jueves, 11 de julio de 2019

Segundo día en Argentina, día de plata: "Visita a Rio de la plata, la ciudad de la Plata y la Universidad de la Plata"

¿Qué sucedía en Argentina cuando llegamos? ¿Cabe aclarar el contexto? Bueno, me parece justo un intento breve a partir de nuestro poco conocimiento. Llegamos justo en momento de elecciones, Cristina Kishner ya no podía reelegirse, sin embargo, apadrinó a Scioli quien competía con Macri (Conservador y ex presidente de Boca). No se habla mucho de elecciones, a pesar de que era la primera vez que iba a haber una segunda vuelta electoral (balotaje) en Argentina.

En cuanto a lo deportivo, Boca se había coronado el domingo anterior campeón de la liga y hoy miércoles jugaba contra Rosario la final de la Copa Argentina, nosotros - con Neto-  nos ilusionamos con ir pero el estadio estaba muy lejos aparentemente a muchas horas de distancia. Nos tocó resignación, (luego se coronaría bicampeón y nos tocaría ir a celebrar al obelisco en medio de la barra de boca). En los quioscos habían muchas revistas que hablaban del Papa Francisco, se veían algunas imágenes que lo identifican como líder carismático. 

Regresando a  nosotros - los viajeros-. la mañana de miércoles comenzaba, este día nos arreglamos los tres para estar listos a la hora indicada, la idea era estar justo después del desayuno en la recepción, ya que a las 9 pasaban por nosotros, sin embargo, Sara se tardaba bastante en el baño, corrimos y llegamos al Lobby justo a tiempo.

Nuevamente el desayuno buffete estuvo "rebueno", desde la altura se veía a través de la ventana una venta de antiguedades que estaba en el primer piso del edificio del frente (ver foto al final del artículo). Al terminar de comer el guía pasó por nosotros, era muy amable Neto y Sara ya lo conocían, (yo no porque el día anterior me había perdido en Buenos Aires).  Nos llevó caminando por un par de cuadras hasta llegar hacía el autobus.

Ya dentro vimos extranjeros de varias nacionalidades, además, cada asiento tenía su cinturón (lo cuales hacían ruido con el movimiento del bus... al principio era desconcertante porque no se sabía de donde venía el ruido). Pasamos por otro par de hoteles a través de calles y avenidas de Buenos Aires a recoger más turistas para dirigirnos a nuestro destino destino- El río de la Plata.

Dentro del barco habían más turistas de más nacionalidades, eramos alrededor de 30 personas, parecía que no habían argentinos como turistas (solamente los que estaban trabajando), desde el río de la plata nos enseñaron la ciudad de Buenos Aires, lo que más recuerdo era el estadio monumental del Club Atlético River Plate (realmente monumental). El guía hablaba mezclando español y portugués en su reseña. Un detalle que me parecía increíble era que desde el rio pudiéramos ver los aviones despegar del aeropuerto, me parecía una ciudad de juguete o de caricatura, simplemente estaba maravillado.

El clima era frío y estábamos en la parte exterior del bote, la idea era mantener el equilibrio.

También había una idea que rondaba nuestra mente, era Uruguay.

- ¿Será que podemos ir?

- No, no estaba en el itinerario y no lo preguntamos.

Ni modo nos tocó resignarnos, pero aún así se mantenía nuestra alegría en el bote. Ye ra hora de tomarnos la foto del recuerdo

Recorrimos el río. Poco a poco se hacía más angosto, al adentrarnos en el río tigre vimos varios contrastes, ya que habían casa de campo muy bonitas de lujo y mucho más adentro vimos una ciudad con puertos y barcos que conectaban a los habitantes (muchos habitantes saludaban). Increíble, era una ciudad con escuelas y servicios básicos, pero en la cual la gente no había calles sino que agua, por tanto, tampoco ocupaban carros sino botes o lanchas colectivas (incluso recogen a ciertas horas a los niños para ir a la escuela). Otro detalle es que nadie se bañaba en el río. Otro mundo el que estábamos conociendo una especie de Venecia en Latinoamérica. Alguna gente saludaba desde sus casas a los que veníamos en el bote. Dentro de la había un tipo gordo que ofrecía tomar fotos, le dijimos que no.

En el recorrido observamos un parque de diversiones pero no estaba funcionando, se veía en muy buen estado. Luego nos bajamos de la lancha.

En seguida, tomamos el bus turístico hacia san Isidro. El guía dijo: "...en estos barrios viven personas de clase media y sus hijos estudian en colegios bilingues y caros". Se me asemejaba a algunas partes de antiguo Cuscatlán o Santa Tecla. El guía mencionó que habían arboles de maple (similares a los que hay en Canadá), Sara luego comentó que en ese momento sacó una lágrima de la emoción. Era un lugar sencillo, elegante y espectacular a la vez. En nuestro recorrido también pasamos por la residencial presidencial que es el lugar donde el ejecutivo trabaja.


Llegamos aun centro comercial, el lugar era perfecto para comprar a los seres queridos que habíamos dejado en nuestro país. Los precios eran bastante justos. Entramos en dos tiendas en una de ellas una señora hablaba bastante, era muy religiosa y nos dijo que amaba a su hijo, incluso le pidió a Sara que orara por él (era su único hijo), le dijimos que eramos salvadoreños. En ese lugar quizás fue donde compramos más cosas, todos nos acordabamos de todos los seres queridos, nos sentíamos realmente turistas, ah, también este día sí que gastamos plata.

Luego de un par de horas terminamos y regresamos a abordar el bus nuevamente

En nuestro camino al hotel observamos algo peculiar, habían muchos  lugares en condiciones precarias como casas inacabadas de gente muy pobre.
- ¿Y aquí como se llama?
- Esta es la Villa miseria- nos contestaron.

Eran un montón de casas a medio construir, con paredes sin repellar, sin duda a mi me llamó mucho la atención. Nos dijeron que muy probablemente ahí hay no solo argentinos, sino que peruanos, bolivianos y otras nacionalidades de inmigrantes ilegales.



Llegamos al Hotel. Era medio día y discutimos en el vestíbulo ¿Qué vamos a hacer? Insistí en ir a Ciudad de la Plata, tenía que ir al congreso a la Universidad (el ponente era Pablo Semán)... recordando que el día anterior yo me había perdido, cumplimos lo que antes habíamos acordado, ya no nos separamos y nos íbamos a una nueva aventura Ciudad de la Plata. Ahora todos juntos

Salimos de ciudad de Buenos Aires alrededor de las 2:00 pm, no sabíamos exactamente cómo llegar pero nos dijeron que el viaje tomaba alrededor de 1 hora. No habíamos almorzado así que compramos pollo frito en Trak (nosotros le decíamos Irak) en la Avenida 9 de Julio. No sabíamos dónde hacer la fila para el bus, pero las personas nos iban indicando. 

Varios argentinos nos vieron desorientados pero algunas personas nos señalaban dónde hacer la línea. Tomamos el transporte y nos orientaron una joven argentina y Silvia (el ángel disfrazado de Señora de unos 55 años aproximadamente). Al principio Silvia no nos prestó atención pero un poco antes de subirnos en el bus prácticamente se responsabilizó de nosotros. Nos dijo que ellas nos diría cuando y donde bajarnos. Ya en el bus nos sentamos dispersados, cada quien compartió con un argentino como compañero de asiento.

Luché para ver lo que el camino ofrecía, pero el sueño me venció. Llegamos a la plata alrededor de las 3:00 o 3:30. Caminamos con Silvia a través de la ciudad nos orientó en una ciudad donde sin duda nos hubiéramos perdido,  cabe agregar que la Plata se veía más compleja que Buenos Aires (al menos hasta ese momento). Llegamos a la Facultad de economía, pero nosotros íbamos para la Facultad de Ciencias Sociales. Así que nos tocó tomar un taxi.

La señora nos dijo que todos se conocen en Ciudad de la Plata, nos dijo que ella sabía quienes eran los papás del taxista.

En ciudad de la plata parece que hay conciertos Pearl Jam y Rolling Stones fueron algunos de los que nos mencionaron.

Llegamos a Universidad de la Plata, a la facultad de ciencias sociales (yo estaba feliz), Silvia nos dejó ahí, es decir nos separamos, ella nos pagó el taxi, para nosotros fue una mezcla de pena y agradecimiento, los tres la abrazamos cada quien le entregó el corazón en ese momento, nos había ayudado muchísimo.
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Ya dentro la universidad era un "caos-ordenado" había un aire de similitud con la UES. Habían elecciones estudiantiles, burocracia, pancartas y canciones políticas. El congreso era mi obsesión, comenzamos a buscarlo, realmente no fue fácil hallarlo. Una estudiante rubia se compadeció de nosotros y nos ayudó a encontrar el lugar del congreso, finalmente llegamos.

Sin embargo, fue grande mi decepción cuando logré llegar y las ponencias eran en francés, llegué al lugar indicado sin embargo me quedé un rato mientras Neto y Sara me esperaban. Pero no entendía, este evento sería la chispa para que en años siguientes tomara clases de francés.

Luego de un par de vueltas Dentro de la universidad encontramos un taxista - Sería nuestro tercer taxista en argentina- ( le preguntamos y me dijo no me gusta el fútbol... para mí un shock!!). El tráfico se veía infernal muy complicado, diferente a lo que vimos en buenos aires.

Vimos una manifestación, que contaba algo que no podíamos entender, parecía que iban haciendo una barra futbolera

-¿Qué es?- le preguntamos

- Es la Bogra!!! - El nos contestó

Nunca supimos que era la dichosa Bogra y no le preguntamos más, era algo tosco su modo de ser.

Llegamos a la estación por el bus, la fila era larga, y pensamos nos tocará ir parados, la sorpresa fue que en esos transportes largos no había gente de pie. Así que teníamos que esperar nuestro turno a que hubiera asiento para nosotros. Viaje de regreso nos permitió llegar casi a tiempo al hotel. Ya de noche el micro regresó por nosotros e ibamos a la fiesta Gaucha. Fuimos a la florida (una especie de avenida peatonal central), esta vez era la noche de tango.

Era una especie de teatro muy bonito, era una cena y un show donde no se permitían fotos. La cena fue en 3 pasos:  entrada, plato principal y postre. Al final del espectáculo Sara pagó por una foto del recuerdo donde salimos los tres con los bailarines principales del Show

Fue muy elegante y precioso.  Además el fabuloso show de Tango de una hora y media. Regreso al Hotel . Aunque todo fue muy bonito mi atención se quedó con esta tienda de curiosidades a la que "curiosamente" nunca pude entrar y solo pude tomarme una foto desde afuera. 












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