martes, 25 de agosto de 2020

Visita a Santiago de Cali

Miércoles 10 de Octubre: luego de una escala de 10 horas en San Salvador, la asistente de vuelo anunció: "Bienvenidos a la ciudad de Cali". Eran más o menos las 11:30 de la noche. Pude observar a la gente muy amable desde migración y pasé sin ninguna dificultad, ya tenía un nuevo sello conquistado, el de Colombia en Calí. Luego de hacer lo trámites y cambiar alrededor de $200 a pesos (el cambio estaba a 2700). Busqué como transportarme, ante la imposibilidad de tener conexión de internet  para pedir un Uber, pero me decidí a tomar el taxi y lo hice sin sentir ningún temor o inseguridad, la gente era muy cálida. Incluso unos afrodescendientes me ofrecieron irme con ellos en su taxi como broma. "Vengase usted aquí cabe", me dijo una mujer en un taxi que iba más que lleno. Al final me fui solo con un chofer a un precio de 63,000 pesos (precio que se me había dado de antemano).

La ciudad de noche se veía muy moderna y limpia. Reporté mi llegada durante el trayecto al aeropuerto quizás eran como las 12:10 pm, el taxista me "prestó" un celular y pude marcar sin dificultad, era una noche lluviosa. El me dijo que había mucha gente de dinero y me mencionó a la familia Rodriguez Obrejuela. Luego de pasar toda la ciudad llegamos a Limonares, carrera 16 donde los apartamentos eran muy bonitos (bastantes edificios parecidos y con un cierto aire a Abel Santamaría en Cuba), la casa que buscaba estaba en el quinto piso. Quizás por tal motivo se me aviso: "Procure no arrastrar las sillas, la señora de abajo se molesta sí lo hacemos después de las 9 de la noche". Estaba muy impresionado y feliz, la casa no era inmensa pero era lo suficientemente grande, incluso para una o dos personas más que suficiente, sin duda, muy acogedora

Yad una psicóloga de ideología jesuita que trabajaba en la institución "Fe y alegría" me dejó un cartel con una bienvenida, me exhortaba al baile y que disfrutara. Después de una platica nocturna muy emocionante me fuí a dormir, la estancia en Santiago de Cali ya había comenzado.


Jueves 11: La mañana fue sin problemas. Luego del desayuno, ahora sí pedimos el Uber. Nuestro destino el Cristo de Calí.  Subimos a eso de las 8 de la mañana, toda la ciudad se veía nublada y el lugar lo abrían hasta las 9, por tanto no pudimos entrar. Luego de una pequeña discusión con el Uber , bajamos a la avenida de los gatos, todos fueron diseñados por artistas colombianos, la que más me llamó la atención fue cálida (por guapa) inclusive logré una fotografía con ella. Entramos a la Iglesia, caminamos por un paseo muy bonito donde tomamos muchas fotos (luego preguntamos a una muchacha) Pasamos por un parque central. y entramos a una librería. Tomamos el transmilenio, sin duda muy eficiente. En nuestro trayecto, en una de las estaciones nos encontramos a un salvadoreño (siempre debe de haber alguno por ahí). 

Tomamos un taxi y nos dirigimos a la Universidad Javeriana, al taxista le costó un poco ubicarse pero con un par de referencias que le ayudaron a entender logró llegar sin problemas. estando ahí tuvimos una charla de política con Estudiantes de comunicaciones, a la hora del almuerzo (Andrés y compañia). La intensidad y el compromiso político estaban a flor de piel, sin duda se sentía una vibra como la que tienen los estudiantes comprometidos de la UCA en El Salvador. Luego del almuerzo me quedé solo, trabajaba en un estudio del subsidio al gas en El Salvador, observé mucha gente pasar: Muchachas con ventas de dulces, jóvenes clase media e incluso un par de gentes llegaron a preguntarme por lugares que desconocía. Al final de la tarde, fuimos con por un café con helado (cargadísimo de azúcar) dentro de la universidad, hablamos de la vida de cosas más light en una charla muy cómoda.

Buscamos un cajero para que yo pudiera sacar dinero, pero fue imposible. Ni modo, tocó resignarse. Hicimos una pequeña parada por la librería, habían artículos de la Javeriana y muy buenos libros (el de microeconomía de Varian me llamaba la atención) . Quería comprarme alguno y al final no lo hice. Ya a eso de las 5 o 6 de la tarde nos fuimos para la Clase de Ética (con énfasis en la responsabilidad social empresarial). El maestro muy respetuoso, llegaba a saludar de mano a cada uno de los alumnos, incluso yo pude conversar con él por unos minutos antes que comenzara. La clase era muy buena, la dividió en tres partes: indicaciones generales de las actividades y evaluaciones (incluida la devolución de trabajos), repaso de los conceptos de ética desarrollados, y un video foro - que al final lo hizo muy participativo- acerca de la responsabilidad social empresarial. Luego al terminar tomamos el bus frente a la universidad, nos tocó irnos de pie, y nos fuimos al Cerro de la cruz, luego de subir las gradas llegamos al tope y había baile Andino.

La experiencia fue única, muchísima gente (nacional  e incluso extranjera) e incluso participamos, no me podía permitir solo quedarme viendo. Luego de comer unas empanadas, buscamos un bar, luego de ver algunas opciones cercanas, fuimos a un bar donde había un grupo que estaba tocando salsa y cumbia en vivo, sin duda lo hacian de forma muy profesional. Dolor de vientre de la compañera era incisivo y lo remarcó toda la noche. Luego tomamos un taxi fuera del bar y regresamos a la casa.

Viernes 12: Al salir el destino predilecto era la venta de sábila y menjurges, me encantó el puesto, era de puras cosas saludables y la señora daba a escoger la "medicina" para la dolencia preferida. Ese día también compré papaya y verduras cortaditas y peladitas. Super rico. Tambien, me gustó el puesto callejero de aguacates, muy grandes y buenos. Todo lo veía muy bien y andaba muy contento. 

Ya nos dirigimos al teleférico, me gustó ver como puede haber una inversión tan grande y bien cuidada en una zona de tugurios, se veía una predominancia de un color arcilloso, y aunque el lugar se veía pobre nunca me generó inseguridad. Tomamos varios videos y fotos. La anfitriona se puso nerviosa al ver la puerta abierta de una góndola y a los encargados les generó mucha risa. A mí también me la contagiaron.

Nos dirigimos al Centro comercial con Fuente comparamos helado y maní, muy cerca de ahí estaba Universidad del Valle, su campus era muy grande (su hermosa biblioteca)  y una pequeña picada de animal en el brazo. Estadio Guerrero y comimos una arepa a eso de las 4 de la tarde  Transmilenio y obra de teatro brasileña (en un barrio muy parecido a la candelaria en Bogotá), . Llegamos donde los cuenteros, larga espera de salchipapas y empanadas que nunca llegaron. Otra vez tomamos taxi para regresar a la morada. Laura buscaba zapatos y empanadas siempre que había lugar.

Sabado 13: En la mañana pasamos a la venta de sábila, otra vez. Regresamos a la Javeriana a un parcial de ética y luego al apartamento esa mismo dia. Conocimos al padre Hindú y a una muchacha de país Vasco. Partimos hacia Salento, caminos rurales muy parecidos a los de El Salvador. (puestos té de coca, mirador, gradas y muchas gradas, conocimos un fotografo italiano). Hicimos la búsqueda de hospedaje, luego hay una calle larga que nos lleva, los negocios, la gente tomando alcohol por la noche,  la rumba

Domingo14: Regreso de Salento, llegar a la terminal y comprar café en centro comercial. Nos perdimos de regreso a la casa. luego de noche de cumpleaños y de rumba, y de una sola vez al aeropuerto en la madrigada, con una despedida llena de abrazos.


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