domingo, 17 de marzo de 2024

Modelo extra racional: Psicología como modelo de toma de decisiones

El modelo de toma de decisiones extra racional, basado en la psicología, se refiere a un enfoque en el cual se considera que las decisiones humanas a menudo están influenciadas por factores emocionales, irracionales y subjetivos en lugar de seguir un proceso puramente lógico y racional. En contraste con los modelos de toma de decisiones totalmente racionales y basados en la maximización de utilidad, este modelo reconoce la complejidad de los factores psicológicos que influyen en nuestras elecciones.

En este enfoque, se considera que las personas toman decisiones no solo basadas en la evaluación objetiva de costos y beneficios, sino también en función de sus emociones, experiencias pasadas, intuiciones, sesgos cognitivos y percepciones subjetivas de la realidad. La toma de decisiones en este contexto se ve influida por aspectos como la aversión al riesgo, las preferencias personales, la necesidad de mantener la coherencia con creencias previas y la influencia de estímulos emocionales.

Este modelo reconoce que los individuos no siempre actúan de manera plenamente racional y que sus decisiones pueden estar influenciadas por patrones de pensamiento subyacentes, estados de ánimo cambiantes y sesgos cognitivos que afectan la percepción de la información disponible. A menudo, los impulsos emocionales pueden ser más influyentes que una evaluación fría y lógica de los hechos. 

1. Personalidad autoritaria y la represión sexual

El modelo extra racional de toma de decisiones, que considera la influencia de factores psicológicos y emocionales en las elecciones humanas, se relaciona de manera interesante con los autores que exploran la represión sexual y su relación con el autoritarismo, como Wilhelm Reich y Michel Foucault. Estos autores argumentan que la represión sexual y otros aspectos de la psicología humana pueden jugar un papel crucial en la formación de actitudes autoritarias y en la conformidad con regímenes opresivos.

Wilhelm Reich, en su obra sobre la "psicología de masas del fascismo", sostenía que la represión sexual y emocional en la sociedad podía conducir a una acumulación de energía psíquica que luego se manifestaba en una adhesión acrítica a líderes autoritarios y a estructuras de poder. Según Reich, la liberación sexual y emocional era esencial para prevenir el surgimiento de regímenes autoritarios, ya que permitiría que la energía psíquica se expresara de manera más saludable y menos susceptible a la manipulación.

Michel Foucault, por su parte, exploró cómo la represión sexual y otros mecanismos disciplinarios operan en la sociedad para mantener el control y el poder. En su obra, Foucault argumentó que la sexualidad era un área en la que el poder se ejercía y regulaba de manera sutil pero efectiva, lo que podía llevar a la conformidad y a la internalización de normas impuestas desde arriba.

La relación entre estos autores y el modelo extra racional de toma de decisiones radica en la comprensión de que las decisiones humanas no siempre son resultado de una lógica puramente racional. La represión sexual y otros factores emocionales pueden influir en la formación de actitudes y creencias que, a su vez, pueden llevar a la conformidad con regímenes autoritarios. El modelo extra racional reconoce que estas influencias emocionales y psicológicas pueden llevar a decisiones que no se alinean necesariamente con una lógica llena de sentido, lo que podría contribuir a la adhesión a sistemas de poder opresivos.

Como ejemplo, se aborda el caso de Marcelino García Flamenco, destacado profesor salvadoreño, que sufrió una trágica muerte a manos de la dictadura de Federico Tinoco en Costa Rica. Inició su carrera docente en Zacatecoluca y se destacó por su compromiso con la educación laica y la igualdad de oportunidades. En Costa Rica, ejerció la docencia en diversas localidades, siendo testigo de un episodio que dejaría una profunda huella en su vida. En el fatídico día del 15 de marzo de 1918, presenció el asesinato del diputado Rogelio Fernández Güell, un férreo opositor del régimen de Tinoco. 

Tras escuchar los disparos, suspendió su clase y acudió al lugar del crimen, donde los asesinos le permitieron tomar apuntes para sembrar el terror en la población.  Uno de los perpetradores, un agente de policía, al descubrir que Marcelino García era salvadoreño, le solicitó que entonara una cumbia en celebración del asesinato. García le recordó su posición como maestro y su carácter civilizado, subrayando que no podía respaldar a un grupo tal acto atroz, sin importar lo que el individuo había hecho. Al día siguiente, el maestro García impartió a sus estudiantes una lección sobre la horrorosa naturaleza del homicidio, mientras cuestionaba la sumisión irreflexiva que llevaba a algunos individuos a cometer actos deplorables.

García Flamenco destacó por su valiente denuncia del crimen y su firme crítica a la obediencia ciega que conducía a actos inhumanos. Su ejemplo inspirador continuó en su participación en la lucha armada contra Tinoco, donde finalmente perdió la vida. Los partidarios de Tinoco le hirieron con machetes y luego, lo ataron a un caballo que lo arrastró por cien metros. Para acabar con él, le echaron queroseno y le prendieron fuego. Su sacrificio y valentía resonaron en la historia y contribuyeron al derrocamiento de la dictadura. 

La lógica extra racional que puede haber impulsado a quienes asesinaron a Marcelino García Flamenco está relacionada con factores emocionales, ideológicos y contextuales que van más allá de una toma de decisiones puramente racional. Aunque no podemos conocer directamente la mente de los perpetradores, podemos analizar que los asesinos podrían haber estado motivados por su lealtad a la dictadura de Federico Tinoco y su deseo de mantener el poder. Desde su perspectiva, eliminar a opositores políticos como Rogelio Fernández Güell y sus acompañantes podría haber sido considerado un acto de protección y defensa de su gobierno.

2. Los valores y Laswell

Lasswell sugiere que en estas situaciones, los actores políticos pueden recurrir a decisiones extrarracionales, es decir, decisiones que no siguen un proceso lógico o racional. En lugar de basarse en un análisis detallado de los datos y consideraciones, las decisiones extrarracionales pueden estar influenciadas por factores emocionales, impulsos subconscientes o valores arraigados.Lasswell enfatiza que los valores desempeñan un papel crucial en la toma de decisiones extrarracionales. Estos valores pueden incluir creencias profundamente arraigadas, ideologías políticas, normas culturales o incluso instintos básicos de supervivencia.

El modelo se centra especialmente en cómo los líderes políticos enfrentan y manejan las crisis. Se supone que los líderes políticos tienen una influencia significativa en la toma de decisiones extrarracionales, ya que sus valores y creencias personales pueden guiar sus acciones en momentos de crisis. Un ejemplo fue la decisión de Estados Unidos de entrar en guerra con Iraq en 2003: Muchos críticos argumentaron que la decisión del presidente George W. Bush de invadir Iraq fue impulsada por valores arraigados, como la creencia en la exportación de la democracia y la lucha contra el terrorismo, en lugar de un análisis racional de la situación en Iraq en ese momento. Esta decisión se tomó en un clima de alta presión después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, y se basó en gran medida en valores y convicciones políticas más que en una evaluación exhaustiva de la inteligencia disponible.



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