberano solicitamos desde ya la continuación de la ayuda internacional, de todos los países que ven con beneplácito corno la democracia ha crecido aun dentro del
conflicto sangriento.   Más ayuda, más apoyo, y más comprensión necesitaremos a partir de este día histórico, para que la democracia salvadoreña se arraigue definitiva y firmemente en nuestro suelo.

Con los hermanos de Centro América nuestra relación es primordial.   La presencia de los ilustres y excelentísimos Presidentes de Guatemala, Honduras y Costa Rica, en "este acto pone en evidencia la solidaridad democrática centroamericana, que haremos todo lo posible por estimular y perfeccionar.   Nosotros no excluimos a nadie en Centro América. Creemos que ha llegado el momento en que los centroamericanos pasemos a formas de integración económica y políticas más permanentes, sin desconocer las respectivas soberanías y las identidades nacionales de nuestros países.

EL GRAN HOGAR  EUROPEO

La década de los noventa verá una Europa prácticamente unida.  Son naciones que tienen una identidad muy dará y muy definida históricamente, así como una larga tradición de guerras y diferencias.   Sin embargo, hoy asumen el reto de una sociedad mundial multipolar, y reconocen "el gran hogar europeo". Nosotros, en Centro América, más que rencillas, lo que Hemos tenido son inútiles suspicacias, que nos han mantenido separados de manera casi incomprensible. La crisis actual, paradójicamente, ha hecho que descubramos que Centro América existe, como un todo profundamente comunicado.

REPENSAR EL DESTINO DE CENTRO AMERICA
Con realismo, sin retórica., pero sí con una honda conciencia de la responsabilidad histórica de nuestra generación, exhorto muy respetuosamente a los Presidentes de Centro América, a que nos sentemos no sólo a resolver los agudos problemas del momento, que son tan urgentes, sino también a repensar el destino de Centro América, para que estructuremos iniciativas viables para una integración más estable, que nos justifique ante el juicio de las actuales y de las futuras generaciones.

COMPATRIOTAS:
Todos nuestros afanes estarán desde este instante dedicados ustedes, nobles y sufridos hombres y mujeres de nuestra Patria.  Entre todos tenemos que seguir construyendo la democracia abierta, democrática y pluralista que nos hará fuertes en la libertad y serenos en la justicia.   Basta ya de odio, revanchismos y violencia.

Los que insistan en seguir por los torcidos caminos de la violencia, tendrán  respuesta de la Ley, nosotros, que somos la inmensa mayoría del pueblo salvadoreño, más allá de nuestras diferencias ideológicas y políticas, vamos a seguir construyendo una Patria grande y libre, donde el único privilegio sea el de ser salvadoreño.

COMPROMISO:

Desde esta tribuna esta mañana, y haciendo uso soto para este momento del yo inevitable que reclame toda promesa formal y personal, me comprometo ante Dios y ante el pueblo a dedicar cada día de mi mandato a trabajar  por la democracia por la armonía y por el bienestar de todos y cada uno de mis hermanos salvadoreños.  No somos Mesías, ni magos; somos simplemente hombres de trabajo; ofrecemos mucho trabajo y tendremos nuestra mano abierta a todos los connacionales, para la reconstrucción de la Patria, para el Rescate Nacional.

En cooperación estrecha con los otros Órganos Supremos del Estado, haciendo sentir nuestra voluntad patriótica y Nacionalista, y actuando con honestidad y eficiencia administrativa, esperamos entregar un país mejor que el que recibimos.

Al Presidente Duarte, que hoy entrega su alta investidura debo expresarle, que aun cuando hemos tenido grandes diferencias en la contienda política en este instante histórico, es justo que le reconozcamos su personal entrega por la democracia en la conducción de la Nación. Esta Banda Presidencial, que estuvo en su pecho, la cuidaremos como algo sagrado, para transmitirla intacta a nuestro sucesor.

SALVADOREÑOS:

Que el Dios de las Naciones, El Salvador del Mundo, el Príncipe de la Paz, nos ampare y nos ilumine.

San Salvador, 1 de junio de 1989.


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