sábado, 20 de febrero de 2021
Campaña electoral del FMLN 2021. El desgaste y la importancia de la izquierda
martes, 16 de febrero de 2021
Planes de gobierno de partidos y candidaturas presidenciales en Costa Rica
1998-2002
2002-2006
2006-2010
2010-2014
Movimiento Libertario 2010-2014
2014-2018
.
2018-2022
PRN 2.0 2018 Plan segunda vuelta
Alianza Democrática Cristiana 2018
Partido de Renovación Costarricense 2018
Planes de gobierno varios en resumen
domingo, 31 de enero de 2021
Vamos en las elecciones 2021 (otro) partido de inspiración cristiana
Vamos (otro) partido de “inspiración cristiana” ¿será que este sí logrará competir?
Después de los Acuerdos de Paz en El Salvador los partidos como Vamos -hasta el momento- habían sido aquellos "nuevos" con un líder bien identificado (casi unipersonales), autoidentificados como de centro o de derecha, que se proclaman de "inspiración cristiana" y que participaban con pocas o nulas oportunidades contra los consolidados Arena y FMLN. Algunos de estos partidos minoritarios han sido: el Partido Pueblo Unido Nuevo Trato (PUNTO) de Francisco Ayala de Paz, Fuerza Cristiana (FC) de Mauricio Meyer, el Partido Salvadoreño Progresista (PSP) del coronel René Hurtado, o el Fraternidad Patriota Salvadoreña (FPS) de Oscar Lemus, de estos ninguno logró ser competitivo. En esta lista hay que agregar casos especiales como: el Movimiento de Unidad (MU) de Jorge Martínez y al Movimiento de Solidaridad Nacional (MSN) de Edgardo Engelhard, que sí alcanzaron algún escaño legislativo, pero también tuvieron una corta duración.
Sin embargo, actualmente existe una crisis de representación (entendida como una pérdida de confianza en los partidos tradicionales) por tanto, el FMLN y a Arena disminuyen su capacidad en movilizar opiniones y la simpatía de votantes insatisfechos, lo que abre oportunidades a nuevos partidos. Dicho en forma concreta, Vamos tiene una serie de ventajas que le permiten ser optimista: a) compite en un contexto de crisis de representación partidaria, b) sus discursos se proyectan contra las prácticas de los partidos tradicionales (que cuentan con poca confianza de la opinión pública). Sin embargo, aunque estas condiciones son necesarias- para que compitan nuevos partidos políticos- no resultan suficientes para volver atractivo a Vamos, ya que hay también las poseen otros partidos nuevos. Entonces, ¿qué le falta a Vamos para ser competitivo?
En primer lugar, establecer una identidad con figuras fuertes que le cohesionen. En las elecciones 2019 Vamos coqueteó con la "etiqueta" de ser un partido confesional o de tipo religioso con Josué Alvarado (su fundador y financista principal) pero con resultados bastante pobres. Sin embargo, para esta campaña 2021 el rol de Alvarado ha pasado a segundo plano, pero sin ser retomado contundentemente por ningún otro líder, por tanto, el partido busca construir una nueva ideología y líderes que lo sostengan. Existen esfuerzos como los de Claudia Ortiz o de Roberto Rivera Ocampo, entre otros que buscan proyectar candidaturas profesionales que también apuestan por lo que llaman “un humanismo cristiano de centro, que defiende la vida y la familia”, pero ellos mismos han dicho que este no un asunto central de sus planes, sino más bien es un asunto cuasi periférico. Así que su identidad y liderazgos todavía se encuentran difusos y sin una idea totalmente clara de su proyecto.
En segundo lugar, le falta colocarse en la agenda del público, los medios de comunicación y de sus rivales políticos. Los candidatos de Vamos han buscado mostrarse como coherentes, sobrios y alejados de "un uso populista de la religión" y de cierta manera lo han logrado. Sin embargo, han tenido poca capacidad para llamar la atención. Y aunque el público se interesa en redes sociales por un video de la candidata Ortiz insultando a sus opositores o una propaganda de Vamos con un collage de fotos candidatos de Nuevas ideas usando distintivos de Arena, FMLN o GANA, esto no parecería ser suficiente para hacerlos despegar en preferencias electorales. Ante la disminución de las lealtades tradicionales llamar la atención de los medios y de los opositores políticos es importante, sin embargo, los otros partidos apenas los mencionan, y en los medios tradicionales de comunicación casi no aparecen.
En
conclusión, Vamos debería de analizar sus oportunidades y debilidades para
consolidar su proyecto político, para evitar el mismo destino de otros partidos
similares que compitieron en el pasado. Este partido nuevo que le hablan a las minorías educadas conservadoras urbanas. Es todo un reto llegar a un discurso donde se incluyan a las mayorías, en un país donde
se predice una dramática caída del poder de partidos tradicionales establecidos,
pero que conserva aún muchos problemas en el área social, económica y ahora
sanitaria por el Covid 19, este último apenas mencionado en la campaña.
domingo, 24 de enero de 2021
Nuestro Tiempo, ¿un partido taxi?
Luis Eduardo Aguilar Vásquez 21/01/2021
Nuestro Tiempo (NT) es un partido reciente de oposición. Sus dirigentes más visibles han dicho que en él caben todas las ideologías. Por ejemplo, Aida Betancourt, una de las dirigentes y actual candidata a diputada por el departamento de La Libertad, expresó en una entrevista televisiva el 26 de julio de 2020: "La diversidad dentro de nuestro partido nos da una gran ventaja. Intentamos integrar y articular diferentes formas de pensamiento". Estas declaraciones dan la pauta para preguntarse: ¿Qué tipo de partido es Nuestro tiempo?
Según la ciencia política, a Nuestro Tiempo se le podría clasificar como un partido de notables. Cabe recordar que Juan Valiente, Johnny Wright Sol y Andy Failer, entre otros, fueron miembros orgánicos de Arena. De hecho, Aída Betancourt fue vetada del mismo partido cuando buscaba una candidatura como diputada suplente de Juan Valiente en 2017. Pese a ello, ahora buscan proyectarse como líderes de una plataforma política de relevancia social, económica e incluso más profesional e inclusiva. Sin embargo, parece que ellos mismos rechazan esta etiqueta de “notables” (de ser un grupo reducido con estatus), más bien, su apuesta es proyectarse como partido de centro que ven en la diversidad una ventaja (debido al desprestigio de los partidos de derecha y de izquierda). Tampoco podrían ser un partido de masas, ya que no plantean posturas contra una élite económica, ni tampoco se ha propuesto – explícitamente- la integración de diferentes gremios de trabajadores a puestos de toma de decisión dentro del sistema político.
Entonces, descartadas esas opciones - y a partir de lo dicho por sus líderes- a Nuestro Tiempo se le podría clasificar como un partido "atrapalotodo". Estos partidos, en la práctica, reducen (o dice anular) su ideología, y se centran más en competir en unas elecciones, con objetivos pragmáticos y/o construidos estrictamente alrededor de un líder. Sin embargo, aunque voces en Nuestro Tiempo dicen no tener ideología, tampoco logran ser verdaderamente pragmáticos en construir una identidad en torno a un fin. En su afán de mostrarse abiertos y diversos no consiguen ponerse de acuerdo en temas como el de la idea de familia. Por ejemplo, uno de sus candidatos a diputado ha presentado su postura en torno al “diseño original de la familia” e incluso ha compartido memes en contra del aborto. Estas acciones se contraponen a las ideas que han impulsado algunos de los miembros más visibles del partido, quienes han promovido un discurso progresista que busca reivindicar los derechos sexuales y reproductivos.
La clasificación de un partido es importante, ya que permite identificar el conjunto de ideas y valores comunes que dirigen el actuar de sus miembros. Esto es la ideología. Sin embargo, aunque Nuestro Tiempo ha intentado construir un discurso antipartidos tradicionales, anticorrupción e incluso antibukele, este no se ha convertido en un rasgo identitario del partido, ya que otros partidos nuevos como Vamos también han promovido este mismo tipo de discurso. Su distintivo identitario -que era la defensa de los derechos sexuales y reproductivos- aparentemente solo es un discurso de candidatos con carisma, que hubieran resultado igualmente competitivos como candidatos no partidarios o en otros partidos. Además, su búsqueda en resaltar la defensa de los intereses individuales sobre el Estado tácita o indirectamente defienden el derecho socioeconómico de las minorías privilegiadas a la propiedad privada por sobre las minorías. Para evitar esto último han empleado un discurso de ser un partido abierto.
Sin embargo, ningún partido debería aspirar a ser un reflejo exacto de la diversidad ideológica que existe en la sociedad, sino que debería juntar ideales, principios laborales, doctrinas económicas, mitos, símbolos o prácticas que permitan identificar a su bancada y militancia. El problema de promover un proyecto tan “plural” es que corre el riesgo de ser utilizado por personas que aspiran a una candidatura para un cargo de elección popular únicamente para cumplir un requisito de inscripción, y de volverse un mero taxi electoral. El problema de fondo tiene que ver con: ¿Quién es y qué pretende la “nueva derecha”? Estos aunque con propuestas sectoriales interesantes podrían reencarnar "reajustes” neoliberales, frente al rezago de las propuestas de derecha tradicional (así tambien como las de izquierda).
miércoles, 13 de enero de 2021
Día de la Oración en El Salvador ¿plegaria sincera o táctica política?
miércoles, 30 de septiembre de 2020
La masacre del Mozote y el gato de Schrödinger ¿hay archivos o no hay archivos?
Un gato, y un frasco de veneno son encerrados en una caja opaca,
mientras la misma no se abra no se sabrá sí el gato está vivo o muerto. En
física cuántica se dice que "está vivo" y "está muerto" al
mismo tiempo, mientras la caja no se abra. Aunque suene a cuento, la naturaleza
del comportamiento cuántico es un hecho estudiado en profundidad y puede ser
aplicado para diferentes situaciones incluso en el ámbito social, por ejemplo,
para el análisis de la existencia o no de los archivos de la masacre del
Mozote, tal como se presenta a continuación.
Razones para sospechar que no hay
archivos, y sus contra- argumentaciones:
En primer lugar, se alega que los
archivos ya desaparecieron, y que los presidentes anteriores no han dejado
rastro, y pueden haberlos destruido. Además, otros con acceso a los mismos
también pudieron hacerlo (lo cual sería muy conveniente para los
implicados). Sin embargo, aunque es una razón lógica es insuficiente, ya
que no hay forma de comprobarla, además, aunque no estén los archivos esa
no es razón para impedir acceso al juez. Además, sí en verdad no
están ¿por qué no se informó de la desaparición de los mismos?
En segundo lugar, el presidente expresó
que tiene buena voluntad para dar la información y que lo va a hacer, aún sin
que nadie lo supervise. Sin embargo, aunque es necesario que tenga disposición,
no hay manera de comprobar sí dice la verdad, e incluso el no dar acceso a los
archivos a las autoridades correspondientes resulta una acción contradictoria
con su discurso, lo que ha sido denunciado como una violación al estado de
derecho por varias instituciones.
En tercer lugar, afirma que no se puede
dar acceso a la información por razones de seguridad, y sin duda es una razón
importante, pero no es razón suficiente. Se pueden buscar formas de otorgar
acceso sin poner en riesgo la seguridad, ¿acaso no se puede poner a funcionar
la institucionalidad en lugar de la discrecionalidad? Hay que recordar que,
tanto la sentencia de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de
Justicia como la posición de la Corte Interamericana de Derechos Humanos han
sido contundentes en buscar la responsabilidad del Estado en torno a la
masacre.
En cuarto lugar, se dice que la
presidencia ha mostrado interés en el tema reuniéndose con las víctimas, sin
embargo, el avance en la investigación no depende sí se junta o no con los
denunciantes, ya que esto puede quedar como una mera táctica propagandística.
En quinto lugar, el presidente afirmó que los archivos están en otro lado, y no
en el Estado Mayor. Esto es probable, pero tampoco se puede demostrar ya que no
hay pruebas, y parece que sin importar donde se encuentren no se quiere cumplir
con los mandamientos legales de otros órganos.
Razones por las que se piensa existen
archivos y sus contraargumentaciones:
En primer lugar, el presidente niega la
posibilidad de investigar la masacre de "El Mozote" por su alianza
estratégica con el Ejército, en quienes incluso ha centrado buena parte de la
logística de comunicaciones y propaganda durante su gestión,
generando sospechas de que algo tiene que esconder, sin embargo, eso no es
una razón contundente para afirmar que existen en verdad los archivos. En
segundo lugar, el ejecutivo fijó un cerco "sanitario" en San
Francisco Gotera, sede del juzgado que lleva el caso de El Mozote y lo que pudo
dificultar la salida del juez. Sin embargo, esto puede haber sido solo una
casualidad, ya que puede que el gobierno solo esté combatiendo la enfermedad
del Covid 19, tal como ha sucedido en otros municipios donde se ha impuesto el
cerco sanitario. Además, el juez sí ha podido llegar a pedir los archivos en
otras ocasiones (aunque cabe señalar que también le han imposibilitado la
entrada).
En tercer lugar, el aparato militar
negó el acceso a los archivos militares del ejército no porque no existan, sino
para mostrar desobediencia a la institucionalidad, ya sea por
prepotencia, ignorancia o ineficiencia y no necesariamente porque
estén ocultando algo (razón rebuscada o ingenua pero posible). En cuarto
lugar, el ejecutivo justifica el desacato diciendo que el juez no tiene
jurisdicción para inspeccionar los archivos; con esto, parece que se busca una
excusa para desacreditar a la autoridad correspondiente, lo que genera
sospechas que existe algo que se quiere esconder, aunque no se puede afirmar
con total certeza que hay archivos.
En quinto lugar, el presidente nombra
de embajadora en EEUU una admiradora del coronel Monterrosa (quien es acusado
de ser uno de los responsables de la masacre), lo que entra en contradicción
con su compromiso con las víctimas. Y aunque este nombramiento ha sido
tachado por instituciones de derechos humanos como una burla o desfachatez a
las víctimas, el mismo tampoco demuestra que existen los archivos. En
sexto lugar, el mismo presidente dijo que sí existían, y que él enviará lo que
estime conveniente según sus palabras, y que el juez, los fiscales, la Corte
Suprema de Justicia, el periodismo, instituciones de derechos humanos o las
mismas víctimas solo tienen derecho a acceder a lo que él disponga. Pero, tal
como lo dijo el vicepresidente Félix Ulloa en una entrevista, una cosa es lo
que diga el presidente y otra lo que es en realidad.
En este sentido, tal como se ha
presentado se identifican razones a favor y en contra de la existencia de los
archivos, que también tienen su refutación, lo que puede llevar a cada
quien a tomar alguna postura debatible. Sin embargo, lo que sí se puede
afirmar, es que al revisar la historia reciente de El Salvador, los anteriores
presidentes quedaron con deudas en la búsqueda de justicia en la Masacre del
Mozote, por ejemplo: Cristiani la negó hasta que pudo; Calderón Sol, Flores y
Saca ni hablaban de ella; Funes y Sánchez Cerén la instrumentalizaron
políticamente, y hoy Bukele entra en una serie de contradicciones, ocultando la
información, alegando que el juez no tiene jurisdicción y nombrando de
embajadora en EEUU a una admiradora de uno de los acusados de la masacre, lo
que genera desconfianza en el proceso de búsqueda de justicia y verdad.
Finalmente, los argumentos del tipo
“créanme a mí” o la apelación a las emociones no responden a las interrogantes
de forma contundente, vale la pena recordar que la idea de fondo es conocer la
verdad o al menos que la autoridad competente la investigue. En ese sentido,
cualquier presidente -para evitar especulaciones debería de permitir la inspección
de los archivos militares para la investigación de la masacre del Mozote.
Colaborando mostraría que realmente está construyendo una nueva Fuerza Armada,
y así como en el experimento de Schrödinger solo el abriendo la caja, se
conocería la verdad.
martes, 25 de agosto de 2020
Visita a Santiago de Cali


La experiencia fue única, muchísima gente (nacional e incluso extranjera) e incluso participamos, no me podía permitir solo quedarme viendo. Luego de comer unas empanadas, buscamos un bar, luego de ver algunas opciones cercanas, fuimos a un bar donde había un grupo que estaba tocando salsa y cumbia en vivo, sin duda lo hacian de forma muy profesional. Dolor de vientre de la compañera era incisivo y lo remarcó toda la noche. Luego tomamos un taxi fuera del bar y regresamos a la casa.