miércoles, 18 de junio de 2025

Tecnofeudalismo de Varoufakis y la teoria del medio es el mensaje

La teoría del tecnofeudalismo propuesta por Yanis Varoufakis (exministro de Finanzas de Grecia y economista heterodoxo) plantea que el capitalismo global ha mutado hacia una nueva forma de organización económica en la que el poder ya no se basa en la propiedad de capital industrial o financiero, sino en el control de plataformas digitales y redes de datos.

Yanis Varoufakis comenzó a desarrollar su teoría del tecnofeudalismo a partir de su experiencia directa con el poder financiero y digital durante la crisis de deuda griega (2010–2015), y se consolidó tras observar el aumento del poder de las plataformas tecnológicas globales durante y después de la pandemia de COVID-19.

Varoufakis fue ministro de Finanzas de Grecia en 2015, durante el punto álgido de la crisis de deuda. En ese rol, vivió en carne propia la imposición de políticas por parte de instituciones supranacionales (la “Troika”: FMI, BCE y Comisión Europea), donde descubrió que el poder real no residía en los gobiernos democráticos, sino en estructuras tecnocráticas y algoritmos financieros que operaban por encima del voto popular.

Esta experiencia lo llevó a repensar los conceptos clásicos del capitalismo, al observar que los mercados estaban controlados por mecanismos automáticos y plataformas sin rostro, como los algoritmos del Banco Central Europeo, que podían decidir sobre la liquidez de un país entero. Ya no era solo el capital industrial o bancario el que dominaba, sino una combinación de poder financiero digitalizado.

Según Varoufakis, el capitalismo ha muerto y estamos en un nuevo régimen económico que él llama tecnofeudalismo, caracterizado por:

  1. Concentración extrema del poder económico en manos de los dueños de plataformas digitales (como Amazon, Google, Facebook, Apple).

  2. Monetización y control de los datos de los usuarios, en lugar de productos tangibles.

  3. Renta digital en vez de ganancia tradicional: Las grandes tecnológicas ya no compiten en mercados abiertos, sino que extraen rentas (como señores feudales) por permitir el acceso a sus plataformas.

  4. Usuarios como siervos digitales: Las personas generan valor a través de su actividad en línea (datos, clics, tiempo de atención), pero no reciben salario por ello.

Varoufakis empieza a desarrollar esta idea hacia 2019, pero la articula con más profundidad en su libro "Technofeudalism: What Killed Capitalism" (2023). Aquí afirma que el capitalismo financiero ya no rige la economía mundial, sino un sistema en el que las plataformas digitales actúan como señoríos feudales modernos.

En lugar de interpretar su dominio como una simple fase avanzada del capitalismo, Varoufakis propone que estamos frente a un cambio de régimen económico. Desde esta perspectiva, las plataformas digitales como Amazon, Google, Facebook y Apple no sólo concentran capital, sino que configuran nuevas formas de subordinación social y extracción de valor, similares a las estructuras señoriales del feudalismo. En este nuevo orden, el control de la infraestructura digital y de los flujos de información permite a estas empresas imponer condiciones, extraer rentas y restringir el acceso al mercado, de modo que las relaciones económicas ya no se basan en la competencia entre capitalistas, sino en el poder de plataformas cerradas.

Ejemplos de aplicación:

  1. Amazon:

    • Controla toda la infraestructura de comercio: desde el servidor hasta la logística.

    • Los vendedores no poseen el “mercado”, sino que deben pagar por estar en la plataforma (como si pagaran tributo al señor feudal).

  2. Facebook/Meta y Google:

    • Monetizan los datos personales de los usuarios.

    • Los usuarios no reciben ninguna ganancia, aunque su actividad genera ingresos billonarios a las plataformas.

    • Las redes sociales definen qué contenido se ve, cómo circula y qué tiene más visibilidad, como un sistema de censura y privilegio medieval.

  3. Apple y su App Store:

    • Impone tarifas del 30% a cualquier desarrollador que quiera vender en su ecosistema.

    • Controla qué apps pueden o no existir dentro de su entorno cerrado.

  4. Uber, Airbnb y otras plataformas gig:

    • Los trabajadores (conductores, anfitriones) no son empleados, pero están totalmente subordinados a las decisiones algorítmicas.

    • No poseen el medio de producción ni el canal de distribución.

Relación con teorías clásicas de la comunicación

La teoría del tecnofeudalismo de Yanis Varoufakis puede relacionarse de forma reveladora con la célebre frase de Marshall McLuhan: “el medio es el mensaje”. Esta afirmación, central en la teoría de los medios de McLuhan, sostiene que el impacto de una tecnología o medio de comunicación no reside únicamente en el contenido que transmite, sino en la forma en que ese medio transforma la percepción, las relaciones sociales y las estructuras de poder. Es decir, cada nueva tecnología de comunicación (desde la imprenta hasta internet) reconfigura la sociedad en niveles profundos, independientemente del contenido que circule por ella.

McLuhan afirmaba que los medios no son neutrales: modelan el entorno cultural, mental y político, y actúan como extensiones de nuestros sentidos. En esta línea, las plataformas digitales —como Facebook, Google, Amazon o TikTok— no sólo sirven para transmitir información o entretener: son medios que configuran nuevas formas de interacción, control y dependencia, alterando radicalmente las relaciones sociales y económicas. Aquí es donde se cruza con la tesis de Varoufakis: para él, estas plataformas no son simples empresas capitalistas, sino infraestructuras digitales que han redefinido la economía misma, estableciendo un nuevo tipo de señorío digital.

En el tecnofeudalismo, el medio (la plataforma) no solo condiciona el mensaje: es la economía. Amazon no solo vende productos, sino que determina quién puede vender, a qué precio, con qué visibilidad y bajo qué condiciones. Del mismo modo, Facebook y Google no solo organizan contenidos, sino que definen qué se ve, qué se ignora y cómo se monetiza la atención, utilizando algoritmos que generan dependencia y segmentación. Estas plataformas no solo transportan mensajes: actúan como entornos que moldean las relaciones sociales, políticas y económicas a su imagen.

Así, la idea de McLuhan permite entender que el poder de las Big Tech no radica únicamente en su riqueza o tamaño, sino en su capacidad de haber modificado la estructura misma de la comunicación y la organización social. Desde esta perspectiva, el tecnofeudalismo puede ser visto como la materialización política y económica del imperio de los medios digitales como entornos totales, tal como lo anticipaba McLuhan. En lugar de un mercado abierto, ahora habitamos ecosistemas cerrados, donde los medios (las plataformas) son los nuevos castillos, los usuarios sus siervos, y el mensaje es que el control del medio equivale al control del mundo.