miércoles, 24 de mayo de 2023

Teoría de la Dramaturgia Social de Goffman 1

La teoría de las representaciones de Goffman, también conocida como Teoría de la dramaturgia social, fue desarrollada por el sociólogo canadiense Erving Goffman en la década de 1950. Esta teoría se centra en el análisis de la interacción social y cómo las personas se presentan a sí mismas en la vida cotidiana.

Goffman utiliza la metáfora del teatro para explicar la forma en que los individuos construyen y presentan su identidad en diferentes situaciones sociales. Según esta teoría, la vida social es similar a una actuación teatral, donde cada persona desempeña un papel específico y utiliza diversas estrategias para manejar las impresiones que los demás tienen de ellos tanto conscientes como inconscientes.

En el teatro, los actores se presentan ante el público y utilizan gestos, expresiones faciales, lenguaje verbal y otros recursos para transmitir una imagen deseada. De manera similar, en la vida cotidiana, las personas adoptan diferentes roles y emplean técnicas de presentación para controlar la forma en que son percibidas por los demás. Goffman destaca la importancia de los escenarios de comunicación y las bambalinas y la utilería, que son los elementos físicos y simbólicos que contribuyen a configurar la interacción. Algunos de los principios de esta teoría son los siguientes.

Elementos importantes propios de Goffman:

Goffman recurre ampliamente a la metáfora teatral para comprender la interacción social, sustituyendo los términos tradicionales de la comunicación por conceptos escénicos: en lugar de "emisor", habla de "actor"; en lugar de "receptor", se refiere al "público". Según esta perspectiva, el comportamiento de los individuos se representa en un "escenario" (stage), cuyo contexto influye profundamente en la manera de actuar —por ejemplo, no se actúa igual en una iglesia que en una discoteca, ya que cada espacio impone normas distintas de conducta—. Las acciones sociales no son improvisadas: se ensayan y se preparan en los "bambalinas" (backstage), como ocurre cuando una persona practica sus gestos o expresiones frente a un espejo. Para lograr que su actuación sea creíble ante los demás, las personas hacen uso de elementos de "utilería" (props), como el vestuario o ciertos objetos simbólicos. Goffman ejemplifica esto con la figura del médico, cuyo rol se refuerza mediante símbolos como la bata blanca y el estetoscopio, que comunican autoridad y conocimiento ante el paciente.

La importancia de la máscara

La máscara, dentro de la teoría dramatúrgica de Erving Goffman, no es un elemento técnico clásico de la comunicación como el emisor, receptor, canal o mensaje. Organiza la interacción, ya que permite a los otros saber cómo relacionarse con el actor (por ejemplo, un juez proyecta una máscara de autoridad; el público responde con respeto).

Las máscaras representan las fachadas, identidades o roles sociales que una persona adopta en diferentes contextos para proyectar una determinada imagen ante los demás. No se trata de falsedades, sino de construcciones sociales que permiten a los individuos desenvolverse de manera eficaz en distintos entornos que el individuo asume conscientemente.

La máscara no es un componente técnico tradicional, pero en la teoría dramatúrgica es clave en el proceso comunicativo. La máscara articula e interrelaciona los elementos de la comunicación, permitiendo que el mensaje social que una persona transmite sea eficaz, coherente y comprensible para los demás.

  • Reflejan lo que una persona quiere mostrar en una situación específica.

  • Cambian dependiendo del público, el escenario y el contexto.

  • No son necesariamente engañosas: pueden ser coherentes con aspectos reales del yo, pero seleccionados y enfatizados según lo que se espera o se quiere comunicar.

Elemento dramatúrgico / comunicativoRelación con la máscara
ContextoEl contexto incluye tiempo, lugar, normas culturales, relaciones de poder y expectativas del entorno. La máscara debe adaptarse a ese marco para ser entendida y aceptada. Cambios en el contexto pueden hacer que una misma máscara sea interpretada de formas distintas. Una iglesia (escenario) no se entiende igual en un contexto de boda que en uno de velorio.
Público (Receptor)La máscara está diseñada para influir en cómo el público percibe al actor. El público puede validar, rechazar o reinterpretar esa máscara según su experiencia y expectativas.
Actor (Emisor)El actor usa una máscara para representar un rol específico ante su público. Esta máscara es una construcción social que expresa lo que el actor quiere mostrar de sí mismo.
Canal (Medio de difusión)Es el soporte a través del cual se transmite la máscara: puede ser cara a cara, redes sociales, televisión, teatro, etc. La forma en que se proyecta la máscara depende del medio; por ejemplo, una máscara en redes sociales puede estar más editada y controlada.
Escenario (stage)La máscara se ajusta al escenario: en cada contexto social, se requieren distintas formas de actuar. No se usa la misma máscara en un aula, una fiesta o un funeral.
RuidoSon los obstáculos que interfieren en la percepción de la máscara: pueden ser físicos (ruido ambiental), simbólicos (malinterpretación cultural), o emocionales (prejuicios del público). Estos ruidos distorsionan la imagen que se quiere proyectar.
CódigoLa máscara solo es eficaz si se apoya en códigos sociales compartidos: símbolos, gestos y convenciones que el público reconoce. Sin ese código común, la máscara puede ser malinterpretada.
Objetivo (Intención comunicativa)La máscara se diseña con un propósito específico: generar simpatía, respeto, autoridad, cercanía, etc. El éxito de la comunicación dependerá de si la máscara logra cumplir ese objetivo frente al público.
MensajeEl contenido del mensaje no está solo en las palabras: la coherencia entre la máscara, el tono, la actitud, los gestos y los props hace que el mensaje sea convincente o no.
Bambalinas (Backstage)En el backstage, el actor puede quitarse la máscara y mostrarse de forma más auténtica, o prepararse emocional y estratégicamente para su próxima "aparición pública".
Utilería (Props)La máscara se complementa con objetos simbólicos (vestimenta, herramientas, decorado) que refuerzan el rol y ayudan a comunicar autoridad, profesionalismo, empatía, etc.

Por ejemplo, un profesor en clase puede usar la “máscara” de autoridad académica: habla con formalidad, usa un lenguaje técnico, viste de cierta forma. Ese mismo profesor, al salir con amistades, puede cambiar su máscara por una más relajada, usando ropa casual y hablando coloquialmente. Cada máscara está alineada con el escenario, el público y los props correspondientes (pizarra, libros vs. cerveza, música).

La máscara articula todos los elementos del "teatro social" de Goffman, es la forma concreta en la que una persona da sentido a su rol, influye en su entorno y se relaciona con los demás según lo que espera o necesita proyectar.

Caracteristicas

1) Hace una metáfora del teatro para comprender las interacciones sociales: Goffman utiliza la metáfora del teatro para analizar las interacciones sociales y la forma en que las personas se presentan a sí mismas en la vida cotidiana. Al comparar las interacciones con una actuación teatral, Goffman resalta cómo las personas desempeñan roles, utilizan gestos, expresiones faciales y lenguaje verbal para transmitir una imagen específica de sí mismas ante los demás.

2) Se centra en las representaciones de sí mismo de las personas: Goffman pone énfasis en cómo las personas se representan a sí mismas en diferentes contextos sociales. Cada individuo es consciente de cómo desea ser percibido por los demás y, por lo tanto, utiliza estrategias de presentación, como la elección de vestimenta, el lenguaje utilizado y los gestos, para crear una imagen deseada.

3) Los roles y representaciones sociales son como personajes de teatro: Según Goffman, los roles sociales son similares a los personajes de teatro. Cada individuo desempeña múltiples roles en diferentes situaciones, y estos roles están influenciados por las expectativas sociales y las normas culturales. Al igual que los actores en un escenario, las personas asumen diferentes personajes en función del contexto social en el que se encuentran.

4) El escenario y las bambalinas son importantes para configurar con éxito la interacción social: Goffman enfatiza la importancia del escenario y las bambalinas para el éxito de la interacción social. El escenario representa el lugar físico donde ocurre la interacción, mientras que las bambalinas se refieren a los elementos que ayudan a configurar la situación, como la iluminación, la disposición del espacio y otros objetos. Estos elementos influyen en cómo se desarrolla la interacción y cómo las personas se presentan ante los demás.

5) El público es a quien se dirige la performance y condiciona al emisor con su mensaje: Goffman considera que el público juega un papel crucial en la interacción social. El público es el receptor de la "performance" y su reacción condiciona la forma en que el emisor desarrolla su mensaje. Las personas ajustan su comportamiento y su presentación de acuerdo con las señales que reciben del público, buscando generar una respuesta deseada.

6) La importancia de la fachada (máscara) radica en mostrar una imagen idealizada, de acuerdo al rol que se busca representar: Goffman introduce el concepto de "fachada" o "máscara" para referirse a la representación idealizada que las personas intentan mostrar en su interacción social. Las fachadas son las formas en que las personas presentan una imagen deseada, ocultando aspectos menos favorables de sí mismas y resaltando aquellos que son congruentes con el rol que desempeñan en ese momento.

7) Analiza la interacción social en relación a los roles de los individuos que realizan rituales en escenarios: Goffman examina la interacción social desde la perspectiva de los roles que las personas asumen y los rituales que realizan en diferentes escenarios sociales. 

Paradigmas que aborda

La teoría de las Representaciones de Goffman puede abordarse desde el paradigma funcionalista y el interpretativista de las ciencias sociales. Con el funcionalismo se centra en el estudio de las estructuras sociales y su función en el mantenimiento del orden y la estabilidad social.

Desde el enfoque funcionalista, se puede analizar cómo las representaciones de Goffman, como los roles y las estrategias de presentación, contribuyen al funcionamiento y equilibrio de la sociedad. Se estudiaría cómo estas representaciones desempeñan un papel en la regulación de las interacciones sociales y en la promoción de la cohesión social.

El funcionalismo consideraría que las representaciones sociales, como los roles y las fachadas, cumplen una función en la sociedad al proporcionar un marco de referencia común y predecible para la interacción. Estas representaciones ayudan a establecer expectativas claras sobre cómo las personas deben comportarse en diferentes contextos sociales y contribuyen a mantener la estabilidad y el orden social.

La teoría de las Representaciones de Goffman tambien puede abordarse desde el paradigma interpretativo de las ciencias sociales. El paradigma interpretativo se centra en comprender el significado subjetivo que las personas atribuyen a sus experiencias y acciones, y en cómo estas interpretaciones influyen en la realidad social.

Cuando se analiza la interacción social desde la perspectiva interpretativa, se busca comprender cómo las personas construyen significados y atribuyen sentido a las situaciones sociales en las que se encuentran. En el caso de la teoría de las Representaciones de Goffman, se examina cómo los individuos interpretan los roles sociales, los escenarios y las interacciones, y cómo utilizan estas interpretaciones para dar forma a su presentación de sí mismos.

Desde el paradigma interpretativo, se presta atención a cómo las personas interpretan y negocian las normas sociales, las expectativas y las interacciones cotidianas. Se reconoce que estas interpretaciones pueden variar según el contexto cultural, histórico y social, y que los individuos tienen cierta agencia para dar forma a su propia presentación en la interacción.

Ejemplo concreto 

Un ejemplo concreto de esta dinámica es el caso de Julio Yúdice, actor salvadoreño que interpreta al personaje cómico La Tenchis Celiber. Este personaje, construido con una caracterización femenina, lenguaje popular salvadoreño y recursos humorísticos, se presenta ante un público amplio a través de los medios de comunicación. Desde el enfoque de Goffman, La Tenchis representa una máscara diseñada para un escenario específico, y su eficacia depende de la interacción entre el actor, el público, el contexto y los códigos culturales compartidos. Así, Yúdice encarna de manera práctica los conceptos centrales de Goffman sobre la representación social.

Elemento dramatúrgicoLa Tenchis (personaje)Julio Yúdice (persona real)
MáscaraParodia de mujer popular, expresiva, cómica y crítica. Usa lenguaje coloquial y frases típicas salvadoreñas.Hombre salvadoreño, actor profesional, guionista, con formación académica y experiencia en teatro, televisión y cine.
Actor (Emisor)Julio Yúdice interpretando a “La Tenchis” con intenciones humorísticas y de crítica social.Julio Yúdice con sus opiniones personales, vida privada y profesional.
EscenarioProgramas de TV, redes sociales, eventos públicos de humor, donde se espera sátira y entretenimiento.Entornos académicos, entrevistas formales, vida cotidiana.
Público (Receptor)Audiencia que busca humor, crítica social o identificación con lo popular salvadoreño.Entrevistadores, colegas, estudiantes, comunidad artística o intelectual.
MensajeSátira de la realidad social y política salvadoreña; defensa de lo popular y lo diverso desde un personaje femenino.Reflexiones personales, discursos profesionales, análisis de la cultura salvadoreña.
Utilería (props)Peluca, vestidos llamativos, maquillaje cargado, acento forzado, frases como “¡Qué barbaridá!”Ropa formal o casual, sin caracterización. Comunicación más neutral.
BackstageYúdice se desmaquilla, reflexiona sobre el impacto del personaje, cuida su imagen personal y profesional.Espacio donde es simplemente él mismo, sin representar ningún rol teatral.
CódigoHumor popular, sátira, crítica social, lenguaje inclusivo, referencias a la cultura popular salvadoreña. Habla con voz estereotipada de "popular" afeminadaMás neutro, formal, adaptado a entrevistas, reuniones familiares o contextos laborales y 
Objetivo comunicativoHacer reír, criticar, conectar con la audiencia desde el humor y lo identitario.Adaptado a la ocasión. Puede ser: Informar, educar, reflexionar o expresar posturas personales y artísticas.
ContextoEntretenimiento, comedia, carnavalización de lo político y social.Profesional, cotidiano, artístico, académico o institucional.

Desde la perspectiva de Erving Goffman, tanto La Tenchis Celiber como Julio Yúdice pueden considerarse personajes, aunque en distintos niveles. La Tenchis es un personaje escénico explícito, con una máscara teatral construida para el entretenimiento y la crítica social, mientras que Julio Yúdice, como cualquier individuo, asume máscaras sociales más sutiles en su vida cotidiana según el contexto, el público y el rol que desempeña. En este enfoque, no hay un “yo verdadero” fijo, sino diversas presentaciones de uno mismo que se ajustan estratégicamente a cada interacción social.

Otros ejemplos

Desde la perspectiva de Erving Goffman, muchas figuras públicas asumen máscaras escénicas que difieren notablemente de sus máscaras cotidianas. Por ejemplo, Lady Gaga (nombre real: Stefani Joanne Angelina Germanotta) ha construido un personaje provocador, excéntrico y visualmente transgresor en el escenario, pero en entrevistas y foros sociales adopta un tono formal, empático y activista, especialmente en temas de salud mental y derechos LGBTQ+. De forma similar, Roberto Gómez Bolaños, conocido universalmente como Chespirito, creó personajes como El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado, marcados por la inocencia o la torpeza cómica, mientras que en su vida personal era un guionista meticuloso, reflexivo, con códigos comunicativos reservados y organizados. 

Los personajes no siempre cambian de nombre. Por ejemplo, desde la perspectiva de Erving Goffman, Donald Trump es un caso claro de figura pública que combina de forma estratégica su persona real con un personaje escénico altamente performativo. Como personaje, Trump proyecta una máscara de autoridad, fuerza, irreverencia y éxito empresarial, caracterizada por su estilo directo, gestos amplificados, frases como “You’re fired!” y una retórica confrontativa tanto en televisión como en política. Esta imagen, cuidadosamente cultivada desde su rol en The Apprentice hasta su presidencia, responde a un código mediático basado en el espectáculo, la dominación simbólica y la construcción de una figura "anti-establishment".

Sin embargo, como persona social en contextos privados o empresariales, Trump ha manejado otros códigos más corporativos, legales o estratégicos, incluso discreto en ciertos acuerdos y negociaciones. La ambigüedad entre personaje y persona es clave en su caso: no cambia de nombre, pero cambia de registro comunicativo según el escenario. En un mitin político, actúa como el outsider provocador; en entrevistas judiciales o reuniones privadas, adopta una máscara más técnica o defensiva. Así, Trump encarna una de las tensiones centrales de Goffman: cuando el personaje se vuelve tan dominante, puede absorber parcialmente a la persona, difuminando las fronteras entre el actor y el rol, entre la escena y la vida cotidiana.

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