jueves, 12 de mayo de 2022

Análisis del año político 2019-2020, sección "compromiso con la democracia"

En el texto se presenta una apreciación sobre el comportamiento del presidente respecto al sistema democrático. Se describe en una estructura ordenada los eventos como la crisis institucional y toma militar del 9 de febrero de 2019, los abusos de poder durante la emergencia del COVID-19, la deslegitimación de los adversarios, las restricciones a la libertad de expresión y el ataque contra el acceso a la información. Se utilizan fuentes confiables para documentar dichas acciones, resaltando el comportamiento prepotente del presidente, el abuso de poder y el desprecio por los pesos y contrapesos al sistema democrático. El documento expresa que dichos comportamientos generaron reacción de
rechazo por parte de organismos nacionales e internacionales, y lo documenta de forma clara.

El relato se fundamenta en comunicados de prensa, redes sociales, artículos digitales, decretos, cartas y artículos que se pueden verificar su origen. Además, en el texto se describe el comportamiento de los principales actores políticos de El Salvador, y se plantea una postura contundente de condena a los ataques contra la democracia. El documento no solo puede servir de base para un debate político de altura, sino que es un insumo importantísimo para la investigación en la ciencia política de El Salvador.
Se considera importante resaltar dos puntos que pudieran incluirse. En primer lugar, explicar que se entenderá por democracia, para que sirva de marco de análisis para el lector del documento. Según LAPOP (2018) El Salvador era el país de latinoamérica con mayor preferencia por un régimen autoritario por sobre el democrático. Un 54% de la gente dijo estar dispuesta a sacrificar la democracia por un régimen autoritario. Por tanto, los abusos de poder no son del todo reconocidos como graves por buena parte de la población. En segundo lugar, se puede señalar por qué la población en general debería de preocuparse por las acciones autoritarias del presidente, ya que estos no han pasado factura al mandatario en la popularidad del mandatario. Para desarrollar a profundidad estos puntos, a continuación, se plantean dos preguntas:

¿Por qué sería importante explicar lo que se entenderá por democracia?

En el escrito se enfatizan hechos que atentan contra la democracia desde la presidencia, pero también podría explicarse cuáles son las condiciones para la democracia. La opinión pública puede no darle importancia a la democracia, o no entender su significado (probablemente teniendo una comprensión del término muy disímil o vaga), o incluso sentir que la democracia no ha cumplido sus expectativas. Cualquiera que sea el caso ¿Por qué es importante para el ciudadano común preocuparse por las acciones autoritarias del presidente?

El presidente tiene una posición de intolerancia y de superioridad sin fundamento. El 9 de febrero cuando se tomó la Asamblea con militares expresó: "no necesitamos que la Sala interprete un artículo textual. ¿Quién nos va a decir cómo se lee algo que está claro?, si ahí dice: el Consejo de Ministros bla, bla, bla… no lo leo de nuevo porque ya lo leí cuatro".

Esta cita muestra que el presidente no admite una posición diferente a la suya, ni siquiera de especialistas o instituciones competentes. Sin embargo, un demócrata debe respetar a las instituciones del sistema político, en todo caso, si no reconoce el lugar que le corresponde a la Sala de lo constitucional, difícilmente lo hará a los demás grupos de la sociedad. Ningún presidente puede amenazar el estado de derecho, porque eventualmente correrán el riesgo de sufrir lo mismo los ciudadanos y caer en autoritarismo.

El presidente ofrece una respuesta; y simplista a los problemas y/o necesidades populares estructurales. El día de la toma militar expresó: "delincuentes de la Asamblea Legislativa no quieren ni siquiera aprobar dinero que no es de ellos, sino que es del pueblo salvadoreño, para garantizar la seguridad del pueblo salvadoreño". Sin duda, las decisiones políticas son importantes para los resultados en seguridad, pero el presidente no ha dado a conocer en que consiste el Plan El Salvador. Ese mismo día quiso explicar una parte del mismo: ¿Qué es la fase III? Es la compra de chalecos antibalas para nuestros policías y soldados, es la compra de visores nocturnos, de cámaras térmicas, de drones, de helicópteros, de patrullas, de cámaras de videovigilancia, de sistemas de comunicación, es la compra del equipo que ellos necesitan para darle seguridad a ustedes”.

Estas respuestas son instantáneas y simplistas, y no son un plan de trabajo, sino una lista de insumos. Si no existe un sustento técnico, sus acciones no son ni convenientes ni sostenibles.

El presidente sostiene una postura binaria, es decir, contrapone al “pueblo” uniforme y puro contra un conjunto de “enemigos” (que es necesario señalar de forma recurrente). El 9 de febrero dijo: "para que quede para la historia, porque nosotros, aunque se burlen los del 3%, estamos haciendo historia y los que digan que no, que miren este mar de gente enfrente de la Asamblea Legislativa, con su presidente hablándoles, con el apoyo de la Fuerza Armada y de la Policía Nacional Civil". Sin embargo, una multitud (no contabilizada) que esté reunida en una plaza no representa al todo, ya que las sociedades son diversas. La democracia entiende diferentes valores e incluye a diferentes grupos minoritarios y va más allá del apoyo de una masa a un hecho eventual donde hay abuso de la fuerza.

Luego de explicados estos puntos se concluye que, el documento de “El Salvador. Año político” en su sección “compromiso con la democracia” es un aporte muy significativo para documentar la realidad política de El Salvador. Señala y destaca con claridad los abusos de la presidencia en contra del régimen democrático. Su estructura es ordenada, y sus afirmaciones bien fundamentadas. Documentos de este tipo son necesarios generar insumos para que los ciudadanos se vuelvan más críticos a los abusos políticos. Además, refleja con claridad científica que ninguna entidad política tiene la capacidad de resolver los problemas, por sí sola, aunque el presidente tenga carisma y apoyo popular.

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