viernes, 23 de mayo de 2014

Discurso de toma de posesión Francisco Flores

Al iniciar nuestra etapa de Gobierno Presidencial, cuando en los umbrales del siglo XXI abriga la Humanidad entera esperanzas nuevas de paz, de justicia y de solidaridad, somos especialmente conscientes de lo que significa y exige, después de las elecciones democráticas, la voluntad del pueblo salvadoreño, que hoy pone en nuestras manos el timón del Estado.
Pero no sería prudente esperar las ilusiones de esa mítica magia milenarista, que de modo singular suele reaparecer, milenio tras milenio y siglo después de siglo, renovando anhelos y aspiraciones legítimas quizás, pero rara vez cumplidas, de los seres humanos. Pero no es el tiempo lo que ha de configurar nuestra existencia, sino lo que nosotros, contando con el tiempo, forjemos de nuestra propia vida. Como ha ocurrido ya en otras naciones, nuestro Gobierno abrirá también el próximo siglo. Y en este momento histórico es obligado primeramente preguntarnos quiénes somos, para poder vislumbrar hacia dónde hemos de ir.
Somos un pueblo joven, y no sólo porque la gran mayoría de la población lo es, en efecto, sino porque la energía de nuestro proceso histórico actual tiene las características vitales de la juventud: optimismo, valentía y entusiasmo. Por eso tenemos la responsabilidad especialísima de dar a los jóvenes lo que ellos reclaman, anhelan y merecen: una educación integral, un ambiente de oportunidades y un espacio abierto a la realización personal.
Venimos del cercano y amargo sabor de la guerra, a la ruta esperanzada de la concordia, asentada sobre el firme cimiento de la voluntad democrática, con sus órganos respectivos: la Asamblea Legislativa, el Poder Judicial y el Ejecutivo. Las libertades de pensamiento y expresión parlamentaria, y la de su crítica y análisis en los medios de comunicación, son cotidiana garantía, refrendo y espejo de nuestra convivencia recíprocamente respetada.
Nuestro camino está marcado por la fuerza de la esperanza, por el entusiasmo de las nuevas generaciones y la sabiduría de nuestros mayores, cuya voz he percibido directamente aún en los lugares más apartados de nuestros pueblos y comunidades. Con esta preciosa reserva de juventud y de humana experiencia y con la visión actual de nuestras realidades nacionales, nos preguntamos cómo debe y podrá ser El Salvador del siglo XXI. He aquí nuestra preocupación de Estado moderno: ¿qué debemos hacer para acercarnos a ese reclamado país donde oportunidad no sea sinónimo de privilegio, donde trabajo sea inviolable derecho y garantía de prosperidad, donde cada esfuerzo individual se convierta en victoria colectiva?
Después de escuchar, durante nuestra gira preparatoria de la campaña electoral, a campesinos, empresarios, amas de casa, estudiantes, obreros de toda clase, trabajadoras de las fábricas, comprendimos que los sentimientos de todos ellos nos ofrecían la visión del país que todos queremos, las orientaciones fundamentales, ahora expresadas en nuestro programa de Gobierno. Nadie esperaba regalos ni prebendas. Todos querían ver en sus manos la dignidad del propio trabajo. Esta es la razón de LA NUEVA ALIANZA, acuñada inicialmente en el espíritu de nuestro partido ARENA, y hoy presentada ante todos los salvadoreños como Programa de Gobierno. 
Una alianza de este género brota no sólo de un compromiso de Gobierno, sino también de la voluntad y del esfuerzo de todos. Esta alianza se fundamenta en la necesidad de establecer un esfuerzo de Gobierno bajo la comprensión adecuada del modo de ser salvadoreño, nuestro verdadero manantial inagotable y no explorado de recursos y oportunidades. 
El compromiso de nuestra Administración surge como respuesta integradora a las perspectivas reales del crecimiento que todos los salvadoreños poseemos. Se refiere primeramente a la posibilidad de estimular el desarrollo del individuo y, a través de su persona, a la comunidad. La atención no prestada a los ciudadanos, en sus existencias reales, tantas veces sumergidas en la marginalidad, impiden siempre el pleno desarrollo colectivo.
Pero asumir este compromiso es también esclarecer que ninguna iniciativa gubernamental tendrá éxito si no es el resultado que nace en el individuo, y crece en la voluntad solidaria de todos. A esto llamamos responsabilidad compartida.
El sentido de esta responsabilidad vinculante se basa en el esfuerzo común, que permite considerar como propio el avance que obtiene mi compatriota, mi municipio y mi comunidad nacional.  Como escribiera nuestro humanista Alberto Masferrer:
"Lo hacemos todo entre todos". Es aquí donde radica nuestra verdadera identidad nacional. Pero debe aceptarse que el Estado, en cualquier país que pretenda desarrollo y dignidad social, no tiene ya función paternalista. En una democracia "el estado somos todos", desde el obrero hasta el mismo Presidente de la República. El Estado justo es aquel donde el hombre espera no sólo recibir lo que en su estimación se le debe, sino aquél en que cada uno ofrece a la comunidad lo mejor de su capacidad y rendimiento. Esto exige el respeto absoluto al esfuerzo individual.
El primero y más urgente requerimiento a nuestro gobierno consiste en promover el trabajo, y alentar a toda empresa y negocio a crear empleo como única alternativa contra la marginación y la pobreza. Sólo los puestos de labor permanente, dignamente remunerados, son fuerzas de perenne eficacia para exterminar la miseria y emprender los nuevos desafíos que el próximo siglo presenta. No es posible generar riqueza ahí donde nadie sabe cómo generarla, y esto nos obliga de modo especial a enfrentarnos al problema de la educación como garantía nacional de futuro.
Existe una relación directa y proporcional entre la educación de la persona, comenzando por la escuela elemental, y las oportunidades del desarrollo individual y colectivo. Pero no basta la igualdad de oportunidades, hay que darle oportunidad a la igualdad. Haremos cuanto nos sea posible para que toda educación sea de calidad, ya que ésta abre siempre nuevas dimensiones, no sólo como estructura social, sino como base económica insustituible. Debemos asumir desde hoy el reto de que algún día ni una sola niña o niño se queden sin el bien inaplazable de la escolaridad. La educación es el único medio universal capaz de generar ciudadanos más libres y honestos, y también único sistema de compensación de las desigualdades sociales. Y no podemos olvidar que la formación profesional y académica, seria y competente, será nuestro mejor instrumento emulador, tanto en los mercados locales como en el contexto competitivo de la presente economía global.
Reconocemos los avances de la Reforma Educativa, y a este proceso nos incorporamos enfrentando ahora por nuestra parte el reto de la calidad. Este reto consiste en la introducción segura de nuevas tecnologías, que abran a su vez perspectivas nuevas al proceso de enseñanza y aprendizaje. Queremos y vamos a mejorar el sistema de incentivos para el desempeño y función docente, así como fortalecer la participación de los padres de familia en la administración escolar. Sólo así puede El Salvador poner también en marcha su presencia en el panorama de las calidades propias de una nación moderna.
Vamos a iniciar la reforma del sector salud para la construcción de un sistema nacional eficiente y equitativo que permita el acceso a los servicios sanitarios de calidad. Este proceso de reforma requiere la voluntad expresa de trabajo junto con los médicos. Para ello crearemos un consejo rector de la Reforma de Salud, que estará compuesto por los actores principales de este sector.
Nuestra decisión es liberar la provisión de servicio a través de nuevos mecanismos de financiamiento, para que actores como municipios e iglesias puedan integrarse a un sistema nacional de salud.
El modelo de atención a la salud dará prioridad a las acciones de Prevención y Promoción de la Salud. Para que nuestra población goce de mejores servicios, estableceremos convenios de gestión para evaluar a los establecimientos de salud por sus resultados, incentivando a los trabajadores de la salud con un ambiente de mayor responsabilidad y flexibilidad en el manejo de los recursos.
Como es perfectamente conocido, clave fundamental de la salud es "ese más preciado bien", el agua. Se trata de lograr un manejo sostenido e íntegro de uno de nuestros recursos más importantes y vitales. Para ello es necesario contar con un marco legal e institucional, que norme los distintos usos del agua, a fin de que no nos falte este recurso en las actividades económicas y sociales que lo demandan.
Me comprometo a iniciar la descentralización racional y gradual de los sistemas de agua potable, de acuerdo a la capacidad local instalada.
Desde el Ejecutivo, tras las huellas de nuestros Gobiernos procedentes, crearemos un sistema de provisión de servicios públicos, cuya efectividad estará determinada por una clara política descentralizadora. Buscaremos siempre el protagonismo real y responsable de las administraciones locales, del potencial empresarial y la participación ciudadana. No queremos ser el Estado que concentra y dicta. Queremos un Estado que distribuye tareas y estimula acciones eficaces.
Buscaremos incrementar los espacios culturales autóctonos, deportivos y recreativos, pues queremos que nuestra juventud, dirija su natural entusiasmo hacia las actividades literarias, artísticas, lúdicas y recreativas. Es nuestra resuelta voluntad ayudarla a distanciamiento de vicios callejeros, de vagancia y conductas antisociales. Hemos de emprender el camino para ver nuestras ciudades y calles resplandecer con una juventud sana de cuerpo y espíritu. La promoción de la cultura, una de las manifestaciones más excelsas de la libertad individual y colectiva, está en nuestra mente y programa en favor de todas las artes manuales y las artes plásticas, para hacer oír y contemplar el tesoro de creatividad de nuestro pueblo.
La suma de todos los valores éticos y sociales del ser humano tienen su origen y fragua en la familia, y necesariamente a la familia estará consagrada la exigida atención y esfuerzo de nuestro Gobierno. Decidme qué clase de familia tenemos y podremos decir quiénes somos. Toda persona que forma su carácter y conciencia moral en el corazón de la armonía familiar, del mutuo amor y respeto, está más inclinada al servicio de los demás que aquella otra, que no ha tenido tamaña fortuna. En la mayoría de los casos es la sociedad civil espejo y retrato de nuestras familias.
No podemos esperar ciudadanos íntegros a partir de una familia que se debate en un entorno social peligroso, y que ve constantemente lesionados sus valores y su tranquilidad. Por esta razón tiene para nosotros rango prioritario la seguridad ciudadana.
Pondremos todo el peso de nuestro Gobierno para respaldar las iniciativas legales de los Organos Legislativo y Judicial, dirigidas a renovar un procedimiento de justicia pronta, efectiva, equitativa y transparente.
Para el equilibrio social, que levantaremos unidos, mi Gobierno fortalecerá a la Policía Nacional, considerando la integridad de sus componentes, orientando sus recursos y dinamizando estrategias hacia métodos más ágiles en la lucha diaria contra el crimen.
Sabemos cumplidamente que el fruto de cualquier esfuerzo humano y éxito material se pierde en una sociedad incapaz de defenderse a sí misma. A la violencia delincuencial acudiremos con toda la potencia del Derecho. Vamos a perseguir el crimen con todas nuestras energías, perfeccionando los actuales instrumentos de la seguridad policial.
Es indudable que las seguridades ciudadana y jurídica son requisitos indispensables para cimentar nuestro modelo económico. Gracias al esfuerzo continuado de los dos Gobiernos anteriores, mientras otros países pueden encontrarse en un entorno de inestabilidad, los salvadoreños hemos consolidado unos fundamentos macroeconómicos estables y disciplinados. A pesar de que vaivenes de la economía mundial han reducido nuestras perspectivas de crecimiento en el corto plazo el sistema económico robusto que heredamos nos permitirá enfrentar esta situación y volver en el futuro a índices de crecimiento mayor.
Es necesario también operar en un ambiente de mayor estabilidad y predictibilidad económica, y por ello debemos de exigir un análisis profundo de los instrumentos disponibles para garantizar un sistema monetario, que le otorgue más confianza a los salvadoreños y a los inversionistas extranjeros.
Sería impensable de nuestra parte introducir riesgos al régimen cambiario actual. Más aún: debemos eliminar la posibilidad de que un mandatario o Gobierno devalúe arbitrariamente la moneda. De ahí que debamos plasmar y fijar en el ancla segura de nuestras leyes el marco jurídico que imposibilite manipulaciones cambiarias en favor de grupos y de intereses especiales. De esta manera evitaremos que en el futuro se puedan dar devaluaciones arbitrarias, que serían el más cruel atropello contra el ahorro y el patrimonio de los salvadoreños.
Sabemos que ningún tipo de desarrollo es alcanzable sin una gestión gubernamental ajustada a las expectativas ciudadanas. Hemos de adoptar regulaciones que garanticen un sistema de finanzas públicas sano y comprometido con el país entero.
Estamos en la disposición de abrir las vías de prosperidad nacional, sin falsos optimismos. Esto significa no sólo proteger la iniciativa privada como garantía del desarrollo nacional, sino facilitar asimismo el crecimiento de aquellos sectores productivos que, a pesar de su importancia estratégica, todavía se encuentran debilitados.
La mayor parte de nuestra productividad se halla en la micro, pequeña y mediana empresa. Es urgencia nuestra su fortalecimiento, apoyándola a ser competitiva en un entorno de libertad. Esta libertad es el derecho de la gente a que se abra la economía hacia dentro. Y la libertad no sólo es de orden empresarial, sino social: que todo el mundo pueda compartir sin trabas ni lazos.
No es producto del azar que nuestro programa de Gobierno realce la reactivación del sector agropecuario como prioridad, pues su fortalecimiento nos hará impulsar la generación de nuevos empleos en las zonas más deprimidas de El Salvador.
Nuestros agricultores enfrentan dificultades que se pueden resumir en una sola palabra: rentabilidad. La caída de los precios de nuestros productos tradicionales en el mercado mundial nos demanda una agricultura más competitiva. Para lograrlo debemos integrar mucho esfuerzo productivo en las siguientes áreas: Infraestructura Física: en concreto, mejorar nuestra red de caminos rurales e incrementar nuestras áreas agrícolas bajo riego y el almacenamiento pos-cosecha de los productos agropecuarios. Asociatividad: los agricultores que operan asociados enfrentarán con mayor éxito las exigencias de los mercados, ya que uniendo fortalezas podrán aprovechar economías de escala en algunas faces del ciclo agropecuario. En la practica el trabajo asociativo no surge de manera espontánea, ni se consolida con facilidad. Por está razón el fortalecimiento de la asociatividad será el principal objetivo del extensionismo agrícola.
La mayor parte de los agricultores no ha conseguido hasta ahora el financiamiento exigido por el negocio agropecuario. Por ello reorientaremos el esfuerzo del Banco de Fomento Agropecuario hacia la atención del pequeño agricultor y comerciante. Y acompañaremos este esfuerzo con decidido programa de desarrollo de microcrédito rural.
La información oportuna sobre precios, tecnologías, productos y mercados permitirá al agricultor tomar mejores decisiones, que incrementarán la rentabilidad de sus actividades. De ahí que apoyaremos el desarrollo de la red de CENTROS DE INFORMACION y de la Bolsa de Productos Agropecuarios, para que la información, que estos provean, eleve la eficiencia de los mercados, y permita a los productores y comercializadores la justa recompensa por su inversión y trabajo. Así apoyaremos el esfuerzo de nuestros agricultores en su meta de convertirse en empresarios exitosos de nuestra agricultura.
Es radical ley democrática que el poder nunca debe solamente ejercerse. Ha de recibirse siempre con gratitud, mantenerse con responsabilidad, obligados a dar cuenta de toda acción de gobierno, y entregarse a ésta con dignidad y sin tacha. Aquí es indispensable que yo haga un reconocimiento público a la labor realizada hasta este día por el Presidente saliente, Doctor Armando Calderón Sol. A él y al ex Presidente Alfredo Cristiani, debemos un legado que prometemos cuidar y sostener incólume.
Pero sostener y cuidar nuestra ya firme Democracia es una responsabilidad compleja. El país, que en estas palabras deseamos para nuestro pueblo, no puede ser la obra sola de un partido o de un Gabinete. Pide la participación creativa de todas las fuerzas vivas de la nación: Asamblea Legislativa, Poder Judicial, Fuerza Armada, Iglesias, Universidades, Sindicatos, Gremiales, Organizaciones No Gubernamentales, y Comunidad Internacional. Llevemos a nuestro pueblo lo que en provecho suyo nos une. Y discutamos y disintamos en el modo mejor de hacerlo.
A nuestra oposición política, garantía de la Democracia, hacemos hoy una respetuosa apelación que para mí y mi propio Gabinete deseo.
El debate es estéril, si no edifica. La crítica, si no propone y garantiza propuesta mejor, es inútil. Este día hemos de comprometernos todos a dar a los salvadoreños un país mejor que aquel otro que legaron nuestros padres. Y sólo será posible si le damos siempre la mejor clase política, la constructora de la sociedad justa. Yo me comprometo con ustedes en esta ética política.
A los medios de comunicación nos dirigimos con la seguridad de que sigan ejerciendo su mediación entre el Gobierno y nuestro pueblo, con profesionalismo y veracidad, dedicación y respeto a nuestros comunes valores. Desde este día me comprometo, junto con mi Gobierno, a brindarles la apertura que el país necesita, con el propósito de facilitar su labor y responder a las demandas de la opinión pública.
A nuestras naciones hermanas del Istmo y a sus Jefes de Estado y autoridades, que aquí nos acompañan, les presentamos nuestro agradecido respeto y expresamos nuestro anhelo de que algún día no lejano seamos, en un concepto nuevo de cohesión y unidad, una fuerza y realidad política que merezca admiración e influencia en el concierto internacional de los pueblos.
Con todos los pueblos libres nos sentimos hoy, como lo ha sido en anteriores gobiernos, históricamente solidarios y a ellos ofrecemos nuestra voluntad de cooperación, para hacer de la tierra un espacio digno del hombre.
A los salvadoreños residentes en el extranjero les decimos que esta patria sigue siendo suya. En ella habrá siempre espacio para sus vidas, aspiraciones y proyectos. Estén seguros de que, en El Salvador del nuevo milenio, distancias y cercanías no responden ya a medidas espaciales, sino a las esperanzas de un destino común.
A los agentes económicos, financieros, empresariales, gremiales y sindicales les exhortamos a incorporarse con mayor decisión, si cabe, a nuestro común futuro de creación de riqueza y prosperidad.
A mi partido ARENA quiero en este momento solemne expresar mi gratitud profunda. A él debo mi desarrollo como actor político que empieza desde mi formación inicial hasta mi designación de candidato. Esta posibilidad que a mí de manera tan noble me ofreció mi Partido, es lo que caracteriza la fuerza y pujanza de ARENA con el futuro. "Hacer que los jóvenes encuentren en ARENA el cauce a sus legítimas aspiraciones de expresión política, será la garantía y relevancia de nuestro Instituto Político". Por estas razones me siento deudor a mi Partido y le declaro mi firme voluntad de trabajo dentro de los ideales de Paz, de Progreso y Libertad.
Mi mensaje brota como invitación a que seamos los protagonistas de nuestro propio futuro. La Patria que nos cobija no puede hacer nada sin nosotros. Invito al país entero a mirar hacia adelante, a que entienda nuestra realidad presente y a caminar unidos por nuevos senderos de transformación y progreso.
Depositamos nuestra fe en Dios, a quien pedimos sabiduría y la constancia necesaria para emprender la tarea que nos ha sido encomendada. 
Por vuestra voluntad democrática, estoy aquí para ser el Presidente de todos, de quienes votaron por nosotros y de cuantos creyeron legítimamente en otras opciones. Estoy al lado de todos, como primer trabajador, para recordar que la nación se construye con el esfuerzo común. Y que todo futuro mejor que el presente, se edifica con sudor y sacrificio. 
La Historia y nuestros hermanos futuros no nos juzgarán por lo que fuimos únicamente, nos juzgarán por cuanto hicimos también. No permitamos nos echen en cara lo que sin excusa dejamos de hacer.
No es con el triunfo exultante del victorioso que asumo hoy el timón del Estado, sino con la responsabilidad serena del que comprende que éste, de todos los sacrificios, es el más profundo. Por muchos años he sido ciudadano libre y me he sentido libre: libre para expresar mis ideas, libre para demostrar mis sentimientos, libre para ensanchar mis horizontes. Como Presidente tengo consciencia de que, en la Patria, seré el menos libre de todos sus hijos: esclavo siempre de mi palabra, cualquiera de mis acciones podrá tener significado nacional. Me debo a mi Patria en el sentido más absoluto. No es, entonces, una simple vestimenta de la que hoy me despojo, sino que tomo en mis manos el don más preciado de mi existencia, mi libertad, y la deposito hoy como ofrenda a los pies de mi País.  Por cinco años le dedicaré toda la fuerza de mi intelecto, mi coraje entero, mi sentido de justicia, y cargaré sobre mis hombros cualquier peso que la Patria quiera depositar en mis espaldas. 
Este es mi compromiso con ustedes.
Que Dios nos bendiga a todos. Muchas gracias.
1 DE JUNIO DE 1999.

Discurso de Toma de Posesión Alfredo Felix Cristiani

Este día, 1 de junio de 1989, asumimos la Presidencia de la República, por decisión y mandato expresos del pueblo salvadoreño, en cumplimiento de la respectiva norma constitucional.
Nuestra primera palabra deseamos que sea de gratitud y de cariño hacia nuestro noble y sufrido pueblo, al cual orgullosamente pertenecemos, y a cuyo estricto e indeclinable servicio dedicaremos cada una de nuestras horas, en los próximos cinco años.
Desde el fondo de nuestro corazón, donde palpita el más sincero sentimiento nacionalista, saludamos al gran Partido que, con su esfuerzo, con valentía y con su fe en el destino libre de la Patria, ha hecho posible que asumamos hoy la Presidencia para cumplir la misión del Rescate Nacional que  todo el pueblo espera y reclama, después de un largo período de angustia, inseguridad y grandes privaciones para todos los sectores especialmente los más necesitados.
Y desde luego, nos satisface la amplia representación de Gobiernos v pueblos amigos que nos acompañan en este histórico acto,  cuya presencia tan significativa agradeceremos en lo que vale, como una expresión de voluntad que tiene democrático de  colaborar generosamente con nuestro pueblo
Este nuevo Gobierno, al cual llegamos interpretando los anhelos, exigencias y aspiraciones del pueblo salvadoreño, estará permanentemente fundado en cuatro principios rectores: LA LIBERTAD, LA HONESTIDAD, LA LEGALIDAD Y LA SEGURIDAD.
LIBERTAD
Para que todos los salvadoreños  se organicen y participen en los diversos órdenes de la vida nacional, con el único límite de la ley, que debe ser flexible y progresista, pero acatada sin privilegios, excusas ni pretextos.
HONESTIDAD
Para que el flagela de la corrupción, que unto indigna a los salvadoreños, sea erradicado de la vida nacional, y los bienes y dineros de Pueblo se administren con la más absoluta probidad. En este punto, nuestro compromiso es claro e inalterable e invitamos al Pueblo a que nos ayude con su vigilancia, su crítica y su espíritu patriótico a establecer en nuestro país la honradez, como norma de Gobierno y como regla dé vida personal y social.

LEGALIDAD

Para que el Estado de Derecho, que tanto necesita nuestra Democracia Representativa, sirva de salvaguarda contra todo abuso y contra toda arbitrariedad.   Nosotros no queremos mandar, sino gobernar; no queremos imponer  nuestro particular  sentir, sino interpretar, en nuestros actos, la voluntad de la ley. La Constitución es, para nosotros, sagrada, y respetaremos y haremos respetar su letra t su espíritu, en beneficio de la estabilidad nacional.

SEGURIDAD:
Para que los salvadoreños podamos trabajar siquiera con un mínimo de confianza. Para lograr esto, aplicaremos la ley sin vacilaciones, pero con mesura, y sin ira ni arrebato. Nuestra responsabilidad es ser serenos y firmes en la adversidad que aún nos toca vivir; y tenemos la certeza de que el pueblo quiere un Gobierno de sensatez y de armonía, que le
vaya dando al país la seguridad que tanto necesita.

Con absoluto respeto y amplia promoción de estos principios, nuestra misión fundamental se enmarca en un término: RESCATE NACIONAL
Nuestra sociedad sufre una profunda crisis, que tiene antiguas raíces, pero que ha sido agudizada y utilizada por fuerzas internas y externas que buscan el exterminio de nuestra identidad democrática, para suplantarla por los falsos valores del totalitarismo. El valiente pueblo salvadoreño ha rechazado en sucesivas elecciones, la violencia disolvente, y ha clamado, con su voto , por la restauración de los valores que vienen caracterizando a la auténtica  salvadoreñidad desde los albores de la República, según el ejemplo luminoso de nuestros Próceres.
En  esa línea  de Rescate Nacional, tomaremos todas las medidas conducentes a la restauración de los valores espirituales de nuestra nacionalidad, entre los cuales hay una honda religiosidad  y un ancestral sentimiento solidario; asimismo, reforzaremos por medio de la educación y del ejemplo, el orgullo de ser salvadoreño; impulsaremos, con acciones concretas  el concepto de una Patria para todos; promoveremos -por Mandato Constitucional y por convicción humanística e ideológica la armonía social ; pondremos énfasis en que el pueblo confié en los beneficios reales de un progreso económico libre ; y dedicaremos todos los esfuerzos que sean necesarios , a la conquista de una paz permanente, que no excluya por nuestra parte a ninguno de los salvadoreños.

Aunque estos planteamientos son necesariamente generales en este momento, los plasmaremos de inmediato en acciones gubernamentales de proyección nacional; pues queremos demostrar, desde el primer día de nuestra gestión, que en nuestro Gobierno los hechos tendrán mucho más valor que las simples palabras que los anuncien.

Esto nos hace estar  muy conscientes de los grandes e históricos retos que nos tocará enfrentar, desde este mismo instante.   Consideramos, que esos desafíos fundamentales son los siguientes:

I) LA BÚSQUEDA DE UNA SOLUCIÓN AL CONFLICTO ARMADO.

Nadie en su sano juicio puede querer que esta guerra fratricida e injusta se prolongue.  Nosotros, como Partido, y  hoy como Gobierno ,  hemos  venido participando sin vacilaciones  en el proceso democrático precisamente para alcanzar la paz en nuestro país. Comprendemos que hay profundos problemas sociales y económicos de larga data, que hay que atacar con sinceridad y con realismo; pero también comprendemos que esta mita fue desatada por las fuerzas totalitarias marxista- leninistas, para tomar el poder aprovechándose de esos  problemas.

Los marxistas quieren hacer creer que sus soluciones son las únicas capaces de superar la pobreza y la marginalidad de nuestros pueblos. La historia está demostrando todo lo contrario: ellos lo que hacen es disfrazar la miseria con su colectivismo totalitario e impedir el progreso con una parálisis  completa de todas las energías individuales de la sociedad.

La guerra marxista en El Salvador no tiene futuro. Tenemos la obligación histórica de terminar con esa guerra, y lo haremos por los medios que la misma democracia provee.

La Constitución le ordena al Presidente de la República procurar la armonía social en el país. Cumpliremos escrupulosamente ese  mandato, buscando entendimientos legales y políticos con todos los sectores. El FMLN es uno de esos sectores, y buscaremos de inmediato entrar en contacto con ellos, no para plantearles propuestas a fin de que ellos hagan contra-propuestas, y continuar un juego sin fin, que sólo sirve de ejercicio propagandístico.

Estamos dispuestos a trabajar, desde el primer día de nuestro  Gobierno, en la búsqueda de la Paz, cuidando de no  vulnerar de ninguna  manera el marco Constitucional, y conforme a los lineamientos siguientes:
Analizar los mecanismos prácticos que puedan ser los más factibles para impulsar un diálogo permanente, serio y reservado entre el sector democrático y el FMLN: es decir, principiar, como es lo lógico, por el aspecto funcional, que tendrán que ser acordado debidamente por ambas partes.

Constituir una Comisión de Dialogo, por parte nuestra con personalidades democráticas de amplio reconocimiento  nacional y que inspiren plena confianza por su honorabilidad y capacidad, las cuales desempeñarán una función eminentemente patriótica. Esta Comisión entrará en contacto con las personas que designe el FMLN, a fin de que se constituya un organismo de trabajo que estudie, según el programa previamente acordado por ambas partes, los puntos necesarios para lograr la incorporación de todas las fuerzas del país a la vida pacífica y a los mecanismos de la democracia representativa.

3   Señalar, como uno de los principios fundamentales, que una vez iniciado el Diálogo, según la calendarización convenida, no se suspenderá unilateralmente  por  ningún motivo, hasta poder presentar a los organismos de más alta decisión política un planteamiento de solución global del conflicto.
    Realizar, por parte del Gobierno, todas las etapas de este proceso en constante consulta  con las fuerzas políticas legalmente establecidas.

5    Proponer desde ya, que, que para la mayor libertad de Diálogo así, como los acuerdos del mecanismo previo, el trabajo entre las partes, al menos  durante un tiempo prudencial, se realice fuera de El Salvador de ser posible en países hermanos de Centro América.


No estamos pidiendo la redición de nadie, pero tampoco podemos aceptar que la armonía social se base en la violación de la Ley. Nosotros hemos jurado cumplir la Constitución y las Leyes de la República, y eso haremos. El Diálogo con todos los sectores debe hacerse dentro del marco de la Ley, y el que tengamos con el FMLN no tiene por qué ser una excepción.

 Nosotros, en este momento, al asumir la dignidad de la  más alta magistratura de la Nación, no somos enemigos de nadie: ofrecemos a todos nuestra buena voluntad, para hallar soluciones que beneficien al pueblo, que es ante quien respondemos; y estamos dispuestos a actuar en función del futuro, porque las tareas que nos esperan después de esta etapa de violencia serán enormes, y en ellas la responsabilidad tiene que ser compartida por todos.

Esta buena voluntad, que es sincera, no  debe ser confundida con la debilidad. Nosotros somos fuertes porque tenemos principios firmes, que no han cambiado ni cambiarán en lo fundamental.   Tenemos la fuerza de los que luchan por la libertad, dentro de la democracia; y somos fuertes también porque cumplimos y haremos cumplir el imperio de la Ley. Nuestro pueblo necesita seguridad y se la daremos, aplicando la Ley, no simplemente la fuerza.   Pero no vacilaremos en ser legalmente enérgicos ante el desorden, la destrucción y la anarquía, que tanto han flagelado a nuestro pueblo.

El proceso del Diálogo, sobre todo con el FMLN, no será fácil ni sencillo, pero estamos dispuestos a iniciarlo de inmediato. Nuestro pueblo y el mundo serán testigos de nuestro proceder, que responde al ideario de nuestro Partido y a nuestras inconmovibles convicciones democráticas y libertarias.

II)  LA LIBERALIZACION PROGRESIVA" DE LA ACTIVIDAD ECONOMICA.

Nuestro país se debate en una profunda crisis económica, que nos ha llevado a niveles de pobreza extrema nunca antes conocidos en el país.   El llamado "Movimiento Revolucionario", al desatar su violencia contra el sistema de libertades   democráticas, incipiente en nuestro  país, ataca hoy principalmente la economía. Más que una guerra militar, lo que estamos padeciendo hoy los salvadoreños es  una guerra terrorista contra la economía y contra el pueblo y a eso se ha unido, desde fines de 1979, el reformismo de los llamados "cambios estructurales", que con el pretexto de arrebatarle banderas a la subversión, ha desquiciado en la práctica el aparato productivo nacional, propiciando el desorden, la corrupción y la miseria.

Nuestro Gobierno tiene la responsabilidad de enfrentar  de inmediato el reto de estabilizar y reajustar nuestra economía. En esto, actuáremos con absoluta seriedad, sin demagogia ni improvisación.
Estructuraremos un plan concreto de todos los órdenes de la actividad gubernamental, especialmente en el económico, para que todos los agentes productivos sepan a qué atenerse, y puedan empezar a trabajar con la mayor claridad y seguridad posible

Buscamos  propiciar, en este campo, un gran acuerde histórico entre los sectores fundamentales que intervienen en la productividad económica: los trabajadores y los empresarios, como fuerzas directamente productivas, y el Gobierno como regulador de las normas indispensables para que la economía funcione, reduciendo el papel del Estado a lo estrictamente necesario, bajo el principio de subsidiariedad, para que se garantice la armonía y el, desarrollo social.   

No queremos que el Estado sea un aparato hipertrofiado y, por consecuencia, ineficiente. Lo que pretendemos es un Estado que estimule y racionalice el movimiento libre de las fuerzas económicas y sociales, para hacer realidad el principio contenido en el Artículo Primero de nuestra Constitución', en el que se establece que "El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado".

Actualmente tenemos un esquema económico arbitrario y politizado, y por consiguiente proclive a la corrupción y al desorden. Vamos a corregir sustancialmente ese rumbo, que nos empobrece y nos hace cada día más dependientes de la ayuda exterior. Nuestra política económica será de progresiva liberalización para que el aparato productivo funcione y pueda generarse empleo, ahorro e inversión.  Liberalizaremos el comercio exterior, porque no hay ninguna justificación para mantener elefantes blancos, que sólo han servido para distorsionar la comercialización internacional de nuestros principales productos básicos de exportación, que son fuentes de riqueza segura con que contamos.

Promoveremos una banca competitiva en la que los sectores productivos vuelvan a tener un rol protagónico .Actuaremos con prudencia pero con firmeza en esta área y nos comprometemos a erradicar la politización del crédito y la desviación abusiva del ahorro del pueblo hacia las necesidades creadas, en el sector público, por proyectos equivocados y burocracias inútiles.  No permitiremos más que sea el dinero del pueblo el que subsidie un reformismo gravoso y estéril.

Vamos a desregular la economía. Si queremos fomentar la inversión e incrementar la productividad, debemos eliminar trabas y requisitos burocráticos que son fuente de corrupción. Y, en la puesta en marcha de este proceso no esperaremos ni un solo día. Queremos dejar muy en claro que al generar mayores libertades y terminar, con las arbitrariedades, también debemos olvidarnos de los subsidios y prebendas, pues los únicos
privilegiados en nuestro Gobierno serán los más pobres de los pobres.

Comprendemos a cabalidad  que  nuestra economía  está muy cerrada, hacia el interior y hacia el exterior.

Iniciaremos un programa de apertura, que propicie la competitividad interna y que fomente las exportaciones en general y en especial las no tradicionales, que serán ambas nuestra salvación en el futuro.

Sabemos que en esta apertura, habrá que hacer sacrificios. Instamos al esforzado y eficiente sector productivo a redoblar su capacidad de sacrificio, en razón de que tendrá toda la comprensión y el apoyo del Gobierno, para que todos Juntos trabajemos solidariamente en beneficio de El Salvador, y puesta nuestra conciencia patriótica en el destino de los más pobres, de los más necesitados, de los marginados, de los desplazados, de los indigentes.

La meta primordial de estos cinco años que se inician hoy ha de ser: erradicar, en lo posible, la extrema pobreza, y establecer las bases sólidas y pacíficas de una sociedad donde todos tengamos oportunidades de prosperar y de realizarnos como seres humanos. Esto sólo puede lograrse dentro de un concepto y un tratamiento globales no sólo de la economía sino de la realidad nacional en general.   Para eso, las reglas del juego, en lo económico y en lo social, deben ser muy claras, y aplicarse  estrictamente, sin corrupción y sin privilegios.

La gradualidad y la disciplina son entonces indispensables. No estamos ofreciendo milagros, sino trabajo serio. No vamos a emplear jamás la represión, pero no permitiremos la anarquía. Queremos que nuestro laborioso e inteligente pueblo entienda bien nuestro mensaje: estamos dispuestos a trabajar ordenadamente
para que los principios libertarios demuestren que producen beneficios materiales para todos; y para que los ideales de la libertad se plasmen en políticas de Gobierno que sirvan de ejemplo a toda la sociedad. Esto no se completará en cinco años, pero el proceso de rectificación, estabilización y reactivación tiene que comenzar hoy mismo.

III)  LA  EFECTIVIDAD   DE  LA REFORMA AGRARIA

Nosotros hemos llegado al poder por el voto de grandes sectores de nuestra población. Somos un Partido con una organización política inmensa, que tiene su raíz, su base y su razón de ser en el pueblo.

Hoy, como Gobierno, nuestro compromiso se vuelve plenamente nacional. En ningún momento ni por ningún motivo podríamos olvidar al sector más amplio y necesitado de! país: los nobles y sufridos campesinos,
principales víctimas de la violencia terrorista.

En cuanto a la Reforma Agraria, desmentimos una vez más, categóricamente, que queremos dar marcha atrás. Por el contrario, lo que queremos es impulsarla decididamente hacia adelante permitiendo que el campesino del sector reformado elija la forma de propiedad que más le convenga, dentro del gran marco de libertades en el que se encuadrará toda la política de nuestro Gobierno.

Vamos a superar la demagogia del paternalismo estatizante, y vamos a hacer que los campesinos, organizados o no, asuman, con nuestra ayuda, la responsabilidad libre de su propio destino. Queremos que nuestro agro vuelva a producir.  Sabemos que la violencia está allí, pero estamos seguros de que con una organización eficiente, créditos oportunos, soluciones  realistas y consecuentes al gravísimo problema de la deuda agraria y el apoyo técnico adecuado y accesible, saldremos adelante.


En el campo debe imperar también la armonía social, Trabajáremos para que lo que hoy se llama "Sector Reformado" y "Sector Tradicional" se superen sin antagonismos artificiales. Les daremos estímulos a los empresarios agrícolas, cualquiera que sea su configuración legal.

Y también  en esta área fundamental de nuestro aparato productivo pondremos especial  interés en los más necesitados; para ir superando todas las dramáticas y dolorosas carencias que ahora padecen.


IV)  LA PROMOCIÓN SOCIAL INTEGRAL: ALIMENTACIÓN, SALUD, EDUCACIÓN, CULTURA.


Nuestra concepción del Rescate Nacional se fundamenta en un ideal humanista que tiene a la persona como centro de toda la actividad colectiva, tanto pública Como privada, y el ser humano salvadoreño, inmerso en la crisis y en la violencia, víctima de la agresión marxista y del reformismo empobrecedor, requiere hoy atención especialísima, que le de satisfacción básica sus necesidades materiales y también sólidos asideros morales y espirituales.

El tratamiento que le daremos al gran problema social del país será global. No concebimos educación sin salud, salud sin alimentación, alimentación sin empleo, empleo sin seguridad. El reto es enorme, y le corresponde a toda una generación. Nosotros tendremos por hoy cinco años de lucha permanente contra los flagelos sociales que agobian a nuestra población.

Propiciaremos un Programa Nacional de Emergencia que genere "empleo productivo y complemente la dieta familiar y programas estratégicos que fortalezcan el desarrollo del niño, promuevan el desarrollo integral
de la mujer y propicien un desarrollo comunal solidario. Además, haremos todos los esfuerzos necesarios para que los servicios de salud mejoren y se universalicen. Estudiaremos a fondo la concepción actual y el funcionamiento del seguro social, para adecuarlo  la realidad presente y a las expectativas del futuro.

Nuestra mayor riqueza, se  dice a diario, es nuestro pueblo.  No podemos ni siquiera visualizar el futuro con un pueblo desnutrido y enfermo.   La creatividad y laboriosidad del pueblo salvadoreño son virtudes que han soportado todas las adversidades; pero ya es hora de que la sociedad entera organice los alicientes y estímulos para que este noble y querido pueblo no tenga simplemente que sobrevivir. Lo que queremos, lo que anhelamos, lo que nos proponemos es que nuestro pueblo viva, con la dignidad que merece.


En la educación, propiciaremos un análisis profundo y serio de" la misma, para remediar el estado desastroso en que se halla. Veinte años después de la reforma educativa el sistema completo tiene que ser repensado y
reestructurado. Trabajaremos con el Magisterio, jamás contra el Magisterio, nuestro propósito es superar todo este periodo de confrontación estéril, que sólo ha servido para que los Maestros se sientan marginados y para que la educación se deteriore. Dentro del marco de la Ley y del respeto ciudadano, les pedimos desde ya a todos los Maestros del país que nos ayuden en esta tarea de salvación intelectual y moral de la Patria.

No estamos contra sus luchas gremiales legítimas, pero sí queremos respetuosamente recordarles que, al mismo tiempo que trabajadores, son apóstoles de una cruzada permanente para llevar la luz del conocimiento a las mentes y a las almas de los niños y de los jóvenes. Sin el concurso de los Padres de Familia y de los Maestros poco podríamos hacer. Invitamos por eso, con toda sinceridad, a un gran esfuerzo común, que nos permita salir de esta etapa de dogmatismo,  de odio y de angustia que el país entero ya no soporta. Y que juntos empecemos a sembrar semillas de concordia y de tolerancia en las mentes infantiles, para que nunca se reproduzca el fenómeno terrible de la guerra en 'nuestro suelo.

Todo esto tendrá que ir plasmado en una nueva cultura, muy arraigada en lo nuestro, pero también muy conectaba con el pensamiento universal actual, sin olvidar nuestras raíces. Esas raíces alimentan nuestra nacionalidad nuestra salvadoreñidad, cuya identificación cada día más clara es la clave de nuestro destino como Nación.

V) EL LOGRO DE UNA JUSTICIA CADA VEZ MÁS EFICAZ Y DE UN REPETO CADA VEZ MAS PLENO DE LOS DERECHOS HUMANOS.

En este campo el empeño del nuevo Gobierno será total e inequívoco. Estamos en contra de toda forma de opresión, injusticia e irrespeto a la persona humana Nuestra Ideario Nacionalista tiene proyección humanística, y nos impulsa a desarrollar todas las política proyectos, planes y programas que preserven y amplifiquen los Derechos Humanos, haciendo énfasis también   en que el hombre que aspira a vivir en una sociedad civilizada tiene deberes que debe cumplir, en beneficio propio y de sus semejantes.

Queremos terminar con la violencia terrorista precisamente porque nos estamos destruyendo, como personas como sociedad.   Y vamos a hacer todo lo humana y políticamente posible para terminarla, de modo que salgarnos de ella "por la vía clara y legítima de la legalidad   hacia un esquema de vida en que los principios
irrenunciables de la democracia representativa y el progreso social estén firmemente garantizados.

Trabajaremos en la defensa de los Derechos Humanos, por convicción moral, por imperativo político y por responsabilidad patriótica. Seremos los primeros vigilantes de que  el respeto a los Derechos Humanos se vuelva una norma de  convivencia en nuestra sociedad.  Le pedimos a los Partidos Políticos, a las instituciones  humanitarias, a las  Iglesias y al pueblo en general que   colaboren estrechamente con nosotros para  corregir cualquier práctica que propicie la violación de los Derechos Humanos; y como parte de este empeño, daremos todo nuestro apoyo al mejoramiento, agilización, limpieza y prontitud en la administración de justicia en el país.

El 20 de marzo pasado dijimos que habíamos ganado sin derrotar a nadie, y ahora reiteramos que no consideramos a nadie como enemigo, cualquiera que sea su pensamiento o su opción política; pero sí combatiremos con energía y sin cuartel la corrupción, la violencia, la impunidad y el desorden; porque el pueblo ya no resiste más esas lacras, y nos ha dado un mandato inequívoco de acabar con ellas.


Para la consecución de todos esos objetivos nacionales nuestro Gobierno hará uso de instrumentos políticos, que aseguren la efectiva participación de todos en el gran proyecto del Rescate Patriótico. Esos instrumentos serán:


A)   EL PERMANENTE DIALOGO INTERPARTIDARIO

Nosotros no queremos gobernar solos. Asumimos plenamente la responsabilidad de las decisiones del Gobierno, pero haremos todo lo posible porque esas decisiones se basen en la ponderación de opiniones de todos los sectores. Invitamos a los Partidos Políticos a configurar un mecanismo de consulta donde las voces de todos  sean realmente escuchadas y tengan su peso. No buscamos un auditorio, sino un convivio, en el que todos merezcan respeto y atención.

Los Partidos Políticos, son según la Constitución, el único instrumente para el ejercicio de la representación del pueblo dentro del Gobierno. Nosotros, en nuestra gestión, tenemos el propósito firme de darle amplia vigencia práctica a  ese principio constitucional.

B)   LA PROMOCIÓN DEL PLURALISMO IDEOLÓGICO

Una sociedad moderna civilizada, y eficiente, como la que estamos configurando democráticamente en El Salvador, no puede ser cerrada. El ideal que hemos venido sosteniendo como Partido desde nuestro nacimiento en 1981, y que hoy impulsaremos desde el Gobierno, es que todas las corrientes ideológicas compitan libremente para ganar la libertad del pueblo por la única vía válida: la del voto.

Nosotros estamos empeñados en que los salvadoreños resolvamos nuestras diferencias, por profundas que sean, en el campo de las ideas y de la lucha política. Queremos inculcar en la juventud la convicción de que
hay que superar, en ¡as mentes y en los actos, todo tipo de violencia.   Haremos cumplir la ley frente a los que persistan en el crimen, en el terrorismo y en la destrucción; pero al mismo tiempo multiplicaremos esfuerzos para que todos se incorporen a la vida democrática, y que sea el pueblo el que vaya escogiendo libremente su camino, según las opciones que se le presenten.

C)   LA CONSTANTE COMUNICACIÓN CON TODOS LOS SECTORES NACIONALES, PARA GENERAR  UNA VERDADERA PARTICIPACIÓN EN LAS DECISIONES DEL GOBIERNO


Hacemos especialmente un llamado a los empresarios y a los trabajadores para que busquen entendimientos cada vez más estables y justos, para superar la crisis en que estamos sumergidos. Superemos el dogma destructivo de la lucha  de clases y luchemos por una sociedad donde impere un mínimo de armonía, sin que nadie tenga que renunciar a sus legítimas  aspiraciones y demandas. Lo que pedimos es racionalidad y patriotismo para que nuestro sufrido pueblo supere esta tremenda prueba histórica, y entre lo más pronto posible a una era de paz  y de progreso, por la vía de la libertad.

La apertura que nos proponemos poner en práctica estará siempre dentro de! marco estricto de la ley. El país entero reclama que la autoridad funcione adecuadamente para garantía de las personas, de las instituciones y del proceso democrático.

En tal sentido, y con la Ley en la mano daremos nuestro pleno apoyo a la labor de nuestra Fuerza Armada, cuyo sacrificio y entrega patriótica reconocemos ante la faz de la nación y del mundo. Sin la cotidiana dedicación de los hombres de uniforme, nuestra institucionalidad hace tiempo hubiera sido destruida.  Al asumir este día el elevadísimo honor de la Comandancia General de la Fuerza Armada, nos comprometemos a continuar impulsando su sólido desarrollo institucional, para beneficio no sólo de la Fuerza Armada misma y de sus miembros, sino de la Nación entera, que tendría así un eficiente brazo protector.   Nuestra  identificación con los principios y valores que inspiran a nuestra Fuerza Armada en su lucha patriótica, es plena, y actuaremos en todo momento en concordancia con dicha identificación. La Fuerza Armada es el gran baluarte de nuestra democracia, pues al salvaguardar al país  del embate de las fuerzas totalitarias nos permite hoy ir construyendo un régimen de libertades, cuya defensa  es tarea de todos.

En este magno empeño, requerimos de la continua ayuda y e! comprensivo apoyo de los Gobiernos y pueblos amigos, y muy especialmente de la cooperación de los hermanos centroamericanos.

Reconocemos, agradecidos, el aporte de países amigos a todo este inmenso esfuerzo y sacrificio del pueblo
salvadoreño en estos años difíciles, en que una gran batalla por la democracia se ha venido librando, con sangre y sudor, estoicismo y valentía, dentro de nuestro pequeño territorio.

En esa perspectiva, y con la dignidad de un pueblo soberano solicitamos desde ya la continuación de la ayuda internacional, de todos los países que ven con beneplácito corno la democracia ha crecido aun dentro del
conflicto sangriento.   Más ayuda, más apoyo, y más comprensión necesitaremos a partir de este día histórico, para que la democracia salvadoreña se arraigue definitiva y firmemente en nuestro suelo.

Con los hermanos de Centro América nuestra relación es primordial.   La presencia de los ilustres y excelentísimos Presidentes de Guatemala, Honduras y Costa Rica, en "este acto pone en evidencia la solidaridad democrática centroamericana, que haremos todo lo posible por estimular y perfeccionar.   Nosotros no excluimos a nadie en Centro América. Creemos que ha llegado el momento en que los centroamericanos pasemos a formas de integración económica y políticas más permanentes, sin desconocer las respectivas soberanías y las identidades nacionales de nuestros países.

EL GRAN HOGAR  EUROPEO

La década de los noventa verá una Europa prácticamente unida.  Son naciones que tienen una identidad muy dará y muy definida históricamente, así como una larga tradición de guerras y diferencias.   Sin embargo, hoy asumen el reto de una sociedad mundial multipolar, y reconocen "el gran hogar europeo". Nosotros, en Centro América, más que rencillas, lo que Hemos tenido son inútiles suspicacias, que nos han mantenido separados de manera casi incomprensible. La crisis actual, paradójicamente, ha hecho que descubramos que Centro América existe, como un todo profundamente comunicado.

REPENSAR EL DESTINO DE CENTRO AMERICA
Con realismo, sin retórica., pero sí con una honda conciencia de la responsabilidad histórica de nuestra generación, exhorto muy respetuosamente a los Presidentes de Centro América, a que nos sentemos no sólo a resolver los agudos problemas del momento, que son tan urgentes, sino también a repensar el destino de Centro América, para que estructuremos iniciativas viables para una integración más estable, que nos justifique ante el juicio de las actuales y de las futuras generaciones.

COMPATRIOTAS:
Todos nuestros afanes estarán desde este instante dedicados ustedes, nobles y sufridos hombres y mujeres de nuestra Patria.  Entre todos tenemos que seguir construyendo la democracia abierta, democrática y pluralista que nos hará fuertes en la libertad y serenos en la justicia.   Basta ya de odio, revanchismos y violencia.

Los que insistan en seguir por los torcidos caminos de la violencia, tendrán  respuesta de la Ley, nosotros, que somos la inmensa mayoría del pueblo salvadoreño, más allá de nuestras diferencias ideológicas y políticas, vamos a seguir construyendo una Patria grande y libre, donde el único privilegio sea el de ser salvadoreño.

COMPROMISO:

Desde esta tribuna esta mañana, y haciendo uso soto para este momento del yo inevitable que reclame toda promesa formal y personal, me comprometo ante Dios y ante el pueblo a dedicar cada día de mi mandato a trabajar  por la democracia por la armonía y por el bienestar de todos y cada uno de mis hermanos salvadoreños.  No somos Mesías, ni magos; somos simplemente hombres de trabajo; ofrecemos mucho trabajo y tendremos nuestra mano abierta a todos los connacionales, para la reconstrucción de la Patria, para el Rescate Nacional.

En cooperación estrecha con los otros Órganos Supremos del Estado, haciendo sentir nuestra voluntad patriótica y Nacionalista, y actuando con honestidad y eficiencia administrativa, esperamos entregar un país mejor que el que recibimos.

Al Presidente Duarte, que hoy entrega su alta investidura debo expresarle, que aun cuando hemos tenido grandes diferencias en la contienda política en este instante histórico, es justo que le reconozcamos su personal entrega por la democracia en la conducción de la Nación. Esta Banda Presidencial, que estuvo en su pecho, la cuidaremos como algo sagrado, para transmitirla intacta a nuestro sucesor.

SALVADOREÑOS:

Que el Dios de las Naciones, El Salvador del Mundo, el Príncipe de la Paz, nos ampare y nos ilumine.

San Salvador, 1 de junio de 1989.


martes, 1 de abril de 2014

¿Fue la confesión de Francisco Flores una penitencia para Norman Quijano?

Antes de las elecciones en primera vuelta se preguntó ¿Qué tanto afectó a ARENA las acusaciones de corrupción contra el ex presidente Francisco Flores en la decisión de votar por ellos? Y Según el boletín de prensa No. 1 del IUDOP (Año XXVIII), "Los salvadoreños y salvadoreñas frente a las elecciones presidenciales de 2014", , el porcentaje de la población q que pensaba que afectaría mucho o algo la intención de voto era más del 50% de los encuestados (Ver imagen anexa).

Ante dicho escenario, parece que la dirigencia del partido Arena antes de las elecciones en primera vuelta no estuvo dispuesta a pronunciarse de manera directa a favor de que se investigue al ex presidente Flores (con excepción del candidato a la vicepresidencia René Portillo Cuadra[1]), lo preocupante para el partido de derecha tendría que haber sido que Flores no parecía responsabilizarse de haber cometido delito[2], pero la percepción que generaba en la población era lo contrario y eso parece dañó la imagen de Arena. Dicho de otra forma, esto pudo llevar a Norman Quijano a pagar “los platos rotos” rumbo a las elecciones presidenciales 2014, ya que las encuestas realizadas por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas UCA y Universidad Francisco Gavidia UFG publicadas el 15 de enero se registraban una ventaja del FMLN sobre el partido Arena[3], y de igual forma la encuesta de la UTEC afirmaba que el FMLN tiene 8.4 % más en preferencia electoral frente a su principal adversario ARENA[4].

En este sentido surgen las siguientes preguntas de cara a lo que resta de tiempo antes de las elecciones: ¿Podría haber sido beneficioso para Arena el aceptar que se investigara al expresidente Flores y que se desligara de su actuar en posibles delitos que se le imputan? ¿Qué motivo no permitió a los miembros de la dirigencia de Arena pronunciarse a favor de la investigación del manejo de los Fondos provenientes de Taiwan? Y aunque nadie es culpable hasta que se le compruebe lo contrario, Arena al no haber tenido una postura clara acerca de Francisco Flores parece que dañó su propia imagen y sobre todo la de su candidato presidencial.




[1] http://www.youtube.com/watch?v=rC0Clngih5w
[2] http://www.youtube.com/watch?v=VHY7h_uxYU8
[3] http://www.laprensagrafica.com/2014/01/15/dos-encuestas-de-universidades-dan-ventaja-a-fmln
[4] http://www.laprensagrafica.com/2014/01/15/sanchez-ceren-lidera-preferencias-en-encuesta-utec