martes, 3 de octubre de 2017

Corrientes del Nuevo Institucionalismo

1.  Titulo/autor:   El institucionalismo discursivo como oportunidad La ciencia política latinoamericana y el estado del arte en la literatura sobre el poder político de las ideas.  Adolfo Garcé (2014)
Los argumentos centrales expresan que no solo las corrientes del rational choice, ni el behaviourismo son relevantes en las ciencias políticas sino el estudio de las ideas con el Nuevo institucionalismo (NI), que aborda la importancia de  las ideas en la vida social. Los tipos de NI que el texto describe -citados por Peter Hall y Rosemary Taylor- distingue ciertas corrientes: el institucionalismo de la elección racional (irch), el institucionalismo histórico (ih) y el institucionalismo sociológico (is). Un cuarto que es el institucionalismo discursivo (id), formulado por Vivien Schmidt, ocupa un lugar relevante de la discusión del texto. Lo central es que el Nuevo Institucionalismo no es un constructo homogéneo, ni uno solo, y a pesar de las pocas publicaciones en  revistas reconocidas latinoamericanas, el autor considera importante discutirlo.
Elementos de análisis que discute el texto comienza exponiendo el rol del nuevo institucionalismo desarrollado por March y Olsen (1984) quienes proponen una especie de revolución teórica donde no es posible entender los procesos de democratización sin comprender las creencias de los actores. Otros autores como Peter Hall y luego Boix (con la importancia de las ideas de los partidos  y los expertos) continúan con la discusión, luego son Paul Sabatier y Hank Jenkins- Smith que proponen con las coaliciones promotoras tres niveles de ideas a) valores y creencias normativas (deep core) muy estables, b) posiciones sobre políticas públicas (near core) relativamente fijas y c) un conjunto de información sobre problemas (secondary aspects) que pueden irse modificando. Después se desarrollan los planteamientos de John McGann, Donald Abelson y Diane Stone sobre el papel de los think tanks en las políticas públicas, para fabricar y esparcir ideas. Esto último, acerca de la expansión de ideas, lo desarrolla más a profundidad Roger Smith, que dice que las correlaciones de fuerzas entre actores son planteadas por las instituciones. Consecuentemente viene Mark Blyth (2002) con la relación entre ideas y el marco institucional.
Consecuentemente, se habla de la transferencia y difusión de políticas, que van circulando de un contexto a otro planteado por Marsh, y de que las ideas circulan a través de diferentes regiones a través de espacios por Weyland (2005). Luego prosigue con Cambell y Perdesen quienes establecen que es posible distinguir a los países en función del tipo de unidades de investigación (grandes o chicas, públicas o privadas, académicas o ligadas a partidos políticos) y del tipo de conocimiento que generan (tecnocrático, neutral o partidista). Luego se habla de Kirchheimer acerca de las evoluciones de las ideologías partidarias en contextos temporales, se toma como referencia a Kircheimer y sus partidos atrapalotodo y las transformaciones de los partidos. Como punto central Vivien Schmidt ha llegado a argumentar que a lo largo de todos estos años se ha ido conformando un cuarto institucionalismo: el institucionalismo discursivo ID.  
Por último, se plantean períodos citando a Fernando Barrientos (2009), quien dice que durante el último siglo pueden distinguirse tres grandes etapas. La primera del “periodo jurídico- institucionalista”,  con corte empirista sobre todo de Estados Unidos y a Europa gracias a la denominada revolución behaviorista. El segundo  el “periodo sociológico”, con influencia del estructural-funcionalismo y el marxismo. El tercero es donde universidades estadounidenses permiten que en los países latinoamericanos se introduzcan con mayor fuerza a su modelo dominante para ser influido por el “modelo norteamericano”.
Como conclusiones generales, Garcé plantea que se ha caído en una “americanización” sui generis, simplificada, empobrecida y que buena parte de los académicos latinoamericanos, quienes toman como modelo principal la ciencia política estadounidense, el autor se inclina por el pluralismo (del movimiento perestroika), pero sigue dominando, a su juicio, la versión norteamericana esto debido a las pocas publicaciones desde la perspectiva del neo institucionalismo discursivo en las revistas indexadas más sobresalientes. En el texto se desarrollan tres ejemplos emblemáticos. Uno es el texto de Kathryn Sikkink sobre el desarrollismo en Argentina y Brasil. Un segundo del estudio de Kurt Weyland sobre la difusión del modelo chileno de políticas sociales. Y un último de la importancia de las ideas políticas en la estabilidad de los regímenes democráticos de Scott Mainwaring y Aníbal Pérez-Liñán. Los casos son ejemplificantes pero resultan escasos para la importancia que tiene el neoinstitucionalismo discursivo para el autor.
2. The New Institutionalism: Organizational Factors in Political Life. James G. March and Johan P. Olsen  (1984)
Se destaca como argumentos centrales, la crítica a las teorías políticas que tienden a retratar la política como sí la sociedad se compusiera del agregado de los consecuencias de los comportamientos de sujetos individuales, que basan sus decisiones  en un calculado auto interés, y donde la historia sería eficiente en el alcance de apropiados y únicos resultados, donde la toma de decisiones  y la distribución de recursos son el foco central de la vida política.
Para el autor el nuevo institucionalismo que plantea autonomía de las instituciones políticas y la importancia de las acciones simbólicas para entender la política, tenía hasta entonces mucha base pragmática pero poco sustento teórico. El autor plantea el nuevo institucionalismo enfrentando al llamado "paradigma racional" de la posguerra, atacando su presupuesto, que lo social puede ser explicado entendiendo al individuo como actor racional.
Entre los elementos de análisis que discute el texto habla las instituciones son importantes en la vida social porque afectan la conducta y la toma de decisiones individuales y colectivas. Por lo anterior, se ha afirmado que en la actualidad dos grandes teorías luchan por la dominancia en las ciencias sociales, que un "paradigma institucional" está a punto de emerger.
De manera diferente, el artículo parte del supuesto de que el paradigma institucional nació con el amplio acuerdo logrado entre los científicos sociales de que había que poner atención, nuevamente, en el papel de las instituciones. Este acuerdo fue bautizado como nuevo institucionalismo por March y Olsen en 1984. Se considera que al igual que ocurrió en el caso de la "revolución racional", este nuevo enfoque teórico no emergió ni se ha desarrollado como una propuesta teórica homogénea, libre de silencios y unánimemente aceptada. Desde su nacimiento, el nuevo institucionalismo siempre ha sido una colección de corrientes teóricas disciplinares, ligadas tan sólo por su interés en lo institucional.
En este artículo como conclusiones generales se abordarán dos de los problemas teórico-conceptuales asociados con dicho paradigma, mismos que por su relevancia han sido los más mencionados por la literatura. Ellos son la ausencia de una definición unívoca de institución y la falta de una explicación satisfactoria de cómo ocurre el cambio institucional. Luego de contextualizar la aparición del nuevo institucionalismo, se analiza cada uno de ellos. La estrategia metodológica empleada consiste en demostrar la existencia de dichos problemas a partir de la manera en que han sido abordados por los autores más representativos dentro de las principales corrientes del nuevo institucionalismo. Al mismo tiempo, se discuten algunas implicaciones teórico-prácticas de esas "anomalías".
Frente a la visión de la acción colectiva como la agregación de decisiones individuales calculadas, el NI argumentó que los individuos no actúan en el vacío sino dentro de contextos institucionales, los cuales moldea sus preferencias a través de "una combinación de educación, adoctrinamiento y experiencia" (March y Olsen, 1984: 738-739). Al reconocer el crucial papel de mediación que juegan las instituciones y reconocer la complejidad de sistemas políticos, el NI buscó restaurar la relación entre la realidad y los supuestos teóricos que intentan explicarla (Hay, 2002: 14). Hablan constantemente de "organizaciones" y "instituciones políticas" pero sin detenerse a definirlas.
March y Olsen observaron que el interés por las instituciones no se limitó a la Ciencia Política sino que también se observó en la economía, mientras que en la sociología y la antropología reforzó su tradicional perspectiva institucional March y Olsen: “lo que observamos en  el mundo es inconsistente con las formas en que las teorías contemporáneas nos llevan a hablar de él”. han profundizado nuestro conocimiento sobre la complejidad de los procesos de toma de decisiones
3. Titulo/autor:  Discursive Institutionalism: The Explanatory Power of Ideas and Discourse- Vivien A. Schmidt (2008)
Los argumentos centrales, según Schmidt, el neo-institucionalismo discursivo (id), es una alternativa, ya que los otros neoinstitucionalismos presentan problemas para explicar el cambio,  de ahí la necesidad de ella para plantear esta cuarta corriente.  Con esta propuesta lo que busca es poner las ideas en contexto lo que permite entender asuntos más profundos de la comunicación y no solo el contenido de las palabras, sino el ambiente donde se dicen y todo lo que permita transmitir una idea.  Las ideas no son una estructura externa, constructos que dentro de un "contexto de significado" explican cómo se crean y existen las instituciones, sus significados son más profundos y de ahí su importancia, ya que permite ver estructuras más dinámicas  en lugar de reglas u organizaciones estáticas.
Los elementos que el texto aborda es que el nuevo institucionalismo discursivo es un conjunto de ideas sobre la conveniencia y la urgencia de las políticas, su necesidad para su elaboración, su planteamiento rescata que el discurso tiene una influencia sobre los cambios políticos, y puede ayudar a la superación problemas en las instituciones, al influir sobre las percepciones e ideas en relación a los intereses afectados. Los elementos del discurso más allá de su contenido.

Conclusiones generales. Para ese planteamiento  se compromete con los cambios  y busca  superar las dificultades que no permiten los cambios, aborda los puntos que –tácitamente- son dejados de lado tanto por el institucionalismo tradicional como por los otros tres neo-institucionalismos. Sin embargo, aunque se permite superar una estructura rígida y pretende ser innovador, podría ser demasiado flexible y caer en el peligro de ser demasiado subjetiva.

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