jueves, 9 de marzo de 2023

La comunicación desde la perpectiva positivista de Comte

1. Introducción:

El positivismo de Comte es una corriente de pensamiento social que se enfoca en la observación y el estudio científico de los fenómenos naturales y sociales. Auguste Comte, el fundador del positivismo, creía que la ciencia y la razón podrían explicar y mejorar la sociedad y que la observación empírica era la única forma válida de conocimiento (y no la teología ni la metafísica).

El positivismo de Comte también incluía la idea de que la sociedad debería ser organizada de manera racional y científica, basada en la observación empírica y en el conocimiento científico. Para Comte, esto implicaba la creación de una "religión de la humanidad" que reuniría a las personas en torno a la ciencia y la razón, en lugar de la religión y la superstición.

En cuanto a la comunicación, el positivismo de Comte se centraría en el análisis empírico y objetivo de los procesos comunicativos, basados en la observación y la medición de los fenómenos de la comunicación. Para Augusto Comte, la comunicación es un proceso fundamental en la creación y mantenimiento de la cohesión social. Él creía que la comunicación era esencial para el desarrollo del conocimiento y para la organización de la sociedad.

Comte pensaba que la comunicación era necesaria para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, y que esto a su vez llevaría a un progreso social. Además, él argumentaba que la comunicación era necesaria para la educación y la formación de individuos capaces de contribuir al bienestar común.

En su obra "Curso de Filosofía Positiva", Comte describe la evolución de la sociedad a través de tres estadios: el teológico, el metafísico y el positivo. 

Estas etapas representan diferentes formas de explicar el mundo y el conocimiento humano a lo largo del tiempo.

Estado Teológico: En esta etapa, el pensamiento humano se caracteriza por explicaciones sobrenaturales y religiosas para los fenómenos naturales y sociales. Las fuerzas divinas, los dioses y las explicaciones basadas en la voluntad de seres sobrenaturales se utilizan para comprender el mundo y sus fenómenos. En el estado teológico, la sociedad y la naturaleza se ven como controladas por fuerzas divinas o entidades superiores. Comte identifica tres subetapas dentro del estado teológico, cada una representando una progresión en la forma en que se comprende el mundo:

a) Subetapa Fetichista o Animista: En esta etapa, la mente humana tiende a atribuir fuerzas animadas a los objetos y fenómenos naturales. Los seres humanos creen que los objetos inanimados poseen voluntad y conciencia. Por ejemplo, se pueden atribuir cualidades animistas a elementos naturales como árboles, rocas, ríos, etc. Esta subetapa se caracteriza por la creencia en espíritus o deidades que residen en objetos físicos y tienen poder sobre los eventos naturales.

b) Subetapa Politeísta: En la subetapa politeísta, las explicaciones religiosas se centran en múltiples deidades o fuerzas divinas que controlan diferentes aspectos del mundo natural y social. Cada dios o diosa está asociado con ciertos fenómenos o aspectos de la vida humana. Por ejemplo, en el politeísmo griego, hay dioses específicos para el sol, la guerra, el amor, entre otros aspectos de la existencia humana.

c) Subetapa Monoteísta: En esta última subetapa del estado teológico, la creencia en una única deidad omnipotente y omnisciente se vuelve predominante. Se considera que esta deidad única es la fuente y el controlador de todos los fenómenos naturales y eventos sociales. Ejemplos de religiones monoteístas incluyen el judaísmo, el cristianismo y el islam, donde se venera a un solo Dios como el creador y gobernante del universo.

Estado Metafísico: En esta etapa, las explicaciones religiosas son gradualmente reemplazadas por conceptos abstractos y entidades metafísicas. Las explicaciones metafísicas buscan causas abstractas o principios no físicos para los fenómenos observados. Aunque ya no se basan directamente en la religión, las explicaciones en el estado metafísico aún no están respaldadas por pruebas empíricas o científicas.

Estado Positivo: En esta etapa, la explicación de los fenómenos naturales y sociales se basa únicamente en la observación empírica, la experimentación y el análisis científico. El positivismo defiende que el conocimiento legítimo y la comprensión del mundo deben estar fundamentados en hechos observables y verificables. En el estado positivo, las explicaciones científicas reemplazan a las religiosas y metafísicas, y se enfatiza la importancia de la investigación empírica y la metodología científica.

Comte creía que la humanidad había progresado a través de estas etapas y que el estado positivo representaba el pináculo del desarrollo intelectual humano. Según él, el positivismo no solo debería aplicarse a la ciencia natural, sino también a las ciencias sociales, como la sociología, para entender la sociedad y guiar el progreso social.

En el estadio positivo, la comunicación se convierte en el principal instrumento para la integración social y el progreso humano. En este estadio, la ciencia y la tecnología se vuelven más importantes que la religión y la filosofía.

2. Estática y dinámica social

Para Comte, la comunicación se entendía desde una perspectiva de estática y dinámica social. En su obra "Curso de Filosofía Positiva", Comte describe que la sociedad se puede entender a través de dos aspectos: estático y dinámico.

Desde la perspectiva estática, la comunicación se entiende como un elemento clave para la cohesión social y la organización de la sociedad. Según Comte, la comunicación permite que los individuos de una sociedad se relacionen entre sí, establezcan vínculos y formen una comunidad. En este sentido, la comunicación es fundamental para el mantenimiento del orden social y para la estabilidad de las relaciones humanas.

Desde la perspectiva dinámica, la comunicación se entiende como un factor clave para el progreso social y el desarrollo humano. Para Comte, la comunicación permite el intercambio de ideas, conocimientos y experiencias entre los individuos, lo que a su vez lleva al desarrollo de la ciencia, la tecnología y la cultura. En este sentido, la comunicación es esencial para el avance de la sociedad y el bienestar humano.

Positivismo y la relación con los elementos de la comunicación

Desde la perspectiva positivista de Comte, se puede analizar los elementos de la comunicación de la siguiente manera:

Emisor: El emisor es considerado como el agente activo en el proceso de comunicación. Desde una perspectiva positivista, se podría analizar al emisor en términos de su capacidad para formular ideas claras y objetivas, basadas en hechos empíricos y verificables. Además, se podría evaluar su nivel de conocimiento y experiencia en relación con el tema que está comunicando, y cómo esto influye en su capacidad para transmitir un mensaje claro y preciso. 

Un análisis positivista del emisor se enfocaría en la observación y medición de las características objetivas del emisor, como su género, edad, nivel educativo,  nacionalidad, e inclusive estatura, peso entre otras variables observables (ropa que utiliza, etc.).

Receptor: El receptor es visto como el receptor pasivo en el proceso de comunicación. Desde una perspectiva positivista, se podría analizar al receptor en términos de su capacidad para comprender el mensaje y su capacidad para evaluar la validez del mensaje a la luz de los hechos empíricos y verificables. Además, se podría evaluar su nivel de conocimiento y experiencia en relación con el tema que está recibiendo, y cómo esto influye en su capacidad para comprender el mensaje.

Un análisis positivista del receptor, se observaría y mediría las características objetivas de quienes reciben el mensaje, cuántos son, su edad, género, nivel educativo, formación política, interés en la política entre otras variables observables. Y se podrían clasificar en como se conforman los grupos de adversarios, neutrales y seguidores del emisor.

Mensaje: El mensaje es el contenido de la comunicación ya sea oral, escrito o simbólico. Desde una perspectiva positivista, se podría analizar el mensaje en términos de su claridad y precisión, así como su capacidad para estar respaldado por hechos empíricos y verificables. Además, se podría evaluar la lógica del mensaje y su capacidad para persuadir al receptor de manera objetiva y racional. Desde la lógica positivista se valora la comunicación explícita se refiere a una comunicación directa y sin ambigüedades, que se transmite utilizando un lenguaje claro y conciso. Se espera que el mensaje sea fácilmente comprensible y que no dé lugar a interpretaciones múltiples o confusas. Además, se espera que el emisor del mensaje se base en datos empíricos y evidencias verificables para sustentar sus afirmaciones. La comunicación se considera que permite una transmisión clara y objetiva del conocimiento. Se espera que los mensajes sean coherentes con los hechos empíricos y que no estén basados en especulaciones, prejuicios o creencias infundadas. En este sentido, la comunicación explícita se considera esencial para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, así como para la solución de problemas prácticos y la toma de decisiones racionales.

Las características objetivas del mensaje cantidad de palabras, palabras o frases que más usa, tiempos gramaticales, tonos, ritmos, etc.

Canal: El canal es el medio por el cual se transmite el mensaje. Desde una perspectiva positivista, se podría analizar el canal en términos de su capacidad para transmitir el mensaje de manera clara y sin distorsiones. Se podría evaluar la calidad del canal y cómo influye en la capacidad del receptor para comprender el mensaje.

Medios que utiliza para transmitir, la velocidad de transmisión, el tiempo de la transmisión, la calidad de la señal, el alcance geográfico, etc

Código: El código es el conjunto de símbolos utilizados para codificar y decodificar el mensaje. Desde una perspectiva positivista, se podría analizar el código en términos de su capacidad para transmitir el mensaje de manera precisa y sin ambigüedades. Se podría evaluar la calidad del código y su capacidad para ser entendido por el receptor sin confusiones.

El escenario: se refiere al lugar desde donde se emite el mensaje. Desde una perspectiva positivista se puede considerar la influencia del entorno físico en la comunicación, como la acústica de un espacio, la presencia de distracciones visuales, la iluminación, la cantidad de personas que caben, la función original a la que el espacio sirve, entre otros factores objetivos.

Objetivo: se refiere al propósito o meta principal del que transmite un mensaje, es lo que se busca lograr para que el mensaje sea entendido claramente por el receptor de manera que se produzca una respuesta deseada. Este objetivo a veces se dice de forma directa o de forma indirecta.

Ruido: se refiere a cualquier factor que dificulte o distorsione la comprensión del mensaje entre el emisor y el receptor. El ruido puede tomar muchas formas diferentes, y puede ser físico, psicológico o semántico.


Ventajas y desventajas del análisis positivista de las comunicaciones
El análisis positivista de las comunicaciones tiene algunas ventajas importantes como:

Objetividad: El enfoque positivista se centra en la medición empírica y objetiva de los fenómenos de comunicación. Esto significa que se basa en hechos concretos y datos empíricos, y no en opiniones o percepciones subjetivas.

Replicabilidad: La medición objetiva y empírica de los fenómenos de comunicación permite que los estudios se puedan replicar fácilmente en diferentes contextos y por diferentes investigadores. Esto permite que se verifiquen los resultados y se garantice su validez.

Rigor metodológico: El enfoque positivista se basa en el uso de métodos rigurosos y sistemáticos de investigación, lo que garantiza la validez y fiabilidad de los resultados. Los investigadores positivistas se centran en la recolección y análisis de datos de alta calidad para respaldar sus conclusiones.

Contribución a la ciencia y tecnología: El enfoque positivista ha contribuido significativamente al avance de la ciencia y la tecnología al proporcionar una base empírica sólida para la investigación y el desarrollo. Los resultados de los estudios positivistas pueden ser aplicados en una amplia gama de campos, desde la medicina hasta la ingeniería.

Desarrollo de teorías: El enfoque positivista se centra en la construcción de teorías basadas en hechos empíricos y observables, lo que permite el desarrollo de teorías sólidas y bien fundamentadas sobre la comunicación. Aunque el análisis positivista de las comunicaciones tiene algunas ventajas, también tiene varias desventajas como:
Limitaciones en la comprensión del contexto: El enfoque positivista tiende a reducir la comunicación a variables observables, ignorando a menudo el contexto en el que se produce la comunicación. Este enfoque puede limitar la comprensión de la influencia que el contexto social, político, cultural o histórico tiene en la comunicación.

Omisión de la subjetividad: El enfoque positivista considera la comunicación como un proceso puramente objetivo y racional, sin tener en cuenta la subjetividad y la percepción individual del receptor. De ahí que hay que tomar en cuenta que la comunicación puede ser influenciada por emociones, sentimientos, valores y creencias, que pueden ser difíciles de medir o cuantificar.

Reduccionismo: El enfoque positivista tiende a reducir la complejidad de la comunicación a variables simples y fácilmente medibles, y no siempre tiene en cuenta la complejidad y la diversidad de la comunicación humana. Este enfoque puede llevar a una simplificación excesiva de la realidad, lo que puede limitar la comprensión y la interpretación de los fenómenos comunicativos.

Sesgo en la investigación: El enfoque positivista puede estar sesgado en la selección de las preguntas de investigación y en la elección de las variables a medir. Además, puede descartar información cualitativa o subjetiva que podría ser relevante para comprender la comunicación en su totalidad. Puede generar un confianza acrítica y a menudo expeditiva o superficial de los fenómenos (verificacionismo).

Falta de enfoque en los aspectos sociales: El enfoque positivista puede no tener en cuenta el impacto social de la comunicación, así como la relación entre la comunicación y el poder, la desigualdad y la opresión. En este sentido, puede limitar la capacidad de entender la comunicación como un fenómeno social complejo.

Análisis de la relación de poder desde el positivismo
El positivismo entiende a la comunicación como un proceso objetivo y observable que puede ser medido y analizado empíricamente. Desde esta perspectiva, la comunicación se considera un fenómeno observable y mensurable que puede ser estudiado mediante el uso de métodos científicos y técnicas cuantitativas. Por lo tanto, el positivismo se centra en la medición y el análisis de variables observables, como la frecuencia de los mensajes, la fuente del mensaje, el contenido del mensaje, el receptor, el canal utilizado para transmitir el mensaje, entre otros.

En cuanto al poder, el positivismo lo entiende como una relación observable y mensurable entre actores sociales. Desde esta perspectiva, el poder se define como la capacidad de un actor social para influir en la conducta de otro actor social. El poder se puede medir y analizar empíricamente, y se pueden identificar y medir los factores que lo influyen, como el estatus social, la riqueza, el acceso a los recursos, entre otros.

En resumen, el positivismo entiende tanto a la comunicación como al poder como fenómenos objetivos y observables que pueden ser medidos y analizados empíricamente. Aunque esto puede ser útil para la investigación científica en algunos casos, también es importante tener en cuenta las limitaciones y sesgos inherentes a este enfoque y complementarlo con otros enfoques que tengan en cuenta la subjetividad, la complejidad y la diversidad de la comunicación y el poder en su contexto social y cultural.

Neopositivismo o verificacionismo (positivismo 2.0)
El verificacionismo se relaciona estrechamente con el positivismo, y se convirtió en un aspecto central del positivismo lógico, también conocido como empirismo lógico o neopositivismo, el verificacionismo es una posición filosófica que sostiene que solo las afirmaciones que pueden ser verificadas empíricamente tienen significado. Al restringir el conocimiento válido solo a lo que puede ser verificado empíricamente, el verificacionismo puede excluir áreas de conocimiento que son importantes pero no son fácilmente accesibles a través de la observación directa o la experimentación. Por ejemplo, cuestiones metafísicas, éticas o filosóficas podrían ser desestimadas como no significativas simplemente porque no son verificables de la misma manera que las afirmaciones científicas. El enfoque en la verificabilidad puede conducir a un sesgo de confirmación, donde solo se busca evidencia que respalde una hipótesis preconcebida y se descarta o se pasa por alto la evidencia que la contradice. El verificacionismo enfrentó críticas importantes, especialmente por parte de filósofos como Karl Popper, quien argumentó que la falsabilidad, en lugar de la verificabilidad, es el criterio clave para distinguir entre afirmaciones científicas y no científicas.

Falsacionismo (positivismo 3.0)
El falsacionismo es una teoría epistemológica propuesta por el filósofo de la ciencia Karl Popper. Según el falsacionismo, una teoría científica solo puede considerarse científica si es falsable, es decir, si existe al menos una forma concebible de demostrar que es falsa mediante la observación o la experimentación. En cierto sentido, el falsacionismo puede considerarse una extensión del positivismo lógico, ya que ambos enfoques comparten un énfasis en la importancia de la evidencia empírica y la verificación en la ciencia. Tanto el positivismo lógico como el falsacionismo buscan establecer criterios claros para distinguir entre afirmaciones científicas y no científicas.

Que un evento sea "falseable" significa que es posible concebir una situación en la que dicho evento o afirmación pueda ser refutado o demostrado como falso mediante la evidencia empírica o la observación. En otras palabras, un evento es falseable si existe al menos una forma concebible de demostrar que es falso.
Por ejemplo, considera la afirmación: "Todos los cisnes son blancos". Esta afirmación es falseable porque es posible concebir una situación en la que se pueda refutar, por ejemplo, si se descubre un cisne que no es blanco. Por otro lado, la afirmación "El universo fue creado por una fuerza divina" podría no ser falseable, ya que no hay una forma clara de refutarla con evidencia empírica o experimental.

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