martes, 16 de marzo de 2021

Campaña del partido Arena 2021: sálvese quien pueda

Arena surgió en 1980, en plena guerra civil, como nuevo instrumento político para enfrentar a las organizaciones revolucionarias, este era una especie de reemplazo del PCN, (que en aquellas circunstancias ya era incapaz de mantener la confianza de las fuerzas armadas, de sus asesores estadunidenses y sobretodo del electorado). ARENA no solo tuvo la capacidad para amoldarse al proceso de negociación de la paz con el FMLN, sino para legitimarse políticamente en la etapa postbélica. A partir de los Acuerdos de Paz incluso desarrolló un discurso capaz de aglutinar al simpatizante de derecha y de superar electoralmente al FMLN en las urnas por varias elecciones. Aunque las acciones no han sido un punto fuerte, mantuvo un nivel de propaganda eficaz y permanente, con frases como: "El presidente de la paz", "Vamos todos a vivir mejor", "lo mejor está por venir", "Vamos a recuperar El Salvador" que le permitieron tener un gran apoyo popular. Sin embargo, una extendida percepción no solo del descalabro económico, sino también de corrupción agotaron al partido y a sus dirigentes más representativos, y el desgaste llegó luego de 20 años en el ejecutivo, que le hizo perder la presidencial de 2009. Sín embargo hay que reconocer que aunque a regañadientes Arena logró hacer entregar el poder, hacer transición una pacífica a la oposición. .

Ahora a pesar de que han pasado 10 años desde que dejó el ejecutivo parece que ha sufrido un deterioro de la situación material y moral sufrido en los años precedentes la derecha está fragmentada y sus votantes experimentan con nuevos partidos motivado por la crisis del Sistema de Partidos. Han perdido parte de sus apoyos tradicionales y su hegemonía que ha sido interrumpida, por GANA, que obtuvo representación en las elecciones, a lo que hoy se suma Nuestro Tiempo, Vamos e incluso Nuevas Ideas quienes han conseguido atraer a votantes de derecha descontentos.

En el 2021 la campaña electoral de Arena inició con una misa en la iglesia Dolores de Izalco y posteriormente con una reunión en el parque Bicentenario. Sea esto por la pandemia o no, llegó un reducido grupo de militantes y que estaban con sensación de desánimo. Se percibe un desgaste de la marca partidaria, por ejemplo, se observa que los candidatos a alcaldes de San Salvador y Santa Tecla utilizando mínimamente los logos partidistas, y de igual forma han hecho quienes presentan candidaturas a una diputación.  De ahí que surja la pregunta ¿Qué ha pasado con el partido Arena?

 

Aunque el eslogan de campaña 2021 de Arena es "El Salvador nos une", más bien parece un sálvese quien pueda. Las listas abiertas han permitido que la gente puedan mostrar su preferencia seleccionado rostros, y esto permite la personalización del voto. Lo anterior podría mejorar la calidad de la representación esto ante la crisis de los partidos políticos, que han disminuido la capacidad para hacer representar los intereses de la población y transformarlas en políticas públicas. En Arena se ve con poca propaganda (ya sea por la falta de financistas, deudas vigentes de la campaña pasada o por la falta de pago de FODES). El alcalde Muyshondt llama "piraña peinada" al ministro de hacienda Alejandro Zelaya y Mario "Basura" Durán al candidato contrincante de Nuevas Ideas. ha colocado mupis saludando de codo a Bukele mostrando "coqueteos políticos" con el mandatario, tal como en su momento lo hicieron diputados Arturo Magaña, Milena Mayorga, Gustavo Escalante y Felissa Cristales que defienden ahora la causa de Bukele.



En muchas campañas política del mundo se usa photoshop, sobre todo cuando se enfoca en rostro. Sin embargo, lo complicado ha sido encontrar propuestas del partido como bloque político. Parker y las novelas. Los candidatos se proyectan guapos, amables, sonrientes, correctamente vestidos, cuando anteriormente estos se arropaban bajo la bandera, ahora parece que ellos "jalan" al partido".se degenera cuando alguien concentra el poder ó se perpetua en el poder. Una de las características de una tiranía, de una dictadura es cuando el gobernante se perpetúa en el poder. La alcaldesa se institucionalizó como candidata de Antiguo Cuscatlán. 

En la actualidad bien han sufrido más de un importante revés, se puede decir que está vencida pero no derrotada. Esto porque aún cuenta el dominio de los medios de comunicación tradicionales , y que aún representa a la vieja derecha “oligarquíca” asociada a una hegemonía local.

Del descalabro neoliberal a la nueva derecha  Para todo ello se necesitaron transiciones controladas, dirigidas a constituir regímenes más legitimados y eficientes, con determinados espacios (y límites) para la distensión social, la circulación de ideas y la innovación. La disyuntiva estaba entre propiciar una democratización dosificada o atenerse a las opciones de desorden o revolución que ya empezaban a incubarse. Eso implicó que la propia élite socioeconómica y sus medios de expresión política asimismo debieron llevar a cabo  sus respectivas transiciones hacia nuevas formas de gobernar. Donde la oligarquía local todavía fue renuente, sus poderosos asociados foráneos debieron intervenir más directamente en la tarea de empujar esa evolución. 

Arena ha tenido que asumir la responsabilidad por las trágicas secuelas sociales y los descontentos de las reformas precipitaron. Sus gobiernos que por un tiempo gozaron de buen nombre y cierta autoridad cívica unos años después fueron desbordados por la inconformidad popular. Su enemigo natural, el comunismo- desapareció.  Arena parece carecer de un proyecto y un liderazgo actualizados se aferra a localismos. Ya no se enfrentan a la izquierda sino a una "nueva derecha" rupturista mezcla innovación y conservadurismo. Arena es percibida como ejemplo de esa ineficacia del sistema político vigente, de sus instituciones parlamentarias, y superficial respecto a las nuevas necesidades y demandas sociales

En este caso, ARENA parece ya no responder a las circunstancias de la crisis del modelo económico, el subsiguiente malestar social y el desgaste de los recursos políticos usados para legitimar al régimen. La incapacidad del Arena para actuar a la altura de sus promesas saliese a cobrarle el más alto precio por el revés electoral que antes él le infligió las incertidumbres y precariedades, agravadas por las políticas neoliberales y su fracaso, coinciden con el anterior abandono de los referentes y proyectos desarrollistas, revolucionarios y nacionalistas Tras tantos años de insatisfacciones la gente está harta, sin que eso signifique que ya es consciente de sus posibles alternativas históricas.

A pesar de lo que muchos piensan Arena no está muerta. Tiene el predominio mediático, una capacidad brutal para simplificar los problemas y expectativas populares, le hace no requerir mayores esfuerzos explicativos. La naturaleza elemental, esquemática y retrógrada de esas consignas facilita su asimilación, al deslizarla sobre el limo de los estereotipos propios del sentido común.  Sus cuadros jóvenes aún frecuentan cursos auspiciados universidades conservadoras, y el Partido Republicano de Estados Unidos. Aparte estas jóvenes promesas político-empresariales estudian en las mismas universidades estadunidenses. Una notable proporción de los dirigentes político-empresariales latinoamericanos son ex condiscípulos de carreras, cursos y postgrados en esas universidades. Proliferan igualmente los eventos cortos y conferencias de capacitación político-ideológica que propician encuentros de las jóvenes promesas de la derecha con sus veteranos referentes. A pesar de los pobres resultado electorales de 2021, no es de extrañar que Arena vuelva a surgir y que esta solamente sea una crisis.


domingo, 7 de marzo de 2021

Elecciones 2021 en El Salvador: Nuevas Ideas y el fenómeno de Nayib Bukele

Luis Eduardo Aguilar / Politólogo

El partido "Nuevas Ideas" ganó estas elecciones legislativas, municipales y parlamentarias centroamericanas en El Salvador en 2021 con una mayoría de candidatos desconocidos pero apoyados por la figura del presidente Bukele. En la campaña política promovieron frases como: "Vota por la N de Nayib" y "Nuevas Ideas, el partido de nuestro presidente", y se presentaron como una "tercera opción" frente a los partidos tradicionales: Arena (Alianza Republicana Nacionalista) y FMLN (Frente Farabundo Martí) que dominaron las elecciones desde 1989 a 2019. Con estos resultados, el Sistema de Partidos se configura ahora con un partido predominante (Nuevas Ideas), enfrentando una oposición débil y fragmentada. Con este nuevo escenario surgen algunas preguntas como: ¿Por qué Nuevas Ideas logró esta victoria? ¿Cuáles son los efectos directos de esta victoria en el sistema político? ¿Qué problemas podría traer esta situación?

Para responder, ¿cómo logró Nuevas Ideas esta victoria? Es necesario resaltar un aspecto externo de Bukele y Nuevas Ideas, que se refiere a la crisis de representación. El sistema institucional, los partidos y la Asamblea Legislativa han sido percibidos como ineficientes para enfrentar el desempleo, la degradación de los servicios sociales, la corrupción, la seguridad pública, etc. A esto se suma que Arena y FMLN, con estructuras altamente disciplinadas e institucionalizadas, no estaban abiertos a crítica. Además, redujeron su coherencia con sus ideales y su conexión con sus simpatizantes. De ahí que los antiguos simpatizantes, apáticos y una masa inconforme, se sintieran cada vez menor identificación con estos partidos.

Por otro lado, un motivo interno del éxito de Nuevas Ideas es su relación con Bukele. Él cambió el discurso moderado de los "políticos tradicionales" por uno disruptivo, satisfaciendo el deseo de venganza contra los líderes políticos, ridiculizando a los adversarios y promoviendo sus logros. Sus estrategias de titulares llamativos, el anuncio de obras monumentales (no necesariamente imprescindibles) y la captura de temas de moda a través de las redes sociales permitieron a Bukele conectar con la población joven. Los salvadoreños que se sentían abandonados por los políticos tradicionales o "los mismos de siempre" ahora se sentían defendidos. Además, como presidente, despidió a varios funcionarios a través de Twitter, distribuyó "bolsas solidarias" con comida, dinero y computadoras. Además, adaptó el Centro de Ferias y Convenciones (CIFCO) en un Hospital para atender pacientes con Covid-19.

Ante este escenario, ¿cuáles son los efectos directos de la victoria de Nuevas Ideas en el sistema político? En El Salvador, la Asamblea Nacional está compuesta por 84 escaños; 43 constituyen mayoría simple y 56 mayoría cualificada. Con la mayoría simple se pueden decretar impuestos y tasas sobre bienes y servicios. Y con la mayoría cualificada, pueden ser elegidos Magistrados del Tribunal de Cuentas, del Tribunal Supremo Electoral y de la Corte Suprema de Justicia. Adicionalmente, pueden elegir al Procurador General de la República y al Procurador de Defensa de los Derechos Humanos (Defensoría del Pueblo). Asimismo, se le pueden otorgar concesiones para la explotación de recursos naturales y se puede aprobar el presupuesto general de la Nación. Hasta el momento Nuevas Ideas alcanzó 55 escaños y su aliado GANA 6. Por tanto, estos resultados implican una acumulación de poder más significativa para Bukele.

Con este escenario, ¿cuáles son los problemas que podría traer esta situación? En primer lugar, el nepotismo que significa la práctica entre quienes tienen poder de favorecer a familiares o amigos. Ciertamente, Bukele denunció la corrupción de los gobiernos anteriores. Sin embargo, colocó a sus familiares y personas de su círculo cercano en puestos gubernamentales cruciales sin evaluar su idoneidad profesional. Además, algunos funcionarios aprovecharon su posición en el Estado para postularse como candidatos en esta elección 2021. Muchos hasta hace poco eran desconocidos, pero ahora ganaron por su proximidad a Bukele. Incluso "viejos políticos " ahora se han vuelto populares debido a su lealtad al presidente. Por ejemplo, Walter Araujo, quien como diputado firmó la ley del Sistema de Pensiones y la dolarización (que incrementaron las desigualdades económicas), y Will Salgado que fue alcalde de San Miguel (y ha practicado nepotismo durante años) han vuelto a obtener popularidad por su subordinación a Bukele.

En segundo lugar, la insostenibilidad, y la falta de transparencia y rendición de cuentas. Durante la gestión de Bukele se han desarrollado políticas de entrega "bolsas solidarias", transferencias de dinero, y computadoras, así como el "Hospital El Salvador. Aunque son propuestas muy populares, estos provienen de fuentes insostenibles, como préstamos que no se han administrado de manera transparente. Tampoco se sabe públicamente cuánto terminará costando a largo plazo. Durante la campaña, Bukele dijo que era necesario deshacerse de la vieja política y que tenía que concentrar el poder para aplicar la justicia, incluso dijo como presidente: “al que toque un centavo, yo mismo lo voy a meter preso"Pero su partido tiene múltiples denuncias de corrupción durante la cuarentena por la prensa, sin que ningún funcionario haya sido procesado formalmente.

En tercer lugar, la trampa autoritaria. El gobierno hace repetidas referencias a "cambiar el sistema", utilizando una retórica radical e incluso agresiva. También otorga un papel central a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional Civil, incluso violando derechos constitucionales donde la legalidad es un obstáculo que es necesario evitar. Sin embargo, muchos ciudadanos no ven esas políticas autoritarias y militaristas como una seria amenaza. Aunque estas propuestas simplistas e inmediatistas que utilizan la rudeza machista, el autoritarismo y la retórica religiosa podrían fácilmente abusar de las instituciones para capturar la captura total del Estado. La estructura política histórica en El Salvador demuestra que la concentración de poder y la intervención militar en los asuntos públicos pueden destruir el consenso social. En tal escenario, los más afectados serían las grandes mayorías.

En conclusión, NI obtuvo una victoria tan abrumadora por la crisis de representación de los partidos tradicionales Arena y FMLN, y por el uso de un discurso y acciones disruptivas por parte de Bukele, y el reparto de bolsas de víveres y los $300. Esto le permite atraer a un gran número de votantes que no gustan de los partidos tradicionales. El efecto directo de esta victoria es la constitución de un sistema de partido único dominante, por lo que el presidente podrá nominar importantes de las instituciones de control del Sistema político, y la Asamblea Nacional simplemente confirmaría esas nominaciones. Sin embargo, uno de los peligros no es solo la tendencia a nombrar a funcionarios del partido para puestos sin contar con las cualidades requeridas, sino también la falta de transparencia y rendición de cuentas en los cargos. Estas situaciones, podrían traer la repetición de recetas y rutinas que no sean sostenibles ni realistas, y que solo sean de publicidad masiva, y ese es el verdadero problema.

 

 

sábado, 20 de febrero de 2021

Campaña electoral del FMLN 2021. El desgaste y la importancia de la izquierda

A finales del 2020 Nidia Díaz afirmó: “esta es nuestra décima participación a nivel electoral desde 1994. Seguimos en la línea de mantener los actuales 23 escaños". Pero ya en enero de 2021, Óscar Ortiz Secretario general del partido expresó: "para las próximas elecciones esperamos obtener, al menos, un diputado por departamento", indicando que perderán únicamente nueve de los 23 que obtuvieron en la elección pasada. Es decir, que en un corto período han mermado las ambiciones del partido, lo que da lugar a plantearse la pregunta: ¿Qué ha pasado con el FMLN? 

Para responder se considera necesario revisar el recorrido del partido, que podría dividirse en tres períodos. En primer lugar, como una oposición privilegiada (1994-2009), aquí son herederos de una agenda programática ideológica de un partido de masas con origen armado. Esto les permitió ser una organización bastante disciplinada que, a pesar de los cismas, nunca puso en peligro su existencia, ni su importante posición en el sistema político. En esta etapa logró cimentar su identidad, y tuvo un rol de oposición demandante e incómoda con respecto a Arena. 

En una segunda etapa (2009-2019), consolidó sus triunfos legislativos y municipales, a lo que se añade la obtención de la presidencia, pero también se vieron obligados a cerrar sus círculos de toma de decisiones, y a ser menos ambiciosos con las promesas que hacían. Además, fueron generando problemas de democracia interna en la elección de cargos de toma de decisiones, y una percepción que la cúpula del partido utilizaba los recursos del Estado para su propio interés (lo que Katz y Mair llaman en ciencia política partido cartel), lo que terminó generando desapego por una parte importante de sus simpatizantes.

En una tercera etapa (2019-), regresan a su rol de oposición, pero mermado en su capital electoral y con una imagen desgastada. Aunque su plan “Construyamos con la Gente” tiene propuestas de salud y bienestar familiar, empleo, soluciones ambientales, democracia, derechos humanos y transparencia, esto no parece ser suficiente para volverse atractivos, ya que las encuestas son poco alentadoras en cuanto a las preferencias electorales. A esto se suma que, para algunos puestos compiten con candidatos poco conocidos, como en el caso de Rogelio Canales que aspira a la alcaldía de San Salvador

 
Cabe destacar que, incluso otros candidatos a alcaldes con mayor visibilidad se han visto también en problemas, y han tenido que recurrir a la búsqueda apoyos de otros partidos, por ejemplo, Miguel Pereira en San Miguel, recibió el respaldo de un grupo de base de Nuevas Ideas, y también de un candidato a alcalde del CD para buscar el aumento de su arrastre electoral. Además, se percibe una reducida proyección de su campaña, con pocos spots televisivos, mupis y mallas, esto es confirmado por la estimación de propaganda electoral de Acción Ciudadana que señala un bajo gasto publicitario del partido (ver gráfica de abajo). Esto hace pensar que los resultados del FMLN serán más modestos que los alcanzados en elecciones anteriores. Entonces planteado este escenario ¿Por qué es importante poner atención a este desgaste partidario del FMLN?


Construir un proyecto como el del Frente ha sido complicado y costoso (en términos de tiempo y de vidas humanas), este surgió como una respuesta a la exclusión política y económica por parte de un número importante de la población. Con los Acuerdos de Paz el partido había logrado incorporarse con éxito a la vida política, pero sus esfuerzos no fueron suficientes para la reducción de las desigualdades, ni en combatir la concentración de la riqueza, ni la corrupción. Aunque, es de reconocer que el FMLN impulsó algunos proyectos focalizados a las mayorías y/o grupos vulnerables como: el aumento al salario mínimo, una reforma de salud, la ley de medicamentos, el acceso a la información pública y la prohibición a la minería metálica. 

Aunque habían señalado al neoliberalismo como problema también promovieron acciones que contradecían sus ideales, por ejemplo: las zonas económicas especiales (que beneficiaban a sobretodo a capital privado por sobre el interés público), los asocios público-privados, la administración de capitales y empresas bajo la ideología "de finalidad social", etc. Esto sin contar el desdén hacia los señalamientos de corrupción dentro del partido (polistepeque, la presa el chaparral, etc.), el nepotismo, la imposición de candidaturas, el pago de favores con puestos en el gobierno, el "descabezamiento" y cooptación de líderes del movimiento social, entre otros. Pero probablemente el mayor descontento se dirige hacia aquellos dirigentes de izquierda que se aferran a su pasado revolucionario, pero que tienen prácticas "pequeño burguesas" y que continúan dentro del partido. Esa cúpula (cuasi inamovible) -que se sirvió para sí "con la cuchara más grande"- son quienes ponen en la situación más complicada al partido ante el electorado. 

Sin embargo, esto no significa que la izquierda ya no sea pertinente, por el contrario, la necesidad de cambios estructurales para combatir la desigualdad económica y la exclusión política, que motivaron su surgimiento aún persisten. Esto a largo plazo, debería ser una oportunidad para construir una nuevo proyecto político de izquierdas, que no consagre privilegios de cúpulas. Que tampoco sea tibio con causas nobles como los derechos de las mujeres, los derechos de la diversidad sexual, y la defensa del medio ambiente por sobre los intereses económicos minoritarios. 

Finalmente, es de señalar que en el corto plazo estos nuevos proyectos políticos de izquierda son inexistentes como opción electoral. Además, parece que el FMLN no será capaz de encabezar procesos de transformación social que esperaba, pero al menos podría aspirar en el futuro inmediato a ser un contrapeso momentáneo desde la oposición, esto ante la amenaza de concentración de poder, los abusos personalistas y autoritarios. El electorado debe estar consciente que sí esto no se logra (ya sea porque no logran los escaños suficientes, o porque sus congresistas en la asamblea no ejerzan su papel contralor) los principales perjudicados no serán los dirigentes de los partidos, sino que nuevamente lo serán las grandes mayorías.

domingo, 31 de enero de 2021

Vamos en las elecciones 2021 (otro) partido de inspiración cristiana

Vamos (otro) partido de “inspiración cristiana” ¿será que este sí logrará competir?

Después de los Acuerdos de Paz en El Salvador los partidos como Vamos -hasta el momento- habían sido aquellos "nuevos" con un líder bien identificado (casi unipersonales), autoidentificados como de centro o de derecha, que se proclaman de "inspiración cristiana" y que participaban con pocas o nulas oportunidades contra los consolidados Arena y FMLN. Algunos de estos partidos minoritarios han sido: el Partido Pueblo Unido Nuevo Trato (PUNTO) de Francisco Ayala de Paz, Fuerza Cristiana (FC) de Mauricio Meyer, el Partido Salvadoreño Progresista (PSP) del coronel René Hurtado, o el Fraternidad Patriota Salvadoreña (FPS) de Oscar Lemus, de estos ninguno logró ser competitivo. En esta lista hay que agregar casos especiales como: el Movimiento de Unidad (MU) de Jorge Martínez y al Movimiento de Solidaridad Nacional (MSN) de Edgardo Engelhard, que sí alcanzaron algún escaño legislativo, pero también tuvieron una corta duración. 

Sin embargo, actualmente existe una crisis de representación (entendida como una pérdida de confianza en los partidos tradicionales) por tanto, el FMLN y a Arena disminuyen su capacidad en movilizar opiniones y la simpatía de votantes insatisfechos, lo que abre oportunidades a nuevos partidos. Dicho en forma concreta, Vamos tiene una serie de ventajas que le permiten ser optimista: a) compite en un contexto de crisis de representación partidaria, b) sus discursos se proyectan contra las prácticas de los partidos tradicionales (que cuentan con poca confianza de la opinión pública). Sin embargo, aunque estas condiciones son necesarias- para que compitan nuevos partidos políticos- no resultan suficientes para volver atractivo a Vamos, ya que hay también las poseen otros partidos nuevos. Entonces, ¿qué le falta a Vamos para ser competitivo?

En primer lugar, establecer una identidad con figuras fuertes que le cohesionen. En las elecciones 2019 Vamos coqueteó con la "etiqueta" de ser un partido confesional o de tipo religioso con Josué Alvarado (su fundador y financista principal) pero con resultados bastante pobres. Sin embargo, para esta campaña 2021 el rol de Alvarado ha pasado a segundo plano, pero sin ser retomado contundentemente por ningún otro líder, por tanto, el partido busca construir una nueva ideología y líderes que lo sostengan. Existen esfuerzos como los de Claudia Ortiz o de Roberto Rivera Ocampo, entre otros que buscan proyectar candidaturas profesionales que también apuestan por lo que llaman “un humanismo cristiano de centro, que defiende la vida y la familia”, pero ellos mismos han dicho que este no un asunto central de sus planes, sino más bien es un asunto cuasi periférico. Así que su identidad y liderazgos todavía se encuentran difusos y sin una idea totalmente clara de su proyecto.

En segundo lugar, le falta colocarse en la agenda del público, los medios de comunicación y de sus rivales políticos. Los candidatos de Vamos han buscado mostrarse como coherentes, sobrios y alejados de "un uso populista de la religión" y de cierta manera lo han logrado. Sin embargo, han tenido poca capacidad para llamar la atención. Y aunque el público se interesa en redes sociales por un video de la candidata Ortiz insultando a sus opositores o una propaganda de Vamos con un collage de fotos candidatos de Nuevas ideas usando distintivos de Arena, FMLN o GANA, esto no parecería ser suficiente para hacerlos despegar en preferencias electorales. Ante la disminución de las lealtades tradicionales llamar la atención de los medios y de los opositores políticos es importante, sin embargo, los otros partidos apenas los mencionan, y en los medios tradicionales de comunicación casi no aparecen.

En conclusión, Vamos debería de analizar sus oportunidades y debilidades para consolidar su proyecto político, para evitar el mismo destino de otros partidos similares que compitieron en el pasado. Este  partido nuevo que le hablan a las minorías educadas conservadoras urbanas. Es todo un reto llegar a un discurso donde se incluyan a las mayorías, en un país donde se predice una dramática caída del poder de partidos tradicionales establecidos, pero que conserva aún muchos problemas en el área social, económica y ahora sanitaria por el Covid 19, este último apenas mencionado en la campaña. 





domingo, 24 de enero de 2021

Nuestro Tiempo, ¿un partido taxi?

Luis Eduardo Aguilar Vásquez 21/01/2021

Nuestro Tiempo (NT) es un partido reciente de oposición. Sus dirigentes más visibles han dicho que en él caben todas las ideologías. Por ejemplo, Aida Betancourt, una de las dirigentes y actual candidata a diputada por el departamento de La Libertad, expresó en una entrevista televisiva el 26 de julio de 2020: "La diversidad dentro de nuestro partido nos da una gran ventaja. Intentamos integrar y articular diferentes formas de pensamiento". Estas declaraciones dan la pauta para preguntarse: ¿Qué tipo de partido es Nuestro tiempo?

Según la ciencia política, a Nuestro Tiempo se le podría clasificar como un partido de notables. Cabe recordar que Juan Valiente, Johnny Wright Sol y Andy Failer, entre otros, fueron miembros orgánicos de Arena. De hecho, Aída Betancourt fue vetada del mismo partido cuando buscaba una candidatura como diputada suplente de Juan Valiente en 2017. Pese a ello, ahora buscan proyectarse como líderes de una plataforma política de relevancia social, económica e incluso más profesional e inclusiva. Sin embargo, parece que ellos mismos rechazan esta etiqueta de “notables” (de ser un grupo reducido con estatus), más bien, su apuesta es proyectarse como partido de centro que ven en la diversidad una ventaja (debido al desprestigio de los partidos de derecha y de izquierda). Tampoco podrían ser un partido de masas, ya que no plantean posturas contra una élite económica, ni tampoco se ha propuesto – explícitamente- la integración de diferentes gremios de trabajadores a puestos de toma de decisión dentro del sistema político.

Entonces, descartadas esas opciones - y a partir de lo dicho por sus líderes- a Nuestro Tiempo se le podría clasificar como un partido "atrapalotodo". Estos partidos, en la práctica, reducen (o dice anular) su ideología, y se centran más en competir en unas elecciones, con objetivos pragmáticos y/o construidos estrictamente alrededor de un líder. Sin embargo, aunque voces en Nuestro Tiempo dicen no tener ideología, tampoco logran ser verdaderamente pragmáticos en construir una identidad en torno a un fin. En su afán de mostrarse abiertos y diversos no consiguen ponerse de acuerdo en temas como el de la idea de familia. Por ejemplo, uno de sus candidatos a diputado ha presentado su postura en torno al “diseño original de la familia” e incluso ha compartido memes en contra del aborto. Estas acciones se contraponen a las ideas que han impulsado algunos de los miembros más visibles del partido, quienes han promovido un discurso progresista que busca reivindicar los derechos sexuales y reproductivos.

La clasificación de un partido es importante, ya que permite identificar el conjunto de ideas y valores comunes que dirigen el actuar de sus miembros. Esto es la ideología. Sin embargo, aunque Nuestro Tiempo ha intentado construir un discurso antipartidos tradicionales, anticorrupción e incluso antibukele, este no se ha convertido en un rasgo identitario del partido, ya que otros partidos nuevos como Vamos también han promovido este mismo tipo de discurso. Su distintivo identitario -que era la defensa de los derechos sexuales y reproductivos- aparentemente solo es un discurso de candidatos con carisma, que hubieran resultado igualmente competitivos como candidatos no partidarios o en otros partidos. Además, su búsqueda en resaltar la defensa de los intereses individuales sobre el Estado tácita o indirectamente defienden el derecho socioeconómico de las minorías privilegiadas a la propiedad privada por sobre las minorías. Para evitar esto último han empleado un discurso de ser un partido abierto.  

Sin embargo, ningún partido debería aspirar a ser un reflejo exacto de la diversidad ideológica que existe en la sociedad, sino que debería juntar ideales, principios laborales, doctrinas económicas, mitos, símbolos o prácticas que permitan identificar a su bancada y militancia. El problema de promover un proyecto tan “plural” es que corre el riesgo de ser utilizado por personas que aspiran a una candidatura para un cargo de elección popular únicamente para cumplir un requisito de inscripción, y de volverse un mero taxi electoral.  El problema de fondo tiene que ver con: ¿Quién es y qué pretende la “nueva derecha”?  Estos aunque con propuestas sectoriales interesantes podrían reencarnar "reajustes” neoliberales, frente al rezago de las propuestas de derecha tradicional (así tambien como las de izquierda).

miércoles, 13 de enero de 2021

Día de la Oración en El Salvador ¿plegaria sincera o táctica política?

En 2020 el presidente Bukele -por decreto ejecutivo- declaró dos días de oración. Uno el 10 de agosto (motivado por la crisis del corona virus) y otro el 17 de noviembre (por la amenaza del huracán Iota). Anteriormente en el 2003 con el decreto 161 de la Asamblea Legislativa promulgó el 23 noviembre como “Día Nacional de la Oración por El Salvador”. A partir de estos hechos, se puede discutir acerca de la pertinencia o no de la promoción de la oración por parte de las autoridades, lo cual se presenta a continuación.

En primer lugar, no debería ser despreciable que una persona tenga alguna creencia religiosa. Esto reconoce que para el creyente, que son buena parte de los ciudadanos, la oración es un recurso poderoso, donde Dios responde, sobretodo sí se hace con auténtica fe. No cabe duda que hay quienes oran con sinceridad por la justicia, la verdad y la solidaridad y lo hacen de manera respetuosa. Yendo más lejos, pueden haber muestras de promoción de la fe por parte de instituciones del Estado con el fin de servir a la comunidad, promover la prosperidad y la armonía (sin favorecer a una religión o líder religioso particular y respetando la libertad de culto). Por tanto, decretar un día de la oración como tal no sería problema mientras ningún político o religioso se beneficie directamente con ello (como sucede sobretodo en épocas de campaña), y por el contrario, sería pertinente sí esto permite que un grupo de población obtenga algún tipo de bienestar siempre manteniendo el respeto de los demás. 

Como un segundo punto, y en contraposición, se considera que no siempre son pertinentes las oraciones, cuando estas no son sinceras, ni maduras y se hacen con el fin de manipular a los demás en búsqueda del interés propio (ya sea por viveza o ignorancia), y de ahí darse un "abuso en nombre de Dios". Sí revisamos la RAE define plegaria como una súplica humilde y ferviente para pedir algo. Sin embargo, en el mundo religioso muchas "plegarias" de humilde tienen poco o nada, por ejemplo: aquellas vigilias de pastores gritando con megáfonos que irrespetan el derecho ajeno a la paz, aquellas de líderes religiosos que abusan sexualmente de miembros de su feligresía aprovechándose su cargo, o los que de forma brutal engañan y burlan del prójimo enriqueciéndose a base de la fe. Estos son solo algunos ejemplos en los que claramente se manipula la oración. Esto también puede suceder en el mundo político, donde muchos hacen sus "plegarias" para darse propaganda, evadir la justicia o actuar de manera prepotente. 

Aclarados estos puntos se considera que decretar "días de la oración" ante contextos difíciles no es impropio de una autoridad, cuando la misma permita no sea obligatoria y solo busque reconfortar y tranquilizar a la población. Sin embargo, la oración no puede ser utilizada para insultar ni dañar a los demás, ni tampoco una forma de buscar solucionar problemas mágicamente. El que una persona ore no sustituye el diálogo con respeto, ni tampoco a los mecanismos propuestos por la ciencia. No solo se debe pedir a Dios, también es necesario que dejar de fomentar la polarización, la intolerancia y la violencia política la cual, solo es beneficiosa para el autoritarismo.

Hay ejemplos en el que la oración pierde su sentido, por ejemplo, el 11 de Febrero el presidente irrumpió con militares la Asamblea legislativa exigiendo se le aprobara un préstamo, quebrantando la constitución y la división de poderes del Estado. Incluso llegó a decir: "Está claro quién tiene el control aquí",  al mismo tiempo a afirmar que oraba y que Dios le estaba hablando. Una acción como esta hace peligrosa a la oración, ya que solo justifica una forma autoritaria el irrespeto a la institucionalidad. Aunado a esto, durante la cuarentena, los policías hicieron un uso brutal de la fuerza a los ciudadanos, y al mismo tiempo andaban en patrullas perifoneando cánticos de adoración y alabanza, lo cual también resulta incoherente. 

En conclusión, la oración por sí misma no es ni buena ni mala sino que se debe analizar el contexto y la intención de quien la promueve. Y esta debe ser una práctica sincera debería llevar a todos los que ostentan un cargo público a priorizar temas como: el agua o las pensiones, donde podrían beneficiarse miles de salvadoreños y no utilizarla para fines de resaltar la propia figura, ya que en esos casos se vuelve solo una táctica política.